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Consumidores estadounidense comenzarán a sentir la guerra comercial con China

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La guerra comercial se ha intensificado. Foto: Getty Images.

La guerra comercial del presidente Donald Trump con China, que hasta ahora era principalmente una idea abstracta para los consumidores estadounidenses, está a punto de afectarlos.

A partir del domingo, el gobierno estadounidense aplicará aranceles del 15% a 112.000 millones de dólares en importaciones chinas, las cuales incluyen artículos que van desde relojes inteligentes y televisores hasta zapatos, pañales, equipos deportivos y productos lácteos y cárnicos. Por primera vez desde que Trump inició su guerra comercial, los estadounidenses enfrentan la posibilidad de aumentos de precios porque muchas compañías de Estados Unidos dicen que se verán obligadas a transferirles a los consumidores los incrementos que pagarán para adquirir bienes chinos.

Durante más de un año, las dos mayores economías del mundo han estado enfrascadas en un duelo de aranceles.

Ambas partes han sostenido conversaciones periódicas en las que aparentemente se ha logrado poco a pesar de destellos de posibles avances sustanciales. Mientras tanto, han impuesto aranceles recí procos sobre miles de millones de productos, en una desavenencia en torno a lo que los analistas dicen son las estrategias depredadoras de Beijing en su intención por convertirse en la máxima superpotencia en alta tecnología.

Hasta ahora los consumidores estadounidenses no han sentido las consecuencias de todo ello: el gobierno de Trump había dejado a la mayoría de los productos de uso diario en el hogar fuera de la lista de aranceles (que hasta la fecha incluye productos chinos por 250.000 millones de dólares) y se enfocó en los productos industriales.

Pero eso está a punto de cambiar. Cuando los nuevos aranceles de Trump entren en vigencia el domingo a las 12:01 de la madrugada, el 69% de los bienes de consumo que los estadounidenses adquieren de China enfrentarán impuestos de importación, en comparación con el 29% actual.

Y eso no es todo. El 15 de diciembre comenzarán a aplicarse aranceles más elevados a otra serie de productos chinos valorados en 160.000 millones de dólares. Para entonces, aproximadamente el 99% de los bienes de consumo fabricados en China importados a Estados Unidos estarán pagando aranceles, según cálculos de Chad Bown, del Instituto Peterson para la Economía Internacional.

En total, la guerra comercial de Trump habrá incrementado el arancel promedio a las importaciones chinas del 3,1% en 2017, antes de que comenzaran las hostilidades, a 24,3%.

"El punto fundamental es que, por primera vez, la guerra comercial de Trump probablemente provocará un incremento directo en los precios de muchos artículos para el hogar de precio accesible como ropa, zapatos, juguetes y artículos electrónicos para el consumidor", escribió Brown en un informe.

Durante meses, Trump _que hizo la famosa frase de que las guerras comerciales son "fáciles de ganar"_ afirmó falsamente que China era la que pagaba los aranceles y que éstos no afectaban en nada a los estadounidenses. De hecho, los importadores en Estados Unidos pagan los aranceles. Ahora tendrán que tomar una decisión muy riesgosa: absorber ellos el incremento en los costos y aceptar ganancias menores, o pasarle el alza en los precios a sus clientes y arriesgarse a perderlos.

(Información de AP)

Se han publicado 11 comentarios



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  • OBSERVADOR dijo:

    Y los exportadores chinos igual lo sentirán, los daños no son solo en una dirección.

  • Leo dijo:

    En ese último párrafo está el detalle. Pues siempre hay opcipara comprar el producto de otro fabricante, así como los chinos han decidido no comprar productos made in USA en forma de boycott aquí también se puede hacer lo mismo, la gente piensa de esa manera, si tengo que pagar más por X producto mejor lo compro de fabricación nacional. Esperemos que esta guerra se acabe pronto para bien de las dos naciones.

    • Jose R. Oro dijo:

      De acuerdo con Leo, "un mal acuerdo es siempre mejor que una buena guerra". Solo quería glosar su comentario con que en el caso del gobierno de Trump hay serias contradicciones, muchas, una de ellas es que no se puede aumentar la manufactura estadounidense y al mismo tiempo tener una política anti - inmigratoria, ya que quienes trabajan en los "sweat shops" o fábricas de sudor, siempre han sido los inmigrantes. Por supuesto que si el consumidor tiende que si paga más de todas maneras, preferiría productos nacionales, si los hubiera. Es algo más complejo, como lo muestra la industria automovilística, donde hay gente que compra un FIAT porque vale y consume menos y otros un Mercedes o BMW por tener mejores prestaciones y calidad. El así llamado "goodwill" o valor adicional por prestigio intrínseco de una marca, no esta presente en los productos chinos, pero es también un elemento a considerar, por ejemplo en el caso de los vinos francesas asimismo amenazados por Trump.
      No debemos olvidar que además de la RPCh, Trump está en una guerra comercial contra el mundo, como el aluminio y el acero demuestran (muchos países afectados), o la "guerra de los tomates y los aguacates" contra México, etc.

  • Aldo dijo:

    Sigo pensando que esta es una magnifica oportunidad para Cuba de, absorber ese comercio que USA penaliza con aranceles y permitir la importación sin aranceles a personas jurídicas y privadas desde China, para de esa forma no tener que quejarnos mas del bloqueo americano, cuando es mejor negociar con nuestros aliados y mas ahora que el yuan ha bajado sustancialmente, por lo que todos esos productos se abaratan aun mas. A rio revuelto, ganancia de pescadores. A comprar suplementos medicos, alimentos, medios de transporte, maquinaria agrícola y tecnología China.

    • Carlos dijo:

      Las cosas qué hay que leer aquí. Como usted va a comparar el volumen de comercio que China tiene con USA y Cuba absorber eso. No se da cuenta que la economía de cualquier ciudad estadounidense es mayor que la de toda Cuba?

    • Magdiel Rivero Gonzalez dijo:

      Piensa un poquito... Cuba exporta productos y servicios, luego Cuba importa otros productos que necesita... Según tu Cuba puede importar de donde le sea mas barato y exportar a donde le paguen mejor... Error... Que te crees? Que los países que compran a Cuba les puede hacer gracia que luego Cuba en vez de comprarle a ellos le compre a otros? La balanza comercial debe estar equilibrada así funcionan las cosas...

  • Yulier dijo:

    Esto parece ironía. Siempre se ha dicho que el presidente sirve a los intereses de las empresas, pero con Trump parece que no es así. Es evidente que las empresas no se deben sentirse cómodas con el....a que intereses responde Trump??? Las empresas se irán de China para otro país antes de irse para estados unidos....

  • Jose R. Oro dijo:

    Este artículo de AP publicado por Cubadebate, no puede ser más oportuno y engloba las afectaciones económicas al consumidor muy bien y claramente. Solo quisiera comentar algunas cosas adicionales que pudieran derivarse de la “guerra comercial” de Trump contra el mundo, con énfasis en la RPCh. Iré por partes:
    1. Las consecuencias de la tensión entre Estados Unidos y China amenazan con afectar a otros mercados. Según los expertos, los mercados seguirán cayendo o subiendo en función de cómo se despierte Trump y de momento el objetivo del déspota de la Casa Blanca no es llegar a un acuerdo en la guerra comercial.
    Laura Sánchez, editora jefe de Investing.com (citada por EFE), afirma que la estrategia del presidente de Estados Unidos es seguir retrasando un eventual acuerdo comercial con China y así presionar para que sigan bajando los tipos de interés dentro de los Estados Unidos. "Él tiene claro que tiene que llegar a un acuerdo comercial con China. Él ya ha dejado claro que será cuando él quiera y de la manera que él quiera. Lo que ocurre es que se ha encontrado con el presidente chino, Xi Jinping, un adversario más duro de lo que el imaginaba, y las cosas no están saliendo como Trump quiere", explica Sánchez. Volveré mas tarde a este comentario de Laura Sánchez y su increíble peligrosidad para el mundo.
    La fuerte devaluación de la moneda china, el yuan, esta semana ha incentivado los temores de una guerra de divisas. Un yuan más barato implica que sus bienes y servicios también lo son, por lo que puede ser más competitivo. "Eso para las exportaciones europeas a China puede ser bastante malo. Igualmente un yuan debilitado también preocupa dentro de China porque eso hace que baje el poder adquisitivo, y perjudica al turismo. El turismo chino en Europa es muy grande, en España y en otros países europeos, con lo cual con un euro más caro, va a bajar el turismo", añade la experta.
    2. Incertidumbre financiera. Ante la creciente inseguridad, el oro se convierte en el mejor valor - refugio, con una subida sustancial (hasta un tope de casi US$1.548), la más alta en 6 años.
    Por su parte, Trump sigue lanzando ataques a la Reserva Federal, el último ayer desde su cuenta de Twitter. En sus mensajes expresaba que "el problema no es China, es la FED (la Reserva Federal)" y que deberían bajar los tipo de interés "más y más rápido"
    "Desde luego ahora el objetivo de Trump no es llegar a un acuerdo con la guerra comercial, y si los mercados caen lo que hace Trump es echarle la culpa a la FED para que baje los tipos de interés en la próxima reunión", explica Laura Sánchez.
    Recientemente, cuatro ex presidentes de la FED de los Estados Unidos (Paul Volcker, Alan Greenspan, Ben Bernanke y Janet Yellen) escribieron una carta abierta a The Wall Street Journal, en la que pedían respetar la independencia del banco central. "Es fundamental preservar la capacidad de la Reserva para tomar decisiones basadas en los mejores intereses de la nación, no los intereses de un pequeño grupo de políticos".
    Se trata de una respuesta a las continuas críticas del presidente Trump, que incluso amenazó con despedir a su presidente actual, Jerome Powell, por mantener los tipos de interés altos.
    (Continuará)

  • Jose R. Oro dijo:

    (Continúa)
    3. Minerales estratégicos. La Asociación de la Industria de Tierras Raras de China, patronal formada por unas 300 firmas del sector, aseguró que el coste de los aranceles impuestos por Estados Unidos a productos chinos será lamentablemente pagado por los consumidores y los mercados de ese país.
    En un comunicado publicado en su página web, la institución muestra su "firme apoyo" a las contramedidas que China decida aplicar después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciase la semana pasada nuevas tasas del 10 % sobre importaciones chinas valoradas en 300.000 millones de dólares.
    "Las tierras raras son un recurso estratégico importante. Debemos ser plenamente conscientes de las ventajas de China en los recursos de tierras raras", se indica en el documento, que resume una reunión celebrada el pasado día 5 de los corrientes.
    La Asociación califica de "acoso comercial" la actitud de Washington, y considera que la "compleja y grave situación" producida por la disputa arancelaria se debe únicamente "a la unilateralidad y al proteccionismo" del Gobierno estadounidense.
    Las tierras raras son un conjunto de 17 elementos imprescindibles para la fabricación de productos tecnológicos y Pekín amenaza con cortar el grifo, dado que China es el origen de en torno al 80 % de las que importa EEUU.
    Precisamente este grupo estratégico de minerales se ha erigido en uno de los protagonistas en la guerra comercial que libran China y Estados Unidos desde marzo del año pasado, tras una visita del presidente chino, Xi Jinping, a una planta de procesado de estos materiales, probablemente en preparación para lo que está ocurriendo hoy con los aranceles
    Desearía referirme al “hibris” o insensata creencia de Trump de que él puede controlarlo todo. No es así. Un “guerra comercial” contra el mundo no se puede parar después de desencadenada. Así vemos que como se expresa en el punto 1, va a existir un impacto durísimo con las exportaciones europeas a la RPCh y los ingresos por Turismo chino a Europa por un encarecimiento respectivo del Euro. Todo esto traería como consecuencia un grave perjuicio en el comercio entre los Estados Unidos y la Unión Europea y otra carga más para el consumidor estadounidense. Pero Trump en su “hibris” cree que el puede parar la guerra cuando él considere oportuno, que es una persistente sinrazón de los dictadores. Napoleón, Hitler, Mussolini, Stalin entre otros padecieron de ese mal de forma desastrosa para sus pueblos.
    Hay que parar a Trump antes que lleve al mundo a un desastre incalculable, el desmoronamiento de la ficción de que Trump ha mejorado la economía de los Estados Unidos es muy importante en ese sentido. La economía de los Estados Unidos no ha mejorado tanto como los índices estadísticos expresan y lo han hecho por causas antecedentes al gobierno Trump. Pero ahora con la “guerra comercial” y la “guerra contra la reserva federal” es que Trump va a dejar su impronta en la vida económica del país, pero muy negativa.
    Como dijera el ex Secretario de Estado y ex – Jefe del Estado Mayor general de los Estados Unidos, Colin Powell dfe Trump, el ha cambiado a ese país de: “Nosotros el pueblo” (We, the people, palabras iniciales de la Constitución) a “Yo el presidente”
    Creo que lo pagara en las elecciones de noviembre del 2020

  • Jose R. Oro dijo:

    Estos son fragmentos de un escrito del Premio Nobel de Economía Paul Krugman que ha sido publicado en varios periódicos importantes a nivel mundial.
    “Donald Trump es impopular, pero conserva la lealtad de algunos grupos importantes. Entre los más leales se encuentran los agricultores estadounidenses, que constituyen una pequeñísima minoría de la población, pero ejercen una influencia política desproporcionada debido a nuestro sistema electoral, que otorga a los 3,2 millones de habitantes de Iowa los mismos senadores que a casi 40 millones de californianos. Según un sondeo reciente, el 71% de los agricultores aprueban la labor de Trump, un porcentaje ligeramente inferior al de sondeos anteriores, pero que sigue estando muy por encima de la media nacional.
    Sin embargo, desde el punto de vista económico, los agricultores lo están pasando mal. A los inversores (en Wall Street y las bolsas de valores, mi nota) les preocupa una posible recesión de la economía, pero la recesión agraria ya está ahí, con una caída de los ingresos, un incremento de los índices de delincuencia y un número cada vez mayor de quiebras. Y los problemas de la economía agraria se derivan directamente de las políticas de Trump.
    Esta aparente contradicción, Trump inflige el mayor daño a la gente que más le ha apoyado, no es una casualidad. El respaldo anterior de los agricultores a Trump era previsible: la demografía y la cultura del EE UU rural (blanco) lo convierten en un terreno fértil para los políticos que prometen restablecer la sociedad tradicional, y especialmente la jerarquía racial tradicional. Pero los apuros económicos de los agricultores también deberían haberse previsto: aunque al EE UU rural no le gusten las élites cosmopolitas y desconfíe de ellas, la economía depende enormemente de los mercados mundiales, e inevitablemente, ha sido una de las principales víctimas de la guerra comercial de Trump.
    La incógnita es si los agricultores entendían en qué se estaban metiendo, si entienden ahora que es poco probable que sus problemas se resuelvan pronto, y si sus dificultades económicas debilitarán su apoyo al hombre que las está causando.
    Por un lado, no resulta difícil ver por qué los agricultores respaldaron a Trump. La hostilidad hacia los inmigrantes no blancos fue fundamental en su campaña y dicha hostilidad tiende a ser mayor en lugares donde en realidad no hay muchos inmigrantes. De modo que el EE UU rural, con una población inmigrante reducidísima, constituía un público receptivo para el alarmismo de Trump. Y el "Hagamos que EE UU vuelva a ser grande", que consistía en retroceder en el tiempo racial y culturalmente, fue un mensaje que caló en lugares que todavía se creen el verdadero EE UU, en contraposición con las grandes áreas metropolitanas en las que viven la mayoría de los estadounidenses. Y por otro lado, aunque en las zonas agrarias no exista diversidad étnica y se desconfíe de los globalistas, la economía agraria está, de hecho, profundamente integrada en los mercados mundiales y depende en gran medida de ellos.
    (Continuará)

  • Jose R. Oro dijo:

    (Continúa)
    Justo antes de la guerra comercial de Trump, EE UU exportaba el 76% de su producción de algodón, el 55% de la de sorgo, la mitad de la de soja y el 46% de la de trigo. En total, las exportaciones agrícolas estadounidenses representan casi el 40% del valor de la producción agrícola, mientras que en 1970 solo el 15%. El auge de China y el crecimiento del comercio mundial han sido buenos para los agricultores.
    No debería haber sido difícil predecir que la trumponomía sería mala en cambio. El deseo de Trump de que se produjese una guerra comercial era de todos conocido; el proteccionismo, junto con el racismo y el antiecologismo, es uno de sus deseos fundamentales. Era seguro que una guerra comercial perjudicaría a las exportaciones agrícolas. ¿Alguien se imaginaba que China, una superpotencia económica, no tomaría represalias contra los aranceles estadounidenses?
    Entonces, ¿en qué estaban pensando los agricultores? El deseo de creer les nubló la razón. Trump les parecía su clase de persona, que compartía su aversión hacia las élites urbanas, las cuales, se imaginaban, despreciaban a la gente como ellos. Así que se convencieron a sí mismos de que Trump sabía lo que estaba haciendo, de que ganaría su guerra comercial y de que ellos estarían entre los vencedores. Incluso ahora, muchos agricultores parecen creer que sus problemas desaparecerán de un momento a otro, que Trump anunciará un acuerdo que restablecerá todos los viejos mercados.
    El apoyo de los agricultores a Trump se debería considerar una forma de fraude por afinidad, en el que la gente se traga los cuentos de un estafador porque consideran que es uno de ellos. Siempre en esta clase de fraudes, el estafador y sus cómplices en realidad desprecian a sus víctimas. No hace mucho, Sonny Perdue, secretario de Agricultura, hizo un chiste de mal gusto sobre ellos. Trump se lamentaba de que mientras Japón manda a EE UU millones de coches, "Nosotros les mandamos trigo. Trigo. (Risas.)" ¿Se dan cuenta los agricultores de que su presidente considera que su forma de ganarse el pan es motivo de burla?
    Entonces, ¿qué pasará a medida que la guerra comercial se alarga? No esperen que los agricultores de repente exclamen en masa: "¡Nos han tomado el pelo!". La vida real no funciona así. Pero, efectivamente, les han tomado el pelo y es posible que finalmente estén empezando a darse cuenta. (Hasta aquí los comentarios de Paul Krugman)
    Mi glosa de estos excepcionales comentarios de un premio Nobel de Economía es que una cantidad de estos agricultores, calladitos votarán contra Trump, y otra cantidad no votará en el 2020. Trump ganó Iowa por 147,314 votos, una cifra considerable, pero que puede desvanecerse entre los que cambien su voto y quienes no vayan a votar.
    Otros estados agrícolas swingers (cambiantes al votar) como son Nebraska, Indiana, Ohio, Dakota del Sur y del Norte, Missouri y Arkansas, los ganó Trump con márgenes mucho más estrechos que Iowa, le dieron a Trump 51 votos electorales, de hecho la presidencia.
    Lo escribo para que los foristas tengan en cuenta lo políticamente suicida de la política de Trump en su guerra comercial con la RPCh, como una autoridad de la economía mundial, Paul Krugman, lo explica.

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