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“Un aura llena de luz”: Despiden a Marta Rojas en el periódico Granma (+ Video)

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Despiden a Marta Rojas en el periódico Granma. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

“Ella ha sido el ama de todas las llaves y va a seguir abriendo cerrojos porque atrevida es. La llave de ella es muy grande, es su sensibilidad, su temperamento y su osadía”, dijo un día Miguel Barnet. Hechos no le faltaban. Marta Rojas cambió un día los carnavales por “los tiros”, porque “el periodismo dice que lo último es lo que siempre se publica”, y desde entonces su vida no volvió a ser la misma. Y eso que le gustaba el baile, Pedro de la Hoz lo dijo un día: “Marta es guarachera, le gusta el baile, la trova santiaguera, todavía saca el piececito hacia atrás”.

La Premio Nacional de Periodismo José Martí que –a decir de Abel Prieto– “tenía el aura limpia y donde quiera que entraba todo resplandecía porque estaba llena de luz”, falleció este domingo en su casa del Vedado habanero a causa de un infarto.

La de “una visión de la vida cargada de optimismo, esperanza y utopía”. La “criatura iluminada por ese don de creer en la patria y en Fidel. Su relación con él y Raúl fue extraordinaria”, fueron las palabras con las que la recordó hoy el presidente de la Casa de las Américas en conversación con Cubadebate.

Otras personalidades como Nancy Morejón, Miguel Barnet, Rolando Pérez Betancourt, Senel Paz, entre otras, llegaron esta tarde de martes al lobby del periódico Granma, “la segunda casa de Marta”, a rendirle homenaje. De fondo les acompañaban ofrendas florales del General de Ejército, Raúl Castro Ruz, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, el presidente de Vietnam, Nguyen Xuan Phuc, así como de la embajada de ese país donde Rojas fuera corresponsal de guerra, y de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana.

Aquella noche en Santiago de Cuba no fue el primer día en que Marta decidió ser osada. Siempre lo fue. De pequeña, cuando le cambió el final a la película “Lo que el viento se llevó” cuando se la contó a su madre de regreso del cine, porque el de ella “era más bonito”. Desde entonces, su mamá la apodó “Julita Verne”. O cuando su primer noviecito la retó a escribir una novela y ella lo hizo. Compró una pluma de fuente Esterbrook y escribió el libro que llamaría “El dulce enigma”, un relato sobre la adolescencia.

Retar a Marta y no recibir respuesta. Imposible. La primera vez que Fidel le dirigió la palabra le dijo: “He visto que estabas tomando notas. No te lo van a publicar”. A ella no le importó. Si algo fueron aquellas palabras, fue adrenalina para sus venas. En los bolsillos de la saya se guardaba las notas de un juicio a unos jóvenes que querían hacer una Revolución. Dejó su carrera en la televisión y apostó por lo desconocido, hasta que la madrugada de un primero de enero el director de Bohemia la llamó y le dijo: “¿Tienes el mamotreto ese ahí? Fidel está entrando en Santiago?”. Decía Barnet que Marta había nacido con un lucero en la frente. Y así fue.

“Para mí siempre será la indómita, la que nunca se rinde, la que siempre va a estar de pie. Así la llamó la viuda de Carpentier, rememoró hoy su colega Pedro de la Hoz. Rolando Pérez Betancourt, que la conoció durante 56 años, dijo esta tarde que Marta era “una mujer de un optimismo ejemplar. Nunca se enfermaba. Nunca dijo que se sentía mal. Fue una maestra para muchos periodistas”.

A sus más de 90 años aún trabajaba. La última vez que la llamé para una entrevista en plena pandemia, me dijo: “Llámame mañana para ver qué día tengo libre, porque ahora estoy en teletrabajo, pero igual mañana voy al periódico y veo el plan de la semana”.

Una mujer que –recalcó Pérez Betancourt– tuvo el mérito de “en un momento donde ya era toda una gloria del periodismo y donde mucha gente vive de sus memorias, ella hizo literatura y buena, y se murió escribiendo su última novela”. “Novelista por instinto”, así la catalogó Alejo Carpentier. Ese que le hizo redactarle a sus amigos de la escuela las carticas de amor.

Sus ficciones tienen que ver “con la historia, con la reivindicación del ser humano, con la dignidad de los cubanos y la forja de nuestra identidad”, señaló De la Hoz. “Era una escritora brillante. Siempre ajena a las mezquindades propias que uno encuentra entre colegas. Marta nunca se dedicó a hablar mal de nadie. Siempre tuvo una visión noble y generosa”, añadió Prieto, que hizo “una gran amistad” con ella a partir de los 80 cuando se conocieron en la Uneac.

“Nunca la vi desanimada y eran tiempos tremendos: la crisis provocada sobre todo por el derrumbe de nuestros aliados y las presiones imperialistas. Mucha gente pensó que no teníamos salida, pero Marta siempre supo que teníamos salida. Siempre siguió a Fidel y lo entendió muy profundamente”, recordó de quien fue además “una conversadora llena de humor y alegría”.

Despiden a Marta Rojas en el periódico Granma. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

Alguna vez dijo que escribir le resultaba “una verdadera diversión” y es que Marta se imaginaba cada detalle y cuando te contaba una historia te señalaba un lugar concreto del espacio como si lo estuviera viendo. Carpentier dijo que “tenía una visión casi cinematográfica”.  

Cuando le preguntaban cómo escribía sus novelas, siempre aludía a la importancia de escuchar y observar. “Todavía recuerdo el sonido de las esposas de Fidel al entrar a la sala y su voz cuando dijo: ‘No se puede juzgar a nadie así esposado’”. Escuchándola a ella casi era posible también oír a Fidel. 

“Es un ejemplo, una palabra a veces peligrosa, pero no tengo la menor duda en calificarla, tanto en el ámbito humano como periodístico e intelectual”, dijo Pérez Betancourt. Pero Marta no siempre quiso estudiar periodismo. Al principio le apasionaba la medicina. Se había leído un libro de anatomía y sabía dónde estaba cada hueso en el cuerpo. Pero no la estudió porque “era una carrera muy larga”. La carrera de Periodismo la descubrió una noche mientras comía en familia y oían la radio. Convenció a sus padres y vino para La Habana.

Años después falleció justo el día en que el periódico Granma celebraba su 56 aniversario. “No nos preparó para este momento. Decidió irse como un suspiro. Como una travesura, justo el día del aniversario. Decidió quedarse de manera definitiva en la historia de su diario”, reflexionó al final de la tarde y luego de las guardias de honor, la actual directora del medio, Yailin Orta. 

Un día le preguntaron a Marta si no fueron responsables la casualidad y el azar del curso de su vida. Ella, segura, respondió: “No, la casualidad y el azar funcionan cuando las personas se apropian de los sucesos, de los eventos y se dan cuenta de que estos dan para una noticia o para una historia. Estoy segura de que no basta con ser testigo, hay que estar consciente del suceso, interpretar el alcance o importancia de los hechos y eso me lo confirma Carpentier en el prólogo de mi libro El juicio del Moncada”.

Sin embargo, confesó la existencia de un elemento que era puro azar. “Cuando pasa el tiempo, un día conversando con Haydee, ella —que era muy perspicaz—, me pregunta qué día yo viajé a Santiago y yo le digo la fecha y el número del tren, y resulta que yo había viajado el mismo día y en el mismo vagón que ella y Melba rumbo a Santiago de Cuba, sin saberlo, sin que nos conociéramos, con objetivos diferentes, el azar nos había unido”.

Arrestada y temeraria, de niña Marta se tiraba en yaguas loma abajo en una pequeña finca de su tío. De “agudeza contagiosa”, fue la primera corresponsal de guerra cubana y latinoamericana en Vietnam. Le gustaba descubrir cosas y siempre le importó más vivir que sacar la máxima nota. “Si me hubiera aplicado para ganar la beca no hubiera estado el 26 de julio en Santiago de Cuba, sino en París”, contó una vez, hablando de azares.

Dice De la Hoz que “era un ser muy especial que siempre va a ser eterno. Para mí fue madre, hermana, amiga y siempre estará conmigo. Será imborrable”. Dice Orta que “ella nos convoca a celebrar la vida. Pensémosla desde esa dimensión”. Dice Abel Prieto que Marta Rojas “tenía el aura llena de luz”.

Rogelio Polanco, jefe del departamento Ideológico en el Comité Central del PCC despide a Marta. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

“No nos preparó para este momento. Decidió irse como un suspiro. Como una travesura, justo el día del aniversario. Decidió quedarse de manera definitiva en la historia de su diario”. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

Marta Rojas falleció justo el día en que el periódico Granma celebraba su 56 aniversario. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

Despiden a Marta Rojas en el periódico Granma. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

En video, colegas recuerdan a Marta Rojas

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“Marta, ¿tienes el libro ahí? Fidel está entrando en Santiago” (+ Video)

Se han publicado 7 comentarios



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  • Edilberto Sosa Rey dijo:

    LA PATRIA LA CONTEMPLA ORGULLOSA,EPD MARTA.

  • oliverio dijo:

    Excelente y bella información, a la altura de Marta, felicidades a las periodistas, oliverio

  • Tati dijo:

    Martha Rojas no morira nunca. Ha dejado tanto fruto del mejor en su paso por la vida, que sería imposible olvidarla o ignorarla. Por cierto, ando buscando libros de ella porque tenerla en mi biblioteca, me causa confianza en que tengo la versión correcta de la historia.
    Martha se me suma a la lista de inmortales.

  • Mercedes del Risco Cabrera dijo:

    Emocianada estoy al leer tan bellas palabras para ella,sobre todo ..al decir la periodista Yailin Orta.,y cito: Decidió irse como un suspiro.
    ¡Gloria eterna a Marta Rojas!

  • Luis Enrique dijo:

    ROS gran periodista de Cuba

  • Milagros dijo:

    Sentí una gran admiración por ella, la sentía cercana, que EPD, su digna obra queda en la memoria de todos los cubanos.

  • Mimisma dijo:

    Mis sentidas condolencias por la partida física de ésta gran mujer, que en paz descanse para siempre esta eminente periodista, revolucionaria.

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Dinella García Acosta

Dinella García Acosta

Periodista de Cubadebate. Graduada de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana (2019). Contacto: dinella@cubadebate.cu En Twitter: @dinella_garcia

Irene Pérez

Irene Pérez

Fotorreportera cubana. Trabajó en Cubadebate de 2011 a 2022. Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana (2014). En Twitter: @irenepperezz

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