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Estampas del Sol naciente: Calor en la bahía

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Una voluntaria del Sistema de Transporte de los Medios durante los XXXII Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Foto: Roberto Morejón/Jit.

En uno de los centros de transporte habilitados para los Juegos Olímpicos hay cientos de conos blancos y naranjas que camuflan el gris del asfalto. Es un lugar ubicado frente a la bahía de Tokio, el sitio escogido por los organizadores como punto de enlace para todo el sistema de ómnibus encargados de mover a los representantes de los medios desde los hoteles al centro de prensa o a las instalaciones deportivas.

En un ir y venir interminable, a cada momento llega allí un vehículo desde algún punto de la metrópoli. Existen más de 20 estaciones distintas a lo largo de la explanada. Desde unas parten cada una hora los ómnibus hasta los alojamientos; desde otras lo hacen hasta las sedes de competencias. Un poco más allá, otra parada sirve para tomar un vehículo y moverse hacia el centro de prensa.

En ella los ómnibus aparecen cada diez minutos y enseguida se llenan de idiomas, cámaras fotográficas, micrófonos de televisión. Cada uno es movido por hidrógeno, una de las iniciativas niponas para hacer de estos juegos los más sostenibles de la historia. Llegar varios segundos después de la hora señalada no es argumento suficiente para detenerlos y subir.

En cuestiones de tiempo y horarios, la tradicional amabilidad japonesa desaparece por completo. Entonces no queda más remedio que esperar el próximo turno, puntual como siempre, aunque sea para mover a tres personas. Del lugar asombra el silencio, inesperado para un sitio que no descansa en el ir y venir de personas y vehículos. Pero en Japón nadie levanta la voz.

Para unos juegos que no tendrán público en las instalaciones, un lugar como este resulta entonces aun más importante. Millones verán las competencias a través de las señales televisivas originadas aquí. Otros muchos lo harán desde sus celulares. Y para ello, mucho dependen de la eficiencia de este sitio para mover en tiempo a los miles de involucrados en las coberturas.

En las estaciones solo hay dos cosas idénticas: las decenas de señales naranjas y blancas distribuidas para marcar el camino y el calor sofocante que por momentos recuerda al Sol y la brisa de Cuba.

En cada estación hay sistemas para llevar aire fresco. Foto: Roberto Morejón, periódico Jit, Inder.

Los japoneses incluso pensaron en un sistema para llevar aire fresco hasta cada punto, aunque olvidaron colocar sombrillas más grandes para guarecerse. Los voluntarios, héroes anónimos de cada cita estival, lucen sombreros y mangas largas, pero nunca dejan de sonreír.

Tienen papeles y listados, teléfonos, audífonos, y una y otra vez chequean las credenciales para confirmar que todo está en orden. A fin de cuentas, la capital nipona tiene 2 mil kilómetros cuadrados y ya la prensa cubana sabe cuánto tiempo se pierde si uno toma la ruta equivocada.

Mientras dura la espera dos voluntarios leen el cartel de nuestras mochilas y ven que somos de Cuba. Apenas hablan inglés, pero el interés los vence. “Voleibol”, dice una mujer de casi 40 años mientras con la mano derecha hace un intento de remate. Es evidente que aun recuerda las visitas de las Morenas del Caribe a un país que las amó con locura.

A su compañero, delgado y mucho más joven, un colega le menciona el béisbol y el boxeo. Abre los ojos y asiente con la cabeza. No hablan nada más, pero se quedan conversando entre ellos y varias veces repiten el nombre de esa otra isla del Caribe que, a más de 12 mil kilómetros de distancia, sigue dejando tanto calor como el que se siente en la plaza inmensa y movida ubicada frente al mar japonés para garantizar el transporte olímpico.

Los voluntarios se encargan de coordinar las decenas de ómnibus que se mueven diariamiente. Foto: Roberto Morejón, periódico Jit, Inder.

Se han publicado 2 comentarios



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  • Niuver Rodríguez Ceballo dijo:

    Genial Yunier!!! Gracias por esta crónica! Fuiste más allá de lo que se ve detrás de micrófonos y planos. Te disfruté un montón! Jejejejjjj....Éxitos!!!

  • CHRM dijo:

    Un reportaje muy interesante Yunier, es verdad que cuando se menciona a Cuba alla los japoneses en lo primero que piensan es en aquellas espectaculares Morenas del Caribe, eran amadas alla. Gracias y exitos!

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Yunier Javier Sifonte Díaz

Yunier Javier Sifonte Díaz

Graduado de Periodismo en la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas en el año 2016. Periodista de Telecubanacán. Colaborador de Cubadebate. En Twitter: @yunier_sifonte

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