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América Latina en crisis y la confianza en sí misma de Cuba

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El mundo encontrará su camino para la paz, educación y la vida; y ese camino sin duda pasará por Cuba
-Pablo González Casanova, 2003.

El 30 de octubre de 2003 Enrique Iglesias, presidente del Banco Interamericano de desarrollo (IDB, por sus siglas en inglés), reconoció lo obvio en la Universidad de Georgetown: América Latina se está moviendo hacia un "nuevo paradigma" basado en "lo qué funciona". Traducción: nuestros vecinos del sur han tenido más que suficiente con las fórmulas y consignas neoliberales. El boletín de noticias del IDB del 3 de noviembre de 2003, fue más franco, "muchos Latino Americanos ya están hartos de globalización, reformas de libre mercado y privatización - la tríada de las políticas neoliberales seguidas por muchos países en los años 90."

Algunos días antes (21 de Oct.), en las audiencias del Subcomité de Relaciones Internacionales para el Hemisferio Occidental del Parlamento, funcionarios de la administración atestiguaron que América latina se enfrentaba a "mermantes tasas de desarrollo económico, vasta pobreza, desempleo, distribución de rentas sesgada, crimen y anarquía, a una próspera industria de la droga y a una base de recursos naturales en deterioro" (Testimonio de Adolfo Franco, administrador adjunto, Departamento para Latino América y el Caribe, Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional). Mientras que Roger Noriega, Adjunto a la Secretaría de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental dijo, "Las actuales tasas de desarrollo económico son inadecuadas para generar suficientes puestos de trabajo para poblaciones en crecimiento, ya no digamos para corregir la pobreza crónica. La corrupción y la ineficacia han impedido el desarrollo económico y han generado desencanto con las prescripciones del 'libre mercado'." Imaginen el terrible estado bajo el que viven hoy los Latino Americanos que incluso los ideólogos conservadores de la administración de Bush suenan críticos.

Algunos académicos estadounidenses y analistas políticos han comentado que la Casa Blanca había prestado demasiada atención a oponerse al gobierno Cubano y no la suficiente al resto de la región. De hecho, la administración Bush ha aumentado su hostilidad hacia la isla precisamente porque la Habana no ha seguido las pautas económicas, sociales y políticas que Washington impuso a América Latina hace veinte años. Las fórmulas rechazadas por los Cubanos son precisamente las que han conducido a América Latina a sus actuales agitaciones sociales y políticas.

Hoy el 43,4% de la población de América Latina, 220 millones de personas viven en la pobreza. De esos, 95 millones (18,8% de la población total) son totalmente indigentes. Aún así, esta gente empobrecida debe una parte importante de los $740 mil millones de deuda externa de la región. Hoy en día, América Latina es aludida constantemente por el gobierno estadounidense, Wall Street, y los medios de comunicación como "democrática" - al parecer no tienen ningún problema con que la democracia y la indigencia vayan de la mano.

Lo que los políticos estadounidenses han descubierto recientemente, lo han sabido otros desde hace tiempo. El Banco Mundial acaba de lanzar un importante estudio sobre la región (Desigualdad en América Latina y el Caribe: ¿Rompiendo con la Historia?), escrito por David de Ferranti, Francisco Ferreira, Guillermo E. Perry y Michael Walton. La introducción observa que, "Durante el tiempo en que han estado disponibles los datos sobre estándares de vida, Latino América y el Caribe (de aquí en adelante "América Latina") ha sido una de las regiones del mundo con mayor desigualdad. Prosigue para divulgar que actualmente, "Mientras que la décima parte de la gente más rica de la región ingresa el 48 por ciento de la renta total, la décima parte más pobre ingresa solamente el 1,6 por ciento. Por el contrario, en países desarrollados la décima parte más alta recibe el 29,1 por ciento de la renta total, en comparación con el 2,5 por ciento para la décima parte más baja. Los coeficientes de Gini expresan datos similares: Mientras promediaron un 0,522 en América Latina en los años 90, los promedios para la OCDE, Europa del Este, y Asia durante el mismo período fueron mucho más bajos -0,342, 0,328 y 0,412, respectivamente."

El estudio describe con gran detalle la triste situación de 20 países Latino Americanos. Los autores destacan que dado que el acceso a los alimentos, salud, educación y vivienda dependen de la renta; esas necesidades también se distribuyen de modo desigual en América Latina. Escriben, "Tales enormes diferencias en las rentas de los ciudadanos del mismo país denotan claramente y correspondientemente diversos grados de acceso a los bienes y servicios que la gente consume para satisfacer sus necesidades y deseos. Sin embargo, las disparidades se extienden mucho más allá del consumo privado. Siguiendo la terminología de Amartya Sen, hay diferencias profundas en la libertad, o la capacidad, de diferentes individuos y grupos para seguir vidas de su elección - para hacer cosas que tengan motivos para valorar. Los recursos privados y los patrones de aprovisionamiento público afectan a dichas capacidades, mientras que los acuerdos sociales y políticos afectan a la capacidad de participar de modo significativo en la sociedad, influenciar la toma de decisiones, o vivir sin vergüenza."

Una parte del estudio explora la educación y el acceso. Concluyen que, "Con respecto a la educación, aunque existen sistemas públicos en la mayoría de países de América latina, las disparidades de los logros son tan llamativas como las de las rentas." Hacen un razonamiento similar acerca de la sanidad, "Los resultados en materia de salud también varían dramáticamente en función de la distribución de rentas, dando por resultado impactos enormes en las oportunidades y calidad de vida." El volumen del Banco Mundial concluye observando que su objetivo, "es considerar algunas de las opciones a disposición de los políticos de la región para romper con la larga historia de desigualdad que ha caracterizado a los países estudiados. Para ello, los autores sugieren políticas y orientaciones políticas que pueden ayudar a reformar las economías y las sociedades de tal manera que resulten más equitativas, sin detrimento para la eficacia económica."

Pero, ni los políticos estadounidenses, ni las instituciones prestamistas internacionales, ni los académicos parecen atreverse a ir más lejos. Uno esperaría que el reconocimiento de los problemas regionales conduciría a prestar cierta atención al único país que se ha salido del patrón: Cuba. Esa isla no ha seguido las fórmulas neoliberales, y tuvo que hacer frente a la crisis económica más completa y profunda de toda la región - impuesta por la desaparición de la URSS y la profundización/prolongación del embargo de los EEUU.

El Programa de Desarrollo de Naciones Unidas en su informe anual para 2003 divulgó que Cuba ocupaba el puesto 52º en el Índice de Desarrollo Humano, que mide la calidad de vida relativa de 175 países. El índice de Cuba fue el 6 º más alto de América Latina, mejor clasificada que Trinidad Tobago, México, Panamá, Colombia, Brasil, Venezuela, Jamaica, Perú, Paraguay, Guyana, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Bolivia, Honduras, Guatemala, Nicaragua y Haití.

Cuba ha logrado separar el acceso a la educación, salud y asistencia social, de la renta familiar. La isla tiene hoy el índice más alto de doctores por paciente del mundo, y una de las poblaciones más sanas del hemisferio. Por otra parte, según el Laboratorio Latino Americano para la Evaluación y Calidad de Educación de la UNESCO - los estudiantes Cubanos en pruebas nacionales comparativas superan a todo el resto de estudiantes del hemisferio en 100 puntos por encima del promedio regional, siguiéndoles Argentina, Chile y Brasil. Tal es el caso en dominio de lenguas, matemáticas y física. En contra de lo que se asume, la educación Cubana trata de desarrollar y fomentar la creatividad, el pensamiento crítico, la investigación y los ambientes de aprendizaje cooperativo.

Por otra parte, esto se ha logrado con los limitados recursos materiales que el país posee, la ausencia de ayuda exterior a largo plazo o de préstamos blandos. El resultado es aún más extraordinario si uno considera el embargo económico de 42 años que el gobierno estadounidense ha impuesto a la isla, la desaparición del bloque soviético, y el hecho de que los logros han sido alcanzados por los cubanos sin ayuda extranjera significativa desde 1992.

Ningún otro país de este hemisferio tiene la equidad existente en Cuba. A pesar de tal singularidad ha habido poca investigación de cómo se ha hecho. Esto es un enorme descuido. Incluso, algunos países de América Latina, África y Asia han solicitado ayuda a La Habana. Están enterados de que el gobierno Cubano se ha presentado con capital humano y alternativas de organización para los que tienen pocos recursos. Los cubanos están compartiendo sus experiencias en las áreas de educación, salud, asistencia social, deportes, cultura, seguridad social, empleo, investigación y medioambiente. Los cubanos han contrarrestado el embargo con firme confianza en sí mismos, innovación y sacrificio. Cierto que el país se enfrenta a numerosos problemas de vivienda, infraestructura de transporte y comunicación, moneda extranjera, disponibilidad de alimentos y productividad laboral. No obstante, el Banco Mundial, el Banco Inter Americano, las universidades americanas y los políticos estadounidenses necesitan estudiar seriamente a esa isla única, y sus sorprendentes logros a pesar de todas las probabilidades.

* Catedrático de Sociología. Universidad de Duke

 

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Nelson P Valdés

Nelson P Valdés

Profesor Emérito de la Universidad de Nuevo México. Es el director del Cuba-L Project.