Joel García, enviado especial a Rio-2016, durante la grabación del podcast en Radio Rebelde. Foto: José Raúl Concepción/ Cubadebate.
Cubadebate conversa con Joel García, jefe de la página deportiva del periódico Trabajadores y enviado especial en los Juegos Olímpicos Rio-2016. Lógicamente, el tema de este podcast, que grabamos en la Cabina Panamericana de Radio Rebelde, es la cita estival celebrada en Brasil y en especial la actuación de la delegación cubana.
Empezamos hablando sobre las cuestiones organizativas de los Juegos, algo que fue noticia varias veces. ¿Qué fue lo que más te impactó y lo que más te decepcionó?
Joel García: La posibilidad de cubrir los Juegos Olímpicos siempre te permite una amplia visión sobre todo el acontecer político, social, cultural del país y en este caso Brasil no fue la excepción.
Debemos recordar que estos son los primeros Juegos Olímpicos celebrados en Sudamérica y los segundos en América Latina, a partir del antecedente de México-1968. El resto siempre se ha celebrado en países del primer mundo, donde el nivel tecnológico y organizativo llega a la excelencia.
Los brasileños estaban claros de que su mayor virtud era brindar el espectáculo cultural que ellos dieron en las ceremonia. No tuvieron un desborde tecnológico importante, solamente apostaron a la cultura, al medio ambiente, al trabajo con las luces, la música… fue una ceremonia más marcada culturalmente que en otras ocasiones.
Desde el punto de vista de la organización, Brasil mostró lo que podía exhibir. Al menos desde mi precepción, los niveles de transportación, de instalaciones, de espectáculo en cada uno de los eventos fueron muy buenos.
Hubo problemas de infraestructura con las villas de los atletas y bastantes quejas al respecto. Existieron problemas con la alimentación que no era todo lo variada que los atletas requerían. También sucedieron incidentes debido a la inseguridad, pero dentro del perímetro olímpico no había problemas.
Tuve la oportunidad de estar en Beijing-2008 y cuando uno compara China con Brasil, la proporción se inclina a favor de los asiáticos.
Ahora bien, una de las cosas que más me impactó fue el nivel de atención y amabilidad de los voluntarios.
Antes de pasar al análisis más profundo, quería hacerte una encuesta que publicamos recientemente en Cubadebate con seis preguntas sobre los Juegos Olímpicos. La primera: ¿quién fue la máxima estrella?
La máxima estrella volvió a ser, por número de medallas, Michael Phelps. Creo además que marca un hito en la historia de los Juegos Olímpicos y del deporte mundial. No sólo por sus 23 oros y sus 28 medallas; sino también por ser capaz de salir de un problema social como el que tuvo de drogas, alcoholismo, etc., volver a las piscinas y hacer esta actuación.
Ahora bien, la estrella mediática no fue Michael Phelps, sino Usain Bolt. Por ejemplo, el día que el sudafricano Wayde Van Nierkerk implanta el histórico récord en los 400 metros planos con 43:03; para mí la actuación más relevante de los Juegos, el espectáculo se lo robó Usain Bolt. Desde el punto de vista de las medallas la estrella fue Phelps, pero desde lo mediático volvió a ser Bolt.
El bólido jamaicano, la principal estrella mediática de los JJOO. Foto: Michael Steele/Getty Images.
¿Y la mayor decepción? ¿la figura que más decepcionó a sus aficionados?
Internacionalmente hay algunas figuras que cayeron. Estoy pensando en el saltador de pértiga francés, Renaud Lavillenie que perdió con el brasileño Thiago Braz da Silva. También entre las grandes sorpresas estuvo la de los deportes colectivos femeninos de Brasil, como el voleibol y el fútbol que no pudieron acceder al podio.
¿Y cuál fue la figura más negativa desde el punto de vista extradeportivo, o sea, la más polémica?
Ahí se manejó mucho el tema que ya mencioné sobre las condiciones de la villa, creo que fuera del deporte pudiera haber sido lo que más llamó la atención.
En el caso de Cuba, ¿cuál crees que fue el momento más emocionante de los Juegos Olímpicos?
Cuando más cubanos se dieron cita en una instalación fue para el combate de Mijaín López. En la Arena Carioca 2 había más de 200 cubanos, y cuando tú les preguntabas: "¿por qué vinieron hoy?" decían: "porque esta era la medalla más segura". Creo que ese fue el momento más emocionante. Mijaín es el séptimo luchador que logra ser tricampeón olímpico, y puede convertirse también en el primero con cuatro entre los hombres, porque ya entre las mujeres hay una japonesa que logró en estos Juegos su cuarto oro olímpico.
Mijaín nos contaba que el presidente de la Federación Internacional le pedía que no se retirara, que aguantara a ver si podía llegar hasta el 2020. Eso quedará en manos de los entrenadores y del él mismo.
Eso fue el más emotivo sin demeritar a ninguno de los otros campeones, dígase Ismael Borrero, que fue una agradabilísima sorpresa.
Y el otro momento emocionante también fue el bicampeonato de Robeisy Ramírez, porque no había estado bien en el ciclo y en Rio dio una gran demostración. No dejó dudas, aún cuando esa última pelea con el nortemaericano Stevenson era muy difícil. Incluso, Floyd Mayweather estaba presente ese día porque tiene intenciones de captar a Stevenson para el profesionalismo.
Mijaín López levanta con increíble facilidad los 130 kilos de Riza Kahyaalp. Para Joel García este fue el momento más emocionante de la delegación cubana. Foto: Charlie Riedel/ AP.
A nivel colectivo ¿qué deporte aportó las mayores emociones para Cuba?
El boxeo fue el deporte que más aportó para Cuba con tres de oro y tres bronce, a pesar de que se perdieron peleas como la de Lázaro Álvarez y Yohanis Argilagos. Aunque la eficiencia de la lucha grecorromana fue lo más importante, porque con cinco atletas lograron dos oros y una plata.
En el boxeo hubo mucha polémica alrededor de la inédita expulsión de varios jueces por deficiencias en sus votaciones. Nunca se reveló porqué peleas habían sido sancionados ¿crees que los jueces influyeron en alguna derrota cubana?
Las peleas más polémicas de Cuba fueron las de Lázaro Álvarez y Roniel Iglesias. Pero creo que no hubo injusticia arbitral. Los nuestros, a partir de su calidad, debieron haber demostrado una superioridad inobjetable sobre el ring para no dejar márgenes en las votaciones.
También hubo un escándalo en la lucha, que terminó con el caso de los entrenadores mogoles quitándose la ropa sobre el colchón en señal de protesta.
No sé si el boxeo necesite apelar al video, como ya lo hacen la lucha, la esgrima o el judo. Pero en el caso de los cubanos las decisiones de los jueces fueron justas, aunque las peleas estuvieron parejas.
Cuba, desde su espectacular actuación en Barcelona-1992, cuando terminamos quinto en el medallero, ha ido retrocediendo sus resultados en Juegos Olímpicos. Es injusto comparar a esta generación con los deportistas que se formaron en las décadas de 1970 y 80’, en las que existía otro contexto económico y social. Además, en esa época no había el desarrollo deportivo global de hoy día, tal como se reflejó en Rio donde 87 países conquistaron medallas por los 64 de Barcelona.
La comparación no sería con 1992 porque nos iríamos de contexto, pero sí con Beijing-2008 (2 oros – 11 platas – 11 bronces) y Londres-2012 (5 – 3 – 7) donde obtuvimos medallas en ocho y siete deportes respectivamente, mientras que en Rio sólo llegamos al podio en cuatro disciplinas.
Prácticamente nos estamos convirtiendo en un país “especializado”, similar a Jamaica (pruebas de velocidad) y Kenya (resistencia) que con varios títulos en un mismo deporte les basta para estar entre los 20 primeros. Cuba ganó todas sus medallas en los deportes de combate, salvo el bronce de Denia Caballero en el lanzamiento con disco.
Fuimos en Rio el tercer país de América Latina y el Caribe por detrás de Brasil y Jamaica y el cuarto de los países subdesarrollados al quedar también por detrás de Kenya. Ya nos pasó también en los Panamericanos de Toronto-2015 cuando quedamos en el cuarto lugar. Analizando este contexto, dos preguntas: ¿Es posible afirmar que Cuba ha dejado de ser la principal potencia deportiva de los países pobres? ¿Crees que nunca volveremos a ocupar los lugares de antaño?
Como decías, hemos ido descendiendo y es verdad que no se puede comparar con generaciones lejanas, pero sí con los últimos tres Juegos Olímpicos. En Atenas-2004 fueron 10 deportes los que lograron incluirse en el medallero, ocho los de Beijing y siete los de Londres. Beijing, en cuanto a oros, no fue una buena actuación, pero sí lo fue de manera general. La inefectividad en las finales nos llevó hasta el puesto 28, pero con un total de 24 medallas. Perdimos tres finales en el judo, cuatro en el boxeo y dos en la lucha, donde solamente ganamos la de Mijaín López. Sin embargo, en Rio la efectividad en finales fue muy alta: de siete ganamos cinco, sólo perdieron Idalys Ortiz y Yasmany Lugo.
Idalys Ortiz estará un tiempo fuera del deporte para ser mamá, otros atletas se retirarán, Joel García llama la atención sobre el cambio generacional que enfrenta Cuba. Foto: Marcelino Vázquez/ ACN.
Además, desde el oro de la jabalinista María de la Caridad Colón en Moscú-1980 siempre habíamos regresado con al menos una mujer campeona y en Rio se rompió esa racha. Solamente Denia (bronce) e Idalys (plata) fueron medallistas.
Hubo deportes que quedaron muy por debajo de las expectativas, quizás el más llamativo fue el atletismo. En esta disciplina acudimos con 43 atletas y sólo se alcanzó un bronce. Y no me limito nada más que a las medallas, porque apenas ocho atletas pudieron igualar o mejorar sus marcas del año en el evento más importante de todos. Hay algo que se hizo en la preparación que no estuvo bien. Eso lleva un análisis exhaustivo.
Creo que siempre hay que hablarle claro al pueblo y si no se cumplen los pronósticos explicar qué sucedió. Por ejemplo, en el judo no clasificamos a cinco atletas y en el taekwondo a tres. Ahí perdimos 16 opciones en deportes que acostumbrábamos a llevar equipos completos, sobre todo en el judo a partir de Sidney-2000. El sistema de clasificación se hace cada vez más complicado. Como se pudo ver, creo que era posible obtener entre 15 y 19 medallas.
Sobre si Cuba podría retomar su segundo lugar histórico en el continente americano, creo que el cuarto lugar de Toronto-2015 no se repetirá en Lima-2019. De hecho, Canadá, que fue segundo lugar en los panamericanos, ahora quedó por detrás de nosotros.
Pero obtuvo el doble de las medallas…
Sí, con muchas más medallas, pero respecto a títulos quedó por debajo que es lo que organiza la tabla.
El movimiento deportivo cubano debe hacer un análisis profundo de lo que ha pasado. Si se buscan formas nuevas de adaptarse a los mecanismos internacionales, se puede recuperar el terreno perdido. Por ejemplo, tenemos los dos mejores entrenadores del triple salto femenino en todo el mundo: Ubaldo Duany en Colombia con Chaterine Ibargüen e Ivan Pedroso en Venezuela con Yulimar Rojas. Entonces por qué nuestras triplistas han decaído ¿No será posible enviar a nuestras atletas a que entrenen con ellos allá?
Hay que tener en cuenta las condiciones del estadio panamericano ¿Por qué no podemos licitar instalaciones deportivas? Así alguien lo podría alquilar por unos 10 o 15 años y darle otra vida. De esta forma nos beneficiaríamos todos con la organización de eventos, la posibilidad de reparar las instalaciones y mejorar internacionalmente.
Hay que pensar en fórmulas diferentes dentro del deporte ¿Por qué no pueden regresar a competir por Cuba atletas que se fueron del país porque se casaron o porque decidieron salir cumpliendo las leyes migratorias como lo puede hacer cualquier otra persona? Si esos atletas tienen el interés de competir por Cuba deberían someterse al sistema de clasificación de todos los demás.
Si estos análisis se hacen consecuentemente Cuba puede recuperar su segundo lugar panamericano en Lima.
En 2018 vamos a enfrentar los Juegos Centroamericanos en Barranquilla. Allí Cuba podría perder el dominio en estos eventos. Por ejemplo, se va a convocar al patinaje, donde los reyes mundiales son los colombianos. El año que viene será clave en la preparación para este ciclo olímpico y el deporte cubano necesita una revisión a fondo.
Debemos aclarar que Cuba no es un país con gran presupuesto para el deporte. El dinero dedicado a la preparación de los atletas cubanos para unos Juegos Olímpicos oscila entre los 80 y 100 millones de dólares y solamente el presupuesto del judo brasileño llegó a los 80 millones. Nosotros somos un país que hace maravillas con el dinero.
Joel García cree que Cuba podría perder el primer lugar centroamericano si no se prepara bien en el próximo año. Foto: José Raúl Concepción/ Cubadebate.
Otro tema muy polémico para nuestro país fue el de los atletas cubanos que compitieron por otras naciones. Hubo seis medallistas formados en Cuba que subieron al podio por otra nación: Frank Chamizo fue bronce en lucha por Italia, Yasmani Copello en 400 con vallas fue tercero por Turquía, Lorenzo Sotomayor ganó una plata por Azerbaiyán y derrotó a Yasniel Toledo en los 64 Kg del boxeo, Orlando Ortega fue blanco de una gran polémica extradeportiva, pero se fue con la plata en 110 con vallas compitiendo por España y Osmany Juantorena fue subcampeón defendiendo a Italia en el voleibol ¿Cómo crees que se podría solucionar la problemática del éxodo de deportistas?
Aquel atleta que no ha desertado de una delegación, que no ha traicionado a su equipo; debería poder competir por Cuba. Así ocurre con otras profesiones como los artistas, médicos, funcionarios, etc. Pueden salir al exterior y luego regresar. Debemos lograr que esos atletas compitan por Cuba respetando nuestras condiciones. Por aceptar a estos deportistas que se han preparado en el extranjero no dejaremos de ser una delegación netamente cubana.
Además están los casos de los entrenadores. Ya hablábamos de Duany y Pedroso; pero también está Pedro Roque por Azerbaiyán en el boxeo y otros de esgrima, atletismo, lucha libre. Esto es algo que debe ser analizado. No tengo la fórmula para solucionarlo, pero cada vez van a ser más y las autoridades cubanas deben analizarlo.
Hablabas sobre el posible futuro deportivo de Cuba y quisiera retomar este tema. El panorama es bien complejo porque hay otras economías más potentes que están aumentando la inversión. En América destacaron las actuaciones de Argentina y Colombia, que se ubicaron por debajo del puesto 30, y la muy buena actuación de Brasil, que obtuvo medallas en trece deportes, con siete oros en disciplinas diferentes ¿Qué futuro le deparas al deporte cubano en nuestra región y en los próximos Juegos Olímpicos de Tokio-2020?
El deporte cubano tiene grandes retos y uno de ellos es el cambio generacional que vamos a sufrir en muchos deportes. En el caso del judo va a haber un cambio completo porque Idalys va a ser madre, Bermoy y Castillo ya lo fueron. Entrarán nuevas judocas que habrá que ver si son buenas o no.
En la lucha no se sabe si Mijaín llega a 2020, aunque hay muchos atletas que ya terminan. Todavía queda un Ismael Borrero y un Yasmany Lugo que son jóvenes, pero es importante tener en cuenta el posible retiro de varias estrellas.
Pronto se va a inaugurar un centro importante de investigación del deporte en Cuba, que va a ser uno de los más modernos en América Latina y eso podría contribuir. Ese adelanto científico tecnológico en función del deporte tenemos que irlo buscando.
Hay deportes que casi seguro triunfarán centroamericanos, panamericanos, mundiales y olímpicos. Con esos se debe extremar el entrenamiento y poner el mayor énfasis para no perderlos.
Por ejemplo, el taekwondo, que había sido medallista desde el 2000 y ahora se fue en blanco. Pero el sistema de clasificación del taekwondo y el judo exige que se salga a las competencias. Hay que ir a los abiertos de Mónaco, Gran Bretaña, Luxemburgo. Para que tengan puntos que le permitan clasificarse sin acudir a los preolímpicos.
Hay que tener en cuenta el tema del que hablábamos de cómo insertarnos en la contratación internacional, y viceversa, cómo los que ya están contratados internacionalmente pueden aportarnos a Cuba. Eso va a ser otro elemento importante en el ciclo.
Y otro aspecto que para mí también será clave es cómo Cuba, en medio de las carencias económicas, logrará con ese presupuesto que tiene el INDER seguir manteniendo la base para garantizar el futuro.
Finalmente, el reto del deporte cubano está en tratar de mantenerse. Hay que decirle al pueblo que el éxito del quinto lugar de Barcelona no va a poder ser repetido nunca más, al menos en estas condiciones que estamos. Si en el futuro logramos tener otras condiciones quizás...
Lo que no podemos decirle al pueblo que vamos a obtener una actuación de 30 medallas, porque estamos en el entorno de unas 15 preseas en correspondencia con nuestro nivel económico.
Transcripción: Yanet Muñoz y María del Carmen
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