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El abusador se va a la guerra y le echa la culpa a Dios

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  Saul Landau  

"No te vi en el estudio de la Biblia".
                        -- Bush a David Frum, escritor de discursos de la Casa Blanca (Jack Beatty, "En nombre de Dios", Atlantic 5 de marzo de 2003)

El abusador de la cuadra siempre tenía a tipos que peleaban en lugar suyo.  Solía acusar falsamente a un chico más débil de estar planeando alguna terrible conspiración y luego le azuzaba a los tipos duros - un movimiento preventivo, por supuesto.  En mi cuadra los abusadores tenían el mismo modus operandi.  Pero ni uno solo de ellos se vio envuelto en una pelea con alguien que pudiera causarle dolor.  Se ensañaban con muchachos que no iban a pelear.  Cuando aparecía un posible contestatario, el abusador llamaba a sus sustitutos para que dieran la paliza - en su nombre.  Recuerdo a varios abusadores irlandeses católicos, provocados por un cura párroco prejuicioso, invocando el nombre de Dios para justificar las palizas que nos daban a mí y a otras víctimas judías.  "Les estamos pateando el trasero porque ustedes mataron a nuestro Señor".

Ahora el renacido abusador ocupa la Casa Blanca.  Abusa de objetivos débiles, se burla de ellos - "que vengan" - busca a otros para que peleen por él y luego sirve pavo a sus guerreros sustitutos el Día de Acción de Gracias.  Pero peor que su adicción por jugar a los disfraces en las sesiones de fotos, ha hecho del abuso una política oficial de EEUU.  Como presidente tiene el foro para conjurar amenazas, considerarlas ciertas y luego ordenar a las fuerzas armadas que combatan con ellas.

Regresemos al 29 de enero de 2002, cuando George W. Bush, en su discurso del Estado de la Unión, juró que "No permitiremos que los regímenes más peligroso del mundo nos amenacen con las armas más destructivas del mundo".  No, Bush no planeó un ataque preventivo contra los arsenales rusos, chinos, ni siquiera los israelíes.  Él aclaró sus intenciones al identificar a Corea del Norte, Irán e Irak como "el eje del mal" - estados débiles.  Y no tenía la intención  de pelear él mismo.  Nunca la ha tenido.

Dada la alusión de su fervor religioso de "fuerzas del bien y del mal", combinada con la ignorancia del mundo - "Puede que yo no sepa donde está Bosnia, pero" - que informa de las decisiones políticas del Presidente, creo que Bush puede estar "oyendo" voces desde el cielo.  Él no se siente obligado a leer o escuchar durante un rato a aquellos que saben, a fin de establecer una base firme para sus juicios.  El simplemente toma decisiones.  Eso es lo que hacen los líderes, dijo al biógrafo Bob Woodward (Bush en Guerra)

En su lugar, los supuestamente sabios asesores, cuyo trabajo consiste en impartir información certera y consejos al comandante en jefe, simplemente deforman la información y el análisis para adecuarlo a sus caprichos "religiosos" - como invadir a Irak.  En realidad, algunos de los Magos de la Seguridad Nacional - Subsecretario de Defensa Paul Wolfowitz y sus colegas del Departamento Richard Perle, Douglas Feith -pensaron que una acción tal establecería las bases para remodelar al Medio Oriente, quizás al mundo entero.  Algunos de ellos quizás hayan tenido motivos financieros bastante fuertes para tal renovación mundial (menciono las conexiones del Vice Presidente Cheney con Halliburton, los vínculos de la Asesora de Seguridad Nacional Rice con Chevron y, por supuesto, los múltiples compromisos de Perle con las compañías de la defensa, lo cual le permitió que "le fuera bien haciendo el bien").

Para Bush, los asesores espirituales pueden haber sido más importantes.  El Reverendo Billy Graham y los líderes teocráticos de los soldados cristianos, Pat Roberston y Jerry Falwell, se toman en serio la idea de que Dios atiende con especial cuidado a la política de EEUU.  Después de todo, presagió Falwell, Él puede haber escogido a Clinton para advertirnos acerca del pecado, al igual que escogió a Bush para llevarnos lejos de la tentación y hacia la guerra en el Medio Oriente.  Graham, uno de los autoungidos inspectores celestiales, como le llama Eduardo Galeano, comprende que "el paraíso no es demasiado amplio - menos de cien kilómetros cuadrados.  Los escogidos serán pocos.  Ahora averiguën, ¿qué país ha comprado todos los boletos de entrada?" (Galeano, La Jornada, 19 de marzo de 2003.)

Dios también ha hecho su entrada en la política de EEUU en otras ocasiones.  En 1898 se supone que Él le dijo al Presidente William McKinley que se apoderara de Filipinas -a fin de extender su religión allí.  McKinley dijo a reporteros de la Casa Blanca que después de pasar una noche de insomnio sopesando la decisión de invadir o no a Filipinas, Dios intervino y le ayudó a tomar la decisión de ir a la guerra.

Bush ha sugerido que Dios lo escogió como presidente - ganara o no la elección.  El Subsecretario Asistente de Defensa para la Inteligencia, General William Boykin, repitió esa afirmación y declaró en un discurso en Oregón en junio que "El enemigo es un tipo llamado Satanás".  ¡Si la mayoría del mundo civilizado comprendiera que la guerra en Irak significa más que conquistar un país con mucho petróleo gobernado por un malvado!  ¿No recuerdan los buenos cristianos de todo el mundo - al menos por medio de la lectura - la historia de las Cruzadas, el negocio inconcluso de Dios por convertir a los musulmanes en cristianos?  Las decenas de millones que se echaron a la calle para manifestarse en contra de la guerra no comprendieron que Bush hizo la guerra en pro de la paz de Dios, no sólo por obtener un pedazo de Irak.

Sólo apelando a lo apocalíptico de la profecía bíblica pueden los bushistas haber justificado una guerra preventiva.  Uno de los más ardientes halcones guerreristas, Richard Perle, quien renunció el 27 de marzo de 2003 como presidente de la Junta de Política de Defensa, pero permaneció como miembro, finalmente admitió en público que la Administración no tenía causa para la guerra, ninguna justificación legal, pero dijo que las legalidades no eran aplicables.
 
En The Guardian del 20 de noviembre, Oliver Burkman y Julian Borger citaron a Perle cuando dijo al público en el Instituto de Arte Contemporáneo en Londres: "Creo que en este caso el derecho internacional era un obstáculo para hacer lo correcto".
 
La tardía honestidad de Perle se da de narices con las declaraciones oficiales de la Casa Blanca - preparadas por el personal de la oficina legal - que afirman que las actuales resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas justificaban la intervención.
 
El Artículo 51 de la Carta de la ONU permite un acto "individual o colectivo de defensa propia si un ataque armado ocurre contra un Miembro de las Naciones Unidas".  Para Perle y sus aliados neoconservadores, tal fórmula bajo el "derecho internacional... hubiera requerido que dejáramos tranquilo a Saddam Hussein".  Es más, tal actitud legalista hubiera sido "inaceptable moralmente", según Perle.  Los problemas que enfrentaron los bushistas al lanzar la guerra contra Irak, insistió Perle, se reducían a la no existencia de un "mecanismo práctico consistente con las reglas de la ONU para tratar con Saddam Hussein".  Como el derecho internacional resultó ser insuficiente como excusa para invadir a Irak, las viejas armas de destrucción masiva y los vínculos con Al Qaeda sirvieron de pretexto.  Los sabuesos legales de Bush dependieron de la vieja noción de "autoridad soberana de usar la fuerza" para "defender" a Estados Unidos de la amenaza que significaba el poderoso Irak.

Hitler y Tojo usaron la guerra preventiva como justificación de Alemania y Japón para comenzar la 2da. Guerra Mundial.  Antes del inicio de los juicios de Nuremberg en el periodo de posguerra, el Juez del Tribunal Supremo Robert L. Jackson, al hablar en la Conferencia Internacional de Juicios Militares, el 12 de agosto de 1945, insistió en la falacia de la guerra preventiva.  "Debemos dejar claro a los alemanes que el delito por el que sus derrotados líderes son juzgados no es porque perdieron la guerra, sino porque la iniciaron.  Y no debemos permitir que seamos arrastrados a un juicio de las causas de la guerra, puesto que nuestra posición es que ningún agravio ni ninguna política puede justificar el acudir a la guerra de agresión.  Está totalmente denunciado y condenado como instrumento de la política".

Como un agregado a tal dictamen acerca de la guerra preventiva, el Presidente Dwight D. Eisenhower dijo en 1953 que Hitler había inventado la "guerra preventiva".  Eisenhower dijo despreciativamente: "Con toda franqueza, ni siquiera escucharía a alguien que viniera a hablarme seriamente de tal cosa".

Es cierto que Irak desobedeció a algunas resoluciones de la ONU.  Pero la guerra de Bush y Blair contra Irak hace trizas el sistema legal internacional.  Me sorprende la manera en que los medios ignoran el hecho de que Israel ha rechazado más resoluciones de la ONU que cualquier otro país - con el respaldo de EEUU.  Los fieles no buscan consistencia, porque hacerlo sería cuestionar la voluntad de Dios.  Así que el hecho de que Israel se haya apoderado de tierras palestinas durante los últimos treinta y seis años y posea un arsenal de armas nucleares no le importa a aquellos a quienes Dios ha instruido que despachen al malvado Saddam.

Durante el siglo 21 un presidente tomó posesión - realmente no fue elegido - con una misión que los más entendidos en política pensaban que había desaparecido de los volúmenes de derecho y de la experiencia.  A medida que el concepto de imperialismo se volvía anacrónico, un abusador imperial se aprovechó del púlpito abusador
 
Según Paul Harris en The New York Observer del 2 de noviembre de 2003, Bush le dijo a James Robinson:  "Siento que Dios quiere que yo sea candidato a la presidencia.  No puedo explicarlo, pero tengo la sensación de que mi país me va a necesitar.  Algo va a suceder...  Sé que no va a ser fácil para mí o para mi familia, pero Dios quiere que yo lo haga".

Así que, con Dios como asesor principal de Bush, ¿donde quedamos Karl Rove y el resto de nosotros?
 

Saul Landau es profesor en la Universidad Cal Poly Pomona y es miembro del Instituto para Estudios de la Política.  Su nuevo libro, Imperio preventivo: una guía al reino de Bush, será publicado en septiembre por Pluto Press.

www.saullandau.net
 
 

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Saul Landau

Saul Landau es un escritor, periodista, realizador de documentales y académico estadounidense cuyo trabajo se ha centrado en gran medida en América Latina.