“Perdón a mis niños por no haberles dicho adiós”
Desde el año 2016, el doctor Arnaldo Cedeño Núñez atendía a los niños indígenas de la etnia Apalai Waiana en Brasil. Foto: Cortesía del Dr. Arnaldo Cedeño Núñez.
“No me pude despedir, me fui y quizás dentro de 20 días en su inocencia aguarden mi llegada, no va a suceder, por eso les pido perdón”. Así confiesa el doctor Arnaldo Cedeño Núñez quien desde el año 2016 atendía a los niños indígenas de la etnia Apalai Waiana, en Brasil.
“Ese día no lo voy a olvidar nunca. Era 11 de septiembre de 2016, la mañana estaba nublada, había presagio de lluvia y turbulencia. Me subí a la avioneta, viajaba desde el aeropuerto de la ciudad de Macapá en el Estado Amapá, en Brasil, hasta la aldea Bona perteneciente al municipio Almeirim del estado Parà”.
El doctor Arnaldo Cedeño Núñez hurga en su memoria, siento que vuelve a vivir aquellos momentos, para él muy tensos, “no niego que tenía temor, imagínese solo viajaríamos el piloto y yo, el cual me dio las instrucciones para casos de emergencia porque atravesaríamos la selva amazónica hasta llegar a la comunidad indígena de la etnia Apalai Waiana”.
“El recorrido duró dos horas, el trayecto era complicado y riesgoso, solo después de unos cuantos viajes comencé apreciar la naturaleza hermosa y casi virgen que veía desde las alturas”.
Al joven galeno, oriundo de la provincia de Granma lo conocí a través de las redes sociales a raíz de la declaración del Ministerio de Salud Pública de Cuba de no continuar en programa Más Médicos, Cedeño publicaba en su perfil una nota: “¡Perdón por no haberles dicho adiós!!!”
¿A quién pedía perdón el médico cubano?
El doctor Arnaldo y sus pacientes de la etnia Apalai Waiana en Brasil. Foto: Cortesía del Dr. Arnaldo Cedeño Núñez.
“Yo me fui para la aldea indígena al otro día de ser electo el Presidente Bolsonaro. Durante dos años, cada veinte días conviví con los nativos. No había luz eléctrica, ni teléfono, ni internet, sólo teníamos un televisor en el puesto de salud que funcionaba 2 o 3 horas en la noche mientras existiera combustible que alimentara una planta eléctrica, pero en esos días el equipo de TV estaba averiado y yo no sabía nada de lo que estaba pasando”.
“Con los niños de la comunidad tenía una relación entrañable, siempre les llevaba caramelos y ellos a cambio me ofrecían la poca comida que tenían, aprendí de su cultura, de sus juegos, sus cantos, su inocencia, llegué a llorar cuando se enfermaban y me dolía que su futuro estuviera encerrado solo en la selva y ríos que les servían de sustento”.
“Dos días antes de salir definitivamente del lugar quise en la noche tomar un descanso coloqué la hamaca fuera del puesto de salud y me acosté. En la aldea había una fiesta, fue entonces que llegaron unos niños y me pidieron permiso para cantarme unas canciones en la lengua indígena, no los grabé, no me lo perdono. Ellos me salvaron ese día de una picada de una cobra porque descubrieron que debajo de la hamaca había una pequeña, uno de ellos con su sandalia, casi descalzo la mató”.
Por unos segundos, el doctor Cedeño se mantiene en silencio.
“No sé por qué tenía el presentimiento de que algo no andaba bien, pero nunca pensé que no los volvería a ver. Les prometí pasar con ellos la navidad, es una fecha importante para los brasileños, no me pude despedir, me fui y quizás dentro de 20 días en su inocencia aguarden mi llegada, no va a suceder, no pude decirles adiós y por eso les pido perdón”.
¿Qué traes a Cuba de los niños indígenas de la etnia Apalai Waiana?
Arnaldo y un niño de la etnia Apalai Waiana en Brasil. Foto: Cortesía del Dr. Arnaldo Cedeño Núñez.
“De ellos me llevo los mejores recuerdos, por ejemplo cuando llegaba la avioneta todos venían con sus caritas sonrientes a mi encuentro, en los inicios me tocaban para sentir la textura de mi piel que ellos notaban era diferente”.
“Eran curiosos y me preguntaban de qué etnia era el médico cubano entonces les explicaba que en Cuba no teníamos cacique, ni tribus”.
“Un día indagaron por nuestra comida y me conmoví mucho al saber que solo se alimentaban de casabe, yuca y frutas, están mal nutridos sobre todo los más pequeños”.
Percibo emoción en la voz del doctor Arnaldo, hace una pausa para decirme por último:
“Les di mi amor, les enseñé a bailar a cantar, a que entendieran nuestra cultura y mi única tristeza es no haber podido abrazarlos en mi despedida”.
Desde el año 2016, el doctor Arnaldo Cedeño Núñez atendía a los niños indígenas de la etnia Apalai Waiana en Brasil. Foto: Cortesía del Dr. Arnaldo Cedeño Núñez.
El doctor Arnaldo con niños y miembros de la etnia Apalai Waiana en Brasil. Foto: Cortesía del Dr. Arnaldo Cedeño Núñez.
Arnaldo Cedeño Núñez comparte en la aldea con sus pacientes. Foto: Cortesía del Dr. Arnaldo Cedeño Núñez.
El doctor Arnaldo cuidaba con esmero a los niños de la etnia Apalai Waiana en Brasil. Foto: Cortesía del Dr. Arnaldo Cedeño Núñez.
Arnaldo se hace un selfie con niños indígenas de la etnia Apalai Waiana en Brasil. Foto: Cortesía del Dr. Arnaldo Cedeño Núñez.
Desde el año 2016, el doctor Arnaldo Cedeño Núñez atendía a los niños indígenas de la etnia Apalai Waiana en Brasil. Foto: Cortesía del Dr. Arnaldo Cedeño Núñez.
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Gran labor desepeñada amigo, mis saludos y respeto.
Qué tristeza, qué orgullo!!!_Cuántas emociones juntas!_ He llorado con esas anécdotas. Sin llegar a la primera parte de lo que narra el médico cubano, recuerdo en el año 1981 cuando cumplí misión internacionalista en Nicaragua que la ¨contra¨ estaba tratando de derrotar la Revolución Sandinista y la dirección de la misión cubana me ordenó salir antes de tiempo porque mi vida peligraba. Los campesinos con una ignorancia política muy grande, aunque ya estaban todos alfabetizados y los niños habían avanzado en grados (tenía, como todos los maestros cubanos, un aula mixta y en la noche alfabetizaba), corrían detrás del auto que me fue a buscar. Lloraban y me pedían que volviera. Hasta hace muy poco supe de ellos. Cuánto comprendo a nuestros médicos!
Viva Cuba y su cooperación internacional!
Este testimonio me llegó al corazón, me hizo trasladar a la misión que cumplí en el sur de Angola. Muchgas felicidades, es una misión de fortaleza. Nuestro reconocimiento. Baldonado no sabe la tristesa que ha dejado en los que necesitan salud.Un pueblo solidario siempre tendrá testimonio de sus hijos en estas misiones de amor por el prójimo.FELICIDADES A TODOS LOS GALENOS.
No , No le decimos adios jamas lo haremos seguiremos luchando con la conviccion de que un dia no muy lejano regresaremos a la patria de LULA........que dios bendiga a Bolsonaro por tan despiadada medida , a los pobres se les ayuda ......porque bien lo dice Jesucristo el que recibe un pobre me esta recibiendo a mi ...pero el que recibe un rico no recibira la gracia de mi padre........pues esperemos a ver cuanto dura quien dice ser un buen hombre ....no se me acongojen nuestros valientes medicos que los estamos esperando con la conviccion del deber cumplido ........gracias
Bella y triste historia, espero que algún día y no muy lejano ellos vuelvan a tener garantizada la salud con nuestros médicos, felicidades doctor, usted cumplió su parte con amor y dedicación.
Las buenas acciones siempre quedan en el corazòn de los agradecidos. Conmovedoras fotos que muestran el amor y la ternura de un mèdico cubano para con sus pacientes. Sòlo nuestros mèdicos poseen ese don de tocar los màs humildes corazones!!!!
Historia realmente conmovedora la de este medico cubano, eso es lo que distingue la medicina nuestra que se cura y se ama de verdad con el corazon entregado a las almas mas desposeidas . Como el facista futuro presidente " bolso descaro " se atreve a cuestionar a nuestros colaboradores. Pero lo que nos llena mas de orgullo que experiencias como estas llenan una biblioteca de libros si se escribieran. Vivan nuestros profesionales de la salud y Viva por siempre nuestro FIDEL con sus ideas y ejemplo trasmitido a cada una de nuestras generaciones.
Realmente conmovedora anecdota, esos son los valores que inculca nuestra revolución, el amor por el hombre y no por el dinero, aunque el dinero es imprescindible para vivir hay cosas que reconfortan mas que un puñado de dinero, como por ejemplo poder salvar la vida de uno o varios niños tan indefensos y avandonados como estos, realmente esa anécdota me llegó al corazón pero esta es simplemente una entre millones, pues son muchas las proezas de nuestros médicos muchas veces hasta arriesgando su vida, esos son los frutos de mi Revolución y del ideário de mi comandante eterno Fidel.
Así somos y así seguiremos siendo...
No tengo palabras para expresar lo que senti al leer esta historia........yo tambien le pido perdón..........
Es una pena que el pueblo de Brasil, no supo elegir su presidente, pero los médicos cubanos nos sobre dignidad y moral para dar al mundo entero.
Linda y triste esta historia de este valiente galeno.Dios proteja a estos niños.
Que emoción, no se imagina el Dr. que les sacaría las lágrimas a todos los que como yo, leyeran el artículo, debió ser hermoso lo vivido, ese es el ejemplo de un verdadero MÉDICO CUBANO, que ama su profesión por sobre todo, a veces se cura mejor el alma que no lo físico, y todavía un supuesto estúpido que se cree dueño de Brasil duda de la inteligencia y capacidad de los Médicos Cubanos... que ingenuo es.... Que Dios bendiga y proteja a esos niños que con tanto amor los atendió...
Esta impresionante historia demuestra que en este mundo existen personas con un tremendo corazón. Dr.Arnaldo!!! usted es uno de ellos.
Sabias y maravillosas experiencias las que este joven galeno cuenta, esas que se replican por más de 67 países de todo el mundo, y que encuentran eco en las clases más humildes de este mundo. La BMC en Venezuela apoya a nuestros colegas con el bien de saber que toda la grandeza del mundo cabe en un grano de maíz. La defensa de nuestros principios y los cuestionamientos a nuestros valores no es admisible.
En el dia Internacional de la infancia a 29 años de la firma de los derechos del Niño y la Niña, es esta cronica la mejor y mas dulce muestra de cuanto hace Cuba por los niños y niñas del mundo, Gracias doctor por tanta entrega, esa semilla de amor estara en cada corazoncito del amazonas,
Dr Arnaldo muchas felicidades para usted ,no pude aguantar esas palabras tan hermosas me sacó las lagrimas ,La Patria lo espera .
qué grande Arnaldo!!!. gracias por hacerme sentir orgulloso de ser de esta isla. otra vez y por siempre...
qué triste el desamparo médico de esos niños!!!
qué hijoeputa el Bolsonaro ese!!! debería él revalidar su título de político. en materia de relaciones internacionales está poncháo!! y ni hablar de lo solidario-humanitario, de eso no sabe ni pío!!!
La Petria os contempla orgullosa, cientos de volúmenes recogerán historia como estas que no serán olvidadas y cientos de miles seguirán el ejemplo de nuestros galenos, gracias por la historia contada.
Impresionante.Mis respetos a todos los profesionales de la salud dignos de este país y de esta Revolución que, aunque a algunos, lo olvidan, fue la que hizo posible que, sin distinción, se formaran con tan alto profesionalismo y sensibilidad humana.
Bolsonaro, trate de mirar estas fotos, no dormira tranquilo nunca mas.....bestia
Doctor Cedeño, sepa usted que dios sabra reconfortar su corazon por tanta nobleza, solo un convencido de la vida derrocha tanto a cambio del ser humano, algun dia esos niños sabran la verdad y tendra su perdon, BENDICIONES !!!!!!!
Felicidades Dr. a usted y a todos aquellos que pnen en alto cada dia los valores de nuestra revolucion contribuyendo con sus concimientos y esfuerzos a salvar vidas hasta en los lugares mas intrincados
Hoy cuando pone su mano el imperio sobre los más desposeídos de Brasil, impidiendo que llegue a ellos el sistema de colaboración por la salud gratuita gracias Cuba y la medicina cubana que sin importarle condiciones brinda asistencia a personas que nunca habían sido atendidos por un médico.
Ahora más que nunca levantemos nuestras voces en solidaridad a esas personas de los recónditos lugares de Brasil que sufrirán la ausencia de los galenos cubanos, que volverán a padecer de esas penurias que ya tenían olvidada, pero quedará en ellos el recuerdo de los médicos cubanos que salvaron sus vidas y contribuyeron desde lo más profundo de su corazón a que un mundo mejor puede ser posible.
Que tristeza saber que tantas personas pobres quedarán en Brazil sin médicos, que triste me siento al saber que estos niños no verán más a su médico cubano a causa de una política sucia de personas a las cuales los pobres no les interesan, en Cuba lo primero es el ser humano , su salud es primordial , a eso nos enseñó Fidel ...Gracias al testimonio de Arnaldo
Simplemente grandioso. Quede muy emocionada. Gracias Doctor.
qué bella historia, las fotos muy elocuentes. Felicidades a todos nuestros médicos!!!
La BMC en Venezuela reconoce el esfuerzo y todo el trabajo realizado en todos estos años de apoyo a la salud del pueblo brazilero, donde se sembró amor y cariño en los mas necesitados.
¿Y quien ahora se ocupará de esta gente olvidada por tantos años?, por culpa de Bolsonaro se quedaron sin médicos y ya......pobres olvidados de la tierra.....
Reconocemos su trabajo y el de miles de médicos cubanos que culminan su labor internacionalista en Brasil, cada uno de ustedes debería contar sus propias anécdotas esas que el presidente de Brasil no conoce y no es capaz de entender, pues en su mente no existe ni la más mínima pizca de humanidad. Nuestro saludo y agradecimiento desde la Brigada Medica Cubana en Venezuela, como dijo el Che “Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos”, mis modestos esfuerzos se traducen al de miles de médicos cubanos dispuestos a brindar nuestros servicios en cualquier país que lo necesite.