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El diario del Che en Bolivia: Victoria póstuma del Héroe

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Especial para Cubadebate

El rescate del diario de campaña de Ernesto Che Guevara durante la guerrilla que comandó en Bolivia se constituyó en una victoria póstuma del líder en primer término porque desbarató los planes de la CIA estadounidense (Central Intelligence Agency) para fabricar un documento falso dirigido a desfigurar conjuntamente los objetivos de aquella batalla liberadora y el pensamiento del héroe.

Aquel propósito tramposo de la CIA, se tropezó con unos objetivos diferentes del entonces alto mando castrense boliviano que deseaba lisa y llanamente negociar la publicación del Diario en editoriales a cambio de millones de dólares, no precisamente para el Estado, sino para el peculio del generalato.

Estos datos son interesantes para comprender porqué Antonio Arguedas Mendieta, ministro de Gobierno de Bolivia y con ello segundo hombre en la jerarquía gubernamental, decidió entregar una copia del documento a Cuba, hastiado del carácter de colonia que tomaba su país bajo el manejo norteamericano de los asuntos nacionales.

Cuando a finales de junio de l968, el gobierno cubano anunció que el texto, casi íntegro, del Diario se publicaría simultáneamente en la isla y algunos países latinoamericanos y europeos, se desconocía cómo había llegado el texto a La Habana. Sin embargo, por un detalle técnico, Arguedas fue descubierto y minutos antes de su eventual detención, huyó a Chile, protagonizando así otro episodio del realismo mágico que caracteriza al subcontinente al sur del Río Bravo.

En enero de 1968 me tocó en suerte ser, casi con seguridad , la primera persona que fuera de Bolivia se enteró del deseo de Arguedas. Ocurrió cuando me visitó en Santiago de Chile, el abogado boliviano Víctor Zannier a quien había conocido yo en La Paz el año anterior.
Zannier me trasmitió las intenciones de su amigo Arguedas y aunque sonaba a lo real maravilloso (Carpentier dixit), le creí.

Comuniqué el asunto a Manuel Cabieses y a otros colegas de la revista "Punto Final" que integrábamos su Consejo de Redacción. Ese fue el inicio de una febril actividad que nos permitió llevar a Cuba un texto del Diario contenido en diminutos filmes proporcionados por Arguedas vía Zannier.

Una infinidad de acciones que conformaron una gruesa burla al poderío de la CIA, me permitió escribir, casi 20 años después el libro "Operación Tía Victoria" con el subtítulo de "Como entregamos el Diario del Che a Cuba" y que se publicó con gran repercusión en México en 1987. Este texto, que  me enorgullece, sin  perjuicio de recalcar el papel colectivo de la operación, se ha editado también en Chile y en Cuba. De esa manera se constató también otro hecho insólito: que unos periodistas hayan guardado el secreto por tantos años.

En la primera edición, estaba yo exiliado en México y no fui autorizado ara mencionar a Zannier a quien llamé "el mensajero", hecho mal interpretado por Victor al afirmar que Uribe le daba crédito sólo a chilenos. En l995, Zannier salió del anonimato, reconoció nuestra participación y por lo tanto en una segunda impresión de "Tia Victoria" realizada en Chile en 1997, explico esa situación y le doy nombre a el mensajero: Víctor Zannier.

A raíz de la edición mexicana, Ernesto Vera me hizo una excelente (el calificativo es para el entrevistador)entrevista para "Verde Olivo" y tal como lo había hecho en la presentación del libro donde fue panelista, señala él que "Tía Victoria posee una segunda lectura que se relaciona con la ética y la responsabilidad del profesional periodista ante la historia.
En alguna parte le respondo:" Bueno, yo estoy muy complacido porque en el momento en que nos concertamos para la "Operación Tía Victoria", estabamos muy conscientes en el intento de servir a la Revolución cubana, a la revolución latinoamericana. Esto partía del hecho de que ese grupo de periodistas jamás dudó de la necesidad de un apoyo irrestricto al primer país socialista de América. Cuando mucha gente dudaba y calificaba al triunfo de la revolución, como un intento más de derrocar a un dictador(Batista), otros en América Latina nos dimos cuenta de la profundidad de esa revolución, y en el año 61, cuando se proclama el carácter socialista de esa revolución, se comprueba esa apreciación que nosotros teníamos de esa gesta dirigida por Fidel Castro".

Quiero subrayar ahora lo que escribo ya en el primer capítulo de "Tía Victoria":

"Como esos personajes de la literatura y del arte que adquieren vida por si mismos o perviven tanto como la memoria de sus creadores, el Diario del Che se convirtió en una suerte de ente autónomo dotado de una historia propia. Las palabras del Che escritas al cesar el fuego de los combates, o con más pausa en los breves descansos de su vida trashumante de esos días, constituyen un invaluable documento. Conforman un retrato vivo del político, del jefe militar y de un héroe cuya leyenda perdura en el afecto de los pueblos".
                                                                                                       
Santiago de Chile
Octubre /03 

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Hernán Uribe

Hernán Uribe

Periodista chileno. Presidente de la CIAP-FELAP.