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Bianchini: Lo cotidiano y un universo en fotos (+Video)

Por: Max Barbosa Miranda, Penélope Orozco Ortega
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Gabriel Guerra Bianchini para muchos es, hoy, el most wanted de la fotografía cubana contemporánea. Foto: Jorge Alfonso Pita / Cubadebate.

Hay sentimientos más fáciles de cargar; pero, la nostalgia puede llegar a marcarte. No es fácil someterse a la encrucijada del "quiero y no puedo". No es agradable vivir añorando un regreso cuando las imágenes en tu cabeza evocan a tu isla. Algunas personas descubren en tal pasión una forma adictiva de vida. Otras no. 

Gabriel convirtió esa añoranza en el pretexto para regresar, para sentirse útil donde nació, para transformar los bocetos en series palpables. Hoy es, para muchos, el most wanted de la fotografía cubana contemporánea, y aunque prefiere que no lo encasillen como un fotógrafo social, La Habana que reflejan sus imágenes tiene tanto de arte como de entrañas. 

Andar por las calles de su ciudad en búsqueda y captura de lo inusual es lo más parecido a un hobbie en la agenda de Gabriel Guerra Bianchini. "Me gusta entretenerme con mis ideas, en mis sueños, en las imágenes surrealistas, en crear un universo", responde a la primera interrogante del equipo de Alma Mater, el joven que no pocos reconocen por lo osado de sus fotografías para abordar la realidad de un país entre calles y escenarios. 

¿Qué te motivó a hacer fotografías? 

No tengo un recuerdo claro de cuándo fue que la fotografía realmente me atrapó. De niño solía jugar con alguna cámara que me prestaban durante los viajes largos en carretera e iba todo el camino intentando capturar cada lugar. La cámara era un instrumento que me causaba curiosidad, con ella comencé a documentar los momentos que pasaba con mis amigos. No había nada artístico detrás, tampoco pensaba que se podría convertir en mi profesión. 

No obstante, siempre sentí la necesidad de tener una cámara propia y recuerdo que cuando viví fuera de Cuba, frente a mi casa había una publicidad gigante de Canon. Solamente ver las fotos de esa cámara en tales dimensiones me parecía una cosa bestial. A partir de ahí comencé a reunir para comprarme una igual. Cuando al fin la pude tener, entendí que para manejarla requería todo el conocimiento que yo no tenía y, por primera vez en mis veintiún años, sentí la necesidad de aprender a estudiar. 

Tuve la suerte de que, en aquel momento, ya el mundo digital había explotado e Internet estaba en su instante clave. Gracias a eso, todas las preguntas que me atiborraban la cabeza tenían una respuesta en Google. Veía tutoriales, leía reseñas, artículos. Puedo decir que me gradué en Internet, porque se puede asistir a la mejor escuela del mundo, pero si uno no desarrolla la curiosidad, el conocimiento se queda a medias. 

En ese afán de aprender y mi búsqueda de referentes, encontré Tony Madrid, en Flickr, una red social online de aquella época para los fotógrafos. Me sentí identificado con su trabajo: limpio, delicado, de una creatividad ilimitada. Entonces decidí hacer lo que me gusta: saciar la necesidad de crear y reflejar una realidad. 

Tras años en Europa, ¿por qué regresas a Cuba? 

El colmo de la abundancia Foto: Gabriel Guerra Bianchini.

Uno de los trabajos que más me ha gustado hacer es El colmo de la abundancia, donde aparece Cuba pintada con agua y azúcar y un montón de hormigas que se alimentan de ella. Cuando se me ocurrió, vivía en Francia. Intenté hacer la foto varias veces, pero por alguna razón las hormigas nunca hicieron el contorno de la isla. A los tres días de haber llegado a Cuba lo volví a intentar y en tan solo treinta minutos la silueta estaba llena de esos insectos. Con esa foto entendí los motivos del regreso y es de las imágenes que guardo para siempre conmigo. Me encanta el concepto y lo que significa ahora. 

En Cuba siempre encuentro maravillas de fotos. Mis amistades dicen que lo que hago no es trabajar, sino salir a ver el cielo, y en realidad, salir a mirar es también el trabajo del fotógrafo. Tengo una serie en el muro del Malecón, por ejemplo, que se me ocurrió de tanto observar por la ventanilla de un avión. Allá arriba, viendo esa inmensidad, cuesta creer que ese es el mundo que tú conoces. Luego caes en la realidad y entiendes que abajo vive gente. Esa misma sensación yo la veía en las personas que se detienen a mirar un horizonte que invita a soñar y nos recuerda lo pequeñitos que somos nosotros mismos y los problemas que nos inventamos, y esa realidad la veo una y otra vez en esta isla. 

Sin embargo, hay otras realidades menos oníricas en tu fotografía: fotos de carácter social. 

Lo social forma parte importante de mi trabajo, aunque me cuesta más: hay que obrar con inteligencia y ser muy fino para abordar un tema social de manera efectiva. A veces, requiere de poner la parte creativa en lo que sueñas encontrar, y para eso debes salir a caminar relajado con la cámara en la mano. 

Por ejemplo, ¿cómo nace Quizás puedan vernos ahora, una serie con un alto propósito social, dedicada a sensibilizar a las personas en torno al tema del maltrato y el abandono animal? 

Parte de la serie Quizás puedan vernos ahora. Foto: Gabriel Guerra Bianchini

Todo comenzó mientras pensaba en lo necesario que es una Ley de Protección Animal en nuestro país. Había visto a varios fotógrafos poner en sus imágenes a animales gigantes y en mi cabeza, automáticamente, se mezclaron ambas cosas. Para algunos, los animales parecen casi invisibles, pero quería enviar un mensaje claro: poner a esos seres que pasan desapercibidos, que están olvidados en nuestras calles, como protagonistas gigantes del espacio público. 

Aunque era una buena fórmula a nivel gráfico, no esperaba tanto alcance. El eco de la serie llegó a tal punto que me asusté: la gente empezó a llamarme "el fotógrafo de los perros", y entonces tuve claro que había logrado un mensaje. 

Tengo un sueño con esta serie: hacer una exposición en la vía pública con la información de contacto de refugios y centros de adopciones; usar estas imágenes como una campaña de comunicación para empezar a concientizar. 

"La gente empezó a llamarme “el fotógrafo de los perros”, a raíz del alcance de la serie Quizás puedan vernos ahora", comenta Bianchini 

Parte de esta conciencia creada por las imágenes de Gabriel Guerra Bianchini, así como la conexión que se establece al mirar sus obras, ha surgido en el espacio de Internet. Las redes sociales digitales también marcan hoy el alcance del arte, y la fotografía no queda exenta. 

Cuando muchos artistas cuidan con recelo la publicación de sus obras, las tuyas están accesibles para quien te siga en Facebook o Instagram. ¿Por qué? 

Lo que va a marcar tu carrera, sin duda alguna, no será aquello que pongas en tus redes. Si realmente estás haciendo algo que llama la atención, algo único, genuino y con corazón, da igual si lo publicas en una revista o en una red social. Yo pongo ahí esas obras que ya expuse en galerías porque quiero que las personas tengan la posibilidad de apreciar lo que hago. Y no temo que una de mis obras pueda ser tomada de las redes para lucrar porque de descargar una fotografía en una red social a poder imprimirla con calidad va un gran trecho. 

¿Cómo ha cambiado a la fotografía la llegada de la era digital? 

Nos acostumbramos tanto al mundo digital que se nos olvidó el mundo real. Recuerdo el día en que mi hermano menor me dijo: "Tienes que empezar a imprimir tus fotos, ¿a qué esperas?" 

Más tarde me di cuenta que era cierto. En cuanto empecé a imprimir me cambió todo: es impresionante cuan poco significa la fotografía digital cuando la tienes impresa. El mundo de la impresión es otro universo con mucho por aprender. Es primordial que un fotógrafo vea su obra, que la doble, que sea tangible. Cuando puedes tomar en tus manos tu trabajo, el concepto que tienes de lo que es fotografía cambia e, incluso, cambia lo que sueñas hacer con tu arte. 

¿Consideras que este arte es bien valorado en Cuba? 

En el corazón de la gente, creo que sí. Hay una generación inmensa que tiene amor e interés por la imagen. Existe un movimiento fotográfico inmenso en este país. Sin embargo, siento que falta establecer un curso institucional y comercial más marcado para la fotografía cubana. Hoy no existe un premio nacional de fotografía, por ejemplo, y el Premio Nacional de las Artes Plásticas es demasiado abarcador para un país lleno de artistas visuales impresionantes. 

Desafíos de la fotografía en Cuba. ¿Qué hacer para desarrollarla? 

Parte de la serie La isla aislada. Foto: Gabriel Guerra Bianchini.

Pienso que debería premiarse a los mejores fotógrafos de manera anual. Es un galardón que requiere un trabajo titánico por parte de las instituciones, pero que daría mayor valor al arte fotográfico de casa. Hay una disciplina detrás de cada imagen. Es muy difícil no tener un jefe que te diga cada mañana lo que tienes que hacer, e imponerse uno mismo esa disciplina por el arte es algo que debería valorarse más a nivel institucional. 

Lo más importante para que esto vaya más lejos ya está pasando: hay mucha juventud, mucha gente, abarcando todo tipo de campo en la fotografía con una calidad alucinante. El ingrediente principal ya está sembrado y está floreciendo. No obstante, tiene que haber un interés en unir todo eso, bajo las voluntades de instituciones como la Fototeca de Cuba o el Centro Nacional de las Artes Plásticas. Estos sitios deberían tener la misión de ser el polo de la fotografía en Cuba, ya sea como archivo histórico o como espacio para lo nuevo que se está realizando en el país. ¡Los jóvenes tenemos que sentir un atractivo constante en querer presentar obras allí! Fotografías de la Cuba soñada. 

¿Cuál Cuba? 

Una que esté definitivamente más abierta, acorde a los tiempos que vive la humanidad, donde se debatan las diferencias. Una Cuba respetuosa, que integre y donde existan la inteligencia y la capacidad para que vivamos todos en ella. 

En video, Gabriel Guerra Bianchini por El Techo de Alma Mater:

Se han publicado 7 comentarios



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  • EMAC dijo:

    Magnifico el trabajo de Gabriel Guerra, su serie sobre el Malecón, su video-clip premiado, si no existiera todo esto, alcanzaría su serie sobre los perros y su apoyo a la Ley de Bienestar Animal para un reconocimiento popular, por lo pronto que cuente con mi voto para el premio Nacional de Fotografia...sigue asi Gabriel !!!!

  • @adriancamaguey dijo:

    Creo que Cuba es respetuosa. Los que no respetan, son precisamente los que no la quieren. Por demás, admiro la otra de Gabriel.

  • Leonel dijo:

    Excelente foto El colmo de la abundancia, muy genial y mucha cubania

  • Made dijo:

    Aunque recién conocí de la obra de este grande de la fotografía cubana, me ha encantado todo lo que he visto, en especial la serie: Quizás puedan vernos ahora.
    Ojalá pueda concretarse su sueño de exponer en la vía pública con la información de de refugios y centros de adopciones y así concientizar a personas e instituciones sobre este sensible tema.
    Las palmas para ti Bianchini, por excelente fotógrafo y mejor aún ser humano. FELICIDADES!!

  • Ernesto dijo:

    Para ser un joven fotógrafo me impresiona la manera de concebir cada imagen, además posee una dosis de nacionalidad actual, que es lo que necesita esta vertiente del arte en nuestro país. Mis mas sinceras felicitaciones!!!!

  • margarita Daisy Farías Cuesta dijo:

    Es Bianchi un artista genuino ,de este tiempo , significativo la perpectiva humanista de su obra : Visibilizar en una Cuba con grandes carencias economicas la situación de los animales .Me parece que cuando se cuantifiquen los daños causados por el bloqueo habrá que alzar la voz también por ellos .NO ES EXAGERADO .La situación en que vivimos hace que muchos cubanos hoy no tengan los alimentos , medicamentos ,o las condicciones para poder acceder a que sus mascotas no reproduzcan de forma indiscriminada y es entonces que son dejados en las calles .Es una realidad que lascera.
    Por eso convoco a este artista a reflejar esta realidad en su obra ..Gracias Bianchi.

  • Krly! dijo:

    Con el mayor respeto que se merece, lo felicito por su obra y que quede claro que lo siguiente a decir no es en búsqueda de denigrar su trabajo. Como fotógrafo es digno de admirar, como editor de fotos no tanto. Si ahora me dicen que la foto del perro tal cual está es completamente intencionada me callo ipso facto, pero en mi humilde opinión y humilde conocimiento de Photoshop esa foto está muy pobre en edición. existe un evidente contraste de calidad entre la imagen del perro y la de La Habana, un poco de sombras (aunque el sol se ocultaba) no le hubiera hecho mal. Un toque de Lightroom tampoco... en fin la idea es preciosa y muy bella, me alegro que la desarrolle, pero me hubiera llegado más con una mejor calidad de edición. Muchas gracias...

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