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Evo Morales: “Esa demanda judicial no nos asusta”

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  Evo Morales, este jueves en el Palacio de las Convenciones.  

Especial para Cubadebate

Conversamos con Evo Morales en el Palacio de las Convenciones en breve e improvisada conferencia de prensa. Acaba de cerrar uno de los principales paneles de la XXI Asamblea del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, el dedicado a los "Movimientos sociales: entre la crisis del neoliberalismo y el desafío de las alternativas". El líder del Movimiento Al Socialismo (MAS) ha asegurado que "América Latina puede ser otro Vietnam para Estados Unidos"; que "tiene que llegar el día en que el FMI y el Banco Mundial paguen todo lo que le han robado a nuestros pueblos", y que "no nos deben asustar las amenazas, porque hay mucho deseo de liberación. Nuestros países quieren un cambio".

-Según un despacho de ANSA, una abogada acaba de presentar una demanda de juicio contra los dirigentes sindicales y políticos que participaron en los movimientos populares de octubre en su país. Usted es uno de los acusados por el delito de "incendio, terrorismo, atentado contra la libertad de trabajo, etc..." ¿Está al tanto de esta acusación?

-No me extraña. La jurisprudencia allá solamente es para los que tienen plata y para los que viven de la política. Los procesos que he enfrentado desde 1989 -confinamiento, procesos judiciales y hasta la expulsión del Parlamento- seguirán lloviendo. Lo sé. Y no solamente contra Evo Morales. Cuando los movimientos indígenas luchamos por la vida y, sobre todo, pedimos justicia, nos saltan con el Estado de Derecho", y para los pobres esto significa 30 años de cárcel, sin derecho a indulto, y ha habido sanciones por "indicio de asesinato" que es en realidad una calumnia. Estado de Derecho para los pobres significa masacres; Estado de Derecho para los pueblos indígenas son acusaciones de este tipo... Inventan y fabrican pruebas. Seguramente ese proceso que acaba de presentar la jueza estará orientado a expulsarnos del Parlamento. Pero ahora ya no estamos solos. Somos muchos, y no se dan cuenta de que ese tipo de acciones crean más conciencia. Lo decía en la primera gestión como parlamentario: al menos el Parlamento puede servir para que sea expulsado, y por tanto, para crear mayor conciencia en la población.

La historia está repitiéndose. ¿Por qué hubo la Revolución de 1952 en Bolivia? Porque en 1949, siete mineros parlamentarios fueron expulsados, acusados de que habían asesinado a técnicos de Estados Unidos en las minas. A partir de esa expulsión, creció la conciencia nacional a tal punto que se produce tres años después una insurrección armada. En aquel momento fueron los mineros; ahora son los pueblos indígenas. El año pasado no expulsaron a siete del Parlamento, sino que bastó con uno.

Esa demanda judicial no nos asusta. El pueblo ha perdido el miedo ante la embajada norteamericana, ante esta clase de represalia, ante los procesos políticos del país... No es nuevo tampoco que seamos acusados de narcos, cuando los verdaderos narcos están en el Palacio. Estas acusaciones no solo no nos asusta, sino que más bien nos fortalece.

-Hablando de acusaciones, por estos días tanto Otto Reich, el enviado especial para iniciativas del gobierno norteamericano en América Latina, como Roger Noriega, Secretario de Estado adjunto para el Hemisferio Occidental, han afirmado categóricamente que Evo Morales no es un líder político, sino un narcoterrorista.

-Cuando viene algo así de Estados Unidos para mí es un honor. Desde la Casa Blanca me acusan de todo. Hace dos o tres meses atrás la administración norteamericana dictó una orden: "No ceder ante el dirigente cocalero Evo Morales, porque sería potenciarlo y reconocerlo". Imagínese: instrucciones que vienen desde la Casa Blanca. Por tanto, todo lo que llegue desde allá contra nosotros es un verdadero privilegio que nos reconoce ante nuestro pueblo como auténticos antiimperialistas. Si no lo fuéramos, no nos brindarían tanta atención.

Estamos en la obligación de generar iniciativas y ser creativos, para potenciar y enriquecer el pensamiento antiimperialista, a sabiendas de que en el imperialismo y el capitalismo no hay ninguna solución para las mayorías del mundo. ¿Qué nos toca? Proponer iniciativas que le den esperanza a los pobres que luchan por justicia, por igualdad, por la defensa de la vida. Si el sentimiento antiimperialista crece es porque los pueblos quieren otra cosa; no porque los líderes lo quieran. Los pueblos, cuando saben que sus líderes los defienden, entonces defienden a sus líderes.

En la conferencia En Defensa de la Humanidad, hace una semana, decía que estamos juntos para defender la vida, y proponía que otros líderes políticos como Fidel Castro, Chávez, Lula, se reúnan también con personalidades como Rigoberta Menchú, Pérez Esquivel y otros, identificados con los pueblos. No solo para decir "estamos juntos", sino para proponer alternativas y den esperanza.

-Alguien que viene como usted de la experiencia práctica más directa, que acaba de echar a un Presidente del poder, qué viene a buscar a un evento eminentemente teórico como la Asamblea de CLACSO.

-En eventos como este siempre me ilustro, y también aquí he comprobado que los líderes políticos más consecuentes salen de las luchas sociales y sindicales, no tanto de las universidades. Es el caso del nuevo alcalde de Bogotá, por ejemplo. O de Lula. Cuando conocí que los padres de Lula eran analfabetos, como los míos, me dije algo está cambiando. Por tanto, sigo pensando que las mejores escuelas para transformar la sociedad son las luchas sociales. ¿Quiénes han sido los presidentes en Bolivia? Gente que se educó en Estados Unidos, sin conocer la realidad de Bolivia, y cuando no pueden resolver los problemas, se escapan de nuevo a Estados Unidos. Mira a Fujimori, que sin ser peruano llegó a gobernar a su país, y cuando el pueblo se levanta contra él, se escapa. ¡Qué mejor gente que la que viene de las comunidades, de los sindicatos obreros, en estrecha colaboración con intelectuales que comparten nuestras luchas!

-¿Por qué seguir confiando en la lucha pacífica si hay antecedentes en Latinoamérica de fracasos de este tipo de experiencia, como el caso de Salvador Allende en Chile?

-Ha habido tres golpes de Estado en Bolivia. En el 60, fue para descabezar a la poderosa y gloriosa Federación sindical de Mineros de Bolivia. En el 70, igualmente, pero el terrible golpe del 80 fue solo para matar a un socialista, Marcelo Quiroga. Cuando proclamaron la posibilidad del poder obrero y campesino, lanzaron el mensaje de que eran trotskistas, descabezan un movimiento que iba creciendo. Esto nos hace pensar que cuando intentamos tomar el poder siempre nos llaman subversivos, narcos, anarquistas... Ahora, cuando lo hacemos sin respetar la Constitución, sencillamente lo usan como pretexto para que medidas violentas, autoritarias y descabezarnos. Cuando las democracias ya no le sirven al Imperio, vuelven las dictaduras para descabezar el movimiento popular. El Ministro de Defensa que escapó con Sánchez de Losada organizó escuadrones de la muerte, e hizo las nóminas para eliminarnos.

¿Cuál era el objetivo del gobierno? A cambio de la democracia, gases para Chile y por Chile. Pero sus cálculos políticos salieron mal. Si hubiéramos enfrentado esto de otra manera, hubiera sido todavía más violento, nos habrían matado a todos, y luego, vuelve el Congreso Nacional, se elige nuevo presidente, se acaba la dictadura, pero nuestro movimiento estaría ya totalmente descabezado, y la historia se repetiría infinitamente... Esta vez le salieron mal los cálculos: el pueblo fue el que descabezó una dictadura -con tanques, gases por helicópteros, muertos...-. Ese gobierno estuvo en una continua agresión y provocación para que nos fuéramos a la lucha armada, que hubieran utilizado como pretexto para descabezar nuestro movimiento popular.

-¿Hay condiciones para una asociación de los movimientos y pueblos indígenas a nivel continental?

-En algunos países sí: Ecuador, Bolivia... Pero, como decía Blanca Chancoso (en el panel dedicado a los Movimientos Sociales), somos buenos para cambiar presidentes, pero no para poner buenos presidentes.

Después de 500 años se acabó la resistencia, y ahora nos toca recuperar el poder. Se acabó aquella campaña de "500 años de resistencia indígena, negra y popular". Quisieron tapar todo lo que hicieron antes con un fondo indígena sin fondo y nos quisieron tapar la boca con un Premio Nobel de la Paz a una líder indígena -Rigoberta Menchú-, pero siguen las luchas. Este milenio sería el de la vida de los pueblos indígenas.

En Bolivia decíamos: ahora es cuando. Nos toca ahora a nosotros. El gran problema es que algunos se asustan: ¿pero cómo ahora los indios nos van a mandar? ¿Habrá un nuevo racismo? No es así. El movimiento indígena no es excluyente. Todo lo contrario: tiende a incluir a los demás. Si usted se va al campo boliviano a trabajar solidariamente, seguramente alguien de la comunidad la buscará para que usted sea su comadre y bautice a su hijo, pero cuando nosotros vamos del campo a la ciudad, nos tratan de cochinos, de todo lo peor...

-Una curiosidad: ha circulado una historia de que un soldado aymará se negó a disparar al pueblo durante las manifestaciones contra Sánchez de Losada, y fue asesinado por su superior militar. Nadie lo ha confirmado, pero los vecinos de El Alto rinden honores a ese soldadito anónimo. ¿Ocurrió o no?

-No solo hubo un soldado que se negó a dispararle al pueblo, sino tropas que se amotinaron y los soldados fueron torturados en el cuartel, condenados a cuatro o cinco días sin comer... Lo del soldado de El Alto ocurrió efectivamente. Fue asesinado por el Capitán Erlan Menacho, que le metió bala de verdad. Eso está confirmado.

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Rosa Miriam Elizalde

Rosa Miriam Elizalde

Periodista cubana. Vicepresidenta Primera de la UPEC y Vicepresidenta de la FELAP. Es Doctora en Ciencias de la Comunicación y autora o coautora de los libros "Antes de que se me olvide", "Jineteros en La Habana" y "Chávez Nuestro", entre otros. Ha recibido en varias ocasiones el Premio Nacional de Periodismo "Juan Gualberto Gómez" y el Premio Nacional "José Martí", por la obra de la vida. Fundadora de Cubadebate y su Editora jefa hasta enero 2017. Es columnista de La Jornada, de México.