Cubadebate

De acuerdo con la información aportada, parece que el Parlamento hizo un análisis serio de esta actividad, pronunciándose por la exactitud y limpieza de la información que brindan los factores a los organismos supeiores. Hay una práctica que mina la efectividad de estos procesos, y es que las respuestas que dan los organismos a los delegados son formales, y los delegados las aceptan y las transmiten a los electores. El delegado tiene que exigir a los dirigentes que la respuesta diga fecha y responsable. Por ejemplo, es inadmisible que la respuesta que se le de al pueblo sea: "eso no se puede hacer ahora porque no está en el presupuesto". La respuesta correcta sería: "Esa obra no se puede realizar en 2016 porque no se previó en el presupuesto, pero se va a incluir en el presupuesto de 2017" O: "Esa obra no tiene prioridad con respecto a otros problemas de la localidad tales como ...... y deberá ser resuelta por los propios vecinos o esperar a que aumenten los presupuestos en años posteriores" Las respuestas formales, burocráticas, facilistas, provocan monotonía en los delegados y desinterés en los electores.
El delegado no se puede conformar nunca con esas respuestas, y no debe dar un planteamiento como resuelto hasta que se obtenga una respuesta satisfactoria del problema. Ya los electores de mi circunscripción se han aburrido de plantear el problema de la calidad del pan porque nunca se ha resuelto, y siempre se da por respondido. Hay que buscar la causa de los problemas. Si la causa es la mala calidad de la harina hay que averiguar quien importó ese producto o quien lo almacenó mal o lo transportó mal y decir quien fue y la sanción que recibió. Si la causa es que se roban el aceite o la levadura hay que decir quien fue preso o botado por eso. Si la causa es que no saben hacer pan hay que decir cual será la solución: cambiar al maestro panadero o capacitar al personal o cambiar al administrador porque no exige. Mientras tanto, el planteamiento no puede darse por concluido aunque la lista llegue al techo.

Este es uno de los complejos problemas que tenemos que resolver.
Y brito dijo "... en algunos sitios fue superficial la preparación e incluso en muchos lugares donde se solicitó la presencia de dirigentes administrativos estos no asistieron, todo lo cual afectó la calidad del proceso." En el Granma se menciona que "...La asistencia fue insuficiente; que en el país se planificaron 70 053 asambleas de rendición de cuenta, donde asistieron más de 6 300 000 ... Sin embargo Brito aseguró, - eso esta en Granma- que tampoco fue objetivo el informe sobre la asistencia, pues tomaron como base los posibles a participar sin tener en cuenta el registro de electores.Entre ambos articulos podemos ver que a este asunto hay que prestarle una atención muy alta. En realidad, voy a mi RC por disciplina social pero da pena ver al Delegado como sufre por la ineficiencia de las instituiciones, o mejor de los jefes de instituciones. Repito, que la credibilidad de esta figura, como representante del poder pupular en el territorio esta lamentablemente erosionada.

Estoy 101% de acuerdo con lo planteado por Carlos Crespo y quiero ejemplificar con un caso en particular:
Vivo en un barrio de los llamados marginales, insalubres, periféricos; La Corbata. En más de 50 años de "fundado por cuenta propia", Abel Prieto ha sido el único ministro que, como Ministro de Cultura, ha puesto sus pies en el, gracias a Silvio Rodriguez y su gira por los barrios.
La Corbata es una barriada que, a pesar de ser mucho más antigua que otras tantas barriadas surgidas en la Revolución, hasta hace muy poco no aparecía en el mapa del municipio que la Oficina de Planificación Física Municipal tiene colgado en una de sus paredes, (estaba el área, pero vacía, sin casas, ni calles, sin gente, sin nada, cual fiel representación de “la antimateria”).
La Corbata desde la creación de los Poderes Populares siempre ha contado con un Delegado. Llevo allí 15 años, y cuando llegué la persona que cargaba con la responsabilidad era, a mi criterio, un hombre comprometido y muy honesto que se empeñó en dar solución a los problemas planteados por los electores. Problemas acumulados de un típico barrio insalubre. Casas echas con materiales inimaginables, con filtraciones, en peligro de derrumbe, fosas desbordadas, deplorables vías y aceras ausentes. Serios problemas de convivencia, hacinamientos, alumbrado público ausente, salideros de agua potable por instalaciones hechas por los mismos interesados, vertederos de basuras por la ausencia de recolectores, y el más grave de todos, el que hace más difícil tan siquiera gestionar las soluciones, ninguna de las personas que allí habita poseen documento alguno que los avale con derecho a habitar sus viviendas, la propiedad y sin ella tenemos vetado el acceso a créditos para mejorar las condiciones de vida ni tan siquiera por esfuerzo propio. En fin, “el mal...”
En los últimos 15 años, habremos tenido unos 4 o 5 delegados, y si se pudiera sumar los logros de todos ellos, apenas se arañaría la superficie. Y como ya se ha dicho, no es su culpa, pues realmente ese Poder de Pueblo que ellos representan, pareciera representar muy poco para algunos directivos (principalmente los servicios) en los municipios.
Para mí, el mayor peligro que esta situación representa es el que pudiera dar pie (y no faltarían quienes empujaran en ese sentido) a la perdida de la confianza del ciudadano común en su propia fuerza como pueblo, en el Poder Popular. De momento una primera señal sería la baja asistencia a las asambleas, y cuando se asiste, la baja participación. Sin duda alguna, el Partido tiene trabajo ahí.