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LA GRAN MENTIRA DEL SIGLO XXI

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Estados Unidos históricamente ha justificado sus guerras con grandes mentiras. En el siglo XIX, inventaron la voladura del Maine para llevar a cabo sus intenciones de arrebatar a Cuba de las manos de España. En el siglo XX, las mentiras fueron la causa de la demora en la apertura del Segundo Frente  contra Hitler y el lanzamiento de las bombas atómicas contra Japón, por solo citar algunos entre decenas  de ejemplos.

 

Ahora en el siglo XXI,  una gran mentira anda rodando de aquí para allá y de allá para acá en todo el planeta. Se trata de la justificación esgrimida por el Presidente de Estados Unidos y sus más cercanos colaboradores para apoderarse del petróleo iraquí.

 

Todo comenzó mucho antes del trágico 11 de septiembre del 2001. Bush se estrenaba en la Casa Blanca  y por alguna extraña razón, quizás un compromiso familiar, o por la necesidad de "resaltar" como hombre fuerte, decidió invadir a Iraq y apoderarse de su petróleo.

 

En el mundo actual, una  decisión de ese tipo, tenía que ser muy bien enmascarada, para lograr los aliados necesarios y como la verdadera razón no podía ser esgrimida, comenzaron de inmediato a fabricar la gran mentira.

 

Una mentira que no ha cesado de crecer, que como inmenso alud solo se detendrá cuando haya arrasado todo a su paso.

El ataque del 11 de septiembre no pudo ser evitado. Hay que castigar a los terroristas de Al Qaeda . Iraq tiene armas de destrucción masiva y vínculos con Al Qaeda y amenaza la seguridad de los Estados Unidos.

 

En la medida en que perseguían sus verdaderos objetivos, crecía cada día el gigantesco embuste, para seguir justificando lo injustificable.

 

Aun así, millones y millones de personas se pronunciaron contra la agresión a Iraq, incluso en el propio territorio de Estados Unidos y en el de sus principales aliados.

Tan burda ha sido la gran mentira del siglo XXI, que el Congreso norteamericano ha creado una comisión de investigación para tratar de hallar la verdad.

 

Recientes denuncias de diferentes personalidades comienzan a cortar los hilos de la enmarañada madeja que lograron tejer Bush y sus halcones.

 

Una de las más fuertes es la declaración del asesor de la lucha contra el terrorismo de la administración, Richard Clarke, quien aseguró que, un día después de los ataques, el presidente Bush le manifestó "en forma muy intimidante" que evaluara la participación del gobierno de Saddam Hussein en esas acciones.

 

 Y agregó:  "El quería que nosotros dijéramos que había una mano iraquí detrás del 11de septiembre porque ellos habían planeado hacer algo contra Iraq desde antes del momento en que entraron al Ejecutivo".

 

Esas declaraciones, han echado más leña al fuego y han colocado a la Casa Blanca en la difícil posición de aceptar que el propio presidente Bush y su vicepresidente Richard Cheney comparecieran ante la Comisión investigadora.

 

Desde luego, establecieron severas condiciones que les permitieron mentir y que nada de lo que dijeran pudiera ser grabado en ninguna forma para la posterioridad.

Ambos personajes, se dedicaron durante más de tres horas a justificar todo lo que ha hecho la actual administración contra Afganistán e Iraq,  y no aportaron información alguna que permitiera a los miembros de la comisión investigadora profundizar en  los acontecimientos relacionados con el 11 de septiembre del 2001.

 

Con el mismo objetivo permitieron que la asesora de Seguridad Nacional, Condolezza Rice, compareciera en público y bajo juramento ante la comisión del Congreso.

En su intervención, Condolezza Rice, defendió a capa y espada a la administración de turno y se refirió a problemas de estructuras en la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI), que se "escapaban de sus manos",  y evitó responder las acusaciones de Clarke quien califica de injustificada las acciones contra Iraq.

 

Hasta el presente, las armas de destrucción masiva que buscan las tropas norteamericanas en Iraq,  no han aparecido después de más de un año en el que 130 000 militares estadounidenses andan y desandan por todos los rincones del territorio iraquí. Petróleo si han encontrado en abundancia, pero de eso casi no se habla.

 

La gran mentira del siglo XXI, está todavía creciendo, después que se precipite en avalancha, arrastrando todo a su paso, quizás algún día alguien la detenga.

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Miguel Ángel Untoria Pedroso

Miguel Ángel Untoria Pedroso

Periodista cubano especializado en temas internacionales. Colaborador de Cubadebate.