Viengsay Valdés en Hanoi: Llegó, danzó y triunfó…
Por Liurka Rodríguez Barrios
La Primera Bailarina del Ballet Nacional de Cuba, Viengsay Valdés, y el joven Patricio Revé llegaron a Vietnam en un día lluvioso con pronósticos de gran tempestad. Y así, sin reposo, ambos prefirieron pasar por los salones de ensayo de la Academia de Danza de Hanoi, para no perder la figura maltratada por un casi infinito viaje en avión desde La Habana.
A la mañana siguiente los bailarines, guiados por la Asociación de Amistad Vietnam-Cuba, se trasladaron a la provincia de Ninh Binh, a conocer de las reliquias de Trang An, uno de los primeros asentamientos humanos de la región; de los vestigios de Hoa Lu, cuna de antiguas dinastías; y de otros templos de adobe milenario.
Viengsay volvió a la Academia de Danza de Hanoi, pero esta vez a ofrecer una clase magistral a alumnos y profesores de la institución que apreciaron el talento y la elegancia de una de las principales exponentes de la danza mundial.
Con el paso de los días aumentaron las expectativas de ver a los bailarines del BNC de recorrido amistoso por Vietnam. La Agencia de Noticias VNA lanzó una convocatoria en sus redes sociales y premió a sus seguidores con boletos para disfrutar del espectáculo. Las 600 lunetas ofrecidas por el emblemático Teatro Obrero de Hanoi parecían insuficientes.
Amaneció el gran día, con sus lluvias más severas, y con el anuncio de la llegada de un fuerte tifón que impediría cualquier intento de asomarse fuera. Vaya frustración para la danza…Pero hubo quien desafió el clima o y se fue a ver a Viengsay, cuyo nombre significa Victoria en Laos, un país muy ligado a su más temprana infancia. Tal como estaba previsto, a las 8 de la noche se abrió el telón, y el Embajador de Cuba en Vietnam, Herminio López Díaz, convidó con su preámbulo:
“Al Ballet Nacional de Cuba le unen profundos lazos con Vietnam. Sus bailarines, encabezados por la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso fueron los primeros en alistarse en la delegación cultural cubana que visitó Hanoi en 1964 y que tuvo el extraordinario privilegio de intercambiar con el Presidente Ho Chi Minh. Años más tarde, en 1978, volvía Alicia a la Patria del Tío Ho y danzaba ante 17 mil espectadores. Antes de partir, la delegación fue galardonada con la Medalla de la Amistad, según decreto firmado por el Primer Ministro Phan Van Dong”.
Las luces del teatro se apagaron y una sílfide extinguió el silencio. Tras los aplausos finales, Viengsay bajó del escenario para encontrarse con quienes cautivó con su bailar sublime y versátil. Antes de partir hacia su próximo destino-Laos y Cambodia, en ese orden- los bailarines cubanos rindieron tributo al Tío Ho en el Mausoleo que perpetúa su memoria.
La próxima semana, Viengsay regresará a Vietnam, a Ciudad Ho Chi Minh, al sur del país, donde le aguarda otro paso triunfal por la tierra del Anam.
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Buen trabajo. Supongo que los recorridos por el pais hermano en los primeros días les permitieron eliminar las consecuencias del Jet-lag, esa afectación anímica que degrada las capacidades física y mental al viajar a otro huso horario. Al llegar a Angola estaba prohibido por los médicos que los pilotos volaran antes de haber pasado cinco días de la llegada como un margen razonable para que ese estado pasara. Los deportistas también deben tener su adaptación también antes de competir. Y el ballet es muy exigente con la mente y el cuerpo. Quizás más que los otros ejemplos.
Felicidades a Viengsya y Patricio por su éxito. Carajo, diera media vida por conversar alguna vez con Viengsay. Somos casi contemporáneos.
Linda por fuera y por dentro.
Qué maravilla de historia y de personas...............!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Una vez más muchísimas gracias a : LA ETERNA ALICIA DE CUBA; ALICIA ALONSO........!!!!!!
VIVAS A LA PATRIA LIBRE Y SOBERANA COMO LA QUERIA Y POR LA CUAL DIO SUS 42 AÑOS Y VIDA : JOSE JULIAN MARTI PEREZ......!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
A la llegada a Cuba de las Estrellas del Royalty Ballet que recientemente nos visitaron y que está compuesta por una pléyade de figuras de talla mundial, todos preguntaron por Viengsay y es que todos la reconocen como una de las bailarinas imprescindibles de este sigo XXI en el orbe.
Una mujer que ha demostrado con creses que el BALLET con mayúsculas no es más que la suma del sacrificio diario, la técnica perfeccionada y la pasión que se le pone a lo que se hace, eso es el ballet.
Que a sus méritos balletísticos de sobra, se le suma el ser humano terrenal y sencillo como los mismos versos del apóstol, para nada encumbrada.
Como la Penélope de Ulises teje y desteje cada noche y mañana el paño que hace más llevadera su existencia y ese paño no es otro que su propia compañía, el Ballet Nacional de Cuba.
Para muchos ella es una de las responsables de que la última temporada del “Lago de los Cisnes” que tuvo lugar en el pasado mes de abril fuera tan exitosa y esto se debe a que Viengsay además de prepararse para su función, se dedicó a ensayar a muchos de la muy joven compañía en sus papeles y los que fuimos al teatro salimos contagiados de la frescura que trasmitieron y sobre todo las ganas de bailar, y es que la pasión por lo que se ama también se contagia.
Aun después de ver estos éxitos me pregunto y por supuesto no encuentro respuesta porque… a las miserias humanas no se les encuentra explicación.
¿Cómo pueden existir personas que no la valoren y aún más, la menosprecien? Pero entonces tengo que recurrir como buen cubano a ese referente infinito de sabiduría que fue y es nuestro “José Martí”, El Apóstol, que con uno de sus magistrales pensamientos me da la clave de la verdad:
… “los agredidos ven la luz del Sol, los desagradecidos solo ven las manchas”.
Gracias Viengsay, gracias eternas.