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Eleuterio Páez: Lo que haga otro hombre, yo también lo puedo hacer

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Eleuterio Páez.

Eleuterio Páez.

Conocí a Eleuterio Páez a principios de los años 90 cuando recién se había mudado para el Reparto Eléctrico, donde tenía posibilidades de sembrar lo que necesitaba y había mucho más espacio para atender a sus pacientes.

Fui gracias a los doctores Pedro Sastriques y Xonia Lopez, cultores ellos de la aplicación de terapia florar y otros procederes de medicina natural, que conocían los resultados del “mofuco” que preparaba Páez, válido entre otras cosas contra el asma, enfermedad que padecía mi hermana.

Cuando llegué a Ojo de agua número tres, la finca del “Brujo de la Marina”, como le decían a ese hombre, un chamán en términos exactos, me impactó su personalidad por lo seguro que estaba de sus medicamentos. Accedió a darme una entrevista para Radio Reloj –emisora en la que entonces yo trabajaba- sin hablar del cáncer. Porque sí, Páez con su Vimang, amasado por sus manos y aplicado en distintas mucosas, logró conjurar en cáncer en pacientes que los médicos ya habían desahuciados.

Al final hice lo que Páez me sugirió el primer día: escribir un libro: Páez, una auténtica esperanza contra el cáncer, publicado en Cuba en el 2000 y por la editorial Lumen (mexicana-argentina) cuatro años más tarde.

¿Por qué me arriesgué en ese texto? Por los múltiples testimonios de médicos que entrevisté. Por ejemplo un paciente con un linfoma fase cuatro vivió y la Dra. Eva Elena Salomón Zaldívar, en aquel momento (1998) Jefa del Departamento de Oncología del Hospital Joaquín Albarrán me dijo:

“No fui en realidad doctora del paciente Francisco Cabrera. Cuando me hice especialista en oncología y llegué aquí al Albarrán, el Dr Montalvo, eminente oncólogo ya fallecido, me presentó a Cabrera y me dijo que se trataba de un paciente con linfoma en etapa cuatro, sin posibilidad de vida, porque las etapas cuatro son avanzadas y el paciente sólo tiene posibilidad de unos seis meses de vida.

A Cabrera se le hizo un tratamiento paleativo de quimioterapia y radioterapia y supuestamente se perdió de seguimiento de la consulta. Al cabo de unos tres años de estar yo en este hospital conozco a Páez y me invita a uno de los encuentros de los que él sostiene con pacientes portadores de cáncer. Allí tuve la sorpresa de ver que uno de los pacientes que primero contó sus experiencias fue Cabrera. Me llamó la atención porque sorprendentemente estaba vivo, luego de tres años de habérsele detectado un cáncer en etapa cuatro.

Él explicó cómo se había puesto en manos de Páez y le había ido muy bien. Desde entonces yo le envío pacientes a Páez. No estuve cuando operaron a Cabrera pero sé que fue un acto quirúrgico bien amplio en una lesión tumoral abdominal y con tomas a otros niveles. Él sigue viniendo aquí, al hospital, en consulta de seguimiento y en estos momentos está estable, y no se puede hablar de que tenga foco metastásico en ningún nivel. Mi sorpresa de entonces y de ahora radica en que los pacientes con cáncer en estadio cuatro no tienen sobrevida ni con sueros, ni con ningún otro medicamento de los convencionales”.

Pero ¿quién era Paez? Un guajiro que nació en Taco Taco, enfermizo, tanto que su padre lo curaba siempre con lo que podía, que desde niño se inclinó por el poder de las plantas y hablaba mucho con los haitianos que por allí vivían, y que no pudo estudiar. En 1960 salió de su casa a una movilización y jamás volvió a vivir en aquella zona. El ejército fue su hogar, estudió, viajó a la antigua URSS a especializarse hasta que llegó a la Marina de Guerra, específicamente a la Academia Naval donde se retiró con el grado de capitán de corbeta.

Paralelamente, se interesó por la medicina natural. A los catorce años el padre le quitó un malestar con un cocimiento que sabía a rayos y años después cuando un compañero enfermó se acordó de aquello y lo curó. Fue su primer paciente que corrió la bola y obligó a Páez a atender casi todos los días a algún guardia. En su casita de La Víbora “consultaba” y junto a su esposa Estela Herrera preparaba los mofucos.

A la larga, las FAR que siempre ha incentivado la medicina natural, le asignaron el pedazo de tierra y le construyó los locales indispensables para vivir con su familia, preparar las medicinas y atender sus pacientes: llegó a tener cuatro mil.

Por desgracia, el Vimang no es por sí solo la cura contra el cáncer, aunque si ayuda a combatirlo al ser un fortísimo antioxidante y un colosal elevador del sistema inmunológico, si a eso se le añade la impronta que lo ponía Páez a sus pacientes, dándole confianza, diciendo que si que se iban a curar, se entiende el por qué de los resultados.

El escritor y Premio Nacional de Literatura Humberto Arenal, por ejemplo, con el tratamiento de Páez no tuvo que operarse del cáncer de próstata y no hizo metástasis en huesos, lo común en esa dolencia. Comenzó a atenderse en noviembre del 2000, aumentó de peso, mejoró su sistema gástrico y sólo nueve años después tuvo molestias por cálculos en la vejiga aunque sin dolor. Claro él también tenía un seguimiento con medicina alopática.

Lo interesante del medicamento de Páez –la mangerina_ es que aplicada en las mucosas puede tener efectos increíbles. Es efectiva para lograr embarazos –su descubridor decía que tenía más de 200 hijos- y para algunos tipos de parásitos como las giardias; en crema ayuda a prever el envejecimiento, y también más concentrado es un poderoso analgésico y antinflamatorio. En pastillas, liquido y cremas actualmente el Vimang lo comercializa el grupo empresarial Labiofam.

Hace muchos años que no veía a Páez. Un desacuerdo entre él y yo no facilitó el dialogo. Me enteré por casualidad de su muerte, ocurrida el siete de febrero. Cremado, sus cenizas fueron depositadas el día 8 con honores militares, en el Panteón de las FAR.

Al preguntarle a Páez, un hombre que no cobró sus consultas, cómo había llegado a hablar a la par de un médico (todo el mundo le decía Doctor) me enseñó la gran cantidad de libros de Medicina subrayados, lo que mostraba todo lo que estudió, por eso creí en la frase que me espetó “lo que haga otro hombre yo también lo puedo hacer”.

vimang

Se han publicado 46 comentarios



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  • marita dijo:

    Josueé., no sea tan incrédulo, recuerde que además de enfermedades existen enfermos, cada uno de ellos único e irrepetible, al menos en lo psicológico. Además, con estas opiniones estamos rindiendo tributo a un hombre de buena fe, de amor por los demás de entrega ilimitada. Se debe tener el pudor de callar, aunque se trate de una voz autorizada por su sapiencia, ante los que se sacrifican, al menos si estamos ante el momento de la muerte de un ser humano que ha hecho bien la obra de la vida, No es el momento. Mi hermana ha sobrevivido más de diez años sin complicaciones secundarias a un cáncer en fase tres, que mató a nuestra madre año y medio después de enfermar. Esto último ocurrió 38 años atrás cuando no había quimioterapia, ni VIMANG. Mi hermana se sometió a todo y también al VIMANG en todas sus manifestaciones: jarabe, tabletas, ungüento y crema. Qué hay de malo en tener fe en lo bueno. Ah, pido a quien corresponda que los medicamentos de este gran hombre lleven su apellido y que se erija un monumento a la HUMILDAD y al AMOR que se llame PÁEZ

  • Jairo-Silvia dijo:

    Sencillamente Eleuterio Páez fué un hombre extraordinario. Dedicó su vida, con su familia, a dar ayuda a miles de personas. Nunca buscó recompensa material alguna. Mejoró "la calidad de vida", -como a él le gustaba decir-, de tantos que, sin esperanzas de vida ó padeciendo diferentes dolencias, acudían a su consulta buscando una solución a sus enfermedades. "Honor a quien honor merece!"...Eleuterio fué un cubano bueno, desinteresado, verdaderamente revolucionario.

  • José Pérez Marquez dijo:

    que se reconozca la labor realizada por ese gran hombre, que sin interés algunos ,le da, esperanza de vida a las personas mas necesitada , mi gran respeto y admiración

  • Vater dijo:

    Escribi un comentario anterior, pero no lo encuentro aqui. Cuando lo envié me dijeron: Estas escribiendo demasiado rapido. Afloja! Vaya uno a saber que significa, si era solo un comentario.
    El caso de este hombre, y el de otros muchos es un ejemplo de las contradicciones y vericuetos por los que pasa a veces el progreso. Seres inspirados, amantes de la vida, desesoso de ayudar al prójimo, de calmar dolores y curar enfermdades terribles son merecedores de respeto cuando lo hacen sin afan de lucro, como parece ser el caso. Pero cuidado, reconocer sus valores morales no tiene que significar un apoyo a la cientificidad y rigor de sus postulados e hipótesis. Para eso existe todo un sistema de filtrado, experimentación y validación que estas personas pasan por alto, algunos por ignorancia otros por fe ciega en lo que piensan o lo que sea. En el caso del Vimang no existen pruebas científicas de que cure nada. El desaparecido CQF dedicó ingentes esfuerzos y recursos y solo encontró alguna actividad antioxidante. Hasta ahora no hay nada más. En este sentido la autora hace un flaco servicio a la cultura científica de nuestro pueblo. Las anécdotas no hacen Ciencia. ¿Sabe ud a cuantos, estimada Paquita, a cuantos cubanos ha curado la fe en San Lázaro? No he hecho la encuesta, pero seguro que a muchos más que el compañero a quien se refiere el artículo. Sin embargo el MINSAP no tiene una especialidad de Invocaciones ni las imágenes religiosas se venden en las farmacias.
    Por favor, tengamos cuidado y cuidemos algo tan precioso como la cultura de nuestro pueblo y el prestigio de nuestra medicina.
    Ruego a la familia y amigos del compañero me disculpen. No es mi intención disminuir el valor humano de sus esfuerzos, solo poner un poquito de orden y racionalidad en un tema muy delicado.Saludos

  • C de cubana dijo:

    Yo le tengo absoluto respeto a Paez...lo conoci personalmente poruqe fui su paciente: excelente persona, excelente medico y excelente amigo como tamebien pude constatar, dispuesto siempre a abrirle las puertas de su casa a todos aquellos. Espero que estos comentarios que todos hemos hecho sirvan para darle el reconocimiento que merece por su obra...porque lo que he leido aqui sobre el, de cada uno de los que han puesto sus comentarios, sea de Paquita o de doris y del resto de nosostros demuestra que sin dudas es un hombre que ha dejado en todos nosostros una profunda huella.
    Gracias

  • Melquiades dijo:

    Melquiades
    Conocí a un hombre integral, amigo y preocupado por la salud de todos; que rechazo ofertas millonarias y el abandono del país para prestar servicios a los poderosos e imperialistas. Atendió mi madre procedente de la provincia Santiago de Cuba con una cirrosis hepática donde le daban de vida menos de seis meses y ella duro casi 3 anos con el tratamiento de Viman, sin pagar ni un centavo por ello. Obras sociales como estas es necesario darle una mayor propaganda Nacional e internacionalmente.

  • cubana dijo:

    Gracias una vez más Paquita por acercarnos a la vida de un gran hombre, siempre leo tus articulos y los considero muy acertados , hay comentarios que dejan mucho que desear pero por suerte son los menos, pero tranquila que los cubanos si no llegamos nos pasamos, continua haciendo tu trabajo y lo que creas que es correcto.

  • isbel dijo:

    Por favor mi padre tiene un tumor en el pulmon pero no es maligno al parecer el medicamneto k hizo este gran senor es el llamado Vimang k se puede encontrar en labiofan:: ayudeneme a darme una repuesta

  • Lidice Cabrera dijo:

    Hola mi nombre es Lidice Cabrera hija de Francisco Cabrera del mismo que se habla en este artículo, ahora mismo lo tengo aquí a mi lado que los dos estábamos buscando información de los hijos de Paez para alguna comunicacion pues el agradecimiento es tan grande que después de 25 años nunca salen de nuestros pensamientos si de alguna manera alguien puede proporcionarnos alguna información lo agradecería, gracias Eleuterio Páez que en paz descanses.

  • Pablo Rosendo Oliva Romero dijo:

    En la Academia Naval "Granma" el 2do Jefa de Armamento Capitán de Corbeta Eleuterio Páez Betancourt tenía en su almacén, elaborados y en conservación sus medicamentos naturales, en diferentes recipientes muy bien protegidos, ofrecía gratuitamente curas para todo tipo de parásitos intestinales, para las hemorroides, para problemas de la próstata, para la caída del cabello, etc.
    Siempre decía a sus pacientes: no puedo decirte que tienen mis medicamentos, pero si quieres puedes preguntar a otros que ya los han usado y se han curado, además no estás obligado usarlos, puedes ir a un hospital y ver a un médico.
    Cierro mi comentario confirmando que a mi me curó las hemorroides hasta el sol de hoy, he tenido algunos sangramientos pero nunca más se me han botado, y a mis dos hijos les arrancó de raíz las giardias con 3 y 4 años.
    Donde quiera que estés Páez, muchas gracias. Tu compañero CF(r) Pablo Rosendo Oliva Romero.

  • Yamila dijo:

    El señor Eleuterio Paez aun sigue tratado a personas con sus tratamientos alternativos ? Si es así cómo se puede contactar con el .Gracias

  • Tatiana dijo:

    Hola donde puedo adquirir el vioman y cuál es el costo lo necesito de urgencia por favor ayúdenme.

  • Eblis dijo:

    Buenas .Tengo un familiar con un carcinoma escamoso en base de la lengua y m en cuello pendiente radioterapia y quimioterapia y quisiera la valoración para posible tratamiento VIMANG. ...gracias

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Paquita Armas Fonseca

Paquita Armas Fonseca

Periodista cubana especializada en temas culturales. Colabora sistemáticamente con Cubadebate y otros medios digitales como La Jiribilla, CubaSi y el Portal de la Televisión Cubana. Fue directora de El Caimán Barbudo.

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