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Editorial de The Nation Newspaper, Barbados: Es necesario que la justicia prevalezca

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The Nation Newspaper, Barbados.
Publicado el 27 de abril de 2007
Traducido por Mabel Rivas González, del Equipo de Traductores de Cubadebate y Rebelión.

"Oh qué red tan enmarañada tejemos

Cuando empezamos a practicar para engañar."

LAS PALABRAS INMORTALES de Sir Walter Scott, poeta escocés del siglo XIX, son un recordatorio evocador de las consecuencias de la hipocresía o el engaño, o ambos, que suelen caracterizar la política interna y exterior.

En el caso de los Estados Unidos, "evocador" es una descripción acertada porque recuerda a las personas de todo el mundo un horrible acto terrorista que ha quedado impune y que envió prematuramente a 73 cubanos, guyaneses y norcoreanos a la sepultura en octubre de 1976.

Eran los pasajeros que se encontraban a bordo del vuelo 455 de Cubana de Aviación que fue volado en pleno vuelo poco después de haber despegado de  Barbados.  El avión estalló en pedazos frente a las costas del país caribeño y posteriormente los investigadores descubrieron que la explosión se produjo debido a una bomba colocada en el compartimiento de la aeronave destinado al equipaje.
Dos venezolanos que trabajaban para un exiliado cubano anticastrista, Luis Posada Carriles, habían chequeado en Caracas su equipaje directamente hasta  la Habana,  pero descendieron del avión en Barbados antes de que la aeronave partiera de la isla.

Más de 30 años después, la tragedia ha regresado a rondar a los Estados Unidos en un momento en que este país está diciendo al mundo que está librando una guerra a brazo partido contra el terrorismo como resultado de los aborrecibles ataques del 11 de septiembre contra los Estados Unidos, ataque que dejó un saldo de miles de muertos, entre ellos personas oriundas de Barbados y de las Indias Occidentales.  Los Estados Unidos se están viendo obligados a defenderse contra acusaciones de que están protegiendo en su suelo a un connotado terrorista.

Esa acusación se produjo hace unos días cuando un tribunal de Nuevo México decidió liberar de la custodia federal a un terrorista confeso quien, a pesar de negar su participación en la voladura del avión de Cubana, es el principal sospechoso del hecho.

Un hombre relativamente libre

Posada, exiliado cubano anticastrista de 79 años de edad, en la actualidad es un hombre relativamente libre que goza de la compañía de su esposa en Miami luego de que un tribunal decidiera que no suponía demasiado peligro para nadie como para mantenerlo encerrado mientras espera  ser enjuiciado por cargos de fraude migratorio.

Posada, requerido también en La Habana y en Caracas por el presunto papel que desempeñó en el desastre de 1976, había estado bajo custodia en los Estados Unidos desde 2005 acusado de haber entrado ilegalmente al país.

Los cargos por fraude dimanan de las pruebas que indican que mintió a los funcionarios de inmigración de los Estados Unidos cuando entró al país. Los documentos del tribunal mostraron que Posada había dicho a los funcionarios que había pagado a un mexicano contrabandista de indocumentados para que lo llevara de México hasta Texas, cuando en realidad había entrado a los Estados Unidos en una embarcación.

El Departamento de Justicia de los Estados Unidos trató de impedir que se le excarcelara de la prisión federal, e incluso llegó a calificarlo de "criminal impenitente y autor intelectual confeso de complots terroristas". El argumento de Washington para que se le mantuviera detenido no se debía tanto a su historial pasado de terrorismo, sino a que se le acusaba de que se corría el riesgo de que huyera.

La verdad es que durante años los Estados Unidos han venido negándose a deportarlo o bien a Cuba o bien a Venezuela, para lo cual han alegado que de enviarse a alguna de esas naciones sería torturado. A sabiendas de que la mala reputación de Posada y su peligroso pasado lo han convertido en un paria a nivel internacional, Washington sistemáticamente ha aducido que tiene las manos atadas porque ningún país está dispuesto a acogerlo.

No son reacios

El problema es que los Estados Unidos no han sido reacios a enviar a otros presuntos terroristas a terceros países para ser interrogados o detenidos, o a su propia base en la Bahía de Guantánamo en Cuba, donde presuntamente han sido torturados por oficiales de seguridad de los Estados Unidos. Algunos sospechosos llevan años detenidos allí sin ser sometidos a juicio.

Los factores clave son que Posada, hombre mimado de los exiliados cubanos extremistas en los Estados Unidos, fue un agente de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) y hay abundantes pruebas que avalan la acusación de que funcionarios de los Estados Unidos lo están protegiendo debido a esas conexiones pasadas con la CIA y su imagen como opositor estridente del líder de Cuba, Fidel Castro.

Entonces no es de extrañar que el Presidente Hugo Chávez de Venezuela haya acusado a Washington de hipocresía.

"Exigimos que a ese terrorista y asesino lo extraditen a Venezuela en lugar de protegerlo", dijo el Presidente Chávez tras la excarcelación de Posada la semana pasada. Evidentemente, el tribunal no debió haber liberado al connotado terrorista, y Washington debió haber sido enérgico para que fuera enjuciado.

Todavía Washington puede dar muestras de buena fe si lo deporta a  Venezuela, aunque no sea a Cuba.

El caso de Posada le ha costado muy caro a Washington en el ámbito de la opinión pública internacional y es hora de que los Estados Unidos reduzcan sus pérdidas enviándolo a Caracas a fin de que se pueda resolver de una vez por todas el caso de la voladura del avión de Cubana frente a las costas de  Barbados.

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