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El “349” en los Estados Unidos: Crónica de un post en Facebook

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Ilustración: Martirena

Ayer me estuve divirtiendo de lo lindo en Facebook. Se me subió un diablillo en el hombro y, travieso como son los demonios, me sugirió publicar un post que no resultó simpático para ciertos habituales de la hipercrítica contra Cuba. ¡Caramba, cuántos comentarios aturdidos recibí! ¡Qué manera de disfrutar con la incoherencia de los reproches!

Mi post consistía en una relación de libros censurados recientemente en las bibliotecas de Estados Unidos.  Así mismo, como lo ha leído: cientos de libros a los cuales el lector común no puede acceder en las bibliotecas de ese país, en tanto abordan temas que pueden resultar polémicos o suscitar controversias según unos pensamientos y cánones prestablecidos. Las principales causas de tal censura son lenguaje ofensivo, sexo, violencia y temas LGTB, aunque, ciertamente, algunos son prohibidos por razones políticas.

Imagínense, en medio de la gran campaña que a partir de la implementación del Decreto No. 349 pretende mostrar a Cuba como el “coco” de la censura artística, aparecerme yo con esto. No solo entre quienes la amplifican de mala fe, sino también entre aquellos que ponen a los Estados Unidos en el sacro altar de la libre expresión. Bueno, ya lo dijo Einstein: ¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.

El caso es que la Oficina para la Libertad Intelectual, de la Asociación de Bibliotecarios Estadounidenses (ALA por sus siglas en inglés), hace poco anunció haber recibido —solo en el 2016—, un total de 323 avisos de libros que fueron prohibidos. Aclaran, no obstante, que el 90 por ciento de los libros censurados no se reportan; estos son retirados de las estanterías sin previo aviso o información al respecto. En el 2017, lejos de este fenómeno disminuir, advierten que ha aumentado.

Entre los más notorias censuras del 2016 están This One Summer, novela gráfica juvenil, de Mariko Tamaki, prohibida porque incluía personajes LGTB, uso de drogas, blasfemias y era sexualmente explícita. Drama, también novela gráfica juvenil, de Raina Telgemeier, censurada por lo mismo que la anterior, más tener un ofensivo punto de vista político. Two Boys Kissing, novela para jóvenes de David Levithan, porque en la portada dos chicos se besan, y Make Something Up: Stories You Can´t Unread, libro de cuentos de Chuck Palahniuk, censurado por blasfemia, sexo explícito y por ser “asqueroso y ofensivo”.

Naturalmente, mi post en Facebook no abrigaba el propósito de cuestionar el derecho que asiste a cualquier país de considerar grosero o de mal gusto un determinado tópico. Eso sí, a la par de mostrar que Estados Unidos no es, ni por mucho, el paradigma que se intitula en materia de libertades artísticas —por lo cual tampoco clasifica para dictar pautas a nadie—, perseguía yo manifestar el derecho de Cuba a proteger su sociedad de tendencias muy cuestionables tanto en lo ético como en lo estético.

Motivo de gran preocupación social ha sido ver cómo, en los últimos años, proliferan en nuestro país antivalores disfrazados de arte. Canciones o videos cuasi pornográficos, abundantes de lenguaje bárbaro; con proyecciones racistas y cosificadores de la mujer. Son sufridos lo mismo en guaguas que en cafeterías, sin que para ello importe la presencia de niños, ni se atiendan razones del mismísimo sentido común. Hay un consenso social en ello, y en la necesidad de poner bajo control no solo estas y sino también otras manifestaciones indeseables, entre las que se hallan el intrusismo profesional, la contaminación sonora, la corrupción y la evasión fiscal.

Amén del despliegue mediático en medios anticubanos pagados por la Fundación Nacional para la Democracia —NED por sus siglas en inglés—, en el ambiente también estaban las palabras injerencistas y manipuladoras de la Subsecretaria Adjunta de los Estados Unidos para Latinoamérica, quien recientemente expresó: “Con el Decreto 349 el régimen decidirá qué es arte y qué no. El gobierno de Cuba debe celebrar, no restringir, la expresión artística de los cubanos”.

Más obvio no podía ser el contexto, pero los dos primeros comentarios llegaron —palabras más, palabras menos— con la misma capciosa pregunta: si acaso yo proponía parecernos a los Estados Unidos. Guao. Como esa interpelación —evidente sesgo— no provenía de personas desinformadas, respondí con una pregunta igual de capciosa: ¿y por qué no al revés, que los Estados Unidos se parezca a Cuba?

Pero las intervenciones subsiguientes tampoco tuvieron desperdicio.  Otro, desde la supuesta intransigencia ideológica, se quejó de que estuviéramos “imitando el capitalismo”. Ya se sabe, Facebook es como una cuartería, lo que opinas de inmediato es conocido por todo el barrio. Además, ya lo dijo Voltaire: “La fe es de oro, el entusiasmo de plata, el fanatismo de plomo”. De modo que respondí en el mismo tono plúmbeo: ¿acaso estás insinuando que los cubanos no debemos usar corbatas?

Otro más —un cubano residente en Estados Unidos— me amonestó de la siguiente manera: “Señor, no comente más sobre Estados Unidos, a los cubanos nos interesa Cuba”.  Caramba, no ya por su jactancia mandona —porque en definitiva yo escribo de lo que me parezca—, es que ni siquiera se percató de cuán hipócrita resultaba su comentario. Simplemente le pregunté: ¿y entonces por qué usted se la pasa poniéndonos videos laudatorios de los Estados Unidos?; ¿por qué vive allá y no acá con nosotros?

Caso también simpático fue el de una señora, conocida activista de cierto grupúsculo financiado por los Estados Unidos, quien me llamó “amigo mío” y dijo no entender la lógica de mi post. Digo simpático, porque cuando uno entra a su muro jamás ve un comentario que adverse sus opiniones: ante cualquier argumento contrario, levanta el hacha de la censura, y lo borra.

Desde luego, también hubo comentarios que apuntaron con lucidez al meollo del asunto. Por ejemplo, un amigo residente en Tampa recordó uno de los mayores casos recientes de censura artística en Estados Unidos: la película The Ocuppation of de American Mind (La ocupación de las mentes americanas) narrada por Roger Waters, “la cual ofrece una visión objetiva e imparcial de la opresión de Israel a los palestinos”. “No solo está prohibida su proyección por distribuidoras nacionales, sino que se ha puesto en una especie de “lista negra” a ciertas universidades y sitios extraoficiales donde se ha logrado proyectar”.

En fin, ya lo avisa la sabiduría popular: A quien no quiere caldo, dos tazas; y ya pondré en mi página de Facebook una lista de los libros censurados en las bibliotecas de Estados Unidos durante el 2017. Por lo pronto, aquí les adelanto algunos:

  • Diario absolutamente verdadero de un indio de medio tiempo, cuyo autor es Sherman Alexie. A pesar de que en el 2007 ganó el Premio Nacional del Libro, ha sido reiteradamente censurado por reconocer temas como la pobreza, el alcoholismo y la sexualidad en Estados Unidos.
  • El corredor de cometas, de Khaled Hosseini. Esta novela multigeneracional, aclamada por la crítica, fue prohibida porque se presume que promueve el terrorismo y el Islam.
  • George, de Alex Gino. Texto para niños, ganador del Premio Lambda Literario, fue prohibida porque en la trama se incluye a un niño transgénero.
  • El sexo es una palabra divertida, de Cory Silverberg. Libro informativo para niños, escrito por un educador sexual certificado. Se argumenta que llevará a los niños a “querer tener relaciones sexuales o hacer preguntas sobre sexo”.
  • And Tango Makes Three, de Peter Parnell y Justin Richardson. Prohibido porque presenta una relación del mismo sexo.

Sin comentarios, ¡eh!

(Tomado de Escambray)

Se han publicado 123 comentarios



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  • FLA dijo:

    YO SOY ARTISTA , HAGO MUSICA Y HUMOR Y PIENSO , EL QUE QUIERA CONSUMIR SU PORQUERIA O LO QUE CREE QUE ES LO MAXIMO , QUE LO HAGA EN SU CASA, PORQUE EN LA CALLE , EN UN RESTAURANTE ,ECT. TU NO SABES CUANTAS PERSONAS DE DIFERENTES PENSAMIENTO Y CREDO HAY , Y TIENES QUE RESPETAR SU PERSONA Y SU FORMA DE VIVIR, NO DEBES IMPONER LO QUE TE GUSTA A TI, PONTE UNOS AUDIFONOS Y ENVENENATE TU MISMO..GRACIAS

    • Un cubano dijo:

      Entonces, se puede poner a los Beatles en la calle? Hubo un tiempo en que no se podía. Quien dice que se puede y que no, un inspector?
      No soporto el reggaeton ni la vulgaridad pero prohibir no es la solución.
      Otra cisa, el decreto no habla solo de música. Habla de arte en general incluyendo cine,literatura,artes visuales etc

  • El Noe dijo:

    En este Mundo para q se llame Mundo tiene que haber productos para el consumo de todo el mundo.Tenemos q dejar de ser paternalistas y de imponerle el criterio a los demás. Existen científicos, doctores, maestros, funcionarios, trabajadores sociales, obreros calificados, trabajadores por cuenta propia, trabajadores de oficios manuales desde el más complicado hasta el q barre la calle ,las personas q todos los días mantienen limpio un centro de trabajo cualquiera, etc... No se puede pretender q exista el mismo gusto a la hora de apreciar CUALQUIER FORMA DE ARTE, porque si nó, no existirían los colores. Ahhh q cada cual tenga su espacio es otra cosa .Un forista habló q llegó a una cafetería ( no especifica si del Estado ó Partícular ) y quedó horrorizada por el contenido de los vídeos q EN SU OPINIÓN, no estaban acorde a lo q esa persona entiende debe ser. Por Dios ,nadie la ó lo obligó siquiera a entrar y menos a quedarse dentro de ese local. Legalizar la censura , hacerla oficial en nuestra Constitución , sería darle una herramienta a un grupo de personas, en este caso inspectores, q determinarían basados en sabrá quién, que es buen arte y q es mal arte , que se muestra y q nó. En serio?? La censura existe q nadie piense q nó pero pasaría a otro nivel. Espero q este comentario ,como otro criterio q expuse por la mañana, no sea presa de alguna censura. En escuchar la variedad de criterios radica el entendimiento entre todos y la obtención de un decreto ley, apoyado por la mayoría. Espero me publique sin censuras

  • Ernesto dijo:

    Estimado Antonio, aplaudo el contenido de su artículo y por favor no termine su análisis con el. Es necesario esclarecer a nuestros comptatriotas y cubanos de dentro y de afuera sobre el objetivo del susodicho Decreto 349 y que no es otro que el de defender la verdadera cultura, no la pseudo cultura que nosotros mismos hemos permitido que crezca en nuestro patio.

    Bien lo dijo el Comandante, al decir mas o menos: "la cultura es lo primero que debemos salvar" y la cultura nos debe mantener unidos y protegidos a nuestro pueblo de los anti-valores que tanto se promueven desde E.U. y el mundo neoliberal

  • Tomás H. Vidal Cordero dijo:

    Los hipercríticos del 349 que dicen de las censuras de You Tube

    • Miguel Martinez dijo:

      Acabas de usar el típico recursos de los que se creen más patriotas o revolucionarios que nadie, esquivar la pregunta con otra...estamos hablando de cuba, da igual lo que pase en usa o en marte, el problema que hay que resolver es cuba. Los otros que se las arreglen.

  • Pepe dijo:

    Si el decreto 349 lo firmaran en 1969, no existiria en Cuba La Nueva Trova..

    • José Rafael dijo:

      BRAVO POR USTED. Ha dado de lleno en el clavo...

      • sachiel dijo:

        pero se hizo ahora, ¿verdad? ¿quienes quedan de la Vieja Trova? ¿Quienes son los nuevos troveros, y no trovadores, que van a salvar la Cultura cubana?

  • manuel dijo:

    Carlota 1895. nosotros aquí defendemos la cultura. en reuniones, en teoría. no se lleva . palabra -acción.pero en la Practica vamos de mal en peor. mas de lo mismo. no quiero que usted se ofenda. ni forista alguno. estamos para argumentar ,dar criterios. donde hay mas transculturación en América Latina es en nuestro país. Donde mas se usa prendas de vestir con la bandera EE UU es aquí en nuestro país. donde mas se escucha música foránea de mala calidad es aquí en nuestro país y se sigue permitiendo. los cumpleaños infantiles cual es la música que ponen. la mas mala, mediocre ,banal. donde único usted viaja en un ómnibus y tiene que espantarse una mala música por que alguien subió. con un artefacto, es aquí en nuestro país. todos los videos sexistas, todos estos grupos que dicen ellos que tocan salsa, son,timba valla usted a saber. y la proyección en el escenario es súper vulgar. que se tocan hasta los genitales. te pongo un ejemplo. A maluma. que es colombiano. le prohibieron realizar conciertos y videos clip. por las letras que denigran a las mujeres. según el . se va a tomar un descanso para reflexionar. díganme usted aquí en nuestro país. donde todo esto se permite y lo mas bonito. es lo que le gusta a la juventud. con respecto a la censura. y libertad de expresión. en todos los países del mundo hay censura como también la libertad de expresión cada cual a su sistema. en cuanto a nuestro país. todo lo que vemos hoy y se verán cosas peores no es mas que el reflejo de nuestra sociedad. cada ves se pondrá mas convulsa. menos mal que nosotros los que nos llaman retrogradas, ambiguos. vamos en descenso.

    • manuel dijo:

      ahora se ha convertido el dichoso articulo 349 como el 68. de verdad que nosotros los cubanos. cuando no llegamos nos pasamos. como debatimos, nos reunimos, hacemos leyes, decretos, pero cuando hay que accionar. es hay donde nos enclochamos. pecamos por defecto y exceso. por las dos cosas. decimos que es tal que es mas cual. que no nos toca. y las leyes y decretos quedan en el aire. A merced del tiempo y olvido. desde cuando el mismo Eusebio leal, Abel Prieto, Armando Hart, Alfredo Guevara. Por las mesas redondas, las asociación Hermanos Saiz, la UPEC.UNEAC. viene hablando estos temas del cual se debate. y que pasa NADA. y seguiremos en las mismas. o peor.

      • manuel dijo:

        Amador. todos cuando escribimos. pensamos en nuestra verdad que es absoluta. también es verdad. que hoy en dia. no se sabe que es correcto,incorrecto,normal o anormal, legal o ilegal, respeto e irrespeto.tolerancia.e intolerancia. los que peinamos cana o no tenemos pelo los retrogradas o la generación de los correctos. Yo personalmente leo escritos aquí de foristas que están con dios y con el diablo. les da lo mismo. Yo me pregunto. si usted tiene una familia. sus hijos chiquitos. me pregunto? que es lo mejor que quiere para sus hijos?? que sociedad quiere para ellos?? que educación quiere que reciba? esas son cosas que tenemos que preguntarnos. No pensar en nosotros. lo dije en el escrito anterior. menos mal que voy decadencia. Por la misma edad. y veo como nuestra sociedad se desvalora. en lo socio-cívico-cultural. lo que antes para mi era correcto ahora es incorrecto. Lo que antes para mi era normal ahora es anormal y viceversa. lo que antes para mi era ilegal ahora es legal. Cuando analizo como les pasa a millones de nosotros. nuestra trayectoria revolucionaria,laboral,lo que muchos han echo por esta revolución y hasta en el anonimato. y vemos a diario nuestra sociedad actual. es para alarmarse. todavía la luz no se ve al final del túnel. veo un túnel cada ves mas largo y en penumbra. por favor es mi criterio. no quiero que nadie se sienta ofendido.

  • Mimisma dijo:

    Y yo que decía que el otro decreto era el de la discordia, al final verán que el 349 está calentando algo muy turbio y hay que atajarlo a tiempo, un forista sugirió una mesa redonda con Silvio Rodriguez, Luis Alberto García y varios intelectuales y los que han escrito el mismo para que cada quien diga su verdad, sería un debate interesante, y nosotros escuchar a ambos bandos, es mi modesta opinión, tengo bien claro que estoy harta de música estridente, sexista y de mala calidad, ahora que libros se lee, se publica y que pintura se expone y se comercializa, eso va mas allá de gustos y de estética, sirvamos la mesa, sentémonos como personas civilizadas a debatir, no veo otra manera de ponernos de acuerdo, no creo que dictar una ley sin antes tener un debate sea la solución cuando toca a muchos de cerca, si queremos avanzar y dejar atrás el famoso quinquenio gris de lo que muchos hablan y nos achacan de haber tenido esa mente estrecha pues de esa forma dejaremos atrás las maquinaciones y entrometimiento de personas alejadas del bien para nuestro país, pero aquí nadie parece querer ser ser el primer rehén que se baje del avión.

    • Garib Piñeiro Valdés dijo:

      GPV

      Cubanos de todo el mundo, en primer lugar respeto todas las opiniones, yo en mi modesta opinión, y que conste no soy artista, ni se mucho de arte, estoy de acuerdo con ese Decreto 349. No les hablaré de barrios marginales o pobres; de cultos, ni de menos cultos; tampoco de altos directivos, ni de hombres de a pie como se dice; mucho menos hablaré de (EUA) y lo escribo en abreviatura y bien en español, pues cuando hablamos de EUA estamos hablando de un pueblo de cientos de miles de hombres que sufren en su país de muchas cuestiones que solo ellos puede contar y donde muchos admiran y quieren a Cuba y de donde otros tantos en la historia dieron sus vidas por nuestra causa; pero que a causa de una política de su gobierno, que solo siembra en el mundo guerras y más guerras, egoísmo y más egoísmo; un modo de vida marginado del ser HUMANO, que ellos también sufren. Solo escribo que, como CUBANO, debemos conocer de nuestra historia, por solo citar algunos ejemplos, Wilfredo Lam, Los Zafiros (los primeros), el Benny Moré, René Portocarrero, Carlos Enrique, por solo mencionar algunos de a pie y otros de estudios académicos de nuestra cultura, unos con su música y otros con sus pinturas, nunca introdujeron en su arte la chabacanería, el mal gusto, la vulgaridad; además considero que un desnudo en un cuadro, no es pornografía, Los Van Van han compuesto cientos de celebres y populares canciones con temas del momento, pegajosos, calientes y alegres, que nada tienen que ver con la música que algunos hoy, no se con cual intención, hacen; pero que no tiene nada que ver con la educación que el cubano por los siglos de los siglos ha mostrado al mundo. En cuanto al cine, he visto filmes independientes que muestran realidades de nuestro entorno sin malicias, ni mensajes que denigran al cubano y sobre todo a la mujer cubana. Otros que no sé, cómo algunos de los actores se prestaron para ello. En fin, como al principio, no censuro lo que algunos exponen, ni he podido escuchar a Silvio o a Luis Alberto referente al Decreto, pero respetando a ambos a los que respeto y sigo como fan de sus obras, pueden ser parte de ese grupo que analicen una obra o una pieza musical, no sé, pero si algo me queda claro, Ninguno de los que se considere CUBANO, debe estar en contra de CUBA, si no, léanse la conversación de Fidel con los intelectuales al principio de la Revolución. Parafraseando hoy: Con Cuba y su Revolución, Todo; en contra de Cuba y su Revolución, Nada.
      Gracias: Un cubano que ha sufrido en un barrio no marginal y de ciudadanos con alto nivel de educación, donde se deleitan poniendo música que hasta los animales se esconden y ni gorriones hay.

      • Andrés dijo:

        Garib, entiendo sus preocupaciones. Como cubano que también soy no deseo ver la diversidad de la cultura de mi país minimizada o reducida a unas pocas expresiones. Pero hacer esto no significa prohibir. Soy de los que piensa que el decreto, independientemente de sus buenas intenciones, es un gran error precisamente porque atenta contra esa diversidad, y lo hace de forma arbitraria. Por razones puramente ideológicas y obedeciendo a un impulso, más moralista que racional, se ha decidido que alguien tiene la potestad para quitar y poner, según el caso. Esto no lo veo correcto. Creo que ningún cubano debería dictarle a otro la forma en que debe expresar o entender la cubanía. Eso es invasivo, incluso desde el punto de vista psicológico..

        Ciertamente existen nuevas manifestaciones musicales y formas de expresión, básicamente el reggaeton si a música se refiere, cuyos modos, y sobre todo debido a su excesiva difusión (por parte de las propias instituciones culturales), han tomado por sorpresa a parte de la sociedad cubana. Este schock se debe, entre otras cosas, a que muchos se ven confrontados con un tipo de relajación sexual y libertinaje expresivo que no corresponde con las zonas de confort moral de mucha gente. Esto difiere de la visión, en mi criterio, burguesa, eurocéntrica y blanca, que se ha promovido tradicionalmente en Cuba. Esto, junto a la ausencia de regulaciones en términos de decibeles, lugares y espacios, ha dado lugar a una evidente saturación en muchas partes de la sociedad y ha generado rechazo y pánico. Pero esto no es necesariamente responsabilidad de los cultores de dichos géneros. ¿Por qué las instituciones no promueven otras cosas? ¿Por que no se crean espacios para todos? Cuba es un crisol cultural, pero las instituciones no se hacen eco.

        Ahora el asunto se ha tornado político y el pánico moral que ha sobrevenido ha caído sobre aquellos que no tienen responsabilidad alguna en esta monotonía cultural que se impuso en Cuba. No son los cultores del reggaeton los que han decidido prohibir a alguien o criticar a otro género: se trata sólo de jóvenes que tratan de expresarse, según como ellos lo interpretan. Son, junto a otros, parte del panorama. En mi criterio no hay que estar necesariamente de acuerdo, sólo garantizar que otras cosas se promuevan y regular los espacios y horarios dónde cada expresión tiene lugar. Es algo muy común en el entorno cultural y en cualquier contexto urbano. El hecho de que algo no nos guste no nos da derecho a prohibirlo. .

        Es decir, hay alternativas a la prohibición, que es lo que el 349 hace; y lo hace además desde una ambigüedad que asusta. Catalogar moralmente géneros y artistas siempre ha sido controvertido, y muchas veces ha traído injusticias. Ahí están los casos de manifestaciones que hoy son parte indisoluble de nuestra cultura (el son, el danzón, la conga, etc.). De los artistas que nombra se podrían extraer ejemplos de su compleja relación con las catalogaciones y su visión, a veces subversiva, del arte. Por ejemplo hay que ver las opiniones de Wilfredo Lam hablando de su obra maestra (la jungla), cuando decía que el no iba a pintar cha-chachá y que su objetivo era perturbar el sueño de los explotadores. ¿Sin embargo, significa esto que el cha-chachá sea un género inmoral? El contexto importa. Hay que ver las críticas moralistas que se hicieron a Carlos Enriquez por su vida bohemia y su afición a los desnudos escandalosos. Creo que Enriquez es uno que, en lugar de juzgar moralmente, se hubiera inspirado en el fenómeno sociocultural que ha surgido en torno al regaaeton. Por otro lado, hay que ver las prohibiciones moralistas que cayeron sobre los Zafiros durante los 1970s cuando, después de haber tenido una carrera superexitosa, se les cerraron la televisión y la radio. En palabras del único sobreviviente, "les cortaron la luz".

        Y es que lo que se considera vulgar, chabacano o agresivo, varía de acuerdo a los escrúpulos morales de la persona que emita el juicio. Son cuestiones que no deberían ir en un decreto. Necesitamos establecer, como sociedad, una relación más respetuosa e inteligente con aquello que no entendemos.

      • Andrés dijo:

        Garib, entiendo sus preocupaciones. Como cubano que también soy no deseo ver la diversidad de la cultura de mi país minimizada o reducida a unas pocas expresiones. Pero hacer esto no significa prohibir. Soy de los que piensa que el decreto, independientemente de sus buenas intenciones, es un gran error precisamente porque atenta contra esa diversidad, y lo hace de forma arbitraria. Por razones puramente ideológicas y obedeciendo a un impulso, más moralista que racional, se ha decidido que alguien tiene la potestad para quitar y poner, según el caso. Esto no lo veo correcto. Creo que ningún cubano debería dictarle a otro la forma en que debe expresar o entender la cubanía. Eso es invasivo, incluso desde el punto de vista psicológico..

        Ciertamente existen nuevas manifestaciones musicales y formas de expresión, básicamente el reggaeton si a música se refiere, cuyos modos, y sobre todo debido a su excesiva difusión (por parte de las propias instituciones culturales), han tomado por sorpresa a parte de la sociedad cubana. Este shock se debe, entre otras cosas, a que muchos se ven confrontados con un tipo de relajación sexual y libertinaje expresivo que no corresponde con las zonas de confort moral de mucha gente. Esto difiere de la visión, en mi criterio, burguesa, eurocéntrica y blanca, que se ha promovido tradicionalmente en Cuba. Esto, junto a la ausencia de regulaciones en términos de decibeles, lugares y espacios, ha dado lugar a una evidente saturación en muchas partes de la sociedad y ha generado rechazo y pánico. Pero esto no es necesariamente responsabilidad de los cultores de dichos géneros. ¿Por qué las instituciones no promueven otras cosas? ¿Por que no se crean espacios para todos? Cuba es un crisol cultural, pero las instituciones no se hacen eco.

        Ahora el asunto se ha tornado político y el pánico moral que ha sobrevenido ha caído sobre aquellos que no tienen responsabilidad alguna en esta monotonía cultural que se impuso en Cuba. No son los cultores del reggaeton los que han decidido prohibir a alguien o criticar a otro género: se trata sólo de jóvenes que tratan de expresarse, según como ellos lo interpretan. Son, junto a otros, parte del panorama. En mi criterio no hay que estar necesariamente de acuerdo, sólo garantizar que otras cosas se promuevan y regular los espacios y horarios dónde cada expresión tiene lugar. Es algo muy común en el entorno cultural y en cualquier contexto urbano. El hecho de que algo no nos guste no nos da derecho a prohibirlo. .

        Es decir, hay alternativas a la prohibición, que es lo que el 349 hace; y lo hace además desde una ambigüedad que asusta. Catalogar moralmente géneros y artistas siempre ha sido controvertido, y muchas veces ha traído injusticias. Ahí están los casos de manifestaciones que hoy son parte indisoluble de nuestra cultura (el son, el danzón, la conga, etc.). De los artistas que nombra se podrían extraer ejemplos de su compleja relación con las catalogaciones y su visión, a veces subversiva, del arte. Por ejemplo hay que ver las opiniones de Wilfredo Lam hablando de su obra maestra (la jungla), cuando decía que el no iba a pintar cha-chachá y que su objetivo era perturbar el sueño de los explotadores. ¿Sin embargo, significa esto que el cha-chachá sea un género inmoral? El contexto importa. Hay que ver las críticas moralistas que se hicieron a Carlos Enriquez por su vida bohemia y su afición a los desnudos escandalosos. Creo que Enriquez es uno que, en lugar de juzgar moralmente, se hubiera inspirado en el fenómeno sociocultural que ha surgido en torno al reggaeton. Por otro lado, hay que ver las prohibiciones moralistas que cayeron sobre los Zafiros durante los 1970s cuando, después de haber tenido una carrera superexitosa, se les cerraron la televisión y la radio. En palabras del único sobreviviente, "les cortaron la luz".

        Y es que lo que se considera vulgar, chabacano o agresivo, varía de acuerdo a los escrúpulos morales de la persona que emita el juicio. Son cuestiones que no deberían ir en un decreto. Necesitamos establecer, como sociedad, una relación más respetuosa e inteligente con aquello que no entendemos.

      • respetuosa dijo:

        Andrés, saludos. Más arriba le felicité por su análisis y en más de un punto coincido con el que publica ahora. Sin embargo, creo que si bien es improcedente valorar una obra artística con criterios ajenos al arte, sí existen límites que no se deben cruzar. Me estoy refiriendo al reguetón que es al arte como la astrología es a la ciencia - específicamente sus letras. Ahora bien, detrás del reguetón está el problema raigal: ¿por qué, con tanto dinero que se ha destinado a la educación, es preferido el reguetón por buena parte de la juventud? ¿Qué está pasando con lo que debía ser paradigmático y no lo es? ¿Por qué un por ciento elevado de las muchachas permite –y hasta disfruta- con temas que las ningunean y debieran hacer que se sintieran ofendidas? ¿Qué valores fueron abandonados hace ya décadas y su espacio fue llenado por antivalores como la vulgaridad y el orgullo de hacer gala de ella? El tema de esos antivalores no despertaría tanta alarma si estuviese limitado a sectores pequeños sectores pero ese no es el caso.

      • Andrés dijo:

        Respetuosa, primero agradecerle la felicitación, lo cual aún no había hecho (esto va también a los otros foristas). También debo agradecerle este excelente análisis que acaba de hacer, con el cual básicamente coincido. Sin embargo, creo también que necesitamos una mirada más multidimensional de este asunto. Ciertamente las últimas casi tres décadas han sido peliagudas en términos de los nuevos fenómenos socioculturales que se han generado en torno a ciertas manifestaciones expresivas; el reggaeton siendo el fenómeno más sonado. No necesariamente defiendo a todos sus cultores, pero no puedo evitar ver en muchas críticas al género ciertos atavismos socio-históricos que vienen golpeando a la sociedad cubana desde que la propia noción de lo cubano existe.

        Coincido en el hecho de que existen límites. ¿Pero, quién los determina y cómo? Cuando menciono en otros comentarios el sinnúmero de manifestaciones artísticas hoy consideradas patrimonio nuestro, y otrora, sin embargo, preteridas, no puedo evitar ver la ironía en nuestra discusión actual. Lo cierto es que, a juzgar por la evidencia histórica, no sabemos que va a trascender en materia artística; se trata de un fenómeno dinámico, un objetivo en movimiento, y con obvias ramificaciones ideológicas y políticas. Hacerlo sobre la base de nuestras propias preferencias morales puede ser reduccionista y contraproducente a largo plazo, pues este tipo de prohibiciones nunca funciona. Al danzón se le asociaba a finales del siglo XIX con la prostitución, así consta en un estudio de la época (1888). Se le llegó a prohibir por ley pero esto no funcionó. Por otro lado, Estrada Palma prohibió la conga en Santiago de Cuba, apenas comenzó la república: tampoco funcionó. Otro tanto sucedió con el son cubano, oficialmente prohibido hasta los 1920s.

        Todos estos casos, y otros, vinieron acompañados por una avalancha de diatribas públicas provenientes de la prensa, conservadora y liberal, y desde la academia. Los defensores de estas cosas estaban en total minoría en todos estos medios. De no ser por la gestión valiente de personas como Amadeu Roldán, Caturla y otros, muchos de estos géneros no se hubieran legitimado frente al público “culto”, sobre todo a aquel con sensibilidades eurocentristas. De cualquier modo, esto no evitó las expresiones de disgusto cuando Roldán estrenó sus “Rítmicas”, donde arregló temas para instrumentos de percusión africana en un formato clásico.

        En otro ejemplo, el gran Arsenio Rodríguez cuenta en su última entrevista, haciendo gala de una increíble vis cómica, como, en ciertos clubes sociales, a veces le enviaban un cura, es decir, un agente moral que le recordara cuales eran “las buenas costumbres”. Este tipo de cosas ha sucedido a lo largo de todas las épocas y en todas las latitudes, y siempre la balanza se ha inclinado hacia la cosmovisión moral del más fuerte, el cual impone sus valores y perspectivas civilizatorias, casi siempre sin más justificación que sus propios escrúpulos morales. Recordemos como durante la colonia uno se podía comprar un título de blanco y así borrar la herencia no occidental. Los colonizadores llegaron a Àfrica y a América Latina (entonces Abya Yala) y encontraron mujeres hermosas, semidesnudas y con sus cuerpos decorados con pinturas y símbolos espirituales. La reacción fue horrenda: las vistieron. Además, se dedicaron a anular las concepciones no-occidentales de estas civilizaciones en todos los ámbitos: su religión, su cosmovisión del mundo, su actitud ante la muerte, sus nociones sobre el placer, lo sexual y lo sensual, sus formas de celebrar la vida, etc. Desde entonces, muchas de estas expresiones, así como sus descendientes y variaciones, se han considerado, en mayor o menor cuantía, dependiendo de lugar y época, parte del menú alternativo a la “verdadera cultura”. Lo que se considera “paradigmático” siempre ha estado en función de todas estas cuestiones.

        En Cuba no hemos estado exentos de ello, ni antes ni después de la revolución. Y esto ha afectado a varios grandes de nuestra historia. En mi opinión, el debate que se lleva a cabo tiene esos matices. Somos un país de matriz occidental, pero de periferia. En nuestro seno confluyen los descendientes de los colonialistas y de los colonizados, cada uno con sus herencias y modos propios de expresar la humanidad. Las tensiones siempre han sido visibles, sobre todo cuando se vuelven mayoritarias. Cada vez que un fenómeno sociocultral de estos se hace mayoritario le salen ronchas a la sociedad cubana. Y esto es sintomático de algo más viejo y profundo. La forma en que nuestra cultura evolucione debe ser un asunto necesariamente colectivo, desde la diversidad, a veces incluso antagónica.

        La vida demuestra que dicotomías como valores vs. antivalores o poesía vs. antipoesia no lo son tanto. ¿Como evaluar cuando un compositor menciona la palabra “asere” en el contexto de una canción? ¿Chabacanería o sentido de pertenencia? Siempre pienso en los dibujos animados cubanos de las ratas que son derrotadas en el huerto escolar por los soldaditos de juguete. Las ratas eran la representación de la chabacanería y la antisocialidad. Sin embargo, y esto ocurrió antes de la debacle cultural, es increíble como el lenguaje empleado por esos antihéroes (“hay que miedo” “ eh, culpa de ques”) es lo que más pegó en generaciones de niños. Cuando esto sucede hay que revisarse. Hay algo que evidentemente no hemos estado entendiendo bien en torno a la forma en que el lenguaje, los usos y los modos evolucionan y la forma en que las sociedades se apropian de ellos.

        Se trata, en mi perspectiva, de un fenómeno dialéctico que debemos explorar con tacto y voluntad conciliadora, pues nos puede desunir o servir a nuestros enemigos. Debemos hablar entre todos, y esto incluye a aquellos que algunos no consideran artistas. Opino que el debate abierto es la mejor forma de decantar lo que no sirve. El resto debe dejarse a la posteridad, la cual siempre nos ha deparado sorpresas en el particular. Ahí está, por ejemplo, Chano Pozo tenía su “Blen Blen Blen”, su “Manteca” y su “Tin Tin Deo”, y la vida ha demostrado que eso es parte de nosotros también.

        Ciertamente existe el descalabro cultural de los 1990s, con todas sus consecuencias en todos los órdenes. Pero tratar de rescatar asuntos que son parte de nuestro patrimonio, y cuya defensa se ha resentido en los últimos tiempos, no es equivalente a mirar la cultura como un ente estático. Los paradigmas varían constantemente, surgen nuevas formas de humanidad, emergen otras antes reprimidas. No todas van a quedarse, ni todas son necesariamente revolucionarias. Pero no debemos ignorar estas tensiones refugiándonos en la estática dicotomía “Buenas costumbres vs. Chabacanería”, pues esta dicotomía se basa, en gran medida; en el tipo de prejuicio unidimensional que acompaña a los debates social-reaccionarios sobre el tema, justamente lo contrario de lo que se propuso la revolución cubana cuando le dio voz, letra y poder a los desposeídos. Parafraseando al gran Silvio Rodríguez: que tipo de adjetivos se deben usar para hacer la canción de hombres negros, rojos y azules sobre cubierta.

  • Pelotero dijo:

    He leido varios comentarios de los casi cien que ya hay y es posible apreciar las mas diversas opiniones. Creo que todos tienen un poco de razon y es que el tema se las trae. Por ejemplo Prohibir un libro porque su tema sea chocante o poco adecuado a determinados patrones pre establecido en mi opinion no es correcto como no lo es tampoco producir cosas de mal gusto estetico y que van contra los mas elementales derechos de determinado grupo social, lo dificil es precisar donde termina el arte y donde empieza la chabacaneria y el mal gusto y quien seria el autorizado para definir tales cosas. Como ven es complejo. Yo por mi parte agradeceria profundamente que los amantes del regueton chabacano, vulgar, lleno de malas palabras y obcenidades lo escucharan con audifonos y no me obligaran a escucharlo constantemente a donde quiera que voy. De veras lo agradeceria.

  • Ore.cu dijo:

    Todo lo que haga la revolución, el estadp , el gobierno estamos convencidos que es por el bien de los cubanos. Estoy de acuerdo con el decreto 349.

    • Lazarito dijo:

      Entonces, de acuerdo a su logica, las UMAP (entre otras medidas extremas) fueron creadas para nuestro propio bien, verdad? No se si tenga edad suficiente para recordar esto...............

  • Alex dijo:

    Según el decreto la mitad de las películas cubanas tendrían contravenciones sancionables y pocos directores de cine saldrían ilesos. Recuerdo pocas que no tengan lenguaje obsceno y sexo...

    • Rey dijo:

      Alex, se trata de que no circulen aquellos productos donde la vulgaridad, la obscenidad, la violencia, la pornografía o la contrarrevolución constituyan el verdadero mensaje del producto. De ninguna manera se trata de que se muestre violencia, vulgaridad, escenas de sexo o de contenido político cuando cualquiera de estas formas de expresión estén en función de transmitir un contenido humanista, cultural, en contra de la violencia, a favor del amor y la belleza o en defensa de los valores patrios y la solidaridad entre las personas. Creo que usted me entiende: si juzgamos las cosas tan a la ligera como usted lo ha expresado, "El hombre de Maisinicú" sería el más horrible filme hecho jamás en Cuba, puesto que hace la historia llena de la peor violencia de los bandidos del Escambray, sus principales asesinos y la del traidor Alberto Delgado, del cual, en ningún momento DENTRO del filme , se explica que era un revolucionario infiltrado entre los bandidos.
      O sea, como dice el dicho: "el hábito no hace al monje", es el ser humano que viste ese ropaje (en este caso el creador) el que le da sentido y contenido a todo el conjunto: contenido y forma son una unidad expresiva con un SENTIDO, un mensaje.
      Lo que sucede a veces es que hay falsos creadores, tan faltos de luces como de cultura, que no tienen nada que decir ni talento artístico y cabalgando a lomo de la mediocridad, el mal gusto, el facilismo mediático o hasta de los peores intereses anti - cubanos,le venden el alma al diablo "por un puñado de dólares".

    • sachiel dijo:

      Me too... variante cubana. Ese es el gancho de muchas "creaciones", literarias y filmicas..

  • zaira dijo:

    todas las intervenciones aqui son validad. yo en lo personal soy de la opinion que debe haber un dialogo entre todos, las instituciones los artistas aficionados y profesionales los que pertenezcan a instituciones o no y todas las artes y que haya entre todos una base comun referido a: como detener,desterrar,y todos los verbos que se refieran a no seguir permitiendo el desarrollo de todo lo que algunos dicen que es arte y los que otros dicen que no lo es y esta afectando a nuestra sociedad.Tambien hay que poner en la mesa o en el encuentro o como quieran llamarle al MINED porque es en las escuelas donde ha empezado la deformacion de nuestros hijos; como? con la deformacion de la calidad de los planes de estudios, de la baja calidad del profesorado, de sus directivos, de todo.Es cierto que hay que incluir asignaturas importantes que eleven la calidad del nivel cultural.Los medios de comunicacion oficial han contribuido muchisimo a fomentar el mal gusto.Hay que sentarse a ver cualquier programa musical y ver los videos clip que parten el alma en dos, o los dramatizados o los bailables.Hay que parar es cierto pero entre todos, porque al final quien manda es FUENTEOVEJUNA y si la mayoria dice que estamos mal pues a arreglarlo pero entre todos los que lo han permitido, los que lo han desarrollado y promocionado para salvar esto.De lo contrario en un tiempo no muy lejano la gente s e matara en la calle por el nivel de agresividad que existe.Pero no solo un grupo sino todos incluyendo a los foristas. deberia hacerse un foro debate con el pueblo tambien, en las escuelas de arte, en las universidades, en todas partes porque estan en juego muchas cosas, incluyendo la tranquilidad de todos.Mi opinion es que NO ESTAMOS BIEN.

  • Rey dijo:

    El decreto de marras es una necesidad y ya está firmado. Resulta imprescindible para cualquier sociedad contar con mecanismos legales que regulen la circulación pública de información de todo tipo, desde difrentes categorías de conocimiento y noticias hasta expresiones de diverso tipo que sean (o pretendan ser) expresiones artísticas. Fueron precisamente escritores y artistas de todo el país quienes desde hace años reclaman que se tomen medidas para regular la circulación pública de todo tipo de expresiones que puedan ser consideradas como arte y frenar la avalancha de farsantes, vulgaridades, obscenidades y hasta contra-revolución más o menos encubierta que proliferan en el espacio público. Es válida también la preocupación de varias personas sobre los criterios a tomar en cuenta y la preparación de aquellos que tendrán la atribución de permitir o no la circulación pública de producciones que puedan ser consideradas de carácter cultural. Aún esta parte fundamental para implementar el decreto no está terminada. Pero sin la menor vacilación, este decreto resulta imprescindible para la sociedad cubana. Que el asunto pueda resultar en casos específicos más o menos difícil, no invalida para nada la necesidad de implementar estas medidas. Prácticamente no existe en ningún tipo de legislación o normativa que afecten a toda la sociedad, soluciones fáciles ni absolutamente libres de subjetividades, incluyendo un fallo judicial. Pero sin orden ni regulaciones no puede existir la socieddad, muy en especial la cubana. No es correcto , sea quien sea quien lo haga, hacerle la guerra al decreto 349. Sí es correcto expresar preocupaciones y dudas, como en cualquier otro caso, respecto a la manera concreta en que se aprecie y juzgue determinado producto que pretenda ser considerado como arte. Y ya desde hace mucho rato tanto en la UNEAC, la AHS y hasta en la discusión del anteproyecto de Constitución por todo el pueblo se han expresado muchos criterios sobre estos temas de la circulación en el espacio público de producciones de tipo cultural. O sea, el debate no se inicia ahora por iniciativa de algunos, por prestigiosos que sean, el debate está en la calle hace mucho rato. Y según el orden político e institucional cubano, corresponde a los órganos de gobierno y legislativo implementar medidas: es lo que están haciendo con este decreto. No es un decreto divino ni extemporáneo: parte de las mismas entrañas del pueblo. Esperemos que sea efectivo y se implemente correctamente. Y si esto no ocurriese así, pues entonces a criticar para corregir lo que deba corregirse. Pero no hacerle la guerra de antemano. Muy mal ha de ir cualquier sociedad, muy en especial si dice ser socialista y muy específicamente si se trata de Cuba, cuando se pretenda desregularlo todo, como por ignorancia o mala fé pretenden algunos.

    • Andrés dijo:

      Rey, no se trata de hacerle la guerra al decreto, sino de tener el derecho de determinar colectivamente la mejor forma de regular la difusión de información. Es cierto que existen niveles de subjetividad en cada normativa, y precisamente por ese motivo deben venir acompañadas de procesos democráticos. Una de las cosas que se critican es que muchos involucrados no fueron consultados. Hacer esto por decreto es una propuesta, pero hay otras. Yo, en lo personal, pienso que, en cuanto a arte se refiere, categorías morales tan complejas como las que el decreto persigue medir no deben ser parte de decreto alguno, ni su jerarquización atribución de estado alguno. El decreto 226, el cual estaba antes del 349, tenía una clara articulación administrativa, lo cual contrasta con el tono moralista e inquisidor del 349; todo esto independiente de las buenas intenciones que lo hayan podido inspirar. El hecho de que la regulación del uso del espacio público, objetivo con el que coincido, es algo vital en cualquier sociedad no es, sin embargo, un salvoconducto de superioridad moral y estética para los que legislan.

      Pienso que los involucrados en el diseño del decreto se hicieron eco de los críticos de la estridencia de determinadas manifestaciones y modos de expresión, con cuya crítica coinciden. Y por alguna razón, no muy difícil de dilucidar, han preferido interpretarlo como el sentir popular. Pero es que el impacto de las medidas afectaría a una parte importante de la sociedad también, con la cual no se ha contado. Esta parte preterida ha sido codificada como “los otros”, como “ellos”, los que necesitan corrección. Todo esto aparentemente sin considerar los precedentes de este tipo de medidas en nuestro país, y fuera de él, así como su repercusión estética, filosófica, política.

      Conozco excelentes argumentaciones, por ejemplo provenientes del campo de la historia del arte, que defienden marcos regulatorios más plurales y no por eso menos racionales. Y sin embargo nadie conoce esto, aún cuando sus defensores son intelectuales y artistas cubanos también, muchos de ellos residentes en la isla e identificados con la revolución. Me aventuro a decir, una parte nada despreciable de la comunidad intelectual cubana, a juzgar por la repercusión que ha tenido el asunto dentro de Cuba. Una política cultural balanceada debería incluir a los “otros” también. Esto no significa que el estado deba promover estas manifestaciones, pero al menos respetar y regular el contexto en el que estas tendrían lugar.

      No se trata de propugnar desregulación a toda costa y costo, o cosa por el estilo, pero regulación no tiene que ser sinónimo de prohibición. La subjetividad no se expresa de igual manera en cada actividad. En la actividad artística estas cosas son variables y dinámicas, y la historia ha demostrado lo fácil que es equivocarse en este sentido. En resumen, pienso que el decreto no tiene que ser el punto de partida. Su derogación, si fuere menester, no tiene que ser vista como el Anticristo.

  • aceite dijo:

    He leído el famoso Decreto 349 (para no caer en las patrañas del enemigo), y es una aberración. Es la política cultural del Quinquenio Gris plasmada en blanco y negro.
    Es contradictorio que, si supuestamente se impone con el objetivo de combatir la vulgarización de la cultura nacional, entre los que más se oponen al mismo se encuentran varios de los mejores artistas de este país.
    El primer efecto real de este artículo va a ser darles la facultad de cobrar sobornos a los mismos personajillos grises que se los cobraban a los cuentapropistas de la Copa, por poner un ejemplo. Y quiénes lo van a poder pagar? Los mismos que tienen con qué ahora.
    La segunda consecuencia va a ser el control total de la difusión, principalmente en materia política. Y el arte es contestatario, rebelde. Que no subversivo. Decía Alfredo Guevara que los revolucionarios de estos tiempos había que buscarlos en el parque de G. Ahora, con el primer funcionario de pensamiento obtuso al que le caiga gordo el rock, por ejemplo, y con la justificación de esta útil herramienta de control, esta y otras generaciones se van a enfrentar en un contexto donde la música va a estar cada vez más al servicio de lo banal, lo insustancial, el 'somos felices aquí' y 'a guarachar!!!!'.
    Una tercera va a ser la extrema burocratización de la difusión artística. Todo servicio de este tipo debe estar autorizado y contratado por la institución correspondiente. Y esto, al final, va a frenar tremendamente el desarrollo de la cultura en el país, que va a carecer de dinamismo, y tendrá aún mayores trabas para su ejecución, difusión y financiación.
    Finalmente, en Historia nos enseñan la continuidad de las luchas revolucionarias. Y qué hay de la continuidad en la política cultural? Nadie más ve que es el mismo discurso ligero y vulgar desde la salsa, que tanto se promovió y promueve por todos los medios, por considerarse 'cubana', y luego el reguetón y el trap? Que no hay mucha diferencia entre la misoginia de una canción de NG La Banda y otra cualquiera de reguetón? Ni en la forma de pensar? Nadie ve que son los mismos grupos poblacionales, que educados en el no pensar, pasaron sin trauma alguno de un tipo de música al otro, y de un discurso malo a otro peor?
    Se tiene que entender que un mayor control no es efectivo, nunca lo fue y ahora menos. Que esto solamente logrará estrangular las formas efectivas del arte. Que la mayor parte del arte chatarra circula ajeno a los medios y centros de difusión. Que las prohibiciones sólo generan mayor interés por lo prohibido. Además de la nube de burocracia, burócratas, trámites, inspectores sobornables y no sobornables, y más corrupción, en un aparato estatal ya bastante saturado de todos estos males. Porqué extender los mecanismos que no funcionan, a otros sectores? Se espera que entonces sí lo hagan?
    Por último, hasta cuándo combatir las consecuencias y no las causas? Porqué no se escucha el criterio de los artistas, y no se mejora la educación, se eliminan las emergencias que dieron paso a los profesores emergentes, se entiende por fin la diferencia entre un pueblo instruido, que lo somos, y uno culto, que no tanto (mis colegas profesionales no sabían quién era Sting, por poner un ejemplo). Porqué esto se parece tanto a la guerra que se le hace a los transportistas privados, en lugar de atacar las causas del problema, que son la inestabilidad en las medidas que les aplica constantemente el Gobierno y el estado de deterioro del transporte público?

  • La Ley dijo:

    Al periodista
    primeramente la ley tiene doble filo como siempre, nos han acostubrados
    no mesclar los problemas de vulgaridad ,obsenidades, etc con negocios

  • Anibal del Prado dijo:

    Yo estoy muy de acuerdo con lo planteado por el forista "aceite". Yo tambien me he leido el Decreto Ley 349, para tener opinion propia y es cierto, la intencion podra ser muy buena, detener la vulgaridad, la banalidad, etc., para lo cual considero que NO era necesario emitir ningun Decreto, simplemente Orden Publico y que cada quien juegue su papel. Por ejemplo, recordar cuando salio aquel numerito de triste recordacion. "El Chupi Chupi", llego a hacersele un video clip que se transmitio por TV hasta que desde los altos niveles del Mincul se mando aretirar, habia que esperar a que llegara hasta ese nivel? No habian funcionarios que pudieron haber impedido semejante bodrio a niveles inferiores? O es que los mismos poseian el mismo mal gusto que los "ceradores" de tal bodrio? O es que aceptaron soborno?
    Leo las diferentes opiniones y veo polarizacion, como debe ser; en un bando hay muchas personas que apoyan el decreto Ley 349, porque les molesta el regueton y las manifestaciones banales, vulgares, sexistas, misoginas (a mi tambien me molestan y mucho) y piensan que este Decreto sera la panacea que nos libre de todos estos males. Me atrevo a saegurar que los que asi opinan son consumidores del arte, no son creadores, al menos en su mayoria. En la esquina opuesta, estan los que se oponen la decreto, porque avizoran que creara mas problemas que los que supuestamente plantea resolver, burocratizacion, censura, darle a ciertos inspectores el poder de decidir que es valido y que no, dandoles al mismo tiempo la licencia para corromperse, el excesivo control sobre la creacion artistica, que debe ser libre, la reaparicion de personajes que en su momento Silvio Rodriguez califico como "los delimitadores de las primaveras"y "los perseguidores de cualquier nacimiento", en fin, el peligro del inicio de un nuevo Quinquenio Gris. En este bando se agrupan todos los creadores - y no solo los marginales que interpretan o "crean" los reguetones, como alguien ha querido simplificar - asimismo, muchas otras personas que sin ser creadores, tienen el buen sentido comun de avizorar el peligro en que puede convertirse este Decreto Ley para la creacion cultural en nuestro pais. Yo me sumo al segundo grupo, no estoy de acuerdo con el Decreto Ley 349. Ademas, este DL salio sin haber hecho una consulta a los creadores, a los artistas, se pario en algun buro de alguna oficina. Espero y deseo que sea sepultado en la gaveta mas profunda que algun archivo pueda tener.

  • yopi dijo:

    De entrada:

    Probablemente, ninguno de los que comenta odie el reguetón más que yo.

    Pero poner una ley contra todo el arte no va a cambiar la cuestión. Pienso que el primer problema aqui es la distinción entre Arte y cultura. Cultura son las tradiciones que nos pasamos por generaciones, como por ejemplo enterrar nuestros muertos. Pero el Arte... El Arte vive en el borde... siempre empujando siempre caminando sobre el cadáver de las manifestaciones precedentes.

    El Arte debe ser libre, y debemos dejar que las personas elijan el que deseen consumir. Que eso potenciará el regueton y lo hara pasar a las proximas generaciones, bueno y que? Prohibiendo cosas no vamos a cambiar el gusto de nadie. Mejorar la educación musical de los niños, pasa por las escuelas, pasa por los padres y si también por su entorno, pero no por prohibiciones legislativas. Yo soy fan de Nat King Cole y de Natalie Cole, porque mi abuelo era fan de Nat King Cole. El regueton siempre estuvo ahi, desde mi infancia. Mi abuelo nunca me prohibio escucharlo, nunca ni siquiera me dijo que era musica chatarra... el solo me enseño las canciones que le gustaban...eso fue todo. Él me dio alternativas. Dependía de mi al final ir mas lejos y adquirir gusto por Chucho Valdés o J.Coltrane o M.Davids o saborear la pequeña serenata diurna o disfrutar a Roberto Fonseca. Soy yo quien decide que esas cosas me gustan, incluso aunque algunos me pregunten que por qué sintonicé la radio.

    El Arte, no debe estar supeditado ni siquiera a los principios socialistas. Aunque nos duela a los socialistas. El arte debe ser libre. Y que el publico elija el que le gusta, que los criticos elijan el que considere y que los yumas sigan cantando Guantanamera.

    Quiero cerrar con esto: habia una canción de reguetón que no pretendo recordar que era lo más misógeno que he escuchado en vocina alguna vez. Y mientras pensaba en cuan ofensiva era la canción, subo en un camión del transporte público y había un coro de mujeres siiiii mujeres, cantando a viva voz y disfrutando de lo lindo, aquella canción que yo pensaba las ofendía y en ese momento me dije: Si ellas no se sienten ofendidas, que estoy inventando yo... sencillamente estaba usando estándares que no se basan en la realidad... este decreto ¨"NO ESTÁ BASADO EN LA REALIDAD".

  • Garib Piñeiro Valdés dijo:

    Andrés,
    Respondiendo a su buena explicación, le comento que volví a leerme el Decreto y por mis conocimiento entiendo e interpreto lo mismo, para volver a decir que, estoy de acuerdo. A lo mejor, como no soy artista, mi interpretación dicta mucho de lo que un artista puede interpretar pero: para no perderme les traigo lo que plantean alguno de los artículos del Decreto y expongo lo que yo interpreto para que se me entienda y no divagar como tal ves otros lo hacen, que hablan y no se lo han leído, (No hablo de Ud):
    ARTÍCULO 3.1. Se considera contravención cuando una persona natural o jurídica en la utilización de los medios audiovisuales muestre en ellos contenidos con:
    a) uso de los símbolos patrios que contravengan la legislación vigente;
    ( en ocasiones hacemos mal uso de nuestros símbolos patrios, un solo ejemplo: se expone a nuestra bandera de la estrella solitaria con la punta hacia abajo, cuando es hacia arriba, ¿Saben lo que significa?. Y en otras al lado de otra bandera que ondea más alto que la nuestra. Estudiemos el reglamento de nuestros simbolos).
    b) pornografía; (No es desnudo, o una escena de una relación sexual apasionada; es PORNOGRAFÍA, más claro).
    c) violencia; (Una cosa es mostrar en una escena un acto de violencia y otra cosa es donde solo se muestre esta, como la solución y enseñanza para resolver los problemas; ni una música donde inciten a la confrontación de personas)
    d) lenguaje sexista, vulgar y obsceno; (en una escena, pueden haber palabras obscenas y vulgares, pero no, que todo sea con esa característica; como no veo en la música la necesidad de emplearlas, a no ser en escasos temas y, no con el abuso de estas, no me refiero solo al reggaetón, aclaro).
    f) que atente contra el desarrollo de la niñez y la adolescencia; (Estoy de acuerdo también, pues en ocasiones en una escuela primaria, en la actividad por la entrega de las pañoletas un 8 de octubre, lo que pusieron como música antes y después del acto, era música no apropiada para esas edades, niños de entre 5 y 11 años).
    ARTÍCULO 4.1. Igualmente, constituyen contravenciones cuando una persona natural o jurídica incurra en alguna de las conductas siguientes:
    a) difunda la música o realice presentaciones artísticas en las que se genere violencia con lenguaje sexista, vulgar, discriminatorio y obsceno; (No hay necesidad, eso, no es cultura; no es negar ni restringir la difusión de la música o presentaciones artísticas. No confundamos).
    b) establezca espacios de comercialización de las artes plásticas sin tener la autorización que corresponde, ni estar inscrito en el Registro del Creador de las Artes Plásticas y Aplicadas; (a lo mejor me equivoco, pero pienso que todo artista incluso, el que comience, debe registrarse como tal; o acaso una persona puede ejercer por ejemplo: la medicina; la arquitectura; sin estar avalado como tal).
    f) comercialice libros con contenidos lesivos a los valores éticos y culturales; (considero, que no pueda alguien promocionar un libro por ejemplo: de pornografía, subversivo en contra de la revolución, ello atenta contra la dignidad humana y contra nuestra revolución).
    g) viole los niveles permisibles de sonido y ruidos o realice un uso abusivo de aparatos o medios electrónicos. (hemos celebrados conciertos, actividades festivas que requieren de un volumen por ser al aire libre, pero no puede ser que pongan una discoteca al aire libre dentro de una comunidad para realizar este tipo de eventos todos los fines de semanas, o un vecino se tome la atribución de poner la música con equipos de audio de altos decibeles cada vez que se le venga en ganas; esto, debe ser regulado.

    Pues bien, esos son los argumentos entre paréntesis, de porque yo estoy de acuerdo, para que se me entienda.
    De todas maneras,
    Gracias. Continuamos haciendo Revolución.

    • Andrés dijo:

      Muchas gracias por su respuesta Garib. Es bueno que los que comulgamos con los principios de la revolución cubana tengamos un intercambio serio y respetuoso.

      He leído sus argumentos, y los respeto. Le diría más, coincido con el espíritu de la mayoría de ellos. Y ese es, en mi perspectiva, parte del problema. Este tenso, pero ineludible, desencuentro que estamos teniendo en nuestra sociedad acerca del decreto 349 y sus implicaciones no está necesariamente basado en opiniones irreparablemente antagónicas. Creo que la mayor parte de los que opinamos entendemos la necesidad de regular asuntos de este tipo, pero la forma en que se ha redactado este decreto apela precisamente a nuestros remilgos morales más atávicos, cualesquiera que estos sean, y no a nuestra racionalidad. Por lo tanto, divide en lugar de aunar. Esto aplica perfectamente a los fragmentos del decreto que usted enumera en su comentario.

      Por ejemplo, la entrega de pañoletas a los niños no debería ir acompañada de música estridente o adulta, sino de algo apropiado para la ocasión. Todos, mucho más los que somos padres de niños en edad escolar primaria (mi caso), entendemos este asunto. Pero para esto no es necesario un decreto. Son normativas básicas que deberían existir en el sector de la educación. Una regulación urbanística que estipule los horarios y lugares dónde manifestaciones adultas tengan lugar bastaría. Lo mismo ocurre con los altos decibeles. De hecho, aún cuando no existe una regulación sectorial al respecto, las normas sobre el derecho ambiental (decreto-ley 200, artículo 11) regulan aspectos como la contaminación sonora. No es necesario duplicar, y mucho menos con la vaguedad que lo hace el 349, que deja la decisión sobre la contravención a la discrecionalidad de unos inspectores administrativos, muchos de los cuales no van a ser probablemente ni siquiera artistas. Esto va a traer arbitrariedad. No es raro que los propios responsables del decreto hayan decidido dejar aspectos relacionados a este punto en stand-by.

      Todo esto está, naturalmente, muy relacionado al punto de la vulgaridad, la chabacanería, la pornografía y demás. Estos asuntos en el arte son muy subjetivos. Ahí está la historia de muchas obras maestras tildadas de todo esto en el momento de su creación, y que después han pasado a la historia. Decir “esto para mí no es música” es un juicio moral que debe respetarse, pero no alcanza para hacer un decreto penalizando a todo el que la haga. El hecho de que algunas manifestaciones sean moralmente reprehensibles sólo para algunos, y para otros no, es un testamento sobre la complejidad de la creación artística.

      Muchos de los que han hecho arte (en cualquiera de sus formas), entre los que me incluyo, saben que la creación artística necesariamente articula determinados valores simbólicos y contenidos que pueden diferir de aquellos preferidos por el poder oficial. Pero es que esta es una de la función del arte, re-visitar temas, proponer otros, traer contradiscursos, incluso poner la moralidad oficial bajo escrutinio, etc. El estado tiene derecho de proponer, defender y promover su visión, pero no puede negarles a otros que encuentren sus propios modos de expresión, ni tampoco determinar quién es artista o no. Esto último aplica muy bien al punto del registro del creador. Otra vez, muchos artistas le podrán hablar volúmenes sobre la fracturada relación entre los creadores y las instituciones oficiales encargadas de representarlos. El hecho de que alguien no se registre, no significa que no tenga talento. Hay varios documentos internacionales que recogen todo este.

      Por último está el tema de los símbolos patrios. Esto no puede interpretarse de forma estática, pues es muy común ver la re-apropiación de símbolos en el arte. Es un derecho, además, que se le concede al artista. No digo que no haya límites, pero esto lo debe dictar la evidencia y no la volición de un funcionario. Todo este asunto, además tiene paralelos en nuestra historia. Pensemos, por ejemplo, en la bandera cubana. Esta fue creada con fines y significación anexionista, y sin embargo fue re-apropiada por el independentismo cubano hasta convertirse en nuestro símbolo cimero. Este tipo de procesos son normales, y se les ventila debatiendo y conociendo todos los puntos de vista. Sin esta capacidad para ser re-interpretado, el símbolo muere o se convierte en un objeto de solemnidad vacía. Lo más triste, mientras esto sucede lo único que reprodcimos son las posturas más conservadoras de nuestras tradiciones, aquellas que precisamente toman como punto de partida las posiciones más conservadoras a nivel mundial, lo cual incluye, muchas veces, las de nuestros propios colonozadores.

      Creo que en nuestra sociedad necesitamos descolonizar nuestra visión sobre muchas cosas en el orden moral. No podemos ser fuertes mientras, inadvertidamente muchas veces, comulguemos con la cosmovisión moral de quién nos quiere destruir.

      Bienvenido sea siempre el debate, y que sea por Cuba. Un saludo.

  • DE CUBA CON ♠ dijo:

    Cuanto jurado corrompido, sin verificar, asi que. Quien verifica a los inspectores?

  • Miguel A. Dominguez dijo:

    Con referencia a lo expuesto por Antonio Rodriguez Salvador -Entre los más notorias censuras del 2016 están This One Summer, novela gráfica juvenil, de Mariko Tamaki, prohibida porque incluía personajes LGTB, uso de drogas, blasfemias y era sexualmente explícita. Drama, también novela gráfica juvenil, de Raina Telgemeier, censurada por lo mismo que la anterior, más tener un ofensivo punto de vista político. Two Boys Kissing, novela para jóvenes de David Levithan, porque en la portada dos chicos se besan, y Make Something Up: Stories You Can´t Unread, libro de cuentos de Chuck Palahniuk, censurado por blasfemia, sexo explícito y por ser “asqueroso y ofensivo”.
    Le dire que estos libros pueden ser libremente adquiridos como expongo:
    This One Summer, Mariko Tamaki, 2014. Version digital a $9.99 en Google Play; Drama, Raina Telgemeir, Julio 2014. Version digital a $9.99 en Google Play; Two Boys Kissing, David Levithan, Agosto 2013. Version libro (hard copy) a $14.95 dn Google Play and Make Something Up: Stories You Can't Unread, Mayo 2015, Chuck Palahnluk. Version digital a $10.99 en Google Play.
    Si fuera possible, hagame saber mas titulos que segun usted estan censurados. Es possible le pueda indicar donde conseguirlos a precio modico sin restricciones.
    Sinceramente,
    Miguel A. Dominguez.

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Antonio Rodríguez Salvador

Antonio Rodríguez Salvador

Es poeta, narrador, dramaturgo y ensayista cubano.

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