Pon tu pensamiento en mí
Era un buen poeta repentista. Tenía ángel para la improvisación y la décima campesina. Pero Miguel Alfonso Pozo —Clavelito— animado por el deseo ferviente de ayudar a los demás, comenzó un día a hacerlo a través de su programa de radio y su fama creció como la espuma. La gente lo vio entonces como un “preocupado y atento consejero” al que podía pedírsele la solución de un problema práctico o de un asunto amoroso e incluso la cura de la salud quebrantada, lo que lo convirtió en “el primer curandero del país apoyado en un micrófono de profundas y lejanas resonancias”.
Para curar, Clavelito magnetizaba el agua que el doliente bebería al día siguiente. Lo curioso es que lo hacía con una linterna. Como no todos los que la necesitaban podían acercársele, aconsejaba a los que estaban lejos que, mientras lo escuchaban en silencio, colocaran un vaso de agua encima del receptor de radio. Si veían la imagen del trovador reflejada en el líquido podían beber el agua con absoluta confianza porque esa agua curaba. Jamás pudo explicar en qué radicaba su poder. Pero lo consideraba un privilegio de la providencia. “Lo mío es lo imposible hecho posible; lo inverosímil hecho verosímil”, decía Clavelito, que gustaba definirse como “el hombre del destino”.
Una bien acoplada música de claves y guitarras abría El Buzón de Clavelito, que salía al aire por Unión Radio-TV y servía de fondo a la voz del trovador: “Pon tu pensamiento en mí / y harás que en este momento / mi fuerza de pensamiento / ejerza el bien sobre ti”. La música iba desenvolviéndose y entraba entonces el locutor y decía:
“Un milagro de la naturaleza en el deleite de una canción guajira. Manifiesto de los elementos que contribuyen al éxito, a la salud, al amor, a la felicidad. Poeta, intérprete de los corazones incomprendidos. Mensajero de la buena suerte. Si usted no es feliz, si tiene algún problema, si no tiene salud, si no tiene empleo, si el dinero no le rinde, si no tiene amor… Oiga a Clavelito en silencio. En silencio, por favor…”
Y entonces Clavelito, con un montón de cartas y telegramas en las manos, empezaba a cantar y a hablar, de prisa, sin meditar apenas en lo que decía, sobre la marcha de la lectura vertiginosa: “Manolo García, tu mal tiene remedio… Señora de Matanzas, tengo una solución… Muchacha desesperada de Cabaiguán, yo sé cuál es tu problema…”
Fuera del estudio se formaban colas de hasta de tres cuadras para ver a Clavelito, y llovían las cartas dirigidas a su programa. Setecientas en la primera semana, dos mil en la segunda, 10 mil… Llegó el momento en que se necesitó un camión para transportar hasta la emisora los miles y miles de cartas que le enviaban. En muchas de ellas se agradecía la gracia concedida. Así, Esmeralda Serrano, de Cascorro, le confía que, tal como él se lo indicó, puso un pedacito del billete 25 187 encima del radio y se sacó el premio gordo de la Lotería. Y Ramón Barzaga, de Contramaestre, dice que desde que barrió la casa como Clavelito le dijo que lo hiciera se le quitó la punzada que tenía en el lado izquierdo del pecho. La señora CPB, de Manzanillo, está feliz: desde que lo escucha, todo es tranquilidad en su casa: consiguió reconciliarse con el esposo y el niño, que no salía del médico, logró recuperarse del todo…
El programa avanzó viento en popa hasta que Unión Radio decidió crear paréntesis a lo largo de toda su programación para, más allá del espacio de Clavelito, dar respuesta a los que pedían consejo al cantante, lo que obligaba a los interesados a mantenerse atados a esa emisora durante todo el día. Y eso sí no lo toleró la competencia ya que la audiencia prefería oír la solución de su propia novela a seguir los lagrimeantes argumentos ajenos. Es así que la Comisión de Ética Radial, la Asociación de Anunciantes de Cuba y el Bloque Cubano de Prensa arremeten contra el programa y logran que sea suspendido el 5 de agosto de 1952. Clavelito entonces volvió a sus versos bucólicos, pero ya nada fue igual.
Miguel Alfonso Pozo, Clavelito, nació en Santa Clara, el 29 de septiembre de 1909. Hijo de un mambí, tuvo una infancia muy humilde, improvisó antes de aprender a leer y leyó mucho cuando supo hacerlo, sobre todo libros de psicología. Escribió varios libros, entre ellos dos novelas. No queda claro si llegó a postular un acta como Representante a la Cámara. Con esa intención, cambió en el Registro Civil su nombre de Miguel por el de Clavelito. Durante sus últimos años hizo presentaciones en una humilde carpa de circo, en La Víbora. Murió en La Habana, el 21 de julio de 1975.
Aunque decía que no le interesaba el dinero, hizo su platica con los augurios. Se creyó un nuevo Mesías y puso una nota única en el folclor cubano. ¿A quién dañó con su programa? Llevó un poco de esperanza a gente que apenas la tenía y con sus consejos cantados sobre el uso de tal o más cual planta medicinal trató de aliviar el quebranto de aquellos que no disponían de médicos para curarse. ¿Qué mal hubo en eso? Por eso, luego de la suspensión del programa, un dibujante de la época caricaturizó a Liborio y puso a su pie estos versos: “Todo se opone a mi paso / siempre me toca sufrir / el más rotundo fracaso…/ sin agua, radio ni vaso / ¿qué cosa voy a pedir?”
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yo tambien tengo una foto que regaló a mi mama cuando joven porque ella cantaba punto cubano en aquella epoca, se llamaba Rosa Fernández Castro y le decian la alondra camagueyana
De niño mis abuelos me hablaban de Clavelito, ya me había olvidado de esta postal cubana.Magnifico artículo, como siempre esperamos muchos más
Unos de los casos más conocidos de Clavelito fue el de Olegario en Jiguani, Granma
Soy jiguanicera y desde niña escuchaba las historias de Clavelito vinculadas con la leyenda cierta de Olegario, el personaje de mi pueblo que, aclarando la duda, fue mutilado, pero no con fósforos y alcohol. En otras palabras, fue cortado.........
Gracias, Ciro, por desempolvar esta historia.
Si mal no recuerdo, Ediciones Huracán publicó un libro que abordaba eventos diversos de finales de los años 50, llamado "Sucedió hace veinte años". Allí fue donde conocí de la existencia de este personaje.
Pon tu pensamiento en mí
y sobre el radio un serrucho
que si los tarros son muchos
te los corto desde aquí...
Muy simpática su improvisación
En la escuela, en aquellos momentos, lo que más recuerdo es que hasta las gallinas con moquillo les echaban el agua de Clavelito. Mantener viva la gallina era tener huevos para la casa. TAMBIÉN los muchachos, cuando decían que había salido un fantasma de una casa decíamos que no era fantasma, que había tarro pegado y cantaban pon tu pensamiento en mi y arriba del radio un serrucho y si los tarros son MUCHOS, BUEN RECUERDO GRACIAS CIRO
Aunque falleció un mes antes de yo nacer, le llegué a conocer, ¿Cómo?, mis padres, en las noches de los campos de Cuba, con un candil (mechón, chismosa), o comoquiera que se le llame en los campos, pues no existía y en algunos lugares solo existe la corriente eléctrica tres horas en las noches, y actualmente estoy seguro que el petróleo solo les debe de alcanzar para diez días al mes, nos sentábamos alrededor de la mesa familiar a escuchar historias, contadas por nuestros padres y nos llegaron a hablar de Clavelito y al ver este artículo me interesó leerlo, imagino la alegría de mi mamá cuando le diga que hoy leí un artículo del hombre que hizo historia en la Radio Cubana, porque gracias a ésta, lo conoció el país entero, dice mi mamá que en plena Sierra Maestra un grupo de personas se reunían todos los días en la única casa donde había un radio, a escuchar las soluciones de este hombre. Gracias Ciro por semejante artículo, esa es una forma de hacer conocer esas humildades de las que está echa nuestra historia. Saludos desde Granma Leovanis.
hay que respetar los comentarios pero el suyoooooo
tengo 28 años y desde pequeña me hablaban mucho de este gran hombre, gracias por dedicarle este homenaje
Buenos Días;
Ana, si usted hace referencia a mi comentario, por favor, sea más específica a lo que se refiere, les contestaré con el mayor de los gustos.
Desde mi niñez escucho a mis padres hablar de Clavelito, pero nunca con tantos detalles, gracias una vez más Ciro por darnos a conocer tantos momentos curiosos de la historia de nuestro país.
Creo que le faltó Don Ciro, la copla más famosa... la de Olegario, en Jiguaní, que perdió el miembro viril y que la chota popular la cantaba así:
Pon tu pensamiento en mi
y las manos sobre el radio
y ya veras Olegario
como te crece el .....
Conozco otro que decía: "Pon tu pensamiento en mí, y la mano sobre el radio, y verás Don Olegario, como te crece el pipí".
y otra que decía:
Pon tu pensamiento en mi
y sobre el radio un serrucho
y si los tarros son muchos,
repártelos por ahí
-1-
“Pon tu pensamiento en mi”
Era un Programa Radial
Que se volvió popular
A lo largo del país.
A muchos le hacía feliz
Escucharlo cada día
Porque el que lo conducía,
Muy conocedor del tema,
Escuchaba tu problema
Y en décimas respondía.
-2-
Una vez Nicolás Guillén
Nuestro Poeta Nacional
Con una moneda igual
Quiso pagarle también.
Guillén que lo hacía bien
Solo demoró un ratico,
E hizo un pequeño escrito
Para buscar sus respuestas
Y al estudio le envió estas
Décimas a Clavelito:
-3-
"Mi querido Clavelito
Me perdonarás seguro
Que te ponga en un apuro
Más tu opinión necesito.
Si tu poder es bendito,
(Como asegura la gente)
Dime, amigo mío, urgente
Donde pudiera encontrar
El modo de trabajar
Sin llegar a delincuente."
-4-
“El agua magnetizada
Que usé según tu consejo
Debo confesarte, viejo,
Que no me sirvió de nada.
En la cocina apagada
Ni un mal caldo hierve ahora
Y yo igual que mi señora
Te juramos que hace un mes
¡Ay! No sabemos lo que es
Tomar comida a su hora”.
-5-
“Yo soy tu hermano y tu amigo
Y por serlo en realidad
Es que con toda lealtad
Te digo lo que te digo.
Con paso seguro sigo
El camino de Martí
Incorporate que aquí
Cuba luchando te vea…
Por una vez aunque sea
¡Pon tu pensamiento en Ti!”.
que gracioso su comentario Carlos Javier, el escrito está bonito.
Ya me estaba preguntando si el profe Bianchi no tendría algo sobre este curioso personaje de aquella República. Supe de él por una anécdota que tenía por personaje central a una muchacha que deseaba desesperadamente casarse, pero... ¡on la garantía de no salir embarazada jamás! En aquellos tiempos, donde la promoción de los anticonceptivos era ciencia ficción, la joven de marras acudió a Clavelito, y éste le contestó a tavés de su programa radial:
"Pon tu pensamiento en mí,
y una mano sobre el radio...
¡Cásate con Olegario,
el hombre de Jiguaní!"
Claro está, el tal Olegario de Jiguaní era muy famoso en ese entonces, debido a que se contaba que por ausa de sus constantes infidelidades, su esposa lo había dejado inútil para el sexo; aunque las versiones difieren en cuanto a si usó un cuchillo, unas tijeras, o la terrorífica combinación de alcohol y fósforos. Todavía en ese pueblo se recuerda el caso de este otro personaje de las historias de entonces.
Conocí a través de una buena amiga mía, jiguanicence ella, a finales de la década de 1960 otra versión: por las mismas razones ya expuestas, la mujer perdió los estribos y le inutilizó aquello con una plancha bien caliente mientras él dormía plácidamente aquel fatídico amanecer.
Gracias, Profesor Ciro Bianchi, por mantener vivo el tesoro inmaterial cubano.
Gracias al gran Ciro Bianchi por recordarnos ese fenómeno sociológico que fue Clavelito. Mi abuela, y hasta mis padres, escuchaban cada dia a Clavelito, y creían en sus poderes. Ponian un vaso sobre la radio durante el programa. Bastaba tomar el agua y se les quitaba el dolor de muelas....esa agua servía para curar todos los males.Se escuchaba con verdadera devoción en los campos de Sancti Spíritus y Ciego de Avila, donde abundaba el analfabetismo, no había apenas médicos, y se buscaban soluciones milagrosas a todos los problemas, pues los gobiernos estaban muy ocupados en robar y defalcar las arcas públicas.
Nacido y criado en las primeras lomas de la Sierra Maestra, escuché desde niño las historias sobre Clavelito. Es magnífico que Ciro nos escriba sobre el tema.
Gracias.
Carlos quedó bien
Gracias, mil gracias a las cronicas del profesor Ciro Bianchi. Jamas sus lectores nos cansaremos de disfrutar sus crónicas, ya sean escritas, como esta o las realizadas en el diario Juventud Rebelde, o las de programas televisivos. Que la vida le de mucha salud y lo sigamos disfrutando maestro.
Ciro estoy a la espera de un escrito suyo,, referente a donde esta enterrado por fin,, el Brigadier del Ejercito Libertador,, Henry Revve,, nacido en los Estados Unidos y peleo por la independencia de nuestro pais.. Gracias te sigo cada Domingo en Juventud Rebelde.
Con retraso puedo responder esa pregunta. El Brigadier Henry Reeve fue enterrado en una fosa común en el cementerio de Cienfuegos por la tropa española que caputró su cadáver.
Mi abuela me contaba mucho sobre Clavelito, incluso en mi casa se cantaba esta cuarteta:
Si quieres lucir de chulo
y ponerte más bonito
lávese 3 veces el c...
con agua de Clavelito
saludos a Ciro
En aquella época los radios eran de válvulas (tubos electrónicos) que se calentaban bastante. Al poner el vaso sobre el radio, el agua comenzaba a calentarse y el aire disuelto en ella comenzaba a salir y hacer burbujitas. Esto asombraba y aseguraba la eficacia del procedimiento.
Oye eso era un radio o un fogón? Cuando el agua se calienta, las burbujitas que se ven es vapor de agua, y para que eso suceda el agua debe alcanzar los 100 grados, o un poco menos a medida que se está a mayor altura.
Fíjate que dije que era el aire disuelto en el agua, que comienza a salir en cuanto coge una temperatura de 40 o 50 grados. Puedes hacer la prueba si quieres.
¿Álguien recuerda o conoció el caso espectacular de aquella joven que recorrió la carretera central (desconozco en este momento su itinerario), seguida de un grupo - supongo que de apoyo -, precedida de versiones acerca de sus manos sangrantes como las de Cristo crucificado?
Tal vez Ciro Bianchi tenga un comentario .
Gracias maestro Ciro de Santa Amalia, por recordarnos a Calvelito,
Muchas gracias Ciro por su artículo. Aclaro que todo lo referente al caso a Jiguaní es la inventiva jocosa popular, nunca Clavelito lo mencionó en su programa.
Ni Gullien tampoco le escribió al programa años después en la coplas de Juan Descalzo es que escribió esas décimas como una supuesta interacción con Clavelito.
Clavelito aún es mucho más que un radio y un vaso de agua
Soy muy joven para haber vivido estas historias , y las desconocía totalmente , mas bien no sabia de la existencia de este personaje, me he reído mucho , con sus comentarios , me encantan sus artículos, son excelentes , x favor publique muchos mas artículos así , los jóvenes de este siglo se lo agradecemos . felicitaciones y cuídense