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Una pandemia silenciosa (+Video)

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Imagen: Osval.

Ella aprendió que él controla, manda, mantiene económicamente. A los primeros cuestionamientos, críticas y exigencias no les dio importancia. Luego llegaron sus primeras respuestas y entonces la ira y amenazas aparecieron: “Si no eres mía, no serás de nadie”, se cansó de gritarlo a los cuatro vientos.

Pasadas muchas tormentas, ella logró cerrar la puerta. Mas, en una fría madrugada, él supo encontrar una fisura. Regresó la tempestad por unos instantes. Un chasquido filoso devolvió el silencio, ahogado por el olor a fin de año.

No es una ficción. Resulta apenas uno de los ejemplos que integran la cifra de casos de un problema social: asesinatos de mujeres y niñas por el hecho de serlo, resume Tachi Arriola Iglesias, experta ecuatoriana en el estudio de ese fenómeno con raíces que van desde lo individual hasta lo colectivo.

Su existencia ha llegado más por titulares foráneos que por los hechos ocurridos en el escenario nacional. Sin embargo, tema tabú al fin, durante años en Cuba solo emerge a la luz pública cuando instituciones y organizaciones abogan por asumir políticas con perspectiva de género o la denuncia de un hecho revuelve las redes sociales; una verdadera deuda si hasta en el discurso de clausura del VIII Congreso del Partido el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez reconoce la existencia de ese fenómeno en nuestro país.

Tal contradicción motivó a Escambray a lanzarse a la investigación para auscultar un fenómeno que, en Sancti Spíritus, de forma fría, resume no pocos hechos en los últimos tiempos: dos en el 2020, cuatro en el 2019 y dos en el 2018, según estadísticas del Grupo Provincial de Medicina Legal. Y, aunque en comparación con otros delitos y el número de habitantes esas cifras no marcan tendencia, mucho menos si se cotejan con las del resto del continente, sí mueven el debate y desvelan.

“Con que exista un solo caso ya es preocupante —afirma Marcel Díaz Ramírez, profesor de Derecho Penal de la Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez—. El sistema social y político tiene que ser capaz de identificarlo para prevenir y así evitar la muerte de una mujer”.

“Fueron las feministas anglosajonas quienes introdujeron el concepto de femicide —añade la investigadora ecuatoriana— y en América Latina la mexicana Marcela Lagarde, continuando con Diana Russell, lo tradujo como feminicidio para calificar a los crímenes de Estado y añade un concepto clave: la impunidad. Declara que es el Estado el obligado a garantizar a las mujeres el derecho a la vida, a la no violencia, a la integridad personal, igualdad y la no discriminación”.

A su juicio, es necesario reconocer sus diferencias con el término femicidio: “La propia Lagarde señala que es una voz homóloga a homicidio y solo significa asesinato de mujeres víctimas de cualquier acto delincuencial”.

Intentar calcar con precisión el término feminicidio a la realidad cubana resulta complicado. Con solo leer el Capítulo I del Título V de la Constitución de la República de Cuba: “El Estado propicia el desarrollo integral de las mujeres y su plena participación social. Asegura el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos, las protege de la violencia de género en cualquiera de sus manifestaciones y espacios, y crea los mecanismos institucionales y legales para ello”, se comprende por qué no se nos ajusta la nomenclatura que se maneja en gran parte del orbe.

Sobre esas particularidades, la socióloga Lisbet Muro García alerta: “Los asesinatos no son impunes porque se juzgan, pero lo mejor sería que no ocurrieran gracias a prácticas y estrategias públicas. Por eso pienso que es necesario categorizarlo como un delito, pues creo que el fenómeno pasa desapercibido”.

Y es que los asesinatos a mujeres y niñas por esa condición no encuentran reconocimiento ni respaldo legal en ningún documento oficial. Fue noticia en el 2019, cuando nuestro país publicó, por vez primera, en el Informe Nacional sobre la implementación de la Agenda 2030, la incidencia en el 2016 del término femicidio.

La Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) no revela números que permitan conocer el comportamiento de ese problema social, y el Anuario Estadístico de Salud solo incluye las muertes por agresión por sexo (1 305 mujeres entre 2010 y 2019). Si bien dichos datos facilitan un acercamiento a la cantidad de cubanas fallecidas por causa violenta, no posibilitan conocer cómo se produjeron ni si estas muertes son el resultado de alguna forma de violencia de género o de otro hecho delictivo.

También es tendencia que la cifra de muertes de hombres supera la de mujeres, según las estadísticas nacionales y provinciales. En su mayoría, los varones pierden la vida en manos de personas de su mismo sexo. En cambio, las cubanas lo hacen, casi siempre, víctimas de sus parejas o exparejas. Fue tal vez por eso que nuestro país declaró en el 2016 al Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe que su incidencia fue de 0.8 casos por cada 100 000 cubanas mayores de 15 años.

Ello responde a lo revelado en ese propio año por la Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género, liderada por el Centro de Estudios de la Mujer de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y el Centro de Estudios de Población y Desarrollo (CEPDE) de la ONEI: el 39.6 por ciento de las pesquisadas y el 43 por ciento de los varones estimaron que la agresión es un problema interno de la pareja y que nadie debe inmiscuirse.

“En Sancti Spíritus ha sido frecuente que las fallecidas han formado parte de una relación de pareja disfuncional y prima la utilización de arma blanca con ensañamiento”, explica Mislady García Hernández, especialista en Medicina Legal desde el 2011.

Mas, el fenómeno puede aparecer en otros contextos como el familiar y público. Por ello, en nuestro país instituciones como la FMC, el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) y la Campaña Evoluciona lideran acciones diversas para erradicar la llamada “pandemia silenciosa”.

Incluso, varios de los debates han pedido, sin medias tintas, que el término se tipifique en el Código Penal, el cual no tiene hoy una visión diferenciadora para los casos de violencia por motivos de género.

De hecho, ni el profesor Marcel Díaz Ramírez ni María Esmeralda Pérez Pérez, jefa del Departamento de Proceso Penal de la Fiscalía Provincial de Sancti Spíritus, consideran necesario realizar cambios al respecto en el sistema jurídico penal.

“Aunque no hay distinción, el tribunal sí valora circunstancias y repercusión del hecho, lo que permite hacer una adecuación de la sanción. La protección a la mujer siempre está presente. Incluso, ha sido tendencia que los comisores no declaren y los testigos rechacen enérgicamente lo ocurrido”, aclara la fiscal.

“Cada caso es único, por tanto, tiene que analizarse como tal. Tenemos que ser más consecuentes con las circunstancias agravantes, las cuales te permiten distinguir, por ejemplo, si se cometió el delito con abuso de poder o después de haber sido objeto de una advertencia oficial”, acota el profesor.

Igualmente coinciden en que la solución del fenómeno no está al dictar sentencia, sino en un trabajo preventivo, de sensibilización y educativo, desde los órganos estatales judiciales, la familia y la sociedad.

“En el Departamento de Atención a los Ciudadanos de la Fiscalía se atiende a aquellas mujeres que reclaman sus derechos vulnerados. Incluso, cuando ocurre un hecho delictivo donde hay una involucrada o sea víctima, la familia es nuestro centro de atención. Desde aquí se proponen acciones a los organismos que tienen que dar seguimiento a cada caso y se controla su cumplimiento. También hemos recibido a víctimas de amenaza —delito tipificado en el Código—, fundamentalmente, por existir discrepancia entre las relaciones interpersonales entre ellas y el victimario. No obstante, muchas veces por la propia presión social, familiar y sentimental, piden que no se continúe con el proceso. Nos enfrascamos, entonces, en buscar elementos probatorios del hecho con otros testigos y solo cuando no se encuentran es que se archiva”, alega María Esmeralda Pérez.

“Hay que ser consecuentes, porque quizá algunos de los sucesos ocurridos tuvieron advertencias previas, pero no se les dio un seguimiento adecuado. La ciudadanía tiene que exigir siempre sus derechos”, insiste Díaz Ramírez.

En comunión se vive mejor

Al principio las rosas rojas y mensajes cariñosos al celular adornaron sus días. En la primera llegada pasado el horario de trabajo una mueca de disgusto la recibió. No demoraron en añadir ofensas, manotazos al aire, que luego se posaron en su cuerpo. Cero salidas sola y mucho menos conversaciones sin su presencia.

La alegría poco a poco se ahogó por la tristeza, hasta que una tarde las mismas manos que la hicieron flotar de placer se apretaron alrededor de su cuello.

Este es otro de los hechos que en predios espirituanos revelan el trasfondo del femicidio: la histórica relación de poder social entre hombres y mujeres, donde el rol masculino es superior y, por tanto, su intención es dominar; cánones y roles de la ideología hegemónica patriarcal que subordinan al ser femenino.

“El desafío está, para uno y otro sexos, en revaluar las concepciones que hoy sostienen a las instituciones sociales: familia, escuela…, a fin de educar y formar, según los códigos de la igualdad y la equidad”, expresa Muro García.

Y aunque hoy encontramos muchas mujeres empoderadas y hombres que no discriminan —gracias en buena medida a las políticas de la Revolución cubana, la misma que acaba de aprobar el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres—, también están quienes reproducen los estereotipos sin darse cuenta, sin intención de ser víctimas o victimarios.

“Se transversaliza desde el componente cultural. La persona puede entender que tiene derecho a transgredir la intimidad e individualidad de la otra, sobre todo si lo aprendió en las primeras edades —reflexiona Nailé Wert Coello, máster en Sexualidad—. Socialmente estamos condicionados a que la mujer debe ser dócil, buena esposa y madre, mientras que el hombre es fuerte, lleva la voz del mando. Y, en el caso de la violencia, es un patrón que se reproduce”.

Una mirada exhaustiva a este tipo de hechos en Sancti Spíritus alerta sobre algunas coincidencias: predominan autores y víctimas jóvenes y han convivido por largos períodos en relaciones disfuncionales.

“La violencia dentro de la pareja tiene un ciclo que en cada fase se agudiza. Lo que empieza por la violencia psicológica puede terminar en agresión física, violación sexual o en la última fase: el asesinato. Esta no se enfrenta con más violencia. Se precisa buscar ayuda, tanto en los centros de atención de la salud como en los órganos policiales y judiciales. Además, las familias de las víctimas necesitan del acompañamiento de especialistas para superar la etapa de duelo”, refiere Wert Coello.

Igualmente, la especialista alerta sobre otro indicador: los sucesos ocurridos aquí predominan en zonas rurales.

“No podemos olvidar que el contexto interviene en la construcción de los seres sociales a la hora de ser capaces de enfrentar determinada situación. Pero, este fenómeno no se circunscribe a una edad, nivel escolar, contexto, color de la piel”, insiste.

“De ahí la importancia del trabajo comunitario con la participación de los organismos del Estado, organizaciones de masas, familia y escuela para crear espacios de intervención con sus propios actores sociales, así como implementar políticas de género para fomentar servicios de información, sensibilización y educación”, opina Muro García, profesora universitaria.

En ese sentido, desde 1997 la FMC actúa como coordinadora del grupo de trabajo que a nivel nacional enfrenta la violencia contra las mujeres y las niñas. En territorio espirituano ha protagonizado muchas acciones, aunque siempre serán insuficientes, de acuerdo con Belquis Díaz Jiménez, secretaria general de la organización en la provincia.

“Insistimos en el trabajo en los sectores más vulnerables porque aún nuestra Casa de Orientación a la Mujer y la Familia no es reconocida mucho más allá del espacio físico. Por tanto, es ínfima la cifra de personas que buscan la ayuda de nuestros especialistas. También tenemos que capacitar mucho más, desde la base de nuestra organización hasta el recurso humano que labora en las instituciones y órganos responsables de detectar y conducir, sin revictimizar, tanto a las víctimas de violencia como a sus familias. Por ello, no considero que sea necesario crear centros de atención especializados, sino exigir que los organismos competentes denuncien, enfrenten y acompañen”.

Reconoce, además, que los medios de comunicación son imprescindibles en esta batalla. A lo que Lirians Gordillo Piña, periodista de la Editorial de la Mujer, suma que debe ser considerado como un caso de interés para las agendas mediáticas.

Con tales opiniones, algunos datos y los evidentes deseos de hacer, este problema social se coloca en Sancti Spíritus como un asunto público y permite analizar los cambios que se necesitan para despojar del imaginario social la histórica tolerancia hacia las expresiones de desigualdad entre hombres y mujeres. Por supuesto que requerirá de mucha constancia, sistematicidad y exigencia desde la esfera gubernamental y el seno familiar, con estrategias de sensibilización, educación, prevención y enfrentamiento.

Afortunadamente, a diferencia de otras partes del mundo, tenemos a favor la voluntad de un país para voltear, de una vez y por todas, el rostro a esta pandemia silenciosa.

En video, "Si no eres mía, ¿no serás de nadie?":

(Tomado de Escambray)

Se han publicado 20 comentarios



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  • Jesús dijo:

    La existencia de una cultura machista, el sentimiento de "propiedad" de una pareja hacia la otra, "Mí mujer" en vez de "mí pareja", lo cual deja por sentado que es mía, de mi propiedad. Súmele, la relación patriarcal en la vivienda desde el nacimiento, la desintegración de valores éticos, morales, culturales, en una sociedad que independiente de contar con la gracia de una educación gratuita, esta se ha visto disminuida en valores en los últimos años, lo cual es causa y efecto de la grave situación económica, adicionada ahora a la pandemia, que ha desencadenado trastornos psicológicos en la familia, y sobre todo en la mujer, que sigue siendo el ente principal en la atención y resolución de la vida cotidiana dentro del hogar. Al margen de un incremento en la desfachatez y vulgaridad de mujeres jóvenes, y no tan jóvenes, que en ocasiones ofenden y emplazan a los varones, incluso en público, lo que añade un estímulo a la violencia. Tantos años de educación gratuita, se han ido yendo por el caño de la desidia y la vulgaridad, que alcanza también a la cultura, con manifestaciones de "arte" joven o de "arte" independiente, más propias de una tribu que de una sociedad civilizada.

    • Sy dijo:

      Jesus con su comentario podemos dar Fé de la cultura machista de nuestra sociedad...."Al margen de un incremento en la desfachatez y vulgaridad de mujeres jóvenes, y no tan jóvenes, que en ocasiones ofenden y emplazan a los varones, incluso en público, lo que añade un estímulo a la violencia"; La desfachatez y vulgaridad que se ve en nuestra Sociedad no es exclusivo del sexo femenino, me da pena cada vez q se culpa a la mujer por las acciones de los hombres, cuando el respeto es mutuo; tengo 36 años no tengo una pizca de desfachatez ni vulgatidad en mí, verdad que no soy tan joven y no puedo contar las veces que he sido abordada en la calle por la vulgaridad y desfachatez del género masculino...; la vulgaridad y la desfachatez en nuestra sociedad no tiene género y si mucha ignorancia...

    • la pluma dijo:

      Ese comentario suyo, en realidad es tan machista, misógino y horrendo como el peor. Al final usted dice que la culpa de los feminicidios también es de las mujeres por su desfachatez y vulgaridad...qué me cuenta? Me dice que hacer lo que los hombres han hecho en público durante años, es una de las razones por las que nos asesinan y que deberíamos ser más calladitas y sumisas para que no nos den una puñalada, por herir la siempre en detrimento virilidad del machito. Lo dice como si fuera algo exclusivo del género femenino, la verdad es que somos tan vulgares como pueden ser los hombres y no por eso los matamos. Las víctimas son los hombres, porque se sienten desafiados porque somos unas vulgares que hieren su hombría en público, y a los pobres no les queda más remedio que darnos "unos piqueticos" para que ocupemos nuestro lugar. SHAME!!!

  • Ghost dijo:

    Pienso que la violencia hacia mujeres y niños deberia ser acogida por el Codigo Penal Vigente, pies a mi opinion y como antiguo oficial de homicidios muchas veces las victimas no denuncian los hechos porque no se sienten lo suficientemente protegidas, muchas veces tienen miedo de ir a las autoridades y que despues como dice el refran sea peor el remedio que la enfermedad. Pienso que aunque no abunde mucho este delito, si abunda el abuso sobre la mujer y muchas veces ni siquiera los vecinos podemos intervenir porque no es un Delito tipificado en ley, pienso que este tema se deberia llevar mas a profundidad y abordarlo en el Codigo Penal, pero abordarlo de tal forma que la víctima no sea la unica capaz de denunciar sino un vecino, un amigo un padre algun factor que casi siempre son los que se percatan de estos hechos. Ejemplo en Estados Unidos este tipo de hechos es muy comun y como no esta en ley abunda mucho el feminicidio, debria valorarse por nuestros jirostas proteger mas a esa pequeña cantidad de mujerea que son abusadas.

  • Curiosity killed the cat dijo:

    Desafortunadamente es un flagelo presente y en aumento en nuestra sociedad.

  • Justo dijo:

    Hoy en día a pesar de todos los derechos e igualdad que existen entre la mujer y el hombre, siguen las mujeres con la mentalidad de estar bajo la protección economica del sexo masculino, siguen escojiendo para su vida y fijándose sólo en el poder adquisitivo, en que si tiene carro, si vive en otro país, ect, si dejarán de fijarte dio en eso, muchos actos de violencia hacia ellas se evitarían,siempre hay q dedicarle un tiempo a conocer más a la futura pareja y no irse rápido con la de trapo.

  • Uno ahi... dijo:

    Yo lo digo y lo repito y no es matraca mia: el feminicidio no existe!! Existe el asesinato!! Que caiga todo el peso de la ley sobre los asesinos, sin diferenciar el sexo de la victima. Lo verdaderamente preocupante en estos casos es por que, despues de haber hecho las denuncias, la policia no actuo a tiempo? En el juicio del asesino deberian enjuiciar tambien a los encargados de darle seguimiento a esas denuncias.

  • Manuel dijo:

    Triste ejemplo.
    Pero no justifica a verdadera pandemia llamada IDEOLOGÍA DE GENERO

  • ramon dijo:

    "Y es que los asesinatos a mujeres y niñas por esa condición no encuentran reconocimiento ni respaldo legal en ningún documento oficial."
    ¿Y qué se pretende, que los asesinatos sean respaldados por alguna ley?
    Hay que ver cómo se escribe.

  • margarita dijo:

    Tengo 60 años y de ellos sufri violencia descarnada 9.Todavia no he podido determinar cuando comenzo,solo se q vivi un infierno.En aquella epoca no existia la vision y proteccion actual.Gracias a Dios q pude salir aunque con marcas fisicas y psicologicas

  • Carlos Manuel dijo:

    Buenos dias para mi un tema primordial y bien tratado por la especialista y muy poco tratado en estos tiempos de pandemia. Yo soy licenciado en sociología y me tema de tesis para graduarme fue la violencia intra familiar conra la mujer y desde el 2008 se esta hablando del tema pero nunca se había tratado hací de frente y sin perjuicios soy de la opinión que se debe seguir tratando el tema en la escuelas, universidades e instituciones además de las comunidades donde existen estas violaciones de forma muy callada. Saludos y felicitaciones a la compañera Lisandra

  • Yeyo dijo:

    La violencia contra la mujer tiene mucho de actitudes machistas que aún perduran en nuestra sociedad, pero su basamento refleja la existencia de mujeres que no son económicamente independientes. Alardeamos de tener un país con alto nivel educacional y ?????? Para que la prensa y el gobierno se preocupen, persiste el bajo nivel de independencia de la mujer.
    La subordinación femenina tiene sus raíces en la falta de independencia económica y en el deseo de vivir mantenida aunque la vida le lleve un poquito de la mano y corriendo. Nada, mañana a el se le pasa, hoy disfrute y logre alcanzar mis objetivos.

  • lmg92 dijo:

    Este tema es muy sensible por todo lo que conlleva. Ya es hora de que deje de estar en las sombras, que se haga mas publico, que se hable de el en los medios de comunicación. Basta de seguir queriendo tapar el sol con un dedo, es una realidad que en cuba eso es un problema. Pero peor seria seguir manteniendo ese tema en silencio, un país como este necesita que los medios oficiales den los datos e información real y sin tabúes. Nuestras mujeres se lo merecen

  • David dijo:

    Pienso que el tema esta en el tintero en estos momentos, pero no basta con repetirlo una y otra vez en los medios.
    Tenemos que cambiar el sistema que no funciona. Me refiero a la forma en que instituciones, sistema judicial, organos policiales y sociales actuan y resuelven la situacion.
    Conozco casos en que el propio sistema propicia la descriminacion.
    La policia dice que no se puede meter porque eso es entre la pareja, la FMC recibe denuncias pero solo puede arengar a las partes, el sistema judicial no actua, en fin lo mas pernocioso del acoso es que la mujer no puede quitarselo de arriba y ahi vienen las salidas sangrientas.
    La cuestion es tan desoladora que inclusive las propias autoridades, en algunos casos femeninas, recomiendan a la abusada volver a la relacion porque el pobre esta enamorado y no puede refrenar sus sentimientos machistas.
    Esto solo se resolvera cuando los abusadores sepan que el abuso cuesta y cueta caro.
    La supuesta civilidad no se logro en algunos paises dando conferencias o criticandolo en los medios, se logro con medidas coercitivas que hicieron que el acto fuera tan costoso que no valia la pena probar.

  • HKP dijo:

    Qué barbaridad!!! En nuestro país(Cuba), esta situación está presente en todas las provincias, sin embargo nuestros medios no las divulgan, quizás por el hecho de evitar el "sensacionalismos" que alarma a la sociedad. Pero creo que de alguna manera u otra esos hechos debemos darlos a conocer, así como también qué hace nuestro sistema judicial al respecto de los hombres que cometen ese feminicidio. Vivan nuestras nuestras mujeres y niñas!!!

  • Olga Lidia dijo:

    Gracias a la Revolución,en Cuba no tenemos violencia de género.

  • Yudith Laura Ferreiro Fuentes dijo:

    En Cuba este es un tema atendido desde diferentes instituciones y organizaciones desde el trabajo preventivo, la educacación ciudadana y jurįdica, entre ellas se destacan la FMC, la Fiscalía, los Medios de Difusión Masiva. Pero es necesario continuar trabajando desde la educación familiar y de la sexualidad temas relacionados con el respeto en las relaciones de pareja, autoestima , derechos sexuales entre otros como parte de los valores y condiciones de educación familiar para propiciar una convivencia feliz.Es importante que las personas que estén viviendo episodios de violencia en sus relaciones de pareja busquen ayuda profesional en las Casas de Orientación a la Mujer y las Familias o en otras instituciones especializadas.

  • Ideología_de_Género_NO dijo:

    Sin dudas éste es un excelente artículos, a medias tintas en muchos aspectos pero que con pocas palabras nos permite resumir algunos puntos de vista importantes que para mí, que soy un luchador en contra de la ideología de género me parecen geniales que por fin alguien con acceso a los medios de comunicación los diga aunque sé que al final todo lo que se dice es para apoyar esta tal ideología, pero me alegra que en este caso el artículo sea más real, más eficiente y defienda a la mujer sin tener que mentir o exagerar las realidades de cuba. Muchas felicidades.
    Aprovecho para resumir los aspectos que me parecieron los mejores:
    1- El estado cubano por medio de los organismos pertinentes no publican y dan a conocer las estadísticas necesarias para que toda la población pueda conocer los índices reales de violencia y homicidios en todo el país y con ello brindar más elementos la discusión de la existencia o no de feminicidios en cuba.
    2- Las pocas estadísticas a la que se hacen referencias en este artículo hablan de dos hechos en 2020, cuatro en 2019 y dos más en 2018 solo en la provincia de Sancti Spíritus, lo cual representa el 0.16% del total de habitantes en esta provincia, un por ciento muy bajo e insignificante pero que aun así la autora de este artículo dice “no pocos hechos”, lo cual muestra de las exageraciones que se hacen en los medios para intentar darle relevancia a este tema que no lo tiene.
    3- Se hace un excelente análisis del concepto real de la mal usada frase “feminicidio” dejándose en claro que la muerte de una mujer por cualquier causa NO ES FEMINICIDIO, en las estadísticas se hace necesario analizar la causas reales pues feminicidio es el asesinato de una mujer por el hecho de ser mujer, es decir, odio al género femenino.
    4- Se reconoce que las muertes de hombres son cifras mayores que las muertes de mujeres, pero se nota que no se hace relación a las cifras de aquellas muertes de hombres a manos de mujeres y mucho menos por eso se le llama masculinicidio aunque el término tampoco existe desde el punto de vista penal, lo cual evidencia que no hay tal igualdad de género incluso desde el punto de vista de las luchas feministas.
    5- Se reconoce que las mayores causas de muertes de mujeres en manos de hombres está relacionados por problemas de parejas disfuncionales y temas similares, NO relacionadas con el odio de género, lo cual nos hace preguntarnos ¿por qué entonces las tantas luchas y marchas de las “feministas” en cuba dentro de los medios de comunicación?
    6- Se reconoce que el estado cuenta con las regulaciones y organismos que velan por la seguridad de las mujeres y atienden sus denuncias, lo cual evidencia el accionar del estado a favor de la mujer.

    Si bien es cierto que las mujeres en muchos casos sufren violencia en sus hogares a manos de sus parejas, no por ello podemos decir que en Cuba hay violencia de género y menos que hace falta hacer cambios en las leyes al respecto, pues el estado garantiza para las mujeres las vías necesarias para hacer sus denuncias y ser atendidas ante los agresores, las leyes existen solo hace falta que las mujeres hagan sus denuncias.

  • Lise dijo:

    Este tipo de articulo a mi me inquieta y mucho, porque dan una imagen que no es real tanto del hombre como de la mujer cubana. Tratando de hacer ver que son más que necesarias las políticas con enfoque de género y provocando una lucha entre hombres y mujeres, y me resulta curioso porque ya no es lucha entre clases sociales, ahora es entre hombre y mujeres o entre heterosexuales y el resto de las auto-percepciones en cuanto a a sexualidad dígase homosexuales, transexuales, etc. cosa que no es difícil de entender si se sabe que es lo que promueven los movimientos feministas y LGTBIQ+ (me causa curiosidad que el + significa cualquier otra autopercepción sexual de un individuo distinta de la heterosexualidad que no esté representada en estas siglas).
    Soy una mujer y estoy en total desacuerdo con las feministas actuales que necesitan ser liberadas hasta de sus hijos porque estos representan un estorbo en sus vidas como dijera una de sus ideólogas Simone de Beuavoir, simplemente horrible.
    Yo creo firmemente que las mujeres y los hombres debemos tener los mismos derechos en cuanto a la ley o sea, creo en la lucha de los primeros movimientos feministas de la historia donde se reclamaba que las mujeres tuvieran los mismos derechos que los hombres ante la ley, o sea que yo como mujer mire la ley y diga tengo los mismos derechos que cualquier hombre cubano. En mi país este problema ha sido muy bien resuelto y discrepo con los que piensan que nos tiene que dar privilegios por encima de los hombres para brillar. No hay una sola cosa que los hombre en Cuba puedan hacer que yo si me lo propongo lo puedo hacer también. Creo en la fortaleza de la mujer cubana y la que se deja violentar es porque quiere, no porque este obligada a nada.

  • piensa antes de juzgar dijo:

    Es cruel decir que la mujer -cubana o no- que se deja violentar es porque quiere, deben meditar más y mirar más a su alrededor, ¿cuántas mujeres dependen económicamente de sus maridos o novios?, ¿cuántas no tienen casa propia y lugar para huir con sus hijos?, ¿cuántas están atadas por una "indefensión aprendida"? No se trata de impulsar enfrentamientos entre hombre y mujer, sino al contrario, de evitar que los que existan afecten a las niñas del futuro, a los seres humanos del futuro? La justicia es lo que se pide en artículos como estos.
    No hay que venir con orgullos nacionalistas, la mujer cubana es tan fuerte como cualquier mujer del mundo, y debe sentir en su mejilla el golpe dado a cualquier mejilla humana, máxime si se trata de alguien en su propia condición de opresión.
    No nos enajenemos, el hecho de ser cubanas no quita que seamos además heterosexuales o lesbianas, negras o blancas. Nuestra identidad es multiple y contextual. Y hay que luchar siempre por defenderla, cualquiera que sea.
    Son poquísimos los casos de violentadas que realmente lo disfrutan, y generalmente ello responde a traumas profundos y a violencia internalizada.
    Antes de hablar piensen que quien no está contra la violencia sencillamente: potencia la violencia. Alguien dijo que la condición para que suceda lo negativo es que las personas buenas se queden con las manos cruzadas.
    Si no estiman el feminismo al menos abran una ventana, miren y escuchen, pensemos acá también que "otro mundo mejor es posible".

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