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Un pueblo que fue creado por la idea de la solidaridad humana

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Intervención de Ricardo Alarcón de Quesada, Presidente del Parlamento
cubano, en la Inauguración de la Conferencia de la "National Association of
Black Social Workers" de Estados Unidos. La Habana, Agosto 12 , 2003.

Quisiera en primer lugar expresar a ustedes nuestra profunda gratitud por
que celebren esta conferencia acá en Cuba. Es algo que nos honra, que nos
estimula, particularmente si tomamos en cuenta las circunstancias, el
momento en que ustedes visitan nuestro país y efectúan acá esta importante
reunión.

Se van a dar cuenta en sus contactos con los muchachos que están aquí esta
mañana, los estudiantes, y los miles de jóvenes cubanos que hoy se preparan
como trabajadores sociales o que ya están en nuestras comunidades, en
nuestros barrios, desempeñando esa importante función, se van a dar cuenta
de que hoy en la sociedad cubana las actividades de los trabajadores
sociales ocupan una máxima prioridad.

Quizás, si se fuera a definir brevemente lo que sirviese para caracterizar
el momento actual de la sociedad cubana es precisamente eso: cómo hemos
profundizado en la comprensión de la necesidad de desarrollar de modo más
sistemático, más intenso, más profundo, las diversas acciones que
constituyen los motivos de interés, de preocupación, de estudio y de trabajo
de los trabajadores sociales en cualquier parte del mundo. Desde luego que
hay diferencias según las sociedades.

He estado revisando algunos de los documentos que ustedes han impreso
alrededor de esta conferencia y es fácil ver que la situación que enfrentan
los trabajadores sociales afroamericanos en los Estados Unidos no son
exactamente semejantes a las que enfrentan nuestros trabajadores sociales en
Cuba en esta etapa.

Sin embargo, si se profundiza en el análisis se va a encontrar cómo en el
fondo hay una identidad entre la faena que se desarrolla en un país o en
otro. Hay en primer lugar ante todo, y es lo más importante, la motivación.

¿Cuál es, en última instancia, el motor que hace que una persona se preocupe
por las condiciones en que enfrenta la vida un niño abandonado o una madre
soltera, o una familia sin los ingresos suficientes para afrontar la vida,
para pagar el alquiler o para pagar -en los países en que hay que pagar por
ello-, la salud pública o para pagar -en los países en que haya que
pagarla-, la educación de los hijos?

¿Cuál es, en última instancia, lo que mueve a unos y a otros a preocuparse
por el enfermo, por el desvalido, o por el que está colocado socialmente en
una situación de desventaja?

Para ser trabajadores sociales, en Cuba o en Estados Unidos, hay que creer
en la solidaridad humana y hay que luchar por promoverla. Hay que creer,
después de todo, en lo que son, valores hondamente arraigados en la cultura
humana. Ustedes van a tener, como indica este folleto, algunas actividades
que los van a aproximar a la historia de Cuba, o a la cultura cubana, o a
las religiones de origen africano en nuestro país, o a las actividades que
despliegan algunas organizaciones religiosas cubanas para mejorar la calidad
de la vida, para ayudar a los vecinos en su comunidad; cuando se reúnan con
los amigos del Centro Martin Luther King, tendrán esa oportunidad, y si se
penetra en el corazón y el alma de Cuba, en esa exploración espiritual a la
isla y a su pueblo, como dice con mi rápida traducción el título de este
folleto The heart and soul of Cuba, spiritual exploration of the island and
its people.

Si uno explora hacia ese corazón y hacia esa alma, y tiene que hacerlo
aproximándose a la historia de nuestro país va a encontrar a un pueblo que
nació, que fue creado por la idea de la solidaridad humana. Yo no puedo en
unas palabras de bienvenida, ni mucho menos, intentar presentarles una idea
del alma y el corazón de mi pueblo pero sí quiero, sólo, subrayar aquí en
esta reunión con hermanos y hermanas que vienen de Norteamérica pero que
llegaron como llegó una gran parte de la población cubana principalmente
desde África; no les voy a contar toda la historia de Cuba pero sí les
quiero subrayar lo fundamental, porque es lo que le da a Cuba su unicidad,
lo que le da a nuestra historia un carácter que la distingue de las
historias de otros pueblos hermanos de América Latina. Fue el último país de
España, de las colonias españolas, el último que inició la lucha por la
independencia política, por separarse de España. Y fue el último que quedó
rezagado en el movimiento que condujo a la independencia de toda Sudamérica
por dos razones fundamentales: una, que aquí no había una nación, que no se
había formado todavía un pueblo en los momentos en que Simón Bolívar
desarrollaba por América del Sur el gran movimiento que condujo a la
creación de lo que hoy son las repúblicas suramericanas.

No la había porque, a comienzos del siglo XIX, aproximadamente la mitad de
la población que habitaba esta isla era esclava, había sido traída de África
por los colonizadores; esa misma historia, idéntica a la que conoció el
pueblo Afro-Americano. Y los grandes propietarios de esclavos, españoles o
los llamados criollos, o sea, propietarios blancos nacidos en Cuba colocaban
su interés explotador, su voluntad de explotar el trabajo humano, de someter
a la servidumbre a una gran parte de la población de la isla, lo colocaba
por encima de cualquier otro interés, y eso los llevó a que en lugar de
trabajar por la separación política de España como hacían, como hicieron los
grandes propietarios del Sur, o se aliaron a España o buscaron incorporar a
Cuba a otra potencia colonial, convertir a Cuba en parte de la poderosa
nación que se desarrollaba frente a nosotros hacia el norte, de la que
ustedes vienen, aspiraban a convertir a Cuba en un estado más de la Unión
norteamericana o, para ser más precisos, inicialmente en un estado más de lo
que después se llamaría la Confederación, en un estado sureño más, en un
estado esclavista más, y este era un interés también de los esclavistas
norteamericanos: agregar estados en los cuales el régimen de la esclavitud
tuviera vigencia para fortalecerse frente a los que se oponían a la
esclavitud en el norte, dicho muy rápidamente.

No es hasta octubre de 1868 que se da el primer paso de construcción de la
nación cubana, de integración del pueblo cubano y también el primer paso en
la lucha por la independencia política. No es casual que haya sido en 1868,
medio siglo después que este proceso había prácticamente culminado en todo
el continente, ni es casual que este movimiento separatista que buscaba la
independencia frente a España hubiese tenido también como primera acción la
abolición de la esclavitud, la emancipación de los esclavos en aquella
región del oriente cubano donde empezaba el movimiento, pero no sólo la
proclamación del fin de la esclavitud, eso se hizo aquí y se hizo en muchas
partes, pero dejó al final al esclavo convertido en siervo y la lucha del
negro, del africano, por su emancipación real no se detuvo en ese momento.

En el caso nuestro en aquel momento original nuestro movimiento al nacer fue
mucho más allá proclamó y aplicó la igualdad plena de derechos políticos y
civiles del antiguo esclavo con el antiguo amo y por eso aquella nación que
nacía tuvo que enfrentar la guerra más prolongada que pueblo alguno tuviese
que enfrentar en todo el continente americano por la independencia, la más
larga, la más sangrienta, una guerra en la cual la tercera parte de la
población cubana pereció, aproximadamente, es imposible determinar
científicamente cuántos fueron los muertos si no cálculos de unos y de
otros, españoles y cubanos, la más larga, la más sangrienta y la única que
no terminó con la independencia sino con la derrota porque enfrentaba ese
movimiento esos dos factores; uno, la resistencia que oponían a la
emancipación de los esclavos y la otra, el interés de determinados círculos
en los Estados Unidos por apoderarse de Cuba que coincidía con el interés de
los esclavistas cubanos de asimilarse a los Estados Unidos de entonces, a
los estados sureños norteamericanos de entonces.

Pero aquella revolución fue la primera, y yo diría la única desde la
Revolución de Haití, que tuvo un ejército libertador en el cual había
generales que habían sido esclavos hasta el momento del inicio de la guerra,
que tuvo dirigentes, incluyendo los más destacados, que habían salido de la
esclavitud, de la servidumbre, del racismo; no puedo hacer la historia de
Cuba y me voy a detener para decirles que diez años después, en 1878 la
Revolución terminó en la derrota. Hubo que luchar mucho después para
reconstruir la fuerza y reiniciar la guerra por la independencia que va a
terminar casi a los treinta años de comenzado aquel momento inicial otra vez
con la derrota en 1898.

Esta vez, pasando Cuba de ser una colonia española casi liberada ya por la
lucha de sus propios hijos a ser, finalmente, una posesión norteamericana.
Intervienen las fuerzas norteamericanas, ocuparon el país, se apoderaron de
él, después se fueron y nos dejaron como legado una cláusula en la
constitución cubana. Averigüen ustedes que son estudiosos si hay otro país
del mundo que haya tenido en su constitución, impuesta por una potencia
extranjera, una cláusula por la cual esa potencia tendría el derecho a
intervenir en sus asuntos cada vez que le pareciera conveniente. Allí estaba
la Enmienda Platt que rigió en este país formalmente durante tres décadas y
se apoderaron de porciones del territorio nacional y todavía están en una:
la base de Guantánamo.

Fue una de las condiciones que impusieron para retirarse del país y dejar
aquí formada una supuesta república independiente y mantuvieron bajo su
ocupación durante tres décadas la Isla de Pinos, hoy llamada Isla de la
Juventud y después mantuvieron su dominio, su control sobre este país
dominando los principales resortes de su economía y aquel país que había
tenido generales que habían sido esclavos, aquel país que había tenido
políticos, poetas, dirigentes que antes habían sido esclavos vivió durante
décadas en una supuesta república democrática en la cual el negro era
discriminado, no se le permitía en algunos sitios ni siquiera pasear por los
mismos lugares por donde podía hacerlo el hombre blanco, no se les permitía
ir a algunas playas a donde podía ir el hombre blanco y no hay que irse al
fin del mundo para encontrar esto, no podía circular libremente un hombre
negro por algunos barrios de esta ciudad de La Habana donde podía ser
detenido por una policía especial dedicada a eso.

En el interior de la República, donde hasta 1959 había áreas en los parques
para los negros y otras para los blancos. Ustedes saben bastante de eso.
Imagínense cómo era hasta el primero de enero de 1959. Fue la revolución la
que por primera vez, de verdad, se enfrentó a las consecuencias de aquel
pasado colonial y todavía lo está haciendo hoy porque el trabajo que
realizan nuestros trabajadores sociales, la misión que ellos tienen que
cumplir tiene mucho que ver con eso, con la conciencia de que no basta con
haber adoptado una ley justa, no basta con abolir prácticas intolerables,
hay que enfrentar el legado del pasado de explotación y de discriminación y
hay que enfrentar también la situación que tienen muchas personas,
independientemente del racismo, como consecuencia de cuestiones sociales,
familiares o incluso algunas de carácter genético.

Hoy en nuestro país hay decenas de programas, todos ellos encaminados a
tratar los problemas especiales, concretos, de seres humanos concretos, con
sus nombres y apellidos. Hoy hay miles de jóvenes cubanos que con un gran
espíritu, con una gran voluntad, con mucho amor se dedican al cumplimiento
de esta misión tan noble.

Y hoy también, por supuesto, toda la voluntad y toda la decisión del estado
de seguir avanzando en esta dirección en algo que nosotros definimos como un
perfeccionamiento de nuestra sociedad, un perfeccionamiento de una sociedad
que nosotros llamamos socialista, una palabra que durante mucho tiempo en
algunos lugares era indeseable el ser pronunciada pero que en el fondo
socialismo no es otra cosa que eso, creer en la hermandad entre los seres
humanos, luchar por la igualdad entre los seres humanos, creer en la
solidaridad entre los seres humanos y qué religión, amiga mía, usted conoce
que no abogue por la justicia, que no considere una virtud la preocupación
por el prójimo, que no censure como acto condenable el egoísmo, el
desconocimiento de la dignidad del otro, el desinterés por el otro y en el
mundo de hoy enfrentamos un gran problema que se puede resumir en su más
corta expresión en esto: el intento de imponer una idea de la sociedad que
contradice lo que la gente cree, que contradice lo que son los valores de la
humanidad, que contradice incluso los postulados de todas las religiones
conocidas, la idea de que hay que acabar con la función reguladora del
estado, que hay que poner fin a cualquier idea del estado llamado
benefactor, que hay que dejarlo todo al llamado libre juego del mercado, que
sea el interés material, el interés por el beneficio, por la ganancia de la
empresa lo que lo decida todo y que el Estado, la sociedad se repliegue
hasta prácticamente no tener función alguna.

Esta es la visión extrema pero toda la pelea, toda la discusión en el mundo
entero gira alrededor de eso. Sin embargo, hay quienes creemos en la
solidaridad humana, que el estado existe para la gente, que los gobiernos
existen para los pobres y que hay una obligación y un deber de impartir
justicia, que hay un deber de ayudar al desvalido, en el caso de los
descendientes de los que fueron esclavos hay incluso un deber moral, ético,
hay una responsabilidad que tienen las sociedades que los oprimieron, que
los convirtieron en mercancía, en máquinas, de reparar el daño causado. Si
vamos a verlo globalmente, debería haber una idea de la solidaridad
internacional que obligase a quienes ayer nos explotaron a contribuir al
desarrollo de las naciones que trabajosamente se han ido formando a pesar de
los siglos de explotación que sufrieron.

Cuba lleva a cabo esta batalla en condiciones particularmente difíciles. Voy
a hablar de esto no como representante del gobierno cubano sino como cubano
y porque siento mi deber con relación a mis hermanos y hermanas que viven en
este país y han vivido aquí durante cuatro décadas sometidos a la más brutal
guerra económica, sometidos a un bloqueo que les impide adquirir hasta algún
medicamento o alguna ropa o algún equipo si este es producido exclusivamente
por una firma norteamericana y así ha sido durante décadas y eso ha costado
la vida de algunos, eso ha costado el sufrimiento de muchos. Este pueblo
tiene derecho a que su historia sea conocida.

Enfrentamos una situación particularmente difícil porque en este momento el
mundo vive una situación donde ya la guerra se puede llevar a cabo sin
autorización de los organismos internacionales, ya se puede ir a la guerra
sin haber sido atacado, se ha vuelto a consagrar el concepto de la guerra
preventiva, de la guerra sin autorización, de la guerra desproporcionada, de
la guerra que puede ser decidida en cualquier momento porque sobra el poder
para hacerlo aunque no tenga justificación alguna para ella. Y este país que
desarrolla sus programas sociales es uno de los países que está en la
pequeña lista de aquellos que pudieran ser objeto de una agresión militar.

No tienen que creerme a mi, lo pueden ver el cuatro de mayo en el programa
Meet the Press de la NBC, al Secretario de Estado se le preguntó tres veces
si después de lo que había ocurrido ya en Iraq los cubanos podían ser objeto
de una acción semejante y tres veces él respondió que "ahora no", que "en
este momento" no creemos que sea necesario. Nunca dijo que no pueden
hacerlo, de modo que ahora nosotros, un pequeño país que está a noventa
millas de la única superpotencia, recibe la noticia de que en este momento
no va a ser atacado por la cohetería de la gran potencia.

Y si mañana, y si en una ulterior entrevista informa que ya llegó el
momento, y al mismo tiempo estamos viendo personas en altos cargos que no
cesan de repetir que este país es una amenaza para la seguridad nacional de
Estados Unidos por la posibilidad hipotética de ser una amenaza en el
futuro, imagínense ustedes el que ya hace todo esto sin que nadie lo
castigue cómo no actuaría frente a una amenaza, dicen ellos, real a noventa
millas de su territorio. En el contexto de un mundo en el que se trata de
justificarlo todo en nombre de una llamada guerra contra el terrorismo.

Pero tengo que decir que lo que agrava los desafíos que enfrenta Cuba es
precisamente que contra ella no sólo se impone un bloqueo económico, una
incesante campaña de propaganda hostil, contra ella se practica también el
terrorismo. Con relación a esto, yo los invito a que busquen documentos
oficiales que no han sido publicados, aunque son accesibles. Hubo un proceso
judicial en la ciudad de Miami contra cinco cubanos condenados por el hecho
de haber penetrado a grupos terroristas que operan desde allí contra Cuba.
Desde la acusación inicial hasta las sentencias y hasta el día de hoy que
están cumpliendo esas sentencias, que incluyen varias cadenas perpetuas,
toda la motivación de las autoridades norteamericanas, o sea, de la fiscalía
general de los Estados Unidos fue castigarlos porque habían penetrado a los
grupos terroristas, fue para proteger a esos grupos terroristas.

Y les decía, más bien les preguntaba, busquen los documentos oficiales de la
fiscalía, presentados al tribunal de la Florida, de Miami, lean las actas de
este juicio y lean las peticiones de sentencia que por escrito presentó el
gobierno de los Estados Unidos a través de la fiscalía, lean por ejemplo lo
que se puede encontrar en la página cuarenta y dos del acta del tribunal
federal de Miami, del día catorce de diciembre del año 2001, página cuarenta
y dos.

Voy a leer: "Whether terrorism is committed against innocents in the United
Status or Cuba, Israel or Jordan, Northern Ireland or India, it is evil and
it is wrong; but the terrorist acts by others cannot excuse the wrongful and
illegal conduct of this defendant or any other".

¿Cuál era la conducta ilegal de este acusado?

¿Quién era este acusado?

El acusado que el 14 de diciembre del año 2001 iba a ser sentenciado por el
tribunal de Miami, era un joven cubano que había nacido en los Estados
Unidos, por lo tanto, un ciudadano de los Estados Unidos, que actuando a
nombre de su pueblo, actuando como un representante de la revolución cubana
se había infiltrado en esos grupos terroristas.

¿Cuál fue su error? Que no fue a la fiscalía general a inscribirse como un
agente cubano que estaba haciendo eso, eso es ". wrongful and illegal
conduct." pero a juicio de la fiscalía y del tribunal de la Florida tan malo
como el terrorismo, tan malo como el crimen terrorista es el no inscribirse
ante el departamento de justicia como un agente extranjero cuya misión es
precisamente descubrir a los terroristas.

Este joven fue condenado, fue acusado, solamente, solamente, es su único
cargo de haber sido un agente del gobierno cubano y no haberse inscrito como
tal y que como tal agente su misión era penetrar a los grupos terrorista
para tratar de saber de sus planes terroristas contra Cuba para alertar a
Cuba y tratar de evitar esas acciones y salvar vidas.

La fiscalía del sur de la Florida, el fiscal del distrito sur de la Florida
en aquella época por escrito le solicitó al tribunal que le impusiera la
máxima condena posible, 15 años de cárcel. Pero además, y está en las actas,
argumentó, explicó por qué además de imponerle la máxima sentencia posible
que son 15 años había que castigarlo de una manera adicional y está en el
acta. Las palabras del fiscal fueron más o menos estas: ustedes han visto
este hombre cómo se expresa. Ustedes tienen a un hombre joven, dentro de 15
años va a salir a la calle y como nació aquí es ciudadano norteamericano por
nacimiento y no lo podemos expulsar entonces hace falta un castigo que se le
aplique después que cumpla su condena cuando vuelva a ser libre. Y el
tribunal se lo impuso.

René González, ciudadano norteamericano por nacimiento fue condenado el 14
de diciembre del año 2001 a 15 años y a esto que les voy a leer. A esta
condición especial que le impusieron para después de los 15 años y leo,
página 45 del acta correspondiente al 14 de diciembre del 2001. Cito: " As a
further special condition of supervised release the defendant is prohibited
from associating with or visiting specific places where individuals or
groups such as terrorists, members of organizations advocating violence, and
organized crime figures are know to be or frequent".

Se le impuso la más elevada sentencia posible y además la prohibición de
vincularse o acercarse por los lugares donde según la fiscalía, según el
tribunal, "se sabe que están grupos e individuos" que ellos mismos definen
como "terroristas". En este momento en Estados Unidos hay varios ciudadanos
norteamericanos condenados a esta insólita sanción y esto no ocurrió en la
prehistoria, esto fue el 14 de diciembre del 2001, tres meses después del
horrendo ataque contra las torres gemelas, tres meses después de aquel
fatídico 11 de septiembre, tres meses durante los cuales el presidente Bush
correctamente no se cansaba de decir "los que protegen a un terrorista son
tan culpables como el terrorista mismo".

¿Cuántas veces no escucharon ustedes esto en la televisión norteamericana?

¿Cuántas veces no escucharon decir eso al presidente del los Estados Unidos?

Bueno, ¿quiénes son los que protegen a terroristas, los que saben dónde
están y qué lugares frecuentan?

Pero, en vez de detener a los terroristas, castigan a un norteamericano con
esta prohibición especial de que no se vaya a acercar por los lugares donde
están o frecuentan los individuos o grupos terroristas. Yo me he tomado la
libertad de hablar de este caso en particular después de haber revisado los
"policy statements", todos ellos relacionados con los intereses de ustedes
por la preservación de la familia, por la protección de la infancia.

En uno de esos documentos leí esta frase que me motivó a hablarles de este
caso, dice así: " Children, even infants, who have been separated from their
birth familias, grieve over the loss throughout their lives", lo cual es
evidente.

Yo les hablé de cinco compatriotas nuestros que hoy guardan prisión en
Estados Unidos por este delito, por este crimen de combatir al terrorismo,
sus familias son cubanas y viven en Cuba, tienen hijas e hijos menores de
edad, algunos de los cuales han podido visitarlos una vez el año pasado, una
vez este año porque para hacerlo necesitan obtener una visa de los Estados
Unidos.

Para obtener esta visa muchas veces hay que esperar varios meses. Las
madres, las esposas, los hijos menores de estos compañeros trabajosamente
algunas de ellas han podido ir ya a ver a sus padres, sus esposos o a sus
hijos allá en Estados Unidos pero a René González, el joven que fue
condenado a 15 años más la insólita prohibición de acercarse a los lugares
donde ellos dicen que están los terroristas, René González, que es ciudadano
norteamericano por nacimiento, no ha podido recibir la visita de su hija
Ivette González que también nació en los Estados Unidos, que también es
ciudadana de los Estados Unidos por ese motivo. Desde que Ivette tenía medio
año de vida, Ivette acaba de cumplir 5 años de edad, el gobierno de los
Estados Unidos en este caso en particular le ha negado a la esposa de René
la posibilidad de visitarlo y por supuesto de llevar la pequeña hija de
ambos que es, repito, ciudadana también de los Estados Unidos.

¿Por qué?

¿Qué justifica imponerle a la esposa y en particular a esta niña ese
castigo?

¿Qué hizo?

¿Se infiltró acaso en algunos de los grupos terroristas a los dos meses de
edad?

¿Era un peligro para los Estados Unidos a los cinco meses de vida?

¿Lo es hoy, cuando apenas tiene cinco años de edad?

¿Por qué imponerle un castigo por el cual ella va a sufrir a lo largo de
toda su vida e imponérselo a un ciudadano norteamericano que ha sido
castigado a 15 años de cárcel y a la prohibición de acercarse por los
lugares donde el gobierno de Estados Unidos sabe que están los terroristas?

Además de esos castigos, está la prohibición de volver a ver a su hija, es
un castigo especialmente cruel, obviamente inusual que corresponde
justamente con la definición clásica de lo que es la tortura. El amor de la
fiscalía general por sus terroristas puede llevarlos a esto. Pero cómo
justificar el castigo a una niña de cinco años, de cinco meses, de un año,
de dos, de tres, de cuatro, porque se ha pasado cinco años sufriendo esta
arbitraria privación del contacto con su padre,

¿Qué argumentos legales, éticos o políticos puede justificarlo?

Obviamente ninguno. Lo único que como de esto se sabe muy poco y que seguro
que pocos de los que están aquí habían oído hablar de esto, como cuentan con
la ventaja de que en los grandes medios no aparece, de esto no se habla, se
puede realizar un crimen semejante.

René González no es negro, como no lo son ninguno de sus cuatro compañeros.
No es porque en Cuba no haya muchos cubanos de origen africano, muchos
negros capaces de realizar las mismas acciones heroicas de ellos, es que
sencillamente esta misión no la puede cumplir un cubano negro porque
infiltrarse en los grupos terroristas de Miami es infiltrase en grupos de
blancos racistas.

Era absolutamente inconcebible que un compatriota nuestro de piel oscura
fuera a tratar de penetrar en los grupos de los descendientes de aquellos
que prefirieron tratar de convertir a Cuba en parte de los Estados Unidos
para preservar la esclavitud.
Pero René González tiene el alma y el corazón negros.

René González como otros de sus compañeros peleó en África por la libertad
del hombre negro, peleó en Angola, es uno de los héroes de la guerra de
resistencia del pueblo angolano contra los racistas sudafricanos. Él no solo
es héroe hoy, habiendo penetrado esos grupos terroristas, no solo es héroe
hoy afrontando el rigor de la cárcel y la injusticia. Él fue héroe cuando
era muy joven allá en el sur de Angola enfrentando el poderoso ejército de
los racistas y contribuyendo con sus otros compañeros de prisión hoy y
muchos otros jóvenes cubanos a la derrota del apartheid por primera vez y a
la independencia de Namibia y a permitirle a Angola poner fin a una
devastadora guerra que mató a muchos y destruyó a ese país.

Hace poco una organización internacional por razones puramente humanitarias
le dijo al Fiscal General de los Estados que independientemente del problema
con Cuba, de lo que piensen de esas personas, esa niña tiene derecho a ver a
su papá y ese hombre tiene derecho a recibir a su esposa, a que se ponga fin
a esta absurda prohibición. Amnistía Internacional ha enviado varias cartas
en ese sentido y acaba de recibir una respuesta. Una respuesta donde reitera
el gobierno de Estados Unidos que a esas mujeres no les da las visas y que
se las seguirá negando.

¿Quién firma la carta?

Un señor que lleva el nombre de Guy Lewis actualmente Vice Fiscal General de
los Estados Unidos y que en el año 2001 era el fiscal del distrito sur de la
Florida. Parece que por sus grandes éxitos en lograr el castigo de estos
muchachos fue promovido y ahora es nada más y nada menos que uno de los
colaboradores más cercanos del Fiscal General de los Estados Unidos hasta el
punto que la comunicación que Amnistía le envía la responde en su nombre el
señor Guy Lewis, el mismo que pidió el castigo máximo para estos jóvenes, el
mismo que se empeño en proteger a los terroristas que existen en Miami, el
mismo que siendo jefe de la fiscalía de la ciudad de Miami sabía quiénes
eran los terroristas, sabía dónde estaban, sabía qué lugares frecuentaban
pero nunca fue a arrestarlos, nunca fueron a procesarlos a pesar de todo lo
que decía al mismo tiempo el presidente Bush con relación a los que apoyan a
los terroristas y llegó al extremo de pedir y obtener un castigo especial
para estos jóvenes que garantiza la protección ulterior de esos terroristas.

¿Qué significa eso para Cuba?

Pues lógicamente que vivimos bajo la amenaza de que esos grupos y esos
individuos sigan promoviendo el crimen, provocando pérdidas de vida, sigan
actuando contra los intereses de nuestro pueblo y el interés supremo que es
el derecho a la vida. No solamente ahora sino que sabemos que dentro de 15
años habrá alguien en Estados Unidos castigado con ese extraño castigo.
Dentro de 15 años habrá lugares que serán frecuentados por individuos o
grupos terroristas y que la fiscalía lo sabrá y que frente a esto no hará
nada.

Esto es parte de la compleja situación que encaramos hoy y que nos obliga al
mayor esfuerzo. Parte de ese esfuerzo, estamos muy conscientes los cubanos,
defensa de la patria, es el perfeccionamiento de la sociedad. Es hacerla más
justa, cada vez más justa, cada vez más igualitaria, hacerla un lugar donde
cada vez sean mejores las oportunidades para todos, las posibilidades de la
cultura, el desarrollo espiritual y del mejoramiento material de todos
incluyendo a los que fueron relegados por la historia, incluyendo a los que
enfrentan situaciones particularmente adversas por razones genéticas o
familiares, por una enfermedad de cualquier tipo. Nos esforzaremos por hacer
este país cada vez más justo, por hacer nuestra sociedad cada vez más
solidaria y en esta labor cumplen una misión de vanguardia esos jóvenes que
hoy nos acompañan y muchos otros jóvenes que actúan junto a ellos y muchos
más que se incorporaran a esta batalla.

Es por eso que para nosotros es tan gratificante y tan honroso recibirlos a
ustedes en nuestro país, compartir con ustedes nuestras experiencias,
conocer vuestras opiniones, vuestras impresiones de lo que vean, de lo que
estamos haciendo. Las tomaremos con la apertura con que el hermano recibe la
opinión, la sugerencia de su hermano. Nosotros somos un pueblo que hemos
tenido que vivir una larga historia de resistencia frente a los que desde el
norte a lo largo de los siglos trataron de negarnos el derecho a la
libertad, los que impusieron esa Enmienda a la Constitución que ya mencioné,
que los cubanos rechazaron, jamás permitiremos la intervención de nadie en
nuestros asuntos, jamás aceptaremos la custodia extranjera de nadie, jamás
aceptaremos regresar a la servidumbre, pero al hermano, al amigo, como se
pueda definir, abrimos la muralla. La cerramos para el agresor pero la
abrimos para el hermano, la abrimos para el amigo. Bienvenidos a su casa.
Siéntanse en su propio hogar, siéntanse en libertad para profundizar, para
conocer nuestro país, para opinar, para darnos vuestras sugerencias,
vuestros criterios, actúen como tienen que hacerlo, como hermanos y hermanas
que son.

Bienvenidos una vez más y mucho éxito. Muchas gracias.

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Ricardo Alarcón de Quesada

Ricardo Alarcón de Quesada

Doctor en Filosofía y Letras, escritor y político cubano. Fue Embajador ante la ONU y Canciller de Cuba. Presidió durante 20 años la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba (Parlamento).