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¿Llegaremos a vacunarnos?

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Cuba, lunes 27 de abril de 2020, en La Habana. Foto: Ismael Francisco.

¿Quién que viva al tanto de lo esencial puede olvidar el susto que un mal día  nos pegó la única ausencia del doctor Durán en la conferencia diaria sobre la COVID-19? Fue en una jornada de escalofriantes números de contagiados (74) y de alarmante dispersión del virus por casi todos los municipios de la capital. Peor aún: a partir de entonces volvieron al reporte provincias que se consideraban a salvo.

Por suerte, lo de Durán fue un malestar pasajero, el agotamiento de una voz nunca antes obligada a esforzarse tanto, interpretando datos y respondiendo dudas detrás de una mascarilla durante largos meses. Las otras señales de aquel día no fueron tan fugaces. Los números han llegado a rondar el 100 y por más que bajan, ya no han vuelto a un solo dígito, mucho menos al cero esperanzador que duró tan poco tiempo.

Tomo de referencia a Durán no solo por el susto de aquella mañana. Tuve la suerte de que me ayudara a despedir la última emisión de Zona Roja, el programa que durante tres meses transmitió Radio Rebelde los lunes y viernes en las noches, para recoger los testimonios de nuestro personal de salud que, dentro y fuera de Cuba, se jugaba la vida en las áreas de mayor riesgo. Todos regresaban al país o a sus hogares sanos y satisfechos de haber aportado algo al retroceso mundial de la pandemia. Afuera, el trabajo de nuestras brigadas ganaba reconocimientos universales. Adentro, los protocolos criollos habían resultado tan efectivos, que apenas quedaban ingresados graves y ninguno crítico en los hospitales.

La curva se había aplanado por debajo de las previsiones matemáticas y todas las provincias, incluso La Habana, pasaban, eufóricas, a la primera fase. Recuerdo cómo la esperanza nos animaba aquel día. Aun así, el epidemiólogo fue conservador y emitió duros comentarios sobre el primer evento –informado 24 horas antes– que inició la cadena de los varios que ahora nos están devolviendo al encierro involuntario. Le pregunté a Durán si nuestra gente, tan bien informada, caía en esos errores por la confianza en la medicina cubana y los días sin fallecidos que acumulábamos. Terrible paradoja –dije–, que tener tan buen sistema de salud provoque actitudes irresponsables.

Respondió lacónico y directo: “Es un error. La COVID-19 mata”. Y cuando no mata, deja secuelas, algunas de ellas desconocidas, porque de esta enfermedad aún sabemos poco, explicó con sus palabras el experto.

Fue entonces que hablamos de otro tipo de daño: el que sufren los trabajadores de la salud, metidos en la boca del lobo de la epidemia durante dos semanas, para luego encerrarse en una cuarentena de dos semanas más; el de los investigadores, ocupados en leer decenas, cientos de láminas, para identificar a los contagiados; el de los científicos, acelerando el tiempo para obtener la vacuna, en días de más de 24 horas de pruebas y ensayos; el de tantas y tantas personas, alejadas de sus seres queridos para dar servicio a los afectados... Lo despedimos deseando reencontrarlo pronto caminando por alguna playa, su mayor deseo. No ha podido hacerlo.

Todos, absolutamente todos los que entrevisté o entrevistaron otros colegas, han dado pruebas inéditas de consagración. Literalmente, se matan por salvar al resto, en una hermosa competencia por “quién da más”, pero... siempre hay un pero. O dos. Y más.

Después de casi seis meses a toda máquina, ¿cuánto más podrá sostenerse este ritmo de trabajo bajo la presión de un virus que aprendió a camuflarse en pacientes asintomáticos? ¿Qué obligación pueden sentir las mejores personas, las más dispuestas al sacrificio, con aquellos beneficiarios de su esfuerzo que se han contagiado por no esforzarse una milésima parte de lo que ellos? ¿Hasta cuándo podrá una economía, ya debilitada por el recrudecimiento del bloqueo, soportar el peso de tantos gastos hospitalarios y cuarentenas?

No se me ocurre convertir esto en una queja ni tengo a quién señalar puntualmente por los retrocesos, el rebrote o lo que sea que medio mundo está sufriendo en las últimas semanas. Solo sé que cada pico de la epidemia coincide con lo que se ha dado en llamar eventos; es decir, reuniones, encuentros, celebraciones donde se han irrespetado las orientaciones básicas de higiene personal y distanciamiento físico y social.

Rechazo la crítica en abstracto. Personalmente, me duele y me molesta asistir como una escolar a cuanta información u orientación se da sobre la COVID-19 y sentirme casi culpable de lo que no hice por las acusaciones sin nombre. Ya se sabe que en comunicación los regaños no funcionan, porque casi siempre los reciben los “bien portados”, quienes menos los merecen. Estoy casi segura, por ejemplo, de que  quienes nos leen ahora mismo están entre esos.

Al mismo tiempo, no me consta que quienes violan elementales medidas de bioseguridad vean la conferencia mañanera o tengan el hábito de revisar nuestra prensa. Y si lo hacen, no será para seguir o respetar los mensajes que las autoridades sanitarias emiten continuamente por todos los medios. En fin, que no creo que tenga sentido desgastarnos con regaños dirigidos a los monosabios de esta historia, que no ven, ni oyen y si hablan es para escupir su ignorancia (y quizás el virus) sobre el resto. A esos, la multa fuerte y hasta la prisión si burlan normas y diseminan la epidemia.

Toca hacerlo ya, en nombre de las heroínas y los héroes de estos meses. Esa gran parte de la nación que somos, la que aprendió a pensar y actuar solidariamente sin esperar más recompensa que el orgullo nacional inflamado por los indiscutibles éxitos de sus hijos más nobles, inteligentes, consagrados, creativos. Esos que no han podido pisar una playa este verano, ni liberarse del nasobuco –que también les molesta, y no se quejan–, ni celebrar en familia los cumpleaños, las graduaciones o cualquier evento que se guarda en la memoria de los mejores momentos.

En cuanto a los que no nos leen, ni nos oyen ni nos ven; los que ni siquiera se interesan por saber de la maravillosa historia que está escribiendo su pequeño país en el peor momento para el planeta, hay que buscar el modo de enterarlos de que la Soberana 01 no cura. Ninguna vacuna salva a contagiados, por muy asintomáticos que sean, ni  evita las secuelas. Se vacuna a los sanos para que no enfermen. Llegar al pinchazo, que demorará meses para la mayoría, exige cuidados, más mientras más cerca estemos de ese día.

Lo terrible, lo inquietante, lo verdaderamente trágico, sería que los irresponsables se apoderen del trecho que nos separa de ese momento y nos impidan llegar. Los que no han dormido en estos meses para quitarnos el miedo a la muerte y para inmunizar a una nación entera, merecen realizar su sueño.

Se han publicado 108 comentarios



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  • Noel dijo:

    ¿con quién hay que hablar para imprimir 2 millones de copias de este artículo y lanzarlas desde un helicóptero sobra la Ciudad de la Habana????. Después de esto no queda nada más que decir

  • MRP dijo:

    Buenísimo el artículo!!!!. A mi me da pena con los médicos y todos los que están poniendo alma, corazón y vida para terminar esto por las negligencias de los que, como dices, no son los que leerán este artículo.

  • Francisco Rodrígez Arencibia dijo:

    Arleen ha expresado una cruda realidad...

  • ABUELO dijo:

    Estimada estoy de acuerdo con todo lo que dice en su articulo, pero creo que su afirmacion y cito textualmente: "Rechazo la crítica en abstracto. Personalmente, me duele y me molesta asistir como una escolar a cuanta información u orientación se da sobre la COVID-19 y sentirme casi culpable de lo que no hice por las acusaciones sin nombre. Ya se sabe que en comunicación los regaños no funcionan, porque casi siempre los reciben los “bien portados”, quienes menos los merecen." requería de una mayor ampliación, ha criticado la crítica en abstracto y valga la redundancia, pero desgraciadamente ha caído en lo mismo.
    Nadie puede negar las violaciones que se comenten por parte de la población principalmente en la capital,lo que es reiterativo en casi todos los países de este maltratado planeta, pero poco o nada se ha dicho sobre el hecho de que la mayoría de los eventos producidos -y reitero, en la capital- han resultado por violaciones institucionales. Ahí están los casos de la constructora militar, del sector de la pnr de la lisa, de la constructora de 1ra y 70, de la tienda la Epoca y su expansión a los laboratorios farmacéuticos y el ultimo en la molinera de harina de Regla. ?que dirigente ha respondido por ello, donde se han publicitado no como escarmiento, sino precisamente para alertar a las administraciones estatales? Lo ciudadanos tenemos la obligación de cumplir las regulaciones sanitarias o de cualquier otra índole, pero los dirigentes estatales están doblemente obligados, lo estan como ciudadanos y precisamente por el nivel de responsabilidad que contraen con su cargo. Y de eso poco o nada se ha hablado en nuestro sistema informativo.
    No soy de escribir en redes sociales, ni de estar viendo árboles que me impiden ver el bosque, pero me alarmó y molestó cuando a finales del mes pasado acudí al hospital Amejeiras y si bien en la entrada a consultas de la calle Belascoaín estaban tomando la temperatura y lo obligaban a uno a desinfectarse las manos y pasar por el paso podólico en su similar de la calle paralela, se entraba y salia sin ninguna medida de control. Esa mism situación se repitió cuando repetí mi visita el dia 25 de agosto. Si eso es dentro de una institución de salud como ese hospital ?que podemos esperar de otros?.
    Creo que es necesario como bien dice que a esos una multa o la prisión, pero entonces me pregunto ?por que no se ha hecho desde mucho antes, por que esperar a tener el agua por encima de la nariz para darnos cuenta de que debíamos haber actuado, con los instrumentos legales vigentes en el país, haberlos aplicado oportunamente? No creo que de haberlo hecho, de haber actuado con diligencia y en apena a la ley, por parte de la policía, los inspectores estatales, los consejos de defensa municipales, con toda esa gigante estructura que tiene creada nuestro país, estuviéramos hoy en una situación tan terriblemente peligrosa.

    • Trabajador del Ameijeiras dijo:

      Usted me parece que se equivoca, en el Ameijeiras hay en la entrada del lobby principal, la entrada de Belascoain y las dos de Marqués González pasos clorados, solución de hipoclorito para las manos y enfermeros tomando termometria digital a la entrada de todas las personas, mientras están abiertas.

  • Ivette dijo:

    Creo que nadie lo hubiera dicho mejor, con palabras que se entienden de solo pasar la vista sobre el texto. La situación lleva medidas drásticas pero más que eso lleva el sentido común del que carecen todos los que se esfuerzan porque no lleguemos al día feliz del 0 en todos los reportes.

  • yulier dijo:

    Rechazo la crítica en abstracto. Personalmente, me duele y me molesta asistir como una escolar a cuanta información u orientación se da sobre la COVID-19 y sentirme casi culpable de lo que no hice por las acusaciones sin nombre. Ya se sabe que en comunicación los regaños no funcionan, porque casi siempre los reciben los “bien portados”, quienes menos los merecen. Estoy casi segura, por ejemplo, de que quienes nos leen ahora mismo están entre esos.

    Creo que mas clara no puedes ser en este excelente escrito," ya el tiempo de persuadir quedo atrás , ya es hora de tomar medidas mas fuertes para esos que se burlan a diario del pueblo cubano , si porque esos médicos , científicos, compañeros del MININT, los compañeros que apoyan en las colas y su organización, compañeros del gobierno , CTC, CDR, FMC , PCC, UJC, ACRC, FEEM, FEU, todos somos pueblo , pueblo que desea con toda su fuerza salir de una vez y por toda de esta peligrosa pandemia que mata y al que vive después de ser positivo al virus , le deja secuelas que todavía se estudian..
    Se que me faltan mas sectores de la población por mencionar que están luchando a brazo partido por salir adelante en esta pandemia,, Nuestro pueblo y nuestro país no puede darse el lujo de alargar más allá en el tiempo la erradicación de este virus mortal , el gasto económico es inmenso y se podría contabilizar en millones, pero el desgaste físico , el desgaste emocional y mental es
    tanto que ese si no se podría contabilizar!!

  • yalexy dijo:

    Dejenme expresar es muy delicado esto que estamos viviendo.Llevo sin ver a mi papa que vive en cienfuegos desde febrerovpor el covid, cobrando ademas el 60 por ciento de un salario- desde mayo-;que no me alcanza y con el cual tengo que ayudar a mi papá.soy joven y cumplo estrictamente las medidas.Cada vez que veo la cantidad de carros en la calle, motos electricas, las personas haciendo colas por lo mas insignificante me indigno

  • Manuel dijo:

    Así se hace. Usted ha enviado el mejor mensaje que he leído hasta ahora, y he leído muchos. De la indiferencia, el cansancio y la apatía a veces es culpa de la "repetidera" poco inteligente, llena de frases hechas y rehechas, de lo nada nuevo, de lo mismo y lo mismo cada tres minutos. Entonces la respuesta, detrás del bostezo, es no prestar atención y olvidar la tragedia de la pandemia y los cientos de HÉROES, la mayoría anónimos, que se entregan de cuerpo y alma. Usted es ejemplo de periodista inteligente, creativa, profunda, que por poner el alma en lo que dice, llega al alma de los lectores. Así debían ser también los que hacen comentarios improvisados o escritos en la televisión y la radio. Mechas Felicidades Arleen.

  • elias dijo:

    Excelente articulo. Hace rato no leia nada asi.

  • Evelio dijo:

    Certera y en el centro de la diana. Es hora de obrar con contundencia y definir aptitudes. Cuba salva pero no puede correr riesgos por culpa de unos cuantos y no son pocos irresponsables. Mi homenaje a los trabajadores de la salud y a la prensa cubana. También a todos los cubanos q solo con cumplir las medidas mínimas ya contribuyen a dar jaque mate a la Covid en el país.

  • Bartolo del Cotorro dijo:

    Tremendo artículo periodista. Estoy muy de acuerdo con UD. Ojalá que todos cumplieramos. ¿Cómo es posible que otras provincias hayan podido controlar esto y nosotros no? Si no hay disciplina, mano dura... Que esto nos afecta a todos. Y de esto tenemos que salir nosotros. No hay otra. La gente tiene que entender. Porque es la vida lo que está en juego. Gracias por su reflexión

  • Esteban dijo:

    El comentario de Arleen pone el punto sobre las i,
    A los que no quieren entender, a los indisciplinados a los brutos, que pueden echar por tierra todo el esfuerzo de nuestro Estado, hay que apretarles la tuerca(lástima que no se hizo desde el primer momento). En ese saco también echo a los corruptos y ladrones que pretenden burlarse.

  • Paquita dijo:

    ¡¡¡¡¡EXCELENTE!!!!, suscribo totalmente este texto.

  • Jorge dijo:

    Solamente, Gracias Arleen.

  • Manologlez dijo:

    Muy atinado el escrito, justo y bien merecido.
    El Dr Duran forma parte de nuestro patrimonio por ser un gran profesional de la medicina que a devenido en un excelente comunicador a los que todos le agradecemos diariamente.

  • zulema Sarmiento Moracen dijo:

    Su reflexion es excelente,sencilla y al mismo tiempo con la fuerza que debe llevar, vamos a ver si las personas iresponsables y quizas sin el sentido del momento que esta viviendo cumplen con el llamado que hace el pais
    para vencer el mal. VENCEREMOS CUBA

  • Leandro dijo:

    Magníficas reflexiones de Arleen. Creo que ha sido inmenso el trabajo desarrollado por el Gobierno Revolucionario junto al pueblo en función del control de la Covid-19 con incuestionables resultados positivos. Sin embargo un nuevo rebrote nos sorprendió, sobre todo en La Habana o con orígenes en la capital, cuando ya creímos controlada la situación y llegamos a hablar de Etapa Post-Covid con su carga sicológica desmovilizadora. Muchos han sido los comentarios a raíz de las nuevas medidas dictadas, sobre todo en La Habana, como resultado de ese rebrote de la Covid-19. No han faltado incluso, para vergüenza de los que así se han expresado, manifestaciones regionalistas similares a aquellas que en el decursar de nuestra historia han sido responsables directas de algunos de nuestros más importantes reveses. Aunque cada territorio tiene sus características identitarias, la de cubano está por encima de todas y las sintetiza a todas y no creo que un habanero sea más o menos indisciplinado que alguien de otro lugar del país, ni se crea superior. Si alguna característica singular tiene La Habana, es que allí se reúnen habitantes de todas partes del país: La Habana - parafraseando a Fernando Ortiz - es “caldo denso de civilización que borbollea en el fogón” de Cuba. Pero La Habana es una ciudad diferente al resto del país, pues más de dos millones de habitantes se asientan en un reducido espacio; por tanto, aunque haya medidas generales para todo el país, La Habana necesita de un tratamiento diferente. Gobernar es prever, decía Martí y lo ha reiterado Raúl y creo que si bien no faltaron alertas por parte de las autoridades sí faltaron medidas que se correspondieran con las alertas, pese a los reiterados reclamos populares de medidas y acciones más severas. Nadie niega la importancia de las alertas, pero si el nuestro es un Estado de Derecho solo se puede juzgar legalmente según lo oficialmente normado y lo que se establezca debe ser bien claro a fin de evitar interpretaciones que no se ajusten al espíritu de la norma. Como dice Arleen, “no creo que tenga sentido desgastarnos con regaños dirigidos a los monosabios de esta historia, que no ven, ni oyen y si hablan es para escupir su ignorancia (y quizás el virus) sobre el resto.”
    Por tanto, no se trata de negar que han existido personas irresponsables, claro que si todos hubiesen actuado con responsabilidad no hubiese existido el rebrote; se trata de no habernos adelantado para impedir el actuar irresponsable de esas personas. Recientemente se publicaba nuevamente sobre el evento de Puentes Grandes con punto de partida en una persona que asistió a un bar, pero La Habana estaba en fase 1, según la cual los bares aún no debían abrir, por lo que junto a la irresponsabilidad de esa persona que no observó las medidas individuales de protección está las de las autoridades que permitieron el funcionamiento de los bares en La Habana. Aun habiendo retrocedido a fase de trasmisión autóctona limitada se autorizó a los habitantes de La Habana a seguir viajando por todo el país como turistas con algunas medidas que evidentemente no eran del todo efectivas y que causaron muchas preocupaciones en la población en momentos en que se acercaba el inicio del curso escolar.
    Sin dudas la Covid-19 se trata de un fenómeno nuevo sin que exista la suficiente experiencia para enfrentarla, por lo que es lógico que se cometan errores, no obstante creo que hubo bastante demora en rectificar y se sigue insistiendo en culpar de la situación a ciudadanos y algunos directivos irresponsables, lo cual es cierto, pero creo que el asunto va más allá y atañe a muchos, desde el Grupo Temporal de Trabajo, pasando por los Consejos de Defensa correspondientes, hasta esos ciudadanos irresponsables. No obstante, creo que finalmente se están adoptando las medidas que el pueblo mayoritariamente exigía y tengo la certeza de que volveremos a controlar de manera más eficaz la enfermedad, ahora con mayor experiencia para evitar que nos vuelva a suceder algo similar, sin desconocer que es prácticamente imposible impedir un determinado contagio, brote o evento, pero de manera aislada, hasta que con nuestra “Soberana” logremos la vacunación generalizada de la población. ¡Sí se puede!

  • Marta Quiñones Maceo dijo:

    Es asì de importante, no podemos dejar que ganen terreno a estos desafiantes de las orientaciones de nuestro gobierno. Recordemos que son los menos, pero se creen los muchos.

  • Oscar Puga González dijo:

    Es unos de los mejores comentarios relacionados con la covid 19 que he podido leer en estos días. Felicitaciones a la muy competente periodista Arleen Rodíguez y todo mi respeto y apoyo moral.

  • Os dijo:

    100% contigo...

  • Ana dijo:

    Una reflexión muy necesaria la de hoy, no solo ponemos nuestra vida y las demás en peligro al no cumplir las normas, si no que somos injustos con los que llevan más de medio año luchando por salvar vidas de quienes no conocen ni se lo agradecerán quizás en algunos casos, debemos pensar en cuanto cuestan las pruebas medicamentos y estrategias desplegadas por la pandemia y cuanto se podía haber abastecido de insumos, tecnología y alimentos nuestro país con ese dinero, creo que no es decir que la economía se afecta globalmente se debe ejemplificar cuantos productos se dejan de adquirir para la población por hacer gastos de salud por cada caso de Covid y quizás los que protestan por desabastecimientos se den cuenta que somos quienes lo agudizamos con las conductas irresponsables. Hay personas a quien hay que hablarles en su lenguaje, propongo por ejemplo argumentar como la atención a un paciente de Covid diario cuesta X dólares y con eso se deja de abastecer diariamente X cantidad de productos indispensables a la población

  • Jorge R 09 dijo:

    El asunto de los irresponsables no es tanto que no se informen: A esta altura ¿quien no conoce las tres máximas contra la Covid (el distanciamiento, el lavado de las manos y el uso del nasobuco)?. No la adoptan porque no tienen percepcion de riesgo y piensan que nada sucederá y es en esa percepción de riesgo donde se debe trabajar más, dando a conocer las secuelas que deja en pacientes que sobreviven y poniendo testimonios a conocimiento público. Dando a conocer la historia de las irresponsabilidades que han conducido a la muerte de personas y los dolores y angustias que ha generado entre ellos y sus familiares más cercanos. Creo que en eso hay que profundizar más, a veces se percibe cierto secretismo y fue ahora que el Gobernador de La Habana dio a conocer el origen de muchos eventos. También se debe divulgar las personas sancionadas por irresponsabilidad y decir en qué consistieron sus faltas.

    Y Lissette, una discrepancia: cierto que son irresponsables y merecen las sanciones legales correspondientes y el repudio de todos pero no hay que lamentar que tengan también el derecho a ponerse la vacuna cuando esté.

  • Margarita dijo:

    Excelente comentario! Sin sanciones muy severas, no habrá solución! Pero para imponer las se necesita control y exigencia en cada calle! Será posible?
    Me apena mucho el sacrificio de las personas que usted menciona, el de nuestro gobierno también.
    Nombres e imágenes de los infractores deben estar en los medios todos lo días; reportajes que reflejen, concretamente, las medidas adoptadas con ellos!
    Se debe prohibir fumar en la calle.
    Es necesario multar a los estibadores de los camiones del Mincin, Acopio... Generalmente no usan nasobuco; lo mismo sucede con los vendedores ambulantes.
    Ni qué decir de las colas!
    Falta mucho por controlar!!!!
    Gracias por su reflexión

  • Noe dijo:

    Sabias palabras, lástima que posiblemente esos, los irresponsables, sean quienes menos las lean. Muy de acuerdo con tomar medidas más severas, es necesario hacerlo, el tiempo que vivimos asi lo exige.

  • Iraida dijo:

    Sin palabras, ante su reflexión, no nos queda nada más que después de interiorizar, hacer cumplible lo establecido, nuevamente gracias por la manera en que llegas al humano, al que oye, al q no oye, al q ve y al q no ve, pues de alguna forma tus mensajes llegan, si, si llegan xq los q aún duermen o hacen poco caso a las noticias, siempre tienen a alguien q los actualiza lo q a su manera. Por tanto que
    caiga todo el peso de la ley sobre todo el que infrinja en tales indisciplina, pues esos hombres y mujeres q no descansan para salvar nuestras vidas merecen ser recompensados con gratitud y amor sobre todas las cosas.

  • NICASIO VAZQUEZ (V.C.) dijo:

    A pesar de todo, los que hemos vivido toda esta etapa a partir de 1959, sabemos que en Cuba se ha luchado siempre por un fin mucho mayor. Así nos enseñó Fidel. La mayoría de las personas han cumplido siempre con su deber, sin mirar atrás y en las condiciones más difíciles, tanto dentro como brindando solidaridad a otros pueblos, aunque nos duela ver como unos cuantos desagradecidos no tengan en cuenta los sacrificios que hacen sus hermanos y la frágil economía del país.
    Le agregaría más: Ya es prácticamente una realidad el surgimiento de la vacuna cubana “Soberana 1” que con tanto fervor patriótico han desarrollado nuestros científicos y esa gran fe que tiene nuestro Presidente y la máxima dirección del país de que nuestra pequeña isla revolucionará de nuevo al mundo, como ya ocurrió una vez con la de Carlos J. Finlay. Entonces no habrá dudas para ningún compatriota que ya podrán dedicarse como siempre al trabajo creador, a los estudios, al disfrute de una vida con más calidad y menos riesgos, tanto niños, jóvenes o ancianos. Estamos seguros de que estará también al servicio de otros pueblos, amigos y enemigos, sin egoísmos de ninguna índole; pudiera ser hasta la salvación de los Juegos Olímpicos de Tokio que ya tuvieron que ser pospuestos del 2020 al 2021 y en los que el mundo tiene puestos sus ojos.

  • Eva dijo:

    Excelente y sentido artículo al cual me suscribo
    No podemos permitir que unos cuantos indolentes echen a perder lo que se ha logrado.
    Desde mi aislamiento combato a todo el qué pasa sin nasobuco, a los niños que andan jugando en la caller(ya se ven menos), pero aún hay padres que los mandan a buscar el pan y hasta a comprar cigarros y los dependientes que en la primera etapa no les vendían ahora sí les venden, también las personas muy mayores
    Es necesario más acción de los factores en los barrios, con la compañía de los que tienen la potestad de imponer medidas, pues solo con la combatividad que hago desde mi balcón y que se que también lo hacen otros no lo hemos logrado.

  • Isabel Martínez Brito dijo:

    MUY BUEN COMENTARIO ARLEEN. ERA HORA !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

  • Annia Alderete dijo:

    Magnifico, creo que recoge el sentir de muchos. De los que observamos como la irresponsabilidad y estupidez de unos pocos que ponen en riesgo al resto de nosotros.

  • Omaida Blanco Ponce dijo:

    Muy bueno y acertado el artículo, diciendo verdad sin cortapisas, pienso igual...y me encuentro dentro de los que se sacrifican por los demás...y a los egoistas que se portan mal sin tregua con ellos.

Se han publicado 108 comentarios



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Arleen Rodríguez Derivet

Arleen Rodríguez Derivet

Periodista cubana y conductora del programa de la televisión cubana "Mesa Redonda", que transmite una emisión especial para Telesur. Es coautora del libro "El Camaján".

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