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Posada, el torturador, se acoge al Convenio de la Tortura

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EL abogado del terrorista Luis Posada Carriles, al anunciar que su cliente renunciaba formalmente a solicitar asilo político en EE.UU., dijo que "él sabe mucho y si habla podría ser dañino para el FBI, la CIA y el Gobierno en general". La idea tiene un nombre: Chantaje.

 El representante de Posada, Mattew J. Archambeault, añadió luego que su cliente no iba a continuar testificando "para evitar perjudicar temas sensibles de seguridad de Estados Unidos y de otros países". Como ya demostró con sus declaraciones al New York Times hace algunos años, las amenazas de Posada pueden tener un efecto paralizante, pues vienen desde el intercambio de drogas por armas del Gobierno de EE.UU. en Centroamérica hasta el complot para el asesinato del presidente Kennedy.

 Los últimos acontecimientos ocurridos ante el Tribunal de Inmigración de El Paso parecen confirmar la progresión de negociaciones entre la Casa Blanca y los representantes del terrorista internacional.

 Resumiendo la situación del juicio, en Mesa Redonda de la Televisión Cubana, la periodista Arleen Rodríguez señaló cómo el principal abogado miamense de Posada, Eduardo Soto, explicó el lunes 29 de agosto al Nuevo Herald de Miami su "misteriosa ausencia" de las audiencias de El Paso con la existencia de negociaciones con Washington "a través de un alto funcionario".

 Soto reveló que casi se había llegado, el viernes pasado, a un acuerdo para que el Gobierno ofreciera su protección a Posada, usando el Convenio Internacional de Protección contra la Tortura para garantizar a su cliente que no sería enviado a Cuba ni a Venezuela. A cambio se retiraría la petición de asilo.

 "El gato salió del escondite", comentó la periodista al subrayar que los defensores de Posada decidieron "no seguir echando luz sobre el oscuro capítulo del padrinazgo de la actual Administración y de otras administraciones norteamericanas en el historial terrorista de Luis Posada Carriles".

 "Se confirma el juego que ha habido todo el tiempo en el cual la Fiscalía ha tenido baños tibios para no profundizar en temas que implican demasiado al Gobierno norteamericano."

 La audiencia del miércoles, ante el juez William Lee Abbott, duró apenas dos horas. El juicio de inmigración tiene lugar en un Centro de Detención de Inmigración de El Paso (Texas). La Fiscalía ha solicitado una nueva audiencia para el 26 de septiembre.

 El ministerio público, representado por la fiscal Gina Garrett-Jackson, argumenta, sin grandes esfuerzos, que al terrorista se le debe negar el asilo por su amplia trayectoria criminal que incluye la voladura de un avión de Cubana que ocasionó 73 muertos en 1976. Sin embargo, no deja de indicar ahora que "el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. esté preocupado" por el temor de Posada Carriles "a ser torturado en Venezuela si lo envían allá", según reporta EFE.

 Colmo de lo absurdo, el terrorista internacional, quien durante años, bajo el apodo de Comisario Basilio, fue jefe de operaciones de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Protección (DISIP) de Venezuela, donde secuestró, torturó y asesinó a decenas de personas, se acogerá a partir de ahora al Convenio Internacional de Protección contra la Tortura.

 Posada, un ex agente de la CIA, posee la ciudadanía venezolana.

"Es muy difIcil de olvidar su cara"

 Jesús Marrero, un economista venezolano que fue, personalmente, víctima y testigo de atrocidades en los sótanos de la DISIP, denunció recientemente que el terrorista internacional y ex agente de la CIA es "culpable directo" de la eliminación de varios de sus compañeros.

 Marrero recordó en conferencia de prensa que fue detenido en 1973 en la ciudad de Valencia y trasladado a celdas de interrogatorio de la DISIP en el reparto de Los Chaguaramos, en Caracas.

 Ahí permaneció dos meses en los "tigritos", como se llamaban las celdas ubicadas en el sótano, donde él y otros presos fueron torturados bajo la dirección de Posada casi todas las noches.

 "El jefe de las operaciones de tortura era Posada Carriles. Era él. El nos interrogó. Es muy difícil de olvidar su cara. No sólo porque es un hombre grande y corpulento, y sus ojos verdes, que no es común entre nosotros", afirmó Marrero.

 "Casi todas las noches nos torturaban con electricidad, nos metían en un tanque metálico y daban golpes para aturdirnos, nos amarraban en una cama metálica sin colchón y nos metían palos por los oídos y casi nos los reventaron".

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Jean-Guy Allard

Jean-Guy Allard

Periodista canadiense radicado en Cuba. Es autor del libro "Auge y caída de Reporteros Sin Fronteras".