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Matemático experto en epidemias: "En medio año, el mundo se dividirá en dos mitades"

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La pandemia va a prolongarse y tenemos que atacar la desinformación tanto como la propia enfermedad

La pandemia de la COVID-19 va a prolongarse y tenemos que atacar la desinformación tanto como la propia enfermedad

El matemático especializado en análisis de brotes infecciosos, Adam Kucharski,  publicó a comienzos de año "Las reglas del contagio", un libro, casi profético, que explica cómo se transmiten las enfermedades.

En "Las reglas del contagio" (Capitán Swing, 2020), Kucharski analiza cómo se extienden determinadas enfermedades, y asegura que estas normas van más allá de virus y bacterias. Violencia, crisis económicas, ideas, suicidio, felicidad, obesidad, pánico, bulos e incluso cuentos de hadas son susceptibles de seguir estos patrones.

¿Está la ciencia preparada para la urgencia que implica una pandemia? Incluso cuando llegue la vacuna, ¿cuánto tiempo conviviremos con el nuevo coronavirus?  ¿Hasta qué punto cambiará el mundo para siempre después de la COVID-19? Desde Cubadebate compartimos una entrevista ofrecida por Kurcharski, en la que responde estas y otras de las muchas interrogantes que tantos nos hemos formulado sobre la COVID-19.

—¿Entendemos las reglas del contagio de la COVID-19?

—Entendemos ciertos patrones en su crecimiento, sobre todo conforme los países relajan sus medidas y vemos rápidos estallidos. Aun así, quedan interrogantes sobre la transmisión, por ejemplo el papel de los niños y de la gente sin síntomas claros.

La regla del contagio más importante ahora mismo es lo rápido que podemos perder el control sobre los brotes. Hemos visto países que han bajado hasta los diez casos diarios y ahora cuentan miles al día. Incluso si tienes al virus bajo control, enseguida puedes enfrentarte a una situación que requiera distanciamiento o confinamientos.

Es crucial que encontremos formas de detener lo que está pasando y para ello vamos a necesitar innovar con mejores datos y respuestas. El gran cambio a partir de ahora será movernos desde reglas y tasas de crecimiento a escala poblacional a medidas de control mucho más locales.

—Habla de la transmisión que “no podemos ver”. En ese sentido, ¿se parece la COVID-19 a una enfermedad de transmisión sexual que se extiende de manera silenciosa entre la población?

—Desde un punto de vista teórico esa es, en gran parte, la razón por la que ha sido tan difícil de controlar. Con el SARS y la viruela la gente tenía síntomas claros cuando eran contagiosos, así que contener el brote era más directo si tenías recursos.

Como el coronavirus tiene transmisión antes de los síntomas, para cuando alguien aparece en el hospital la infección ya ha pasado a otras personas que pueden estar a punto de infectar a otras. En ese sentido comparte características con enfermedades como el sida, en las que puedes tener una gran transmisión sin detectar antes de darte cuenta de que hay un brote.

—¿Cómo podemos saber la efectividad de las medidas de control?

—Es muy difícil saber exactamente qué está teniendo qué efecto, pero podemos mirar lugares que han aplicado medidas en secuencias diferentes. Por ejemplo, en Alemania las mascarillas se introdujeron en distinto orden en algunas áreas y eso hizo posible estimar el efecto de que la gente las lleve. Lo mismo con los colegios, que están abriendo de distintas maneras en cada lugar. Será muy importante intentar aprender tanto como podamos de la variación que veamos entre países.

—En otras palabras, estamos inmersos en un experimento global queramos o no.

—Esencialmente, sí. Es un juego global de ensayo y error. Tenemos que entender las causas por las que algunos países relajaron las medidas demasiado pronto e intentar aprender lo más rápidamente posible cómo mejorar.

Adam Kucharski es un matemático, diagnosticado con el síndrome de Guillain-Barré, que se ha dedicado a estudiar la evolución de diferentes virus, entre ellos el de la COVID-19

Adam Kucharski es un matemático, diagnosticado con el síndrome de Guillain-Barré, que se ha dedicado a estudiar la evolución de diferentes virus, entre ellos el de la COVID-19

—En su libro asegura que “en los análisis de los brotes, los momentos más importantes no suelen ser aquellos en los que tenemos razón. Son esas ocasiones en las que nos damos cuenta de que estábamos equivocados”. ¿Cuándo nos dimos cuenta de que estábamos equivocados con la COVID-19?

—Hubo dos momentos muy importantes que cambiaron nuestra visión de un brote pequeño a un problema mucho mayor. Uno, al principio. Los números reportados en China eran bajos, pero por cómo se habían exportado a Tailandia y Japón supimos que estábamos frente a algo inusual. Otro, ese par de días de febrero en los que Italia reportó brotes a gran escala. Hasta entonces habían estado muy centrados en Asia, pero que la transmisión hubiera ocurrido tan ampliamente sin haber sido detectada sugirió que estábamos ante un problema muy grande.

—Los investigadores que han intentado modelizar y predecir la evolución de la pandemia han sido muy criticados. ¿Cree que los medios y el público han sido justos?

—Vemos titulares que dicen que los modelos están equivocados o son correctos, y esa no es la cuestión. Los modelos contestan preguntas muy concretas. Existe la idea de que son bolas de cristal que pueden darnos todas las respuestas, cuando los investigadores los usamos para mirar un conjunto de posibilidades muy específico, como qué pasa si no se toman medidas de control o cuál será la tasa de crecimiento en las siguientes semanas.

—En su libro menciona la paradoja de los modelos en contextos como el efecto 2000 y la gripe de 2009. Si aciertan y son escuchados, la gente cree que han fallado y que son alarmistas.

—Sí, se ven los modelos como una predicción meteorológica. Si eres pesimista sobre el tiempo eso no cambia el tiempo, pero si muestras las consecuencias de no hacer nada durante un brote y eso hace que la gente reaccione, entonces tu predicción original no será correcta.

En muchos países de Europa poca gente se ha infectado, lo que indica que las medidas de control tuvieron un impacto, pero aun así hemos visto muchas muertes y grandes daños. Eso es consistente con el modelo que predice que, si no hubieras introducido medidas y hubieras permitido más infecciones, habríamos visto un número de fallecimientos mucho más alto.

—Parte de ese momento en el que descubrimos que estábamos equivocados tuvo que ver con la falta de datos. ¿Qué pasó con los modelos para que al principio se pensara que esperar a la inmunidad de grupo era una opción?

—La gran limitación inicial fue la falta de datos disponibles. En Europa muchos países no tenían ni idea de su número de casos. Cuando miramos los datos genéticos disponibles ahora, está claro que había transmisión sin detectar entre países a finales de febrero en Europa.

Aun así todavía no sabemos cuál es la estrategia apropiada. Entonces estaba muy claro que si los países se sentaban y no hacían nada sería un desastre. Si pones en marcha intervenciones muy fuertes, como los confinamientos, necesitas un plan para después, pero no está claro cuál es la solución a largo plazo para muchos países.

—Las reglas del contagio no va solo de enfermedades, sino también de cómo estas normas se aplican a la difusión de ideas, pánico, crisis económicas, violencia… En estos meses hemos visto otros ejemplos de contagio, por ejemplo de desinformación y bulos. ¿Podemos parar esa otra pandemia?

La pandemia va a prolongarse y tenemos que atacar la desinformación tanto como la propia enfermedad. Será importante controlar la información sobre qué deberíamos o no hacer, dónde estamos y qué pasa. No podemos deshacernos de cada mala información como no podemos identificar cada infección en el mundo. En su lugar tenemos que reducir cuánta gente está expuesta a esa información.

WhatsApp ha limitado el número de personas con las que se pueden compartir mensajes, lo que reduce la velocidad de transmisión: es muy similar a lo que estamos haciendo con el distanciamiento social porque si la gente no interacciona tan ampliamente es muy difícil que algo se extienda tan rápido.

También hemos visto plataformas que dan información fiable al buscar sobre coronavirus. Sabemos por las vacunas que es una forma muy poderosa de intervenir: si reduces la susceptibilidad la gente no estará expuesta, ya sea a un virus real o a desinformación, y no necesitas interrumpir sus interacciones.

—¿Cómo cambiará la privacidad en el mundo poscoronavirus?

—El balance entre privacidad y salud pública es muy importante. Si queremos controlar la infección tenemos que saber dónde está sucediendo y eso significa recoger buenos datos, más personales, porque el virus da poco tiempo para responder. Debemos conseguir la confianza de la población para asegurar que estas medidas son posibles.

—Las reglas del contagio comienza hablando de la crisis financiera de 2008. La siguiente pandemia, ¿será económica?

—Veremos contagio económico porque el mundo está muy interconectado. Necesitamos pensar en el efecto dominó que habrá si en seis meses el coronavirus está controlado en algunos países pero no en otros, cómo va a afectar a la capacidad de los países para seguir funcionando. Es un problema internacional. El nivel de infección de uno va a influir en lo que pase en la sociedad y la economía en más lugares.

—La gran pregunta: ¿qué va a pasar en el futuro?

—Es muy difícil decir cuántos casos o muertes veremos en los siguientes meses. Creo que algunos países no lograrán el control y puede que la acumulación de inmunidad sea la que termine el brote, con un gran impacto en la salud. Otros, con restricciones fronterizas y cierres muy estrictos mantendrán la infección muy baja. En medio año, el mundo se dividirá en dos mitades según lo bien que cada país esté controlando la pandemia.

—Incluso cuando llegue la vacuna, ¿cuánto tiempo conviviremos con la pandemia?

—Lo que suceda a continuación dependerá de lo buena que sea la vacuna. Lo ideal sería que fuera muy efectiva, pueda mantener la transmisión bajo control y podamos dársela a mucha gente en todo el mundo. En ese caso podríamos volver a la normalidad con bastante rapidez. Pero pienso que lo más probable es que necesitemos aplicar otras medidas. Puede que no sea posible dársela a todos los países y gente. La polio y el sarampión tienen vacuna y han sido difíciles de erradicar. Mi esperanza es que consigamos una vacuna que nos ayude a volver a la normalidad, pero creo que el coronavirus será una amenaza global para el futuro próximo.

—Entonces, ¿la pandemia de COVID-19 cambiará el mundo para siempre?

—Creo que dejará un impacto muy profundo en el mundo. Lo que pase el próximo año en cuanto a brotes y respuestas nacionales tendrá un efecto durante décadas.

(Tomado de Agencia SINC)

Se han publicado 53 comentarios



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  • Óscar dijo:

    En lo personal para mi esta es una telenovela con fines creados y con muy malas intenciones,y si por decir la verdad no se publica no me interesa,ya he sido sensurando sin haber ofendido a nadie,para mi punto de vista la vacuna sale sobrando,médicos y virologos reconocidos han comprobado que con la HIDROXICLOROQUINA se puede erradicar el virus,lástima que por esos intereses creados hayan sensurando y satanisado a esos brillantes medicos

  • Armando Rubio Acosta dijo:

    Pues si nos cambió la vida y si este virus llega para quedarse por un largo tiempo mientras no tengamos una vacuna eficiente y que todos los medios de comunicación junto con gobiernos se unan para su información eficaz gracias por su valiosa información y a cuidarnos con responsabilidad

  • NancyV dijo:

    Lo real es que. es un enemigo invisible que mata pero sólo se propaga por contacto directo eso esta demostrado, sólo hay que cumplir con las medidas orientadas y minimizaremos el impacto, los seres humanos se nos ha dado la capacidad del razonamiento y de adquirir conocimientos y hoy alrededor del mundo existen personas que han perdido la vida y otras que no han dejado de buscar solución con una vacunas para su prevención pero hasta la fecha la disciplina es la más efectiva, no es tan difícil cumplir con las medidas orientadas Cuba tuvo un día con todos los indicadores en cero lo que demuestra que se puede minimizar porque decir eliminar es una utopía por el momento

  • Gladys Gonzalez Gomez dijo:

    Yo pregunto pork hay un tren d 6 coches que trae diariamente lleno cualquier cantidad d personas en su mayoría antisociales a la playa d guanabo ,su salida es a las 6 donde sale casi sin personas todos se quedan regados en esa zona ocasionando problemas y sin previendo covid ,hasta cuando por favor.

  • Mirel dijo:

    Exelentes e inteligentes reglexiones

  • Milagros dijo:

    Creo que la mejor medida será cerrar fronteras entre provincias y con el mundo hasta ver que rumbo toma la Covid 19.

    • Yosvani dijo:

      Parece un poco claustofobico pero es la realidad...... El distanciamiento en la
      Sociedad y la prudencia con lo externo puede ayudar mucho... si no entra nada ?Como vivimos? solo con nuestro esfuerzo, por eso tenemos que producir desde adentro, no es consigna es una realidad..........

    • Yosvani Quiala dijo:

      Parece un poco claustofobico pero es la realidad...... El distanciamiento en la
      Sociedad y la prudencia con lo externo puede ayudar mucho... si no entra nada ?Como vivimos? solo con nuestro esfuerzo, por eso tenemos que producir desde adentro, no es consigna es una realidad..........

  • Yosvani Quiala dijo:

    Buen articulo, interesante,vi algunas incongruencias casi imperceptibles pero muy bueno; nosotros los cubanos podemos discernir de un malo o buen articulo, este sin dudas es de los buenos, mucha informacion.......Creo que tampoco debemos tomarlo todo como que dos mas dos son cuatro... tenemos una idiosincracia sin par.... nos adaptaremos... triunfaremos y avanzaremos... POCO A POCO !CLARO!

  • Judith Hernández dijo:

    Estamos en medio de un caos que solo nosotros podemos cambiar y no solo me refiero a los científicos en busca de vacunas sino al grado de responsabilidad que seamos capaces de tener, una palabra lo resume "Conciencia" del momento que estamos viviendo. Gracias por el artículo.

  • Mauricio Galindo dijo:

    El virus no vino para quedarse, ni la humanidad está dispuesta a permitirlo. La ciencia hoy es demasiado poderosa como para que no se cree una vacuna 100% efectiva. Ya son 6 meses y tenemos una alternativa vigente que podrá ser mejorada, pero es un primer paso. Aquellos epidemiólogos, pandemiólogos, coronavirulogos, etc. no ayudan con ideas de fin del mundo, Existen miles trabajando para erradicar definitivamente este mal, confiemos en ellos y no oigamos a los pesimistas.

  • Dulce Beatriz dijo:

    Buena entrevista. Pienso que ha pesar de todas las medidas todas en Cuba y toda la información constante, muchas personas no tienen percepción del riesgo, afectando a las demás, esas no se informan, no se levantan temprano para escuchar al doctor Duran, por lo tanto se hace más difícil el control, limitación y erradicación. No tienen conciencia que es un problema de existencia de nuestra especie, porque debemos a ello sumarle, la situación económica, no sólo en Cuba sino en el mundo.

  • Willian dijo:

    La desinformación es promovida por el imperio

  • Alejandro dijo:

    Solo tres palabras PERIODISMO DE CALIDAD
    más de eso y menos retórica inflamada planes pocon realistas.
    Gracias

  • Jose L. Rodriguez dijo:

    Todos ya conociamos que se pronosticaba una Pandemia de muy alta Letalidad, el consumismo del hombre, las Guerras y el cambio climático, son factores que estan ahi y el hombre no puede hacer nada por el cambio que se pide. Asi que esta Pandemia llegó para llevarse a millones de vidas , no sabemos de cuanto será el número y vendrán otras si no se produce el cambio de mentalidad para mantener la especie humana, los Investigadores ya lo habian pronosticado.

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