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Estados Unidos: Escuela de Terrorismo

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Realizó Fidel pormenorizada exposición del itinerario que llevó al asesino Luis Posada Carriles desde la cárcel en Panamá hasta algún lugar de Miami. Conminó al gobierno y a la prensa estadounidenses a investigarlo

El gobierno de Estados Unidos es, en el mundo, el gobierno que mejor conoce toda la verdad, reiteró el Comandante en Jefe Fidel Castro, al comentar la exposición realizada momentos antes por Ricardo Alarcón, presidente del Parlamento cubano, quien como él ofreció pormenorizados detalles sobre la relación entre Washington y el terrorismo contra Cuba.

El terrorismo se creó para combatir a la Revolución Cubana; la escuela del terrorismo contra Cuba fue EE.UU., había puntualizado Fidel, durante su comparecencia, en la que también rindió homenaje a la victoria del pueblo cubano sobre la invasión mercenaria de Playa Girón. Fue un verdadero juicio al imperio.

EL ITINERARIO

En respuesta a la que llamó extraña teoría surgida hace 48 horas en EE.UU. acerca de que la presencia de Posada Carriles en ese país era "un invento" de la Inteligencia cubana, el Comandante en Jefe comentó informaciones que permiten conocer elementos de cómo el terrorista llegó allí desde la cárcel de Panamá.

Fue Santiago Álvarez Fernández Magriñat quien envió los dos aviones ejecutivos al aeropuerto de Tucumén, en la madrugada del 26 de agosto de 2004, que esperaron a Posada, Gaspar Jiménez Escobedo, Guillermo Novo Sampoll y Pedro Remón.

En uno iban Posada y otros tres terroristas de origen cubano con residencia en EE.UU.: Ernesto Abreu, Orlando González y Miguel Álvarez, y se dirigió al aeropuerto Ramón Villeda Morales, de la localidad hondureña de San Pedro Sula, donde fue recibido por Rafael Hernández Nodarse, jefe de la estructura terrorista anticubana radicada en aquel país y traficante de armas, de origen cubano con residencia en la citada ciudad. Era algo así como el jefe de la oficina de intereses de Posada Carriles en Honduras, ironizó el Comandante en Jefe.

Como allí se sabe todo y se disimula bien cuanto se sabe, apuntó, Posada usó pasaporte estadounidense a nombre de Melvin C. Thompson para su entrada.

Posteriormente, dijo, se movió libre por Centroamérica con documentación falsa. Mucho se habló en los círculos terroristas de Miami, durante estos meses, de sus obsesivos planes violentos contra Cuba y del impulso que pensaba imprimirles con su llegada a EE.UU.

El 14 de marzo, prosiguió, el rotativo Que Quintana Roo se entere, de ese estado de México, publicó una noticia fechada en Isla Mujeres titulada: "Encalla barco camaronero en arrecife de El farito", donde el periodista Carlos Castro da cuenta de que una embarcación, con bandera americana y bautizada Santrina, que navegaba desde la Florida a Isla Mujeres, había quedado varada seis horas.

El camaronero fue objeto de minuciosa inspección con ayuda de perros, expertos y buzos, y el periódico especuló si habría sanción para el dueño.

El capitán de la Santrina, José Pujol, se negó a dar información a los medios sobre el motivo de su entrada al puerto. Se pudo averiguar que en el interior de la embarcación existía "significativo y extraño" número de tanques de oxígeno, equipo de compresor y especie de gato hidráulico en la parte superior, reportó el diario.
También el diario yucateco Por Esto, con fecha 16 de marzo, publicó el incidente.

"La Santrina seguirá viaje hacia Miami", agregó la nota, que adujo que el encallamiento ocurrió por "problemas de gobierno" de la nave, que resultó ser propiedad de Santiago Álvarez Fernández Magriñat. Fue comprada bajo cobertura de una llamada Fundación de Protección Ecológica Marina Caribe Viva and Research, Inc., cuyo presidente es el terrorista Ernesto Abreu, el mismo que viajó a Panamá a recoger a Posada. Y el tesorero, Santiago Álvarez, el próspero y acomodado hombre de negocios que paga todo, según se dice.

Además, como reflejó Por Esto, la Santrina estaba capitaneada por José Pujol, conocido por Pepín, viejo agente CIA. A bordo de la embarcación viajaba el mismo Álvarez, lo que quedó registrado en foto publicada por el diario.

Se lo informamos al gobierno a ver si la captura, dijo Fidel, quien se cuestionó cómo era posible que la administración Bush desconociera todo esto, luego de recordar la enorme parafernalia de seguridad creada por Washington supuestamente para el enfrentamiento al terrorismo y su seguridad interna.

Busquen a Pujol, reúnan todos los datos, pregúntenle, sugirió. No hay dudas de que el ingreso de Posada Carriles a Miami está asociado a esa embarcación, y a su extraña y alegada ruta desde Bahamas con destino a Miami, que le llevó a las proximidades de las costas centroamericanas.

EL URBANISTA

Fidel también dio detalles sobre Santiago Álvarez. Nacido en Matanzas, contratista de profesión y propietario de una compañía de construcción en Miami, perteneció a la organización terrorista Comandos L y a principios de los años 60 recibió entrenamiento militar en el campamento de los gusanos y mercenarios de Girón.
Entre otras acciones terroristas, Álvarez reconoció haber participado en operaciones en la costa sur entre Cienfuegos y Trinidad. También estuvo en el ataque a Boca de Samá, el 12 octubre de 1971.

Es esta la historia del próspero hombre de negocios, afirmó Fidel. Y ya lo saben las 15 agencias de inteligencia. Investíguenlo, conminó.
El Comandante en Jefe apuntó que es fácil saber si Posada Carriles entró por la frontera. Basta con llamar al "urbanista", que introduce terroristas de contrabando en EE.UU., y preguntarle.

El presidente de EE.UU. debe pensar con amor propio, y preguntarse si le pidieron permiso o no para llevar allí a este personaje, añadió.

¿Cómo puede alguien atribuirse introducir a un individuo como ese a EE.UU.? Tiene que herir el honor y la sensibilidad de los ciudadanos norteamericanos. La propia prensa puede investigar. Vayan rápido, antes que hundan o escondan la embarcación, advirtió. Se llama La Santrina, precisó Fidel. Con T de terroristas, R de ratones, I de ignorantes, N de negativa, y A de animales.

Álvarez, a quien no quieren tocar ni con el pétalo de una rosa, participó en la preparación del intento de asesinato contra Fidel, en el 2000, en Panamá. Asimismo, preparó y dirigió una infiltración armada por el norte de Villa Clara, en abril de 2001, en coordinación con Posada, acción en que fueron detenidos tres terroristas que pretendían sabotear objetivos turísticos, entre estos el cabaret Tropicana, con "dos laticas" de explosivos. "Se acaba aquello", ordenó Álvarez telefónicamente a su subcontratado, lejos de sospechar que ya este había sido capturado por la Seguridad cubana. (Luis Luque, Juana Carrasco y Marina Menéndez, Periodistas de Juventud Rebelde)

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