Cecilio Avilés, un comunicador multifacético
Un domingo mañanero de fuerte sol, a pesar de transcurrir noviembre, escuché voces infantiles en el Hurón Azul de la UNEAC, en el Vedado. Por curiosidad entré y encontré decenas de niños y niñas enfrascados en dibujar y en…jugar.
Al frente, con pizarrón y seis bocetos de rostros, estaba un conocido para mí: Cecilio Avilés. Indicaba como armar cada una de las caras, mientras los inquietos alumnos se le acercaban a ver en vivo al mago que algunos días les habla por la televisión, temprano en la mañana y mientras toman el desayuno, aprenden a pintar un león o una paloma.
Por las mesas del Hurón Azul, entre los muchachos, transitaban los maestros que se encargan de verificar lo que van pintando y también de repartir los lápices de colores y hojas para pintar.
Hubo un concurso y premiaron a los ganadores, con plumones, bolígrafos o blocks, y los triunfadores enseñaban los artículos a sus familiares y compañeros de “estudio” con la inmensa alegría de quien muestra un trofeo.
Entregaban los útiles de dibujar y jugar, amigas y amigos europeos que en gesto solidario contribuyen con Cecilio y sus huestes. Toda esta historia comenzó 23 años atrás, cuando en la Casa de la Cultura de La Habana Vieja, nació el proyecto comunitario de Cecilio. Desde entonces han recibido una que otra ayuda para desarrollar su labor comunitaria.
Imagen 3 fue el nombre escogido por este promotor, que trabaja con un denominador común: La Fiesta del Saber–Para Aprender Disfrutando, que expone y se abre al barrio con diversos talleres que cada domingo en el Paseo del Prado “imparten los creadores de manera gratuita, al alcance de quienes deseen participar, para todas las edades y abarcando, no solo la plástica, sino también la música y la literatura.”
El padre de los personajes de Cecilín y Coti, (publicados en varios libros de historieta y llevados a dibujos animados) ha logrado que se combinen diversas manifestaciones artísticas en esos fines de semana en los que numerosos maestros formados por él, imparten talleres de historieta, pintura, música y otros haceres, en los añejos muros del Prado.
Merecedor de múltiples reconocimientos, Cecilio es autor de libros en los que combina el humor con lo didáctico, en un método que le ha servido a otros interesados para utilizar su original forma de enseñar.
Si cada fin de semana el Prado se llena de menores manoseando expresiones artísticas, un sábado del mes, en las mañanas el punto de reunión es la UNEAC.
Pero si toda esta labor comunitaria y productora de libros, hace que Cecilio sea conocido y respetado, es la televisión lo que lo ha convertido en un amigo y referencia para niños y niñas. El también músico, ha conseguido transitar de alguna manera con la técnica televisiva, y continúa siendo un referente para futuros pintores, dibujantes o sencillamente hombres y mujeres que disfruten del arte.
¡¡¡FELICIDADES, CECILIO!!!
¡QUE BUENO QUE LOGRASTE HACER QUE SOBREVIVIERA TU PROYECTO!
SUS BENEFICIARIOS TE RECORDARÁN MIENTRAS ELLOS VIVAN.
UN GRAN ABRAZO... Y A PAQUITA.
Me alegra que paquita haya tratado la figura de Cecilio y de su proyecto. Es un artista con una sensibilidad increible y con un trabajo comunitario loable. Ojala la television cubana quisiera seguir haciendo cortos animados de Cecilin y coty, un aninimado muy bueno y refrescante que nunca debieron dejar de hacer. Cecilin esta a la altura de los animados de Elpidio Valdés. No me explico como han dejado morir personajes infantiles tan importantes y permitir la produccion de otros intrascendentes y carentes de gusto. La televisión y el cine cubano deberían revisarse y volver a combocar a relaizadores de la talla de Cecilio...