Cubadebate

Nuestros campesinos son los que se levantan a las cuatro de la madrugada a halar los bueyes y a ordeñar las vacas,a sudar la camiseta bajo el indomable sol de tal manera que el producto de su trabajo del cual nos alimentamos los de la ciudad merece un premio lo cual lo dicta la oferta y la demanda,este valor económico se lo ganan de forma decente y legal,pues bienvenido sea...

Lunes 29 de septiembre de 2013.
En la mesa redonda de la televisión del pasado viernes 27 de septiembre se trató el tema de las indisciplinas sociales manifestadas en los ruidos contaminantes del medio ambiente, traté de llamar al teléfono que ofreció la moderadora (8312484), pero cuando marcaba sonaba ocupado, y cuando no sonaba ocupado, la respuesta automática me decía que el número marcado estaba fuera de servicio. ¡Increíble pero cierto! Me admiró además, que yo he escrito al periódico Juventud Rebelde varias veces, precisamente a la sección que atiende el periodista José Alejandro, que estaba invitado al programa de la mesa redonda, he intentado denunciar un atropello del que estamos siendo víctimas muchos ciudadanos de este país, de lo que no podemos librarnos de ningún modo, y me refiero a la música a excesivo volumen, pero en los centros de recreación del estado, próximos a las viviendas. Un tipo de indisciplina social que se escuda detrás de instituciones del estado cubano, como a las que pertenecen los centros de recreación y cuyos administrativos se consideran inmunes a las normas de la convivencia social.
Quiero referir el centro recreativo Las Sombrillitas, en Ciego de Ávila, cito en calle Narciso López esquina Chicho Valdés, el que tiene un horario de servicio de acuerdo al tipo de actividad que ahí se brinda. Pero lo penoso del caso es que, los vecinos que viven en los alrededores sufren un verdadero tormento con la música en un volumen tan elevado, que adentro de las casas, ni siquiera se puede escuchar la televisión. Yo he sido partícipe de esta situación en varias ocasiones cuando he estado de visita en ese lugar, y en verdad que es desesperante el tormento de la música tan alta, a veces, desde por la mañana, hasta más de la media noche. Y por supuesto, que no hay quien pueda dormir con semejante bulla.
Los vecinos han hablado del caso con quien preside el CDR de la cuadra, con el delegado de la circunscripción, con el jefe del sector de la policía, lo han planteado en el Poder Popular, en el partido; ya no saben a dónde ir a quejarse, y todos los funcionarios les dan la misma respuesta: eso es un centro de recreación y cuenta con la autorización para ofertar música bailable a los asistentes; lo que se debe poner la música a un volumen moderado, dicen. Y esto se ha extendido por tanto tiempo, que se cuenta por años. Pero la situación se agrava, porque sucede que, la persona que opera el audio, hace gala de su falta de educación y se molesta cuando se le da alguna queja, porque al momento de quejársele, va y eleva el volumen del amplificador, y dice por el micrófono gritado: ¡para los que no quieren…! Y comienza a cantar junto con la música, en tono exagerado y burlesco.
Esto exacerba las molestias por la impotencia que produce tal insensibilidad, y que uno se ve ante una situación que no se sabe cómo va a terminar un día, y se ha planteado una infinidad de veces y no se le haya una solución que produzca paz y armonía al vecindario.
Precisamente, el jueves 26 de septiembre, en horas del mediodía una vecina se dirigió al operador de audio para pedirle que bajara el volumen de los audios, pues ella tiene un familiar enfermo de la mente, y el tormento que le produce esta música es terrible. La respuesta de este individuo fue: “NO LA VOY A BAJAR PORQUE NO ME DA LA GANA, Y PUEDES IR A DONDE TÚ QUIERAS, QUE ESTO ES UN CENTRO DE RECREACIÓN Y ESTÁ AUTORIZADO”. El administrador, que estaba cerca y escuchó estas palabras, no hizo nada al respecto, simplemente dio la espalda y se marchó.
De todos es sabido cómo se lucha en nuestro país contra los depredadores del medio ambiente, y no solamente contra los que dañan la flora y la fauna o afectan el ecosistema con productos nocivos, sino contra los que hacen del entorno en que vivimos un infierno, al hacer notar su falta de cultura, y haciendo gala de su arrogancia, escandalizando con su música, y haciendo burla de nuestra tranquilidad ciudadana. Tal parece que pretenden hacer de nuestro hábitat un paraje de salvajes primitivos, guerreando cada cual con su prójimo por la supervivencia. Esto de escandalizar con música y gritería, en muchos países del mundo está prohibido al punto, que los centros de recreaciones tienen que disponer de locales adecuados, de manera que el ruido no moleste en los alrededores. Pero, los cubanos somos diferentes, por eso somos cubanos, y esa diferencia nos ha hecho acostumbrarnos a vivir a nuestras anchas, donde no nos importa cuidar o respetar el espacio del otro. Espero el día, y Dios permita sea pronto, que en nuestra sociedad se erradique esta plaga de indolentes, como se ha erradicado otras veces el mosquito Aedes aegypti.
Desearía que todos los cubanos vivamos en paz y armonía en esta bella tierra, construyendo nuestro futuro, y que cada cual sepa respetar el derecho ajeno y aceptar la opinión del otro y no censurarle, aunque lo que diga a veces no caiga bien; pero el sentido común le dará la razón.
Espero que algún día se resuelva este caso, pues he enviado quejas a todas las páginas web donde se publican comentarios de la población, para ver por cuál de estas se digna alguien a dar solución a este caso. Pero, como muchas cosas que andan mal en nuestra sociedad, de la solución, ni en sueños.

Saludos, Cubanocientoporciento