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La detención de los Cinco fue una conspiración entre el FBI y Miami

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Especial para Cubadebate

Lo que acontenció aquel sábado 12 de septiembre de 1998 en Miami obedeció más a la conspiración de oficiales del FBI con la mafia terrorista anticubana que a la protección de la seguridad nacional de Estados Unidos.

La prensa de Miami reconocía el lunes siguiente, día 14, que muchos expertos no se explicaban  por qué el FBI había arrestado ese fin de semana a las personas que monitoreaban a grupos contrarrevolucionarios, porque era precisamente el FBI uno de los beneficiarios de la información que estas personas recolectaban sobre acciones violentas de estos grupos.

El comentario publicado el día 15 de septiembre de 1998 por el Miami Herald señalaba que desde hacia tiempo el FBI tenía conocimiento de la actuación de estas personas dentro de los grupos de Miami y añadía:

"El lunes ( día 14 de septiembre de 1998), muchos en La Pequeña Habana conjeturaban que la redada era la forma que tenía Washington de equilibrar la balanza de la justicia contra los siete cubanos exiliados que el mes pasado fueron acusados de tratar de asesinar a Fidel Castro" (se refiere a la detención de los terroristas en Puerto Rico enviados por la Fundación Nacional Cubano Americana para asesinar al presidente Fidel Castro en Isla Margarita, Venezuela, durante la Cumbre Presidencial Iberoamericana).

Días después, durante una conferencia de prensa, Héctor Pesquera, recién nombrado jefe del FBI en Miami, reconocía que esta detención había generado contradicciones entre algunos directivos que no apoyaban esa acción y agregó que este caso "nunca habría llegado a las cortes" si él no hubiera instado directamente a Louis Free".
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Evidentemente, algo anormal estaba ocurriendo...

OFICIALES DEL FBI HAN SIDO COMPLICES DE LA ACTIVIDAD TERRORISTA DE LOS CUBANOAMERICANOS

La ola de atentados a hoteles cubanos en 1997 y las posteriores declaraciones del connotado asesino Luis Posada Carriles al diario New York Times, puso en entredicho a los órganos de la inteligencia y contrainteligencia norteamericanos.

"A mi no me molesta ni la CIA ni el FBI", expresó Posada Carriles al Times.

El  diario recordó que hay documentos revelados en Washington por los archivos de Seguridad Nacional que apoyan la insinuación  de Posada de que el FBI y la CIA tenían conocimiento detallado de sus operaciones contra el gobierno de Cuba desde principios de los años 60.

Otro elemento destacado por el Times fue el testimonio de Antonio Jorge Alvarez (Tony), residente en Carolina del Sur, quien dirigía las actividades de la empresa WRB Enterprises en Guatemala y tuvo contactos con Posada Carriles y otros terroristas de origen cubano. Este empresario suministró información con riesgo para su vida al FBI en 1997 sobre los preparativos de atentados contra el Presidente de Cuba durante la Cumbre en Isla Margarita, Venezuela, así como sobre la campaña de bombas contra hoteles en la isla, pero los oficiales del  FBI mostraron poco interés en la denuncia.

También en este reportaje,  Posada Carriles reveló que la Fundación Nacional Cubano Americana  financió durante años actos de violencia en Cuba.

Días antes de la Cumbre Iberoamericana, la guardia costera de Estados Unidos detiene en Puerto Rico una embarcación con cuatro hombres, donde encuentran dos fusiles especiales calibre 50 con mira telescópica, mientras el jefe del grupo, el cubanoamericano Angel Alfonso Alemán, aseguró a los guardacostas, como si fuera una credencial de impunidad, que tenían la misión de matar a Fidel Castro en Isla Margarita.

El Jefe  del FBI en Puerto Rico en ese momento es Héctor Pesquera, quien seis meses después de  esta detención es nombrado para dirigir la Oficina en Miami.

Pesquera ya había trabajado en el FBI a principios de los 80 en Tampa y era jefe de la Oficina en Puerto Rico desde 1995, donde ganó renombre con la detención de patriotas independentistas boricuas.

Las investigaciones posteriores confirmaron que la embarcación es propiedad de José A. Llama, directivo de la FNCA y que uno de los fusiles calibre 50 pertenece a José Francisco "Pepe" Hernández, Presidente de la FNCA, a quien Héctor Pesquera ni tan siquiera citó para interrogatorio tras sostener encuentros con los enviados de Miami e intercambiar opiniones con el abogado defensor de estos terroristas, un pariente cercano suyo, Ricardo Pesquera.

Estos hechos armaron en 1998 gran revuelo en Estados Unidos. En Miami, la prensa reconoció que "autoridades se muestran suaves frente a actos anticastristas".

"En medio de informes de que líderes del exilio cubano financiaron atentados dinamiteros en La Habana, fiscales, conspiradores y policías estuvieron de acuerdo en que las conspiraciones anticastristas en el sur de La Florida no sólo son comunes, sino casi toleradas", escribió Juan  A. Tamayo, un columnista del Miami Herald.

En ese artículo publicado en la edición del  23 de julio de 1998, se decía entre otras cosas:

Durante años la política tácita de las agencias policíacas ha sido espiara a los militantes anticastristas y romper sus conspiraciones antes que enjuiciarlos, dijeron varios actuales y exfiscales de la región. "Desde hace mucho tiempo existe la política...de recopilar informes de inteligencia y desmovilizar a esa gente, interrumpir, en lugar de arrestar", declaró un importante exfiscal federal.

"La policía y los agentes del FBI siempre nos vigilaban pero básicamente nos dejaban tranquilos, afirmó César Roig, un ex miembro de Comandos L.

Una de las cosas más interesantes de este artículo que se publica dos meses antes de la detención de los patriotas cubanos, son las declaraciones de Kendall Coffey, que había sido Fiscal Federal en Miami y luego sería uno de los abogados de los secuestradores del niño  Elián González, sobre la marcada parcialidad para celebrar un juicio contra  los "anticastristas" en esa ciudad.

Reconoce Coffey en ese artículo:

"A través de los años hemos actuado en cierto número de casos pero es muy difícil obtener un jurado en esta parte de la Florida que halle culpables a personas que son presentados como combatientes por la libertad",

El nombramiento de Héctor Pesquera tiene visos de deberse a influencias de la mafia y la extrema derecha norteamericana. Pesquera, en cuanto llega a  Miami, sostiene reuniones con dirigentes contrarrevolucionarios y reafirma compromisos.

En declaraciones publicadas el 29 de julio de 1998, el nuevo jefe  del FBI en Miami dice que "comprende la animosidad que sienten los cubanos hacia el gobierno de Fidel Castro" y señala claramente que "a pesar del torrente de informes sobre ataques terroristas de exiliados anticastristas, no planea aumentar la prioridad de investigación para tales acciones".

A buen entendedor, pocas palabras…

A LA MAFIA LE URGIA UN PRETEXTO

La mafia terrorista de Miami en 1998 estaba en medio de una crisis. La muerte de Jorge Más Canosa   acrecienta las pugnas internas . Esa crisis se acentúa con los hechos de Puerto Rico que involucra directamente a la FNCA y otra investigación publica sobre un alijo de armas y explosivos  perteneciente a grupos terroristas cubanos almacenados en una embarcación anclada en el río de Miami (operativo que el FBI realiza por la información suministrada por los patriotas cubanos).

De igual modo, pese al descomunal reforzamiento de la guerra de agresión contra Cuba  que se desata a partir de la provocación del 24 de febrero de 1996 y el establecimiento de la Ley Helms-Burton, la política norteamericana comienza un proceso acelerado de grietas ante la realidad cubana.

Preocupados con la posibilidad de cambios hacia la isla, el senador Bob Graham, a instancias de los grupos más recalcitrantes anticubanos, pide al Pentágono un reporte especial sobre Cuba en espera de nuevas justificaciones para reforzar la agresión y el "tiro le sale por la culata", porque la conclusión del estudio en el cual participan varias instituciones y personalidades políticas y militares  norteamericanas es que la Isla no constituye una amenaza para la Seguridad Nacional de Estados Unidos.

También la mafia sufre  otra derrota estratégica cuando el entonces llamado "Zar de las Drogas", el general Barry McCaffey, declara que Cuba no tiene vínculos con el narcotráfico. Sienten tanta molestia ante esas declaraciones que el congresista Lincoln Díaz-Balart llega hasta a acusar ante la prensa de "comunista" al general de cuatro estrellas.

A mediados de este año se profundiza la cooperación entre el FBI y las autoridades cubanas, cuando oficiales de ese órgano viajan a La Habana y reciben un paquete importante de información con fotos, documentos y cintas de video de al menos 48 terroristas radicados en Miami, material entregado por los patriotas que después serían detenidos y  cuyas pruebas fueron  desestimadas en el juicio al ser clasificadas por el gobierno norteamericano como "secretas".

La más connotada derrota  la sufre la extrema derecha  cuando por 72 votos a favor y 24 en contra,  el Senado se opone a Jesse Helms y aprueba una enmienda que levanta el bloqueo en alimentos y medicina. En el Capitolio progresa igualmente la oposición a la inconstitucional medida que prohibe  y penaliza los viajes de los norteamericanos a Cuba .

Es en este contexto donde la mafia terrorista necesita urgentemente de un pretexto que paralice ese movimiento a favor de un cambio de política hacia Cuba y para ello encuentran  un sostén en el Jefe  del FBI en Miami, mientras en Washington los "padrinos" de la extrema derecha establecían contactos al máximo nivel para apoyar la acción de detener a los patriotas cubanos al amanecer del sábado 12 de septiembre de 1998.

Lo insólito es que mientras el Jefe del FBI en Miami empleaba sus recursos para detener y armar un expediente contra cinco personas que trataban de evitar actos de terrorismo que dañaban tanto a su pueblo como a ciudadanos norteamericanos, en esos mismos instantes andaban libres, sostenían sus contactos y  se entrenaban en el sur de la Florida, 12 de las 19  personas que tres años después se presume llevaron a cabo los actos terroristas contra las Torres  Gemelas en Nueva York y el Pentágono en Washington.

El FBI en Miami jamás obtuvo una sola pista sobre estos terroristas...Estaban demasiado ocupados con el tema cubano.

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Lázaro Barredo

Lázaro Barredo

Periodista cubano. Fue director del diario Granma y coator del libro "El Camaján". Ahora trabaja como periodista en la Revista Bohemia.