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Una inmigrante cubana que se atreve a capturar terroristas en Miami

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Julie TorresEN Miami, donde miembros del FBI y los servicios de Inmigración (ICE) vacilan ante las amenazas abiertas de los extremistas de origen cubano, una inmigrante de 43 años, Jefa de la agencia policíaca federal ATF, se ha atrevido a poner detrás de los barrotes a Santiago Alvarez Fernández Magriñá, padrino de Luis Posada Carriles, alias "Comisario Basilio"*.

Posada Carriles, ex agente de la CIA, está preso en El Paso, Texas, por entrada ilegal al terroritorio de Estados Unidos, país que está a punto de otorgarle la libertad condicional. La administración Bush no se ha pronunciado por la solicitud de extradición que hiciera Venezuela, que acusa a Carriles, ciudadano de origen cubano y nacionalizado venezolano, por haber organizado la voladura de un avión civil en 1976, que costó la vida a 73 personas.

Mientras el terrorista internacional más conocido del hemisferio se encuentra bajo la protección de la administración Bush en espera de su liberación, Julie Torres, primera hispana a cargo de una importante oficina regional de la Agencia federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), arrestó a Santiago  Álvarez y su cómplice Osvaldo Mitat,  por  posesión de  armas  terroristas.

 El Miami Herald celebró recientemente en un texto titulado "Una mujer de éxito en un mundo de hombres", firmado por Jay Weaver, no el arresto de Álvarez, sino el hecho también más que excepcional de ver a una "hija de exiliados cubanos de la clase trabajadora" llegar al puesto más alto de la ATF en Miami, con responsabilidad por el sur de la Florida, Puerto Rico y las Islas Vírgenes de EE.UU.

 Torres nació en la provincia de Pinar del Río, en 1962, señala el periódico sin precisar en qué municipio, y salió del país de niña, en 1968, cuando un tío hizo emigrar a su familia.

Esos años de inmigrantes "fueron duros", indica el reportaje al explicar que su madre, Rosa, trabajó en una fábrica de cortinas en Hialeah y que su padre, José, parqueaba carros en un hotel hasta que "sus años de alcoholismo y comportamiento abusivo rompieron el matrimonio".

Julie Torres entró en el Ejército en 1982.

  "Con el tiempo se unió al Comando de Investigación Criminal del ejército, que investiga crímenes militares y protege a los altos oficiales. Estando en Panamá, años más tarde, trabajó con varias agencias federales: FBI, DEA, ATF y Aduanas.

Fue nombrada a su actual puesto en abril del 2004.

EX OFICIAL DEL DICTADOR BATISTA CONVERTIDO EN LUCHADOR PRO DERECHOS HUMANOS

Ahí se sitúa otra hazaña de Torres que el reportaje del Miami Herald prefirió reducir a tres escasas líneas. Aquí está la historia completa.

En agosto de este mismo año, arrestó a Raúl Gómez DeMolina, un ex oficial de Batista convertido, en Miami,  en "luchador" de los "derechos humanos". En realidad, Gómez se dedicaba al contrabando de armas entre la Florida y… Venezuela.

Según la versión oficial, el destino final de los cargamentos enviados por el delincuente era "grupos guerrilleros y paramilitares en Colombia", según la mejor oferta.

Cuando Gómez fue detenido por primera vez durante tres días en febrero de este mismo año, en Maracaibo, Venezuela, por su presunta vinculación con la llegada desde Miami de un contenedor con 60,000 cartuchos, los oficiales anotan textualmente entre sus características "cubano=EE.UU., antichavista" y se añade: "instructor de tiro, facilidades para adquirir armas en EE.UU., contacto con armerías, colecciona armas".

En agosto siguiente, el "militante anticastrista" de 69 años es arrestado junto a un socio colombiano Rafael Samper, 40, un mercader de armas venezolano, Edgar Semprun, 53, otro venezolano, Antonio Tarrab, 41, Bilmer Paz, 29, y Miguel Palacio, ambos de Hialeah.

En un almacén, los investigadores de Torres encuentran 55 armas de fuego, incluyendo 19 AK-47  y nueve pistolas así como 206 000 balas de tipo militar, 5 libras de explosivos y... botas de combate. Una búsqueda ulterior en otros sitios llevó los oficiales a capturar un total de más de 700 000 proyectiles y más de 200 armas.

Irónicamente, Gomez DeMolina, fundó y manejaba en Miami una organización que se dedicaba a promover "la ecología y el pacifismo".

 Más irónico aún, este traficante de armas estivo estrechamente vinculado a otro "activista de derechos humanos", Ricardo Bofill, un conocido "disidente" de origen cubano, que mantuvo estrechos vínculos con la Oficina de Intereses norteamericana en La Habana y que ahora se vanagloria de trabajar en Estados Unidos para el Gobierno norteamericano.

En Cuba, Gomez DeMolina fue arrestado en 1960 por actividades terroristas y fue condenado a ocho años de prisión.

En marzo de 1989, marchó a Estados Unidos, donde fue instructor de uso de armas, celador, y en el momento de su arresto, trabajaba en Miami Security Supply, un negocio de armas con licencia federal.

¡Y que casualidad! Se trata aparentemente de esa misma tienda donde Santiago Álvarez compra sus AK-47.

COBARDIA INSTITUCIONALIZADA

 En la traducción del texto del Herald en ingles, el Nuevo Herald censuró el párrafo donde se precisa que la Jefa del ATF regional fue quien detuvo a Santiago Alvarez.

 La actitud del Herald hispano refleja la del FBI local que mantiene una conducta cómplice ante los extremistas cubanoamericanos hasta el punto de ignorar sistemáticamente sus actividades criminales.

  El arresto de Santiago Álvarez Fernández Magriñá y de su socio Oswaldo Mitat, realizado por Julie Torres, sorprende frente a la letargia cómplice de la policía federal, cuando connotados terroristas testifican en plena televisión de Miami de sus actividades criminales.

 Esa duplicidad se evidencia de manera siempre más grotesca desde que el terrorista internacional Luis Posada Carriles entró en territorio norteamericano, a su llegada a bordo del barco camaronero Santrina, con varios cómplices.

 Informado de ese acto sumamente ilegal, de lo que prevé la ley en tal caso, y de la trayectoria terrorista del asesino, torturador y terrorista septuagenario, el Special Agent in Charge (SAC) Michael S. Clemens, jefe del FBI de Miami, no tiene, aparentemente, autoridad ninguna para ubicar, arrestar e inculpar a los terroristas que lo rodean.

  Unos años atrás, el FBI se enteró pero prefirió ignorar que el mismo Santiago Alvarez apoyó, siempre con el dinero de la FNCA, a Luis Posada Carriles, Pedro Remón, Gaspar Jiménez y Guillermo Novo Sampoll, quienes pudieron realizar tranquilamente sus compras de explosivos C-4 con el propósito de destruir el anfiteatro de la Universidad de Panamá, donde iba a hablar el Presidente de Cuba.

 Es también así que el ex Jefe del FBI de Miami, Héctor Pesquera, y sus efectivos se consagraban a perseguir a un grupo de luchadores cubanos antiterroristas infiltrados en los círculos terroristas de Miami, mientras catorce de los 19 terroristas que provocaron el desastre de las Torres Gemelas se entrenaban a proximidad de sus oficinas. 

*Posada Carriles era conocido como "Comisario Basilio" cuando ocupó el cargo de Jefe de Actividades Especiales de la Policía Política venezolana (DISIP) a finales de la década del 60 y principios del 70. Existen múltiples testimonios de personas que fueron torturadas por este hombre y de personas asesinadas presumiblemente por él.

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Jean-Guy Allard

Jean-Guy Allard

Periodista canadiense radicado en Cuba. Es autor del libro "Auge y caída de Reporteros Sin Fronteras".