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Iniciativa, emprendimiento y socialismo cubano

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Uno de los interesantes eventos ocurridos durante la reciente visita del Presidente de los Estados Unidos a Cuba, trasmitido a todo el país, fue la culminación de un foro empresarial. Allí tuvimos la oportunidad de atender a los promocionados éxitos de jóvenes emprendedores cubanos y norteamericanos. Hubo presentaciones de pequeños y grandes emprendedores. Correspondían al sector privado nacional y extranjero y también al de la propiedad del estado cubano.

Sin embargo el sabor fundamental que muchos apreciaron en toda la actividad radicó en la exaltación del eficiente emprendimiento de las iniciativas privadas, sobre todo las que usaban tecnologías novedosas. Se presentaron aquéllas con un éxito probado. La construcción económica de la sociedad norteamericana, su riqueza y competitividad en el mundo, descansa en gran medida en la cultura generalizada de buscar y admirar siempre lo nuevo y potencialmente productivo. Emprenden invirtiendo en las innovaciones prometedoras, incluso a riesgo de pérdidas importantes si se fracasara comercialmente por algún motivo no previsible. Esto se constituye en una parte importante de la conciencia social de ese país.

Una rápida revista a nuestro sistema de promoción de la innovación y el emprendimiento nos mueve a la reflexión. Por ejemplo, las patentes de invención concedidas en un país (también en Cuba) son las certificaciones de propiedad intelectual de las innovaciones. El conocimiento o la forma de hacer que se patenta es protegido por la ley y nadie puede lucrar u obtener beneficios económicos de ese conocimiento sin la autorización expresa del dueño que la registró, sea individual o corporativo. El estado cubano sería un dueño corporativo de aquéllas patentes que se registren a nombre de una institución de todo el pueblo cubano.

Por lo tanto, el número de patentes de un país mide la vitalidad de la producción de innovaciones potencialmente productivas económicamente. Según nuestro anuario estadístico, pasamos de 59 solicitudes nacionales de patentes en 2009 a solo 29 en 2014, con una cadencia más o menos regular de descenso anual. Este indicador es solo un resumen de muchos aspectos dignos de tener en cuenta y su situación y solución merecería una reflexión sistémica que desborda los marcos de esta nota y de este autor.

Una acción nacional importante de innovaciones en nuestro entorno se constituyó hace años con los iniciales “foros de piezas de repuesto”, convertidos más tarde en “foros de ciencia y técnica”, del último cuarto del siglo XX. Entonces se ejercitó la promoción de la capacidad innovadora del cubano en una economía de la que nos sentíamos como constructores protagónicos. Además, el estímulo positivo de la dirección revolucionaria y el negativo del bloqueo económico y de nuestras insuficiencias de gestión convirtió a la invención y la innovación en un valor social, de forma parecida a lo que ocurre en el país del norte. Pasamos de la conciencia unamuniana de “¡Que inventen ellos!” durante la república de 1902 a la cubana y revolucionaria de “¡Inventa tu maquinaria!”.

¿Cómo se puede cambiar y evitar perder estos valores? No parecen existir referentes en la formación social de Europa oriental de la postguerra, tan apreciada por muchos, donde se promoviera este tipo de acciones como tarea social prioritaria. La rígida planificación central lo impedía, como en su momento lo señalara el Che. Solo tenemos la referencia del capitalismo norteamericano que señalábamos más arriba y la de nuestras propias experiencias, teniendo en cuenta los tiempos en los que se produjeron.

Tendríamos que desarrollar iniciativas para promover la iniciativa. No es efectivo hacerlo con consignas ni metas. Nadie pudo planificar centralmente la invención de la rueda, ni la de la caldera de vapor, ni el descubrimiento einsteniano del defecto de masa que condujo al aprovechamiento de la energía nuclear. Es irónico que vivamos en una sociedad donde la iniciativa y la invención de todos los cultos y bien educados cubanos es frecuentemente una tabla de salvación para todo, renovado esto desde los tiempos de la crisis de los años 90. Deberíamos disponer de un floreciente y eficiente sistema de promoción de las innovaciones y tecnologías más novedosas. Estas podrían convertirse en un valor social mucho mayor que cualquiera de nuestras actuales fuentes de riqueza económica.

Si entendemos realmente el socialismo como una formación social “hecha a la medida”, diseñada para el bienestar y al servicio del hombre, entonces los procedimientos que implantemos para promover las iniciativas debería quedar mejor que el del capitalismo. ¿O no es así?

Por nuestra mente pasan varias alternativas posibles para esto, como seguramente ocurre en la mente de cualquier lector de estas líneas con sentido común. ¿Por qué no las discutimos e implantamos las mejores? Y cuanto antes mejor.

Se han publicado 24 comentarios



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  • Anar dijo:

    hoy fue que pude leer su artículo, genial lo que usted ha escrito, sincero, espero que sea leído y más que leído "escuchado" con los ojos

  • Juana dijo:

    Entonces super revolutionarios que somos en USA pues siempre se está inventando, el número de patentes sube no decrece

  • Estela dijo:

    Muy aleccionador su reflexión y creo que todos los profesionales y directivos, y revolucionarios, deben apoyar y hacer prosperar sus ideas. ¿Por qué no se lleva a debate como tema de una Mesa redonda del Canal Cubavisión?

  • jpuentes dijo:

    No solo basta con iniciativas, periodista. Hace falta motivación para tener iniciativas. Que es lo mismo que tener ideas. Hace falta también oportunidades y cultura, para llevar a cabo esas ideas. Las ideas estan intimamente ligada al entorno. Si no gestionas motivación, no habrá emprendimiento. Si no gestionas oportunidad y si no tienes la suficiente cultura para interpretar los pro y los contra, entonces no habrá ni ideas, ni iniciativas. Gestionar Participación y oportunidad para participar es también fuente de inspiración. Esto me recuerda, el film cubano "Boccacherias Habaneras". Se acabaron las ideas en el cine cubano?. No, las ideas estan ahí, esperando por una oportunidad: el dinero. Los cubanos hemos sidos fieles al llamado de Fidel: la batallas de las ideas. Para sacarlas cuando exista la oportunidad. Somo personas instruidas y con cierta cultura, quizas no seamos todos cultos, oviamemente, ni a los cultos les corresponde tampoco el 100% de las ideas y las iniciativas. En la historia de este pais se nota que hemos sabido no solo adaptarnos, sino luchar y luchar. No podemos decir que seamos como china: "un gigante dormido", somos una isla con mucho que aportar. Y en el medio de todo: su gente

  • Dinardo Suárez Rojas dijo:

    Por nuestra mente pasan varios procedimientos posibles para esto, como seguramente ocurre en la mente de cualquier lector de estas líneas con sentido común. ¿Por qué no las discutimos e implantamos las mejores? Y cuanto antes mejor. Aquí está la esecia del artículo.
    Hasta la victoria siempre.
    Dinardo

  • Arnaldo dijo:

    Iniciativa sobra entre los cubanos, lo han demostrado, espíritu emprendedor también lo hay y lo están demostrando. Sólo falta lo que usted acaba de mencionar y lo cito “… desarrollar iniciativas para promover la iniciativa”, las opciones y los mecanismos que incentiven y estimulen la iniciativa, la creación y las ideas novedosas.

    No se trata de crear ahora una Asociación Nacional de la Iniciativa, sino de crear espacios donde la gente pueda aportar todas aquellas ideas útiles y que les resulte beneficioso hacerlo. Pueden ser muchos, desde concursos, programas de televisión, espacios en nuestra web tan escasa de contenidos y muchos más que estimulen la investigación y la divulgación de ideas prácticas en todos los aspectos de la vida. Si, porque una buena idea la puede tener cualquiera, no sólo los “estudiosos”.

    Ahora, como mismo digo una cosa también le digo la otra, hay ideas que es preferible ni decirlas. Todavía recuerdo que de recién graduado, a principios de los 90 en una empresa de la provincia de Matanzas en que yo laboraba, habían adquirido máquinas herramientas modernas de mando digital, caras por cierto, que las desguazaban para convertirlas a manual. En eso de las ideas e iniciativas también ha existido de todo.

  • Bol Bacchan dijo:

    SI, Dr. Montero, pero el problema es que la iniciativa y la invención han evolucionado hacia iniciativas e invenciones destinadas a enriquecerse a costilla del prójimo, la mujer del prójimo, los projimitos y todo el que se ponga delante, maximizando la idea de hacer más (dinero) con menos (esfuerzos), especulando y traficando con todo la que esté al alcance de la mano.

    La segunda economía, economía informal o como se la quiera llamar, que se nutre mayormente con recursos desviados del estado es la abanderada de esa situación.

    ¿Quién le pone el cascabel al Gato?

  • orlando dijo:

    La cosa es que el desarrollo de Cuba no puede verse solamente conque hay que desarrollar la agricultura y las viviendas. Esta claro que la comida es clave, pero...acaso la ciencia no ayuda a resultados en la agricultura, y en todo lo demas? El hecho de que como el Dr miembro de la Academia CIenifica de Cuba dijo, se reduce el número de patentes, símbolo real del detrimento cientifico general en Cuba (OJO: La ciencia es más que la Biotecnologia, existe ciencia en Agricultura, Quimica, Telecomunicaciones y Electronica, Ciencias exactas, Medio Ambiente, Comunicación, Sociología, Humanidades, Politica, entre muchas otras. Está claro que Cuba no tiene recursos quizas para "apostar" miles de millones ahoramismo a un resultado arriesgado en tal o mas cual investigacion, pero lo que tenemos sentido común solamente buscamos que el país, y cuando digo "el pais" me refiero al gobierno y muchas de sus direcciones y dirigentes, apliquen y cambien lo que tenga que ser cambiado, o actualizado, para promover de una vez y por todas que las inicialitvas tengan respaldo. Por ejemplo, si el marco legal no acoge a un tipo de iniciativa, cual es lo mas facil, matarla o cambiar el marco legal si es necesario? Estoy seguro que a Da Vinci no le imponian el plan de inventos, ni mucho menos tenía que preocuparse por buscar cosas mas imperiosas porque sus resultados no le daban para cubrir asuntos más basicos. Resumen: Una de las riquezas que todavia (cada vez menos, y cada vez mucho menos) que Cuba cuenta es el capital humano preparado para asumir rapidamente tecnologias y proyectos de primer mundo si fuera preciso. Si la mediocridad, el " salir del paso", el " eso hay que verlo despues ahora lo importante es esto otro", si la falta de vision, planificacion o comprometimiento con lo verdaderamente importante predominan en la mente de los decisores, la ciencia (de nuevo, ciencia es mucho mas que biotecnologia) será siempre de futuro más que de presente. Y alerto: En estos momentos en que todas las empresas tienen que ser rentables y tener utilidades, Ojo: Un centro cientifico de verdad, jamás deberá ocuparse de ser rentable, pues su rentabilidad es precisamente esa: Ciencia, con resultados favorables o no. Los otros, las fabricas, las empresas, etc.. que sí deberían ser siempre rentables, que soporten las investigaciones. Acuerdense que si no existe la ciencia , nunca aparecerá una futura fábrica. ¿Seremos lo suficientemente previsores e inteligentes para resolver los escollos que ahora mismo no nos dejan caminar, sin asfixiar aquellos que alguna vez nos impulsarían a correr y volar?

  • Bily Neutrón dijo:

    Interesante artículo el de este ilustrado profesor... sin embargo, de que valen tantas supuestas virtudes y reflexiones técnicas si ellas no se expresan en utilidad, en bienes y servicios para la sociedad toda; y no para una minoría que mediante patentes individuales se apropia del fruto del conocimiento. Un detalle: las patentes no son ni el único, ni el más importante de los indicadores para medir la inventiva y la iniciativa creadora de los científicos, los ingenieros y en general, la eficacia de la actividad cientíca y tecnológica de una nación... y esto que digo el profesor lo debe saber, mucho mejor que yo.
    Es cierto que mucho nos falta, pero son pocas las naciones que en medio siglo han hecho tanto como nosotros, al menos en materia de ciencia y tecnología; de donde partimos casi del cero absoluto. Por eso es que me parecen geniales los últimos párrafos del artículo de Fidel "El hermano Obama"; y los pongo aquí como aporte al debate académico:
    ... "Nadie se haga la ilusión de que el pueblo de este noble y abnegado país renunciará a la gloria y los derechos, y a la riqueza espiritual que ha ganado con el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura.
    Advierto además que somos capaces de producir los alimentos y las riquezas materiales que necesitamos con el esfuerzo y la inteligencia de nuestro pueblo. No necesitamos que el imperio nos regale nada. Nuestros esfuerzos serán legales y pacíficos, porque es nuestro compromiso con la paz y la fraternidad de todos los seres humanos que vivimos en este planeta."...
    Gracias

    • Luis A. Montero Cabrera dijo:

      Muchísimas gracias por este comentario que me facilita profundizar en algunos aspectos.

      El agua es esencial para nuestra vida, pero también puede interrumpirla si ocupa nuestros pulmones. Internet es el más formidable, libre y democrático medio inventado para expresar e intercambiar informaciones y enriquecer espiritualmente a los seres humanos, pero si la información tiene propósitos malévolos, se convierte en un vehículo de perjuicio. Las patentes legitiman la autoría de una invención o iniciativa originales, evitan que se lucre con ellos por personas inescrupulosas, aunque también establece reglas de cuestionable sentido humano al privar a muchos del uso de sabiduría que debería ser de dominio público. Todo requiere regulación, el uso del agua, el de internet y el de las patentes, para maximizar las ventajas y minimizar las desventajas. Pero lo que no se puede es prescindir ni del agua, ni de internet ni de las patentes. Por supuesto que las patentes no son el único, ni el más importante indicador para medir la producción de conocimientos novedosos de un país. Pero es uno muy importante.

      Deseo precisar también algo: la innovación puede ocurrir sin un previo desarrollo científico y tecnológico. La Revolución Cubana como fenómeno social es una monumental innovación y no salió de laboratorio alguno, aunque si es producto de mucho conocimiento y cultura acumulados. Por supuesto que la ciencia y la tecnología pueden producir también innovación, pero muchos de los conocimientos que se obtienen por esta vía pasan a ser parte de nuestro acervo cultural en todos los órdenes, y no necesariamente estar orientados a la innovación. Enriquecen nuestra condición humana.

      Finalmente, SI, Fidel tiene toda la razón en que podemos producir los alimentos y las riquezas materiales que necesitamos. Lo tomo como una confirmación de la tesis principal de este artículo: tenemos que poner en práctica iniciativas para que los cubanos generen y creen riqueza con sus iniciativas, con ideas originales o adaptadas a partir de las experiencias de los más exitosos, para lograr este objetivo. Claramente no lo hemos hecho hasta ahora, por mucho que lo hayamos querido.

  • mayín dijo:

    Ojo también compañeros con la atención a esas personas, que profesionales o no, son capaces de inventar e innovar para resolver problemas, no solo las invenciones de alta tecnología ameritan ser atendidas y sus ejecutores ser atendidos debidamente, no solo en la ayuda material para ejecutar su obra sino también en la estimulación personal a ese indivíduo que está aportando a la sociedad. Tengo recuerdos desagradables de la década de los 90 cuando en el más crudo período especial Fidel hizo el llamado y la respuesta era general pero en ciertos lugares como acá en Las Tunas se "mataba" el estímulo de los innovadores a seguir presentando soluciones en los forum de Ciencia y Tecnología, casos de premios ganados y nunca entregados, en esa época se estilaba mucho que un premio fuera un fin de semana con la familia en un hotel y si el premio era municipal y provincial eran dos fines de semana, pero la CTC en Las Tunas argumentaba que un mismo premio no se podía otorgar dos veces y lo mas triste era que sí iba alguien ese fin de semana al hotel con su familia y no precisamente el que había ganado un evento, otro premio podía ser un almuerzo con la familia en un restaurante, pagado por el trabajador y nunca poder recuperar ese dinero que realmente le hacía falta porque no podía darse el lujo de ir a un restaurante por su bajo salario y así tantas cosas desagradables pasaron en esa época que "mataban" la iniciativa porque si no hay premio por hacer algo, perfecto, el trabajador hizo su invención sin pensar en un premio, pero si el premio está establecido para estimular materialmente, por qué lo disfruta otro?, creo que el talento tiene su valor y hay que pagarlo y es por eso que se fugan algunos inventos e innnovaciones o simplemente se esconden y se utilizan para beneficio propio.

  • Miguel cruz dijo:

    Una propuesta:todo cubano tendra derecho a una parcela de tierra de una hectarea alrrededor de pueblos y ciudades,los repatriados podrian alli construir sus casas y producir cerdos y aves y en poco.tienpo se inunda el mercado y el peso cubano se revaloriza,toda persona podrea traer automoviles del exterior pagando un sefuro mensual en dicisa extranjera y pagando la gasolina en divisa tambien

  • Humberto Pedroc dijo:

    El artículo me parece muy útil. Hay que seguir abriendo las oportunidades a la inteligencia.
    Las patentes son un elemento que puede ser muy importante, pero su mal uso puede partir de nosotros mismos. Nadie en el mundo patenta por patentar. Se pagan los costos de las patentes en cada país cuando ellas tienen un valor potencial muy superior al tiempo y dinero que cuestan.
    El logro de resultados económicos debe ser la brújula. En primer lugar por el incremento del valor agregado a recibir por la exportación asociada al objeto de la patente o al menos por los ingresos derivados de su negociación temprana.
    Si no, podemos tener miles de patentes inútiles, hechas con afán de lucimiento personal o de un colectivo, que lo que hacen es costar los desembolsos sistemáticos que las patentes implican.
    Si la ciencia no se alinea, no se integra con la economía, no es útil al país. Y alinearse no es investigar en lo que más me conviene por otros motivos y después quejarme de que los tontos empresarios no aprovechan mis sabios resultados. Si nuestro logro científico es tan importante seguramente habrán muchas compañías en el mundo dispuestas a pagar mucho por nuestra patente. Alinearse creo que es realmente trabajar en ciclo cerrado, como Fidel impulsó que se materializara en el Polo del Oeste.

    • Lillian dijo:

      Desgraciadamente en el mundo sí se patenta por patentar, se patentan cosas innecesarias, se inventan cosas absolutamente superfluas y hay empresas incluso, que se dedican nada mas q a comprar patentes y a interponer litigios, o se compran patentes para arruinar a la competencia. Como en todo, el capitalismo le imprime un sello particular. Los litigios por propiedad intelectual son los mas caros que se pueden imaginar y hay grandes empresas, que se la pasan amenazando con litigios por estos conceptos. Cito a Simón Rodriguez, en esto "O inventamos o erramos", pero de copiar, nada. Es mi opinión.

  • choqui dijo:

    Me quitaría el sombrero si lo usara. Convincente análisis. Deberíamos debatirlo en todos los órganos de dirección a todas las instancias en el país.

  • Juana dijo:

    Me preocupa que a estas alturas sigan los experimentos económicos en Cuba con recetas que el mundo entero saben que no trabajan. Cuál es el miedo al que un individuo sea dueño de medios de producción? Puede un campesino ser dueño de diez tractores, un informático tener un local y ser dueño de servidores y computadoras, etc, etc. Lo que es de todos no es de nadie entonces no se cuida. No saben eso?

    • pedro dijo:

      Srta Juana con ese cuento a otro: La McDonald's tiene miles de restaurantes en mas 170 países y los dueños y señores viven en EU, por lo que no pueden estar cuidando y dirigiendo sus negocios en cada uno de los establecimientos, simplemente administran por leyes y estatutos rígidos y exigentes. Al mismo tiempo administran un capital que supera en mucho el capital de muchisimos paises, es decir que es como si fueran una gran empresa estatal, al igual que la gran cantidad de monopolios que existen en el mundo.

  • manolito1386 dijo:

    Es importante innovar, crear, incentivar en bien común, todo cuanto pueda ser creado por nosotros mismos y para nosotros mismos es bienestar para el país pero que se hace para incentivar esto desde los centros de trabajo? lo digo por mi mismo cuando voy a comprar algo debo llevar dinero mi trabajo es la forma de ganármelo tal vez para usted fue un invento pero para mi fue ganarme el pan de ese día no se si me hago entender , el otro asunto es que si inventas mucho enseguida te pegan el ojo arriba , cada quien según tu trabajo, cada quien según su picardía reza la canción , imagínense que china y Japón hace una feria de la innovación sin inflar globos ay premios de hasta 1000USD si eso no te place pues ganas un buen puesto con un buen salario, extra, todo incluido vale o no vale inventar …….

  • CUBAMÍA dijo:

    Importante reflexión que llama en primer lugar a comenzar por promover lo que se discutió en una mesa redonda el respeto y el insentivo a la responsabilidad.

    Es en mi humilde primer paso el recomienzo de el primer paso, mientras lo mediocre y lo responsable ganen lo mismo mirese por donde se mire nada cambiará. En mi empresa grandes directivos han visto durmiendo a jefes de departamento que deben cumplir una guardia rigurosa de atención y supervición y son los trabajadores quienes reciben una deficiente evaluación. Los jefecitos cada día mejorando y si lo dices, lo pagas, nada más que lo mismo que en el capitalismo.

  • Andrés dijo:

    Estoy de acuerdo con usted en la necesidad de promover la iniciativa, el espíritu innovador y de crear un sistema de promoción de las innovaciones y tecnologías más novedosas en Cuba, Dr. Montero. Esto es política industrial y política de innovación a pulso y eso debe ser uno de los pilares de la Cuba próspera que se quiere construir. Mi criterio como economista es que, en ese punto, necesitamos más especialistas en innovación y desarrollo que macroeconomistas.

    Sin embargo, discrepo con usted cuando usa las patentes como indicador de innovación. La historia de las patentes es compleja, funciona mejor en algunas industrias que en otras y sí, de cierto modo contribuyen a proteger las ideas de los innovadores y a que estos puedan obtener réditos de ellas. Pero, en mi criterio, es algo más que inexacto usar el número de patentes como indicador de innovación. Es lo que muestra la evidencia histórica, incluso en los Estados Unidos. Investigaciones recientes muestran que durante el siglo XIX la mayor parte de las innovaciones ocurrieron fuera del sistema de patentes, en USA y en otros lugares. El propio origen de las patentes en la Venecia de 1474 no deja duda sobre su verdadero carácter, cuando la república Veneciana ofrecía derechos exclusivos a los inventores o importadores de nuevas tecnología, hubieran estos últimos creado la invención o no. Es decir, fue más una herramienta de política industrial que de generación de innovación.

    Esto no quiere decir que las patentes no se hayan empleado con éxito en algunos casos y que (sobre todo en los Estados Unidos) no hayan contribuido a democratizar la innovación. Pero sí pone en tela de juicio la idea de que "La construcción económica de la sociedad norteamericana, su riqueza y competitividad" sean un resultado directo de las leyes de patentes. Otros medios de protección y de incentivos a los inventores han jugado quizás roles mucho más prominentes que las patentes (secreto industrial, premios gubernamentales, etc) y han contribuido mucho más a la innovación que las patentes. Esto se evidencia también en la historia de la innovación en Estados Unidos durante el siglo XX, donde cosas muy distintas a las patentes favorecieron la innovación (por ejemplo, las licencias forzadas o compulsory licencing). De hecho, el economista Joseph Stiglitz propone un sistema de premios estatales que ayude a superar la falta de innovación generada por los litigios de patentes en la industria biopharmaceútica. El senador Bernie Sanders propuso en 2011 una ley para impulsar estas ideas.

    Si en Cuba usamos las patentes (sobre todo en la industria biotecnológica) es porque nuestro país se encuentra en un entorno donde se ve obligado a hacerlo. Pero note que, dentro de la industria en Cuba, la clave es el intercambio de información (igual quién patentó). De hecho, cuando vemos el efecto de las patentes y litigios en la industria biofarmaceútica mundial (especialmente en Estados Unidos) nos damos cuenta de cuan nocivas pueden ser las patentes para la innovación. En este entorno, a Cuba no le queda más remedio que apelar a este mecanismo para protegerse a la hora de comercializar sus invenciones en el mercado internacional. Pero dios nos libre de aplicar el mismo mecanismo entre nuestros productores nacionales dentro de Cuba, con el pretexto de promover la innovación.

    Es importante pensar en los cambios institucionales para estimular a los emprendedores, pero las patentes no son un indicador de esto. La filosofía de obtener réditos sobre la base de ocultar la información útil a otros, no es una que precisamente ayuda a la inveción.

  • Elio Antonio dijo:

    Hola:-)

    No he leído todos los comentarios hasta el momento de éste, el mío. Independientemente de la importancia que le concedo al artículo; lo que más me ha agradado ha sido la participación del autor en estos intercambios; algo raro por estos lares.

    Saludos;-)
    http://desdeguantanamo.cubava.cu
    http://elioantonio.cubava.cu

  • La Fusta dijo:

    Hola Montero. Hace dos días mandé un escrito más amplio y detallado que mi contribución de hoy, pero por alguna razón se perdió en los recovecos de la web y no voy a repetirlo porque aprecio mucho mi tiempo. Sin embargo, las ideas centrales son las siguientes: El sistema de Ciencia e innovación en el país no es homogéneo; tiene los siguientes 5 escenarios: El polo científico del oeste; las universidades y centros de investigación del MES; los institutos del CITMA; los centros de investigación ramales; y las empresas. Cada uno de ellos tiene su propia situación en cuanto a objetivos, capital humano, laboratorios, fábricas y capacidad financiera. El balance de todos estos factores determina su rendimiento científico e innovador. A estos escenarios habría que incorporar ahora la iniciativa privada (que por cierto, nunca ha estado cerrada en materia de patentes, pero ahora debe tomar más auge) Para resolver el problema de la innovación no hay que perseguir soluciones generales, sino particulares para cada uno de esos escenarios.
    El análisis que hace Andrés es muy correcto. El criterio de las patentes como indicador de la innovación en el socialismo no tiene la misma validez que en el capitalismo, donde actualmente las ideas son una de las mercancías más apreciadas, y las patentes son una forma segura de comercializarlas por los actores privados. En nuestras condiciones; ---sin abandonar las patentes para entrar a ese mercado de ideas, canalizar la iniciativa innovadora individual y buscar inversores extranjeros--- se debe buscar otros indicadores para medir el desempeno, los cuáles debieran basarse en los resultados.

  • Andrés Espinoza dijo:

    Estimado Sr. Montero,
    Existen herramientas para que ciudadanos de a pie puedan innovar y emprender en la Cuba de hoy?. Estos "emprendedores" tienen acceso a capital semilla para desarrollar sus ideas?
    Hoy estamos viendo que la innovación no solo debe ser rentable, sino sostenible y sustentable... Creo que Cuba debe crear estos centros "incubadoras" para explotar el talento que seguro tiene el pueblo.
    Slds

  • Nacho dijo:

    Yo siempre digo cosas como estas: "hay quienes crean medicamentos para curar enfermedades, mientras hay otros que los crean para venderlos en el mercado". Claro que hablo de una sociedad capitalista como la que vivo (Argentina).
    Encontré esta nota buscando sobre el incentivo para la innovación en las sociedades socialistas, donde el lucro individual o privado no sirve como motivación. A mi parecer, la patente no hace más que empujar hacia la privación del recurso y no a su expansión. Un ejemplo es cuando en plena crisis de la gripe A, el laboratorio que fabricaba la vacuna para combatirla decidió, aprovechando el control de la patente, aumentar el precio a fin de aumetar sus ganancias, lo que obviamente no tuvo otro resultado que dejar a más personas sin acceso a la cura.
    Desconozco los detalles de la economía cubana, pero me gustaría pensar que cosas como esta no pueden y nunca podrán ocurrir.
    Sin embargo, sigo buscando información sobre que incentiva a la innovación y el desarrollo, al ejercicio de experimentar con emprendimientos creativos, tanto productivos como artísticos e intelectuales, en una sociedad socialista que no está basada en el lucro individual. Cualquier información, experiencias, autores, textos, etc, que pudieran darme, se los agradecería.

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Luis A. Montero Cabrera

Luis A. Montero Cabrera

Doctor en Ciencias. Presidió el Consejo Científico de la Universidad de La Habana más de tres lustros. Miembro de mérito y coordinador de ciencias naturales y exactas de la Academia de Ciencias de Cuba.

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