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Sobre la unidad

Por: José Ernesto Nováez Guerrero
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"La estrella que ilumina y mata..." Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

Una de las problemáticas fundamentales a las que se enfrentaron el proceso independentista decimonónico cubano y la Revolución triunfante de enero de 1959 fue la unidad de las fuerzas revolucionarias. La unidad, o la falta de ella, fue factor clave en el éxito o fracaso de los sucesivos procesos que en cada época histórica expresaron los anhelos más profundos del pueblo cubano.

La Guerra de los Diez Años, la heroica gesta de la nación cubana, tuvo en los caudillismos, regionalismos y sectarismos una de las causas fundamentales de su frustración. Sin importar cuánto valor individual derrocharan los patriotas, la derrota del poderío militar español y del modelo colonial en América debía ser hija de un esfuerzo colectivo coordinado entre todas las fuerzas rebeldes.

José Martí sacó de esta derrota —vivida en plena juventud y entremezclada en su propia experiencia vital con el destierro y el conocimiento íntimo de la emigración revolucionaria, de los numerosos sectores en que estaba dividida, del intercambio con los jefes revolucionarios en el exilio— un conjunto de lecciones esenciales para reorganizar la futura contienda. Entre ellas, la importancia vital de la unidad; sin esta todo esfuerzo venidero estaría irremediablemente perdido.

Su labor en la década de los 80 y principios de los 90 del siglo XIX va a estar encaminada a la creación de un frente común revolucionario. La creación del Partido Revolucionario Cubano, órgano político de esta unidad, y de Patria, su órgano ideológico, fueron dos pasos clave en este sentido. Pero Martí también debió hacer frente a una de las cuestiones centrales para el logro de la unidad: la construcción de un proyecto colectivo común para la patria futura. En la conformación de este proyecto importantes líderes revolucionarios debieron hacer dejación de sus proyectos individuales, entre ellos Gómez y Maceo. La ingente labor del Delegado congregó a viejos guerreros y jóvenes independentistas en torno a una comunidad que permitió retomar la lucha en 1895 en la denominada Guerra Necesaria.

La unidad también implicó, para muchos de los grupos y sectores participantes en el estallido revolucionario, la aceptación de liderazgos externos y, en última instancia, la aceptación general del liderazgo simbólico y práctico de José Martí, a pesar de su relativa juventud y su falta de experiencia militar.

Los avatares de la guerra acabaron determinando que no era posible sostener la unidad del inicio durante todo el proceso iniciado en 1895. La intervención militar norteamericana en la guerra y su posterior ocupación de la Isla potenciaron los elementos de desunión y dieron como resultado la disolución práctica del movimiento revolucionario sin que se hubieran cumplido sus objetivos fundamentales: el nacimiento de una República soberana de justicia social.

“El Martí subversivo sobrevivió en una generación heredera del mejor espíritu del 95”.

Aunque frustrado, este ideal sobrevivió a las circunstancias de los primeros años de una República mediatizada, que nació enferma con el apéndice de la Enmienda Platt y mutilada en su integridad territorial. Una neocolonia azucarera donde gobiernos de cartón pretendieron sustituir al Martí vivo y vigoroso de la manigua irredenta por un Martí de cartón, vacío de su esencia libertaria. Pero el Martí subversivo sobrevivió en una generación heredera del mejor espíritu del 95, que protagonizó la Revolución del 30, la cual se desmembró al lograr su objetivo más inmediato (la derrota del dictador Machado) precisamente por la falta de unidad, de programa y de liderazgo.

Sobrevivió en los maestros de las escuelas públicas, que resistieron la precariedad constante de la educación y el abandono, y formaron varias generaciones de patriotas que admiraban la obra del Maestro y sufrían el destino de la patria. Sobrevivió en el pensamiento de numerosos intelectuales revolucionarios como Mella, Villena, Marinello y Pablo de la Torriente, y pasó a la denominada Generación del Centenario como un deber, como una necesidad, como una misión.

La historia de la lucha en la Sierra Maestra en contra de la dictadura de Batista es, también, la historia de la lucha —antes, durante y después— por construir la unidad de todas las fuerzas. Muchos de los altibajos en el proceso se explican por esta búsqueda, que es una de las luchas fundamentales.

“Fidel, como líder indiscutido del proceso, fue capaz de lograr y sostener la unidad no solo durante la lucha, sino también en el complejo proceso posterior de construcción del socialismo”.

Fidel, como líder indiscutido del proceso, fue capaz de lograr y sostener la unidad no solo durante la lucha, sino también en el complejo proceso posterior de construcción del socialismo, al mismo tiempo que se rompía con las viejas cadenas de la dominación neocolonial.

El campo revolucionario ha precisado en todas las épocas de una extrema flexibilidad, de forma que contenga dentro de sí toda la diversidad posible y solo queden fuera aquellos que, citando al propio Fidel, sean irreconciliablemente contrarrevolucionarios. Igualmente esta flexibilidad debe tener límites claros, para saber cuándo se está comprometiendo lo esencial. El propio Fidel da también la pauta cuando en sus emblemáticas “Palabras a los intelectuales” de 1961 deja claro que lo único que no está en disputa es la Revolución misma. Esta, como hecho colectivo que expresa los anhelos de la nación, es lo único que no está en disputa.

Construir y mantener la unidad para el presente implica, siempre, extraer las lecciones correctas del pasado. Además de los elementos señalados, la construcción de la unidad también supone hoy comprender que ninguno de los sectores que compone lo que pudiéramos denominar el “frente revolucionario” tiene la hegemonía de qué es y qué implica ser revolucionario en un momento histórico concreto. Pretender lo contrario es caer en el sectarismo más chato, lo cual es profundamente peligroso.

Desterrar el sectarismo debe venir de la mano del destierro de la sospecha y el rumor. Debe primar la ética en todas las acciones que se emprendan y no ir sembrando la duda en torno a compañeras y compañeros. La medida de un revolucionario debe ser, en todo momento, sus actos, y solo por estos se le debe juzgar. No apelar a malas interpretaciones o tergiversaciones de lo que dijo o quiso decir en un momento concreto es clave para construir un ambiente de confianza y respeto, donde se dé el sano intercambio de ideas y posiciones, como corresponde a una Revolución dialéctica en un proceso de permanente desarrollo.

“La Revolución misma, como hecho cultural emancipador, puso la enseñanza y el aprendizaje en el centro de todos sus procesos vitales”.

Por último, se debe hacer referencia a la importancia de la superación para todos los revolucionarios. La Revolución misma, como hecho cultural emancipador, puso la enseñanza y el aprendizaje en el centro de todos sus procesos vitales. No se puede ser revolucionario porque sí, sino que se deben aprehender con aplicación las herramientas teóricas que ha producido lo mejor del pensamiento libertario y emancipador de todas las épocas.

Una comprensión más compleja de los procesos es clave para asumirlos y construir desde una perspectiva más integral y transformadora. La unidad del campo revolucionario debe venir de la mano del desarrollo intelectual y espiritual de quienes lo componemos. Los militantes debemos ser la vanguardia, pero una vanguardia coherente, organizada y con capacidad y articulación real para incidir sobre la realidad.

“La unidad del campo revolucionario debe venir de la mano del desarrollo intelectual y espiritual de quienes lo componemos”.

Los retos son inmensos y los factores de desunión, múltiples, pero somos hijos de un pueblo y una tradición abonados con la lucidez suficiente para poner, por encima de todas las causas, la de una Cuba soberana y de justicia social. Ante la patria y su futuro todos los deberes y egoísmos cesan, y no queda otro deber que el deber mayor de defenderla y construirla permanentemente.

(Tomado de La Jiribilla)

Se han publicado 17 comentarios



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  • DANIO dijo:

    Reflexionando sobre lo anterior, creo que vale la pena poner sobre la mesa retomar el proceso de rectificación de errores, los que no se rectificaron y los nuevos surgidos de la última década, sin caer en errores de la antigua URSS ( mención para la parte donde se habla de la vanguardia coherente). Cabezas sobran para poner la marcha por el camino real social comunista que se supone estamos construyendo y no doblegarnos a modos de economía privada, ni articulaciones de leyes que en el futuro pudieran expropiar esos negocios, ¨por interés patrimonial, etc¨como dice el último anteproyecto que salió y que no he logrado leer porque, como otras leyes que se han aprobado, no se ha divulgado ampliamente como la batalla por la aceptación del código de las familias.

    • Manuel. Am dijo:

      Para mantener la unidad en la actualidad, solo hay que cumplir al pie de la letra el concepto de Revolución que nos dejó Fidel.
      Cambiar todo lo que tenga que ser cambiado, y en el momento histórico que vivimos.
      Unidad no es sinónimo de unanimidad, por eso debemos ser inclusivos y dar participación a todos. De lo contrario será una falsa unidad.
      "Con todos y para el bien de todos" tal y como dijera nuestro Apóstol.
      Miren lo fácil que se quebró la supuesta unidad hacia el PCUS, en la antigua URSS.

  • rebelde dijo:

    Magnífico artículo sobre el arma estratégica fundamental para la Revolución: la unidad.
    Estamos viviendo momentos muy difíciles, que ponen a prueba la firmeza de los revolucionarios, algunos puede que vacilen, que no comprendan la stuación actual y por tanto no apoyen con igual determinación los cambios tácticos y estratégicos que se producen, algo normal para cualquier revolución.
    La actual dirección del país, tiene la inmensa tarea de mantener la unidad de acción y pensamiento de la mayoría del pueblo alrededor de la Revolución, que heredó de un hombre extraordinario, lider indiscutible, de incalculable prestigio como es Fidel. Si, escribo es, porque no puedo escribir de él en pasado, ese sería un primer indicio de comenzar a olvidar su legado. Todos los intentos, ataques, amenazas del imperio van hoy dirigidos a fracturar la unidad y es por eso que tenemos que impedir que aparezcan grietas.
    Para garantizar la unidad, primero tienen que existir líderes, dirigentes con inmenso prestigio, ganado por su ejemplo personal, por su capacidad, por su sacrificio personal, por su austeridad, por su entrega total, por su vínculo estrecho y permanente con el pueblo. Así lo logró nuestro inmortal Fidel y por eso hoy aún está vivo y estará en la memoria del pueblo.
    No se logra la unidad, si nuestros dirigentes nos dicen haz lo que yo digo y no lo que yo hago, así de sencillo. Los cuadros son la columna vertebral de la Revolución, sin esta figura se fractura la unidad. La unidad se garantiza si la dirección del país logra que todos a todos los niveles cumplan sus obligaciones con armonía, si no se producen caudillismos locales, que distingan de manera significativa la vida en una región del país de otra, si los beneficios de la Revolución llegan a todos por igual.
    La unidad se mantiene si se logra que todos los cubanos aporten al desarrollo del país, cada uno desde su puesto de trabajo o dirección, sea estatal o privado, si eliminamos a lumpens y otras lacras que hoy proliferan y viven del sudor ajeno sin aportar nada más que corrupción y sobornos.
    Perder la unidad, es perder el alma de la Revolución, es traicionar a Fidel, es arrodillarnos ante el imperio para que finalmente pueda cantar victoria.

  • Yandys dijo:

    La unidad lo es todo, pero ojo, no la falsa unidad que nos hace caer en el sectarismo, lo mismo que se critica en el artículo. Cuba es de todos. Que pensemos diferentes no significa que no estemos unidos. En un país para que haya unidad todos las corrientes deben estar identificadas y sentir que se les escuche. Revolucionarios y no revolucionarios. Cristianos y no cristianos. Comunistas y no comunistas. Si se logra pluralidad de opiniones y esas opiniones son escuchadas habrá unidad dentro de la pluralidad. Hemos pecado en todos los años de Revolución de quién piensa diferente está mal o es gusano. Si apoyas el código de la familia eres revolucionario y si no lo apoyas eres fundamentalista. Sólo escuchado a todos y teniendo en cuenta la opinión y posición de todos se logrará la unidad. La unidad por Cuba nos hará más fuerte.

  • Armando Chamizo Avello dijo:

    Lenin lo dijo en 1917, aprender, aprender, aprender. Fidel lo dijo en diciembre de 1961, estudiar, estudiar, estudiar.

  • Indy dijo:

    Todas las personas no pueden pensar igual, sino dejarían de ser personas para convertirse en robots. La unidad total es un concepto utópico, pues eso no se logra ni en las mejores familias. Eso sí, al igual que en esas familias, hay criterios que nos pueden dividir, pero cuando alguien quiere tocar a uno de sus miembros, todo el mundo sale unido a defenderlo. Eso es lo que hay que lograr, estar unidos en lo que de verdad importa. Si queremos que se unan en todo, estaríamos imponiendo criterios a fuerza, y eso hace que la unidad parezca que es, pero no sea al final, y una unidad falsa es muy fácil de romper. Lo mejor es el consenso, para que de verdad nuestra sociedad sea con todos y para el bien de todos, de lo contrario será como muchas que hay por ahí, el bien solo para algunos.

  • Empresa Eléctrica de Guantánamo dijo:

    Unidos venceremos; máxima que nos acompaña aún en estos tiempos en que tantos, desde dentro y desde afuera, intentan socavar ese valor insoslayable que ha sostenido nuestra historia de lucha y de victoria. La Unidad fortalece nuestro espíritu aun en la más cruda adversidad. Lo que nos UNE fidelidad, constancia, firmeza. Así somos los cubanos, los de pura cepa, los que no dejan caer su bandera ni bajan la mirada ante la provocación y el insulto. Unámos nuestras manos, nuestras voces, nuestra fuerza por nuestra identidad, por Cuba.

  • nino dijo:

    el secreto de por que esta revolucion esta en pie es el apoyo masivo del pueblo y la unidad de los cubanos, esa bajo ningun concerto se puede descuidar, al igual que la defensa .

  • MdF dijo:

    La unidad no se decreta, surge cuando hay comunidad de objetivos, aunque existan criterios diferentes en cuanto a las estrategias o modos de alcanzar ese objetivo puede sobrevivir si existe transparencia, franqueza y una comunicación respetuosa en ambos sentidos.
    La falta de comunicación, el engaño y el secretismo son enemigos de la unidad

  • Jose R Oro dijo:

    Vivo en los Estados Unidos desde hace décadas, participo activamente en la Lucha contra el Bloqueo que pretende destruir a Cuba. Para lograr ese objetivo, como nos explica de manera muy seria y brillante el autor de este articulo José Ernesto Nováez Guerrero, la unidad es esencial. Debe quedar claro que la unidad debe establecerse alrededor de una base minima comun. Por mas que quisiera unidad, Marti nunca aceptó a nadie que no estuviera por la independencia de Cuba, ni Fidel incluyó en el PURSC a los autenticos u otros grupos que eran de hecho anti - socialistas.
    De nada vale luchar contra el Bloqueo si no defendemos al mismo tiempo a Cuba y a la Revolución socialista. La Unidad es alrededor de Cuba , de su pueblo y de su vanguardia. Para los que no cumplan con esos requisitos "Cierra la Muralla". Para todos los que luchen contra el Bloqueo, defiendan a Cuba, al socialismo y al Gobierno Revolucionario en sus miles de diversas formas "Abre la Muralla"
    Una persona dijo que el se pronuncia contra el Bloqueo, pero que consideraria como posible, el "multipartidismo" y la "propiedad privada de la mayor parte de los medios de produccion". Me vi obligado a explicarle que si llegamos a esa coyuntura no hacia falta luchar contra el Bloqueo, porque este ya habria triunfado, eso es lo que pretende el Bloqueo, son solo palabrerias para derrocar al gobierno revolucionario.
    Unidad si, pero alrededor del pueblo y del socialismo!

    • rebelde dijo:

      Aplausos prolongados para su comentario. Un abrazo cubano socialista.

      • Jose R Oro dijo:

        Un fuerte abrazo hermano!

    • Legoman dijo:

      EXCELENTE COMENTARIO!

      • Jose R Oro dijo:

        Muchisimas gracias estimado Legoman!!

  • Preocupado colorado dijo:

    Cosas que favorecen la unidad:
    1-La participación y consulta popular en la elaboracion de leyes y normas, presupuesto local, políticas culturales, etc.
    2-La ejemplaridad que demuestren los líderes.
    3-El imperio de la ley revolucionaria.
    Cosas que afectan la unidad:
    1-Temas tabú de los que no hablan los medios, excepto para realizar alabanzas, aún con problemas
    2-La falta de ejemplaridad y persistencia de intereses personales y grupales por sobre el país.
    3-La impunidad que existe ante determinadas acciones negativas y decisiones muy erróneas, que se rectifican o no, pero no se va a las causas ni a los responsables.
    Qué resultará al final? Vencerán las luces o las sombras, se mantendrá la Revolución Cubana?
    Depende de todos nosotros, y de los que están en una posición mediática o de poder más que de los que somos trabajadores, obreros o campesinos.
    La gente habla de seguridad en el triunfo, de invulnerabilidad, de ... Yo no creo en nada de eso, ni en la perspectiva histórica, ni en el tribunal de los pueblos, ni otras utopías. Yo creo en el trabajo diario, en la estrategia inteligente, en el desarrollo sostenible, en el consenso dinámico, en la firmeza de principios con flexibilidad de soluciones. Yo creo en que cada día se pierden o se ganan muchas batallas haciendo un acumulado final que precipita al saturarse en un sentido u otro y así marcha la vida y la historia. La unidad necesita metas concretas y éstas necesitan compromisos reales en el tiempo de quienes las establecen, pero también de quienes las llevan a cabo. Todos y todas podemos aportar algo positivo o ser tóxicos. Está en nosotros elegir. A veces hay normas y leyes que se violan por los mismos que deberían aplicarlas, y a veces personas insospechadas hacen el cambio.

  • Carlos dijo:

    Pero pretendemos lograr la unidad a través de una unanimidad falsa. La unidad se logra dialogando y aceptando los criterios de todos los que quieran una Cuba independiente, aunque estén contra el gobierno o contra el comunismo.

    Nada lesiona más la unidad que los titulares pomposos de nuestra prensa o que las votaciones unánimes de la Asamblea Nacional. Nada hiere más la unidad que ningunear a los que piensan diferente.

    Independientes si , por encima de todo, pero Cuba es de todos los cubanos.

    • Gloria dijo:

      Estoy de acuerdo con su comentario.

Se han publicado 17 comentarios



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José Ernesto Nováez Guerrero

Escritor y periodista cubano. Nació en Santa Clara, Villa Clara, en 1990. Licenciado en Periodismo, graduado del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso y miembro de la AHS. Autor del libro de relatos Hijos del polvo, Ediciones Sed de Belleza, 2014. Coordinador del capítulo cubano de la Red en Defensa de la Humanidad.

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