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Eurocopa 2016: Gales gana por la mínima. Polonia sale vivo de los penales

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Bale-Gales

Bale, el elegido de Gales. Foto: UEFA

La afición de País de Gales que ocupaba una de las esquinas del Parque de los Príncipes se mantuvo en silencio hasta el minuto 75, que fue cuando Irlanda del Norte selló su sentencia de muerte marcándose un gol en propia puerta que permitirá al equipo del dragón pasar por primera vez a unos cuartos de final de la Eurocopa.

Hasta ese momento, los galeses sufrían en silencio ante la bulliciosa afición norirlandesa que no cesaba de animar a su tosco pero combativo equipo. Sólo cuando se vieron con ventaja en el marcador, cantaron los galeses, hasta entonces desconocidos y superados.

Esta vez, País de Gales completó su peor partido del campeonato, y eso incluye a Bale, pero cuando uno está de dulce, ya puede olvidarse el paraguas en el coche, que cuando sale del parking ha cesado la tormenta y luce un sol espectacular.

Así está Bale en Francia, bendecido en una Eurocopa en la que no ha dejado de ser decisivo en ningún partido. En los tres de la fase de grupos estuvo fabuloso, en los octavos, cuando estaba a punto de firmar una tarde para el olvido recibió un balón en banda, lo centró seco y con potencia en busca de un rematador y apareció la pierna del irlandés McAuley para marcarse un gol que era el premio gordo para los galeses y una condena para sus rivales, que no se merecían ese castigo.

A País de Gales le desconcertó encontrarse con un equipo como el norirlandés que le aplicó a los de Coleman la misma receta que ellos suelen utilizar ante sus rivales: una generosidad brutal en el esfuerzo, presión asfixiante, pocas combinaciones y la búsqueda del contragolpe. Pero el problema es que Lafferty no es Bale, y no estamos hablando del moñito.

El equipo galés llegaba a los octavos liderando la estadística de robos de balón del torneo, lo que da idea de que su gran arma es la de sorprender a los equipos que tratan de dominarla. Eso no pasó jamás con Irlanda del Norte, que trasladaba la pelota de campo a campo sin miramientos de ningún tipo buscando a Lafferty y sumarse así al ataque.

En base a esta técnica, más antigua que el ir a pie, Irlanda del Norte tuvo ocasiones para adelantarse con sendos disparos de Dallas y de Lafferty, pero Henessy frenó sus acometidas.

En la segunda parte fue McGovern el que apareció para despejar una falta que descubrió a todos los presentes, que Bale había salido a jugar. Hasta ese momento estaba absolutamente incómodo y fuera del partido. Pero le llegó ese balón perdido que colocó al centro del área en busca de una pierna que les diera el pasaporte a los cuartos del viernes en Lille. Tanto daba que la pierna fuera amiga o enemiga, Bale está en racha.

Gales-Fans

Con el autogol cantaron los galeses. Foto: UEFA

Irlanda del Norte

El momento del autogol. Foto UEFA

McAuley

McAuley no se lo puede creer. Foto: UEFA

Fabianski contra Suiza

Fabianski-PoloniavsSuiza

Fabianski, suplente en el debut de Polonia que se hizo con la titularidad por la lesión de Szczesny. Foto: UEFA

Con un héroe y un villano inesperados se decidió el primer partido de octavos. Fabianski, suplente en el debut de Polonia que se hizo con la titularidad por la lesión de Szczesny, mantuvo con vida a su selección cuando flaqueaba en la prórroga y Xhaka, artista donde los haya, condenó a Suiza con su fallo en los penaltis a los que hubo que llegar para decidir quién pasaba a cuartos por primera vez en su historia.

El encuentro ensalza además a Blaszczykowski y Shaqiri por el oportunismo de uno y por la chilena del otro en el empate. Pero, sobre todo, castiga a Suiza, que no es capaz de espantar los fantasmas que le persiguen. Había vivido estos días obsesionado con el trauma de Alemania 2006 en el que ninguno de sus paisanos fue capaz de acertar en aquella tanda que clasificó a Ucrania. Y esto le remata.

El partido no pasará a la historia por su belleza, pero sí por algunos momentos sensacionales. El partido pudo decantarse al inicio para Polonia. Porque salió mejor plantada, porque presumía de una defensa que comparecía sin haber recibido un gol y también porque a Suiza le molesta el balón cuando no lo acaricia Xhaka o no lo acelera Shaqiri, su hombre más brillante. Milik pudo marcar en el minuto 1 tras un fallo garrafal de Djourou en la cesión. El equipo de Nawalka hacía todo bien menos finalizar. A Lewandowski le sobran vigilantes y porras, y a Milik le falta temple. Así, Suiza fue creciendo al mismo tiempo que se sacudía los complejos. Dzemaili tiró del carro y Schär comenzó a avisar a balón parado. El 0-1 llegó cuando mejor estaba y menos lo merecía.

Kuba, Blaszczykowski para los que sepan pronunciarlo, volvió a confirmar con este tanto ante Suiza una máxima: si él marca, Polonia gana. A la espera ya angustiosa de Lewandowski (marcó de penalti, y gracias), el extremo de la Fiore, el mismo que brilló en el Borussia de la mano de Klopp, resolvió con una contra de libro. Culminó en el 39’ una jugada que nació en un córner peligroso en área propia, que siguió con una conducción posterior a toda mecha por la banda izquierda y que finalizó por el otro costado. Sommer se quedó vendido. Kuba ya puede decir bien orgulloso que ha participado en cinco de los seis goles que Polonia ha marcado en las diferentes Eurocopas y, sobre todo, pudo mirar de nuevo al cielo. Con rabia para recordar a su madre, asesinada a puñaladas delante de él cuando era niño por su padre, y con alegría, para dejar bien claro que los Blaszczykowski vuelven a sonreír.

Suiza reapareció del descanso enfadada. Afiló sus garras y comenzó a tirar desde fuera. Hasta entonces sólo había amenazado con la posesión. Polonia daba síntomas de relajación. O quizás de cansancio. Nawalka rota lo mismo que Del Bosque. Lewandowski intentó retomar el pulso y amenazó con un punterazo, su segundo disparo en Francia, y Blaszczykowski hizo volar a Sommer con un zurdazo. Desde ese momento, con la decepción y la historia esperando candidatos, se endureció el partido. Fútbol hubo poco. A Suiza le faltaba suerte para empatar. Rodríguez rozó el 1-1 de falta en el 73’, pero se encontró una mano prodigiosa de Fabianski, y Seferovic se encontró con el larguero en el 79’. Pero la igualada llegó, por insistencia, de la manera más sorprendente y espectacular. Con una chilena memorable de Shaqiri desde la frontal. Lástima que ya no pueda ser portada. Junto al taconazo de Cristiano, ya es el gol de la Eurocopa. Shaqiri, que sorprendió en el Mundial 2010 con sólo 18 años, recordó al mundo que ahora anda en el Stoke, pero que sigue teniendo esos detalles que le catapultaron desde el Basilea y con los que no logró consolidarse en el Bayern y el Inter.

Foto: UEFA

Foto: UEFA

Foto: UEFA

Foto: UEFA

Suiza-Polonia

Foto: UEFA

Golazo de Shaquiri de chilena. Foto: UEFA

Golazo de Shaquiri de chilena. Foto: UEFA

(Tomado de AS)

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