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Defender a Cuba es defender el socialismo: Es la misma batalla

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Mi bandera Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

El país está en manos de los jóvenes. Siempre lo ha estado: Martí tenía 16 años de edad cuando escribió “El Presidido Político en Cuba”, Mella tenía 22 cuando fundó el Partido Comunista, Guiteras tenía 27 cuando ordenó la nacionalización de la Empresa de Electricidad, Fidel tenía también 27 cuando asaltó el Cuartel Moncada, y el Che tenía 30 años cuando tomó Santa Clara.

Siempre tuvo la vanguardia juvenil conceptos muy claros sobre lo que había que hacer en cada momento. Por eso es tan importante que discutamos los conceptos esenciales que necesitamos para guiar las tareas de hoy y seguir adelante.

Uno de esos conceptos esenciales, quizás el más importante, es que defender a Cuba y defender el Socialismo no son dos batallas diferentes, sino una y la misma.

Las sociedades humanas son entes históricos, y esta historicidad significa que lo que somos hoy es la consecuencia de una larga y compleja trayectoria, la cual es diferente para cada colectividad humana. La nuestra es una trayectoria que vincula desde sus orígenes mismos, la aspiración de soberanía nacional con la de equidad y justicia social.

Para Cuba en el siglo XXI, soberanía y socialismo son dos conceptos interdependientes: No tendremos soberanía nacional sin socialismo, ni podremos construir el socialismo sin soberanía nacional.

La soberanía nacional siempre fue (y sigue siendo) un objetivo sagrado por el que han dado sus vidas muchos cubanos. Pero fue siempre un objetivo que no se agota en sí mismo. No es la soberanía una estación de llegada: es un punto de partida. La defendemos porque es lo que nos permite continuar el camino hacia objetivos superiores, relacionados con la justicia social, la dignidad humana y la cultura.

La defensa de la soberanía nacional incluye hoy la defensa del socialismo.

La soberanía no es un concepto abstracto: es el derecho a ser diferentes. Y entre esas diferencias, hemos llegado a ser el experimento histórico más largo de construcción del socialismo, actualmente en desarrollo (con la excepción de China y todas sus particularidades).

Ser “diferentes” hoy significa tener la libertad efectiva para superar la lógica de las relaciones mercantiles constructoras de desigualdades y exclusión, y guiar las estrategias hacia una racionalidad económica creadora de cultura, de justicia  y de sostenibilidad a largo plazo, la cual es diferente a la racionalidad de la maximización de las ganancias inmediatas.

Significa que si retrocediéramos en la soberanía nacional, se congelaría la construcción de nuestra institucionalidad, perfectible pero incluyente y participativa, se congelaría la innovación y el desarrollo, y entonces los centros de poder mundial retomarían la adquisición de activos como lo hicieron desde el siglo XIX, y fabricarían en Cuba “su” élite nacional subordinada. Ya ocurrió una vez en 1902. Los cubanos de hoy y los de mañana, no podemos permitir que eso suceda otra vez.

Para alcanzar los objetivos interdependientes de soberanía nacional y justicia social, en el mundo de hoy se necesita la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción y el papel protagónico de la empresa estatal en la economía.

Justicia social es educación, salud, acceso a la cultura, protección al trabajo y seguridad social, objetivos que se concretan en un sistema de instituciones presupuestadas que se financian con los ingresos de la economía estatal. No hubiésemos logrado construirla con los impuestos de una economía  subdesarrollada, privatizada y dependiente.

La igualdad social no es una consecuencia del desarrollo económico: es un pre-requisito para el desarrollo económico.

La trayectoria revolucionaria cubana ha construido un amplio consenso en nuestra sociedad sobre los objetivos que debemos alcanzar. Ese consenso es una innegable ventaja conquistada.

La creencia básica del capitalismo (incluso en los que honestamente creen todavía en el capitalismo) es la construcción de prosperidad material basada en la propiedad privada y la competencia. La nuestra se basa en la creatividad movida por los ideales de equidad y solidaridad entre las personas, incluidas las generaciones futuras.

Tenemos ante nosotros muchas opciones, y hay mucho que discutir en nuestra sociedad, pero no podríamos hacer nada si no tuviésemos soberanía nacional para defender una independencia, que depende mucho en este siglo XXI, de la educación, la ciencia y la cultura.

Sobre la soberanía de Cuba y sobre el ideal socialista tenemos que construir un consenso sólido como una roca de granito. Después podemos polemizar todo lo que se quiera sobre los modos concretos de lograrlos.

La tarea nuestra es fortalecer ese consenso. El plan de nuestros adversarios históricos es erosionarlo. “Plan contra Plan”, fue una expresión de José Martí.

En los años 80s cuando ya se apreciaban señales de desintegración en el campo socialista europeo, Fidel Castro desarrolló la doctrina de “La Guerra de Todo el Pueblo” que le puso un freno a la opción militar para destruir la Revolución. Luego en los años 90s impulsó lo que en aquel momento empezamos a llamar “La Batalla de Ideas”.

Los que vivimos ambas etapas vemos hoy muy claro que la Batalla de Ideas es la continuidad de la Guerra de Todo el Pueblo en un nuevo escenario.

En la primera vencimos: la historia de invasiones militares en Granada, Dominicana, Haití, Panamá y otras, no pudieron repetirla en Cuba. En la segunda, protagónica hoy y que repite esquemas de hegemonía cultural, tenemos que vencer también.

Es imprescindible comprender que para Cuba, Soberanía y Socialismo son la misma cosa.

Se han publicado 10 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Pedro luheso dijo:

    Plenamentedeacuerdoconel profesor Lage. La batalla de ideas es hoy más importante que nunca y sabemos todos que es muy compleja.

  • Pepesin dijo:

    Esto que para Cuba, Soberanía y Socialismo son la misma cosa hay que debatirlo todos los dias en las escualas, centro de trabajo, en los hogares, es la esencia de esta lucha de hoy y de mañana.

  • Xiomara dijo:

    Cuba siempre será libre y soberana y la defenderemos al precio que sea necesario viva cuba libre por siempre como dijo nuestro comandante fidelidad castro.

    • Leandro dijo:

      Es bueno ser optimistas, pero hay que ser realistas: el triunfalismo excesivo puede resultar un mal aliado. Fidel en el año 2005 en la Universidad de La Habana nos alertó sobre la posibilidad de que nosostros mismos destruyeramos la Revolución y su planteamiento no fue objeto de un profundo análisis dirigido a prevenir esa nefasta posibilidad. Al respecto, en 2008 el gran amigo de Cuba Atilio Borón decía: “Muchos observadores y admiradores de la Revolución cubana no dejan de sorprenderse por la escasa discusión que ha suscitado, al menos vista las cosas desde fuera, el discurso de Fidel en la Universidad de La Habana (…) es más, por momentos se nota una cierta autocomplacencia y algo de triunfalismo al publicar las elevadas tasas de crecimiento económico registradas en Cuba en los últimos años pero que, al igual que ocurriera en otros países, poco tienen que ver con un paralelo mejoramiento de las condiciones de vida de los sectores populares. El riesgo de todo esto es la consolidación de un abismo separando al país legal e institucional, con brillantes cifras de desempeño macroeconómico, del país real que continúa padeciendo los problemas arriba señalados. El resultado de esta separación entre lo oficial y lo real podría llegar a ser la generalización de una sensación de incredulidad y desencanto populares, lo que a su vez podría llegar a convertirse en un apropiado caldo de cultivo de actitudes contrarrevolucionarias en un futuro no muy lejano.” El 11 de julio resultó una alerta que los revolucionarios no podemos menospreciar.

  • Mayte dijo:

    Así es muy buen comentario.la juventud agradecida siempre estará al lado de nuestra revolución ,

  • Atila el Huno dijo:

    Para mi Patria es Cuba, es lo más grande, es lo que está encima de todo.
    Socialismo, Comunismo, Estado, Gobierno, Revolución, se entrecruzan muchos de ellos, porque como conceptos no son lo mismo pero están en un escalón inferior a Patria que es mucho más grande, como siempre la refirió Martí.
    Reitero, es como yo lo veo y siento, nadie tiene la verdad absoluta.

    • Lázaro Borroto dijo:

      Estoy de acierdo, pátria soberana, como quería Martí y la mayoría de los cubanos hoy.

      • Leandro dijo:

        "En Cuba, Revolución, socialismo e independencia nacional, están indisolublemente unidos.
        A la Revolución y al socialismo, debemos hoy todo lo que somos. Si a Cuba regresara alguna vez el capitalismo, nuestra independencia y soberanía desaparecerían para siempre, seríamos una prolongación de Miami, un simple apéndice del imperio yanki, el cumplimiento de aquella repugnante profecía de un presidente de Estados Unidos en el siglo pasado cuando pensaban anexar nuestra isla y dijo que esta caería en manos de ese país como una fruta madura." Fidel Castro. 7/12/1989.

  • Alberto Garcia dijo:

    Excelente artículo, de Agustín Lage. La pura realidad: Es imprescindible comprender que para Cuba Soberanía y Socialismo son una misma cosa.

  • Eldis dijo:

    Exelente articulo de Agustin Lage,deberia ser estudiado por todo nuestro pueblo y en especial por los jovenes, continuadores de la obra revolucionaria socialista.Los conceptos y significados de soberania, independencia,democracia,y socialismo, deben estudiarse con mas profundidad, en los diferente niveles de enseñanza.y a la vez capacitar a los docentes que tienen el encargo de realizar esta bella labor.Tenemos que saber y estar conciente del precio, de lo que defendemos.

Se han publicado 10 comentarios



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Agustín Lage Dávila

Agustín Lage Dávila

Destacado científico cubano. Fue durante 25 años Director del Centro de Inmunología Molecular de La Habana. Es asesor del Presidente de BioCubaFarma. Ha recibido numerosas distinciones nacionales e internacionales. Fue Diputado a la Asamblea Nacional por varias legislaturas.

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