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De la crítica, la hipercrítica y la calumnia en la sociedad cubana de la actualidad y el futuro

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Quienes amen a Cuba no pueden ponerse en el “centro” de manera vergonzante a mirar lo que pasa y solo criticar sin tomar en cuenta los contextos. Foto: Deny Extremera.

Escribo por el nivel de intensidad de los ataques, “silencios” y omisiones mediáticas a que mi país está siendo objeto, algo realmente exacerbado, exagerado y frecuentemente grotesco en tiempos recientes. El objetivo de la inescrupulosa campaña es desanimar al pueblo cubano y silenciar todas las acciones positivas dentro y fuera de la isla, paralelamente al recrudecimiento del bloqueo, creador de infinito dolor, y en medio de una pandemia que ha devenido desastre incalculable para el mundo.

La crítica es extremadamente necesaria para el desarrollo de la sociedad, tanto en Cuba como en cualquier lugar del mundo. Nunca había sido tan alta como hoy la capacidad de llegar a cada persona por los medios masivos de comunicación y los medios sociales, lo que es bueno y malo a la vez, en dependencia de las intenciones y los métodos, de plataformas políticas y convicciones éticas.

Vivimos en una sociedad mundial que muestra una tendencia al deterioro en la capacidad de convivencia entre los seres humanos (y de estos con la naturaleza), y bien podríamos achacar este deterioro a la pérdida o degradación  en una cierta cantidad de personas de valores que pudiéramos llamar “tradicionales”. En el caso de Cuba, de muchos de aquellos valores que han forjado nuestra nacionalidad y nuestra cultura: el trabajo, la vida tanto en familia como en comunidad, la honradez y el respeto a la propiedad, la sinceridad, la educación, el amor por la libertad, el patriotismo e internacionalismo, el compromiso con la historia patria y el respeto a los demás.

Creo que el problema no reside siempre, o no solamente, en los valores que no se asumen, sino también en los antivalores que se practican en demasía. Entre ellos, el egoísmo, el pretender eliminar la desigualdad usando un anodino “emparejamiento” y la masculinidad patriarcal. Es fundamental la ética de la sociedad y la economía (incluyendo la conceptualización del mercado), todo lo cual sucede a nivel individual, pero también social. En ese contexto, la crítica es deseable y necesaria al extremo. Además, es completamente legal: la Constitución discutida y aprobada de forma amplia y masiva por la inmensa mayoría del pueblo cubano, refrenda y promueve la libertad de expresión y uno de sus elementos fundamentales, la crítica.

Pero la crítica debe estar, en todos los casos, basada en la verdad, en el contexto social actual, con la intención y buena fe de mejorar, perfeccionar algo o erradicar errores y deformaciones, dando, siempre que sea posible, una idea de cómo pulir los defectos criticados. Cuando esto no se cumple, deja de ser crítica; se puede convertir en hipercrítica contemplativa y, en muchos casos, llegar a conformar completas calumnias malintencionadas, insultantes y perversas.

Cuando digo que me gustaría que en Cuba hubiera guaraperas, puestos de café y de fritas o croquetas por doquier y que fue erróneo que desaparecieran, eso es correcto, a mi juicio. Creo que es una crítica u observación real. Pero sacar como conclusión que “el socialismo es económicamente inviable” sería una falsedad, una calumniosa y desmandada hipérbole. Y eso es lo que hacen los enemigos de la Revolución: tomar eventos o circunstancias reales (aunque también inventados, fabricados o distorsionados), ponerlos fuera de contexto y convertirlos en agresiones mediáticas contra el país.

La hipercrítica y la calumnia/bazofia van desde la contrarrevolución solapada, tratando o aparentando mantener cierto grado de “objetividad”, hasta las producidas en los niveles inferiores del estercolero.

El tema de las calumnias anticubanas ha sido ampliamente debatido. Quisiera presentar a debate algunas de las modalidades:

Seudocriticismo. Es una de las formas más frecuentes, mostrar algo malo, que sí merece crítica, pero solo los aspectos negativos o problemáticos sin comentar, en ninguna circunstancia, los aspectos positivos o el contexto y sin un ápice de intención constructiva. Hay que llamarlo por su nombre, es un acto de doble moral.

Vinculadas al punto anterior y muy usadas por los autollamados centristas o comentaristas “apolíticos”, tan reales como los leones vegetarianos, son las comparaciones absurdas y falsas: dicen que “Suecia o Finlandia sí son ejemplos de sociedades socialistas triunfantes” con la única intención de decir que Cuba no lo es. Una característica de ellos es que, curiosamente, jamás mencionan el bloqueo. No existe. Considerable cuota de hipocresía en algunos de ellos, candidez en otros que conocen a uno de esos prósperos países por una semana y no pudieron ver el polvo debajo de la alfombra.

Hipercrítica directa o por derivación. Se usa frecuentemente. Si se produce un hecho trágico y lamentable, como el fallecimiento de dos ciudadanos en Mayarí a causa de la rabia, es el “fin de los tiempos”.

“Ya esto era lo que nos faltaba”, clamó desesperada una forista de Cubadebate. Una exageración a todas luces de un hecho lamentable y probablemente evitable, pero no excepcional en un mundo donde 60 000 personas mueren anualmente de rabia.

Calumnias directas. Muchas veces falsificaciones de punta a cabo, como “la mujer muerta en una acera de La Lisa (La Habana) porque no la atendieron en un hospital”, “agentes cubanos pagan a los manifestantes violentos” (durante las protestas por el brutal asesinato de George Floyd) y otras muchas tardías expresiones de la literatura gótica de Miami.

Muy destacadamente, acerca de “la represión y violaciones de los derechos humanos”: se presentan casos de asalariados “disidentes” y gamberros de todo pelaje, aun cuando pruebas claras y documentadas, incluso videos, desenmascaran sus montajes que enseguida hallan –o ya lo tenían reservado con antelación– despliegue informativo en ciertos medios.

Destacan por su mezquindad y vileza, en plena crisis de la COVID-19, las agresiones sistemáticas contra los servicios médicos cubanos por parte del Gobierno de Donald Trump y sus títeres. No les importa, y al parecer no soportan, que esos médicos vayan a salvar vidas y reciban el reconocimiento y el agradecimiento de otros pueblos.

Omisión y/o falsificación de la prolongada lucha cubana contra el terrorismo, así como de agresiones terroristas directas, como el reciente ametrallamiento de la embajada de Cuba en Washington, que son “desaparecidas del mapa”, con muy poca o ninguna cobertura mediática. Esta vertiente tiene como máxima expresión, a un nivel delirante, la inclusión de Cuba en la lista de “países que no colaboran con la lucha antiterrorista”

Son solo ejemplos que creo relevantes. Hay muchas más formas, con la peculiaridad de que muchas de ellas son planamente degeneradas e insultantes, contrarias a la decencia humana. Cero condenas, más bien omisiones e incluso elogios a quienes embadurnaron las estatuas y bustos de José Martí con sangre de cerdo hace unos meses, o a quienes han presentado los símbolos patrios en obscenidades imperdonables.

Banales y viles, ¿tienen algo que ofrecer a la Cuba del presente y del futuro?

Con toda franqueza, algunos revolucionarios también usan la crítica de manera “selectiva”, censuran mucho hacia afuera y poco hacia dentro. Dentro de Cuba critican a cuentapropistas que han hecho algo censurable y lo extienden injustamente de manera genérica a todos los demás de forma abierta o inferida y a otros violadores del orden económico, sin mencionar en ocasiones carencias inducidas por la negligencia o el egoísmo y formas burocráticas que son parte significativa del problema.

No mienten, pero tampoco lo dicen todo. Sin embargo, y claramente, estos últimos superan por años luz en estatura moral a los enemigos de Cuba y el socialismo que van de farsa en farsa mediática. Hay quienes se niegan a ver (y tratan de ocultar a los demás) que sí hay sociedades socialistas exitosas, y alegan que no debemos “imitar” a nadie, cuando obviamente no se trata de “imitar” sino de asimilar aquellas experiencias prácticas que puedan ser útiles para Cuba.

Quisiera hacer énfasis en el caso de aquellas personas que se suponen en el “centro” y así lo dicen o lo insinúan sin decirlo. No hay un “centro” entre el bien y el mal,  aunque haya muchas cosas que cambiar para preservar y perfeccionar el bien. De hecho, esos hipercriticismos, “selectividades” u omisiones desestimulan y  perjudican grandemente la crítica objetiva, ya que cualquier comentario crítico y justo que se haga es atacado por los hipercríticos, selectivos u omisores, prestos a despedazar y echar sal en las heridas, pero no a solucionar nada.

Cuba está hoy en el camino de poner bajo control la crisis generada, no solo en el país sino en cada una de las naciones del mundo, por la COVID-19. Este éxito extraordinario se ha logrado en un momento de exacerbación máxima del bloqueo anticubano que no permite a la isla siquiera comprar partes para ventiladores mecánicos o componentes de medicinas. ¿Cómo continuar, cómo lograr que la sociedad cubana elimine sus carencias y pueda disponer de lo que se requiere para su correcto funcionamiento, en un contexto tan espinoso y lleno de obstáculos?

Los economistas del capitalismo creen ser los dueños absolutos de la racionalidad y el pragmatismo. Muestran como prueba lo que es el resultado de sus propios cálculos de utilidad pretendidamente racionales; es decir, una derivación tautológica tan inútil e insulsa como decir que “un triángulo tiene tres lados”.

El perfeccionamiento de la sociedad socialista cubana no implica, de ninguna manera, desmantelar el socialismo y regresar a la sociedad cubana prerrevolucionaria o ir al capitalismo con unos cuantos millonarios, un millón de clase media y diez millones de pobres y mendigos. No vale la pena discutirlo, simplemente es un absurdo. Pero es lo que con expresiones edulcoradas le ofrecen al pueblo cubano, y no lo lograrán jamás.

Para distinguir la crítica valiosa, constructiva y que represente progreso y perfeccionamiento de la sociedad cubana, creo que hay “tres piedras de toque” que separan lo honesto y cívico de lo banal o del sabotaje solapado o abierto:

–Cuba es y será una sociedad socialista, tal y como la Constitución proclama y garantiza.

–El PCC y el Gobierno de Cuba representan al pueblo y son la vanguardia de la sociedad cubana.

–En el plano económico, la economía estatal socialista tiene que ser eficiente y será la protagonista de la vida económica del país, en una relación sincera, justa y equilibrada con un amplio sector económico no estatal, sea este cooperativo, de pequeñas y medianas empresas o de trabajadores por cuenta propia. Si empresas extranjeras invierten en Cuba, los cubanos que viven en la isla o en el exterior (siempre que se reconozcan estos tres puntos) pueden tener también esa oportunidad.

Por todo lo anterior, creo que para la recuperación pospandemia y más allá, es necesario reconocer los profundos y verdaderos valores de la sociedad cubana actual y el impacto que estos tienen en las relaciones humanas. Hay que denunciar incesantemente los brutales ataques a que Cuba ha sido sometida in crescendo en medio de este tremendo reto que es la pandemia. Quienes amen sinceramente a Cuba no pueden ponerse en el “centro” de manera vergonzante a mirar lo que pasa y solo criticar sin mirar o ignorando –incluso manipulando– los contextos.

Necesitamos una nueva racionalidad, tanto económica como de la convivencia, que reafirme los postulados del socialismo. Necesitamos compromiso claro y visiblemente expresado, no “implícito o timorato”, con el socialismo. Precisamos también de una mejorada economía que permita la construcción del socialismo próspero, sostenible y humano que anhelamos y necesitamos siempre, más aun en estos tiempos de pandemia, cambio climático y amenazas fascistas contra la existencia de la humanidad.

Hay demasiada agresión que llega disfrazada de crítica, y hay que separar la hipercrítica de oscuros motivos, y aún más la calumnia/bazofia, del aporte transparente e inteligente, sincero, al necesario perfeccionamiento de la sociedad cubana. Los enemigos del socialismo y exegetas del capitalismo son los antagonistas más jurados del pueblo cubano, los que defienden el criminal bloqueo cuya único objetivo ha sido por décadas sumir en el hambre, empobrecer y dividir.

¡Que Cuba sea suelo fértil para la reafirmación de aún más elevados valores, como aquellos de la igualdad real entre los ciudadanos, la solidaridad humana, la justicia y el fortalecimiento de la democracia real que privilegia a la isla, el auge de la ciencia, los valores de una futura economía eficiente que ya hoy es solidaria, de la colaboración internacional y no de crueles, fascistas e ilegales bloqueos!

Se han publicado 216 comentarios



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  • Julia dijo:

    Estimado Eugenio, muy buena su exposición. Este es un tema (las criticas) q tiene muchas aristas y ejemplos. En esta página estamos analizando el comportamiento d la critica principalmente en lo socio-político. Sin embargo, en todas todas las áreas d la vida vemos como hay personas q tienen la tendencia a ver sólo "los fallos" q otros han tenido o lo q no han podido resolver, y nunca ver los logros o aportes d esa persona. Se ve mucho en las familias. Padres criticando exageradamente a sus hijos y viceversa, sin tener en cuentan q ellos también, como seres humanos q son, han tenido fracasos, fallos, errores etc. Muchas veces ese exceso d critica despiadada, deviene en conflictos, rencores y desamor en la familia. Y por qué pongo este ejemplo? Pues xq hay ciertos rasgos d personalidad (intolerancia, rigidez, pensamiento polarizado, etc) q hacen d muchas personas mirar una parte del todo y no el todo en su totalidad. Es decir, q sin tener malas intenciones, a veces hay exceso d critica y falta d agradecimiento o reconocimiento a lo q si se ha hecho. En el terreno d la política, específicamente de los enemigos d nuestro gobierno, se utiliza todo para deleitarnos y los méritos alcanzados se distorsionan y tratan de darle otra lectura a los logros de la revolución. Simplificando: ¿ Qué se puede esperar d un enemigo? Saludos a todos y #QuedateenCasa

    • Julia dijo:

      Corrección a mi respuesta: donde dice deleitarnos, quise decir demeritarnos. No me critiquen

  • Mary Louise dijo:

    Excente articulo y excelente comentarios. Basta de calumniadores anti - cubaanos. Que los utra-izquierdistas se controlen tambien, que ante mucha gente aqui lucen como uos partidarios encubiertos de Trump! Viva Cuba!

  • Rolandomg dijo:

    Nuestro Jose Marti dijo algo así: La critica oportuna fomente el merito, la falta de crítica lo desanima.
    Es una maxima, la critica debe ser una herramienta de evaluacion permanente de las relaciones sociales, debe estar basada en fundamentos objetivos y realistas, quienes tergiversan las informaciones no tienen como sostenerlas y se las tienen que inventar para sobrevvivir, por su cequera y soberbia no pueden ver las cosas como son, con sus matices. La verdad siempre se impone, aunque la travesia sea larga.

    • Jose R Oro dijo:

      Muy de acuerdo con usted, estimado Rolandomg. La verdad siempre se impone, y nuestra principal arma debe ser siempre la verdad. La mentira y la falsificacion son las armas de nuestros enemigos. Decir la verdad no significa tampoco diluirla, edulcorarla. Hay que criricar fuerte cuando es necesario, hay mucho en juego para ser timoratos

  • rene gonzalez dijo:

    Señor Oro, veamos primero mi artículo si se publicará o no. Pero mi profesión es matemático y me muevo por la lógica de esta materia, vamos a olvidar un poco las noticias verdaderas o falsas como usted dice, y solo centremonos en el sentido común de las cosas, primero que todo no se si usted ha vivido en Cuba alguna vez en su vida (no estoy hablando si ha ido de visita miles de veces o tiene millones de amigos cubanos) vivir en Cuba estoy hablando por un período largo como 40 años, conocerla bien, y le digo que todas las sociedades de la tierra de todos los tiempo independientemente de la política que lleven, todos queremos vivir bien, este regalo que nos han dado no es eterno, dura la pequeña cantidad de 80 o menos años, y eso es lo que buscamos. Partiendo de este corolario en Cuba o en cualquier sociedad vemos que todo esto se nos derrumba, desde que nacemos solo oimos la palabra sacrificio, necesidad y un discurso político que lo justifica todo, en fin pasamos nuestra vida, esa que le dije anteriormente que es muy corta esperando el día milagroso que nuestra sociedad mejoré, y no lo conseguimos nunca por el contrario empeora por años, usted habla del bloqueo y le digo que cuando una sociedad depende de un tercero para definir su bienestar, entonces estamos bien mal, según su lógica si Estados Unidos nunca decide quitarnos ese "Bloqueo" entonces nuestro país nunca vera el desarrollo, con esa lógica es mejor nunca haber nacido en ese país, y con esa lógica todo su discurso es una falsedad total.

  • Norteño dijo:

    Buenos días me dirijo a ustedes nuevamente ,pido que se tenga en cuenta esta petición, que el gobierno establezca una ley donde no se descrimine a los menores de edad y cito: cada vez que llevo a mi niño a pelar no me lo quieren pelar después de ver hecho la cola , es desagradable y frustrante esta situación, siempre hay un argumento para no prestar el servicio, y como a mi debe de estar sucediendo a otras personas en el país. Ojo sino quieren prestar el servicio a un menor que se le retire la patente. Es lo más lógico y sensato. Esa es mi opinión.

  • Norteño dijo:

    Ante todo buenos días, le pido al gobierno que tome en consideración esta petición , por favor, aplacen el curso escolar, estamos en un punto del rebrote de la pandemia. Los centros educacionales no cuentan con las condiciones para enfrentar este tipo de situación y de ser así se tendría que sentar un niño por mesa y no hay locales concebido al efecto para eso, no hay una infraestructura que pueda dar solución a corto plazo. Les habla un padre preocupado y desesperado las noticias internacionales hablan por si
    solas. Recuerden esta es una enfermedad que no se ve y
    trae consecuencias. Por favor cuidesmo a los niños, a los infantes y de esta manera estamos cuidando a nuestras familias. Les digo esto porque los niños no tienen percepción del riesgo, ni del peligro en el que nos encontramos.

  • Emilio Fonseca Amador dijo:

    Oro, he leído, como muchos, sus artículos y comentarios. Debo reconocer que usted vale más, mucho más, que el apellido que porta. Este artículo como mínimo se puede calificar de imprescindible, sobre todo en estos tiempos de tanta agresión ideológica contra nuestra amada Cuba, soberana patria. Gracias por su aporte en esta batalla.

  • Alberto Garcia dijo:

    Creo que lo importante en la crítica que se hace son las buenas intenciones. La persona decente, honrada, honesta y patriota , se puede equivocar en un juicio sobre el proceso revolucionario cubano, por ejemplo. Pero eso siempre quedará claro para el receptor de la información. Seguramente la respuesta a esa crítica bien intencionada hallará eco en el que la genero ,debido a la honestidad y condición del autor.

  • Graciela turcuman dijo:

    Los cubanos pueden sentirse orgullosos de su historia y del compromiso y la fidelidad a sus ideas
    Viva cuba libre.venceran

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José R. Oro

José R. Oro

Ingeniero cubano residente en los Estados Unidos.

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