Cubadebate

Driulis González, Equipo nacional de Judo. Foto de archivo

Por Víctor Joaquín Ortega

Recuerdo, me alegro, sufro, anoto, escribo de nuevo sobre ella motivado por el libro Driulis González La leyenda del judo, de Cándido Pérez Agüero y  Reinaldo Veitía Valdivié, publicado por la Editorial Deportes que tanto ha hecho por divulgar vidas y acciones, técnica e historia de este sector que navega por las arterias del pueblo. La obra será presentada en la cercana Feria Internacional del Libro de La Habana.

Astro en los 56, los 57 o los  63 kilogramos, es la mejor judoka cubana de todos los tiempos, la segunda mejor del planeta en esta disciplina, solo superada por la japonesa Ryoko Tani, y una de las grandes del deporte universal.

En el prólogo, señala Veitía, el fundador de la exitosa rama femenina del judo en la Mayor de las Antillas: "...como mujer, como deportista de alto rendimiento ha sufrido lo lógico del fuerte entrenamiento, el enfrentamiento de las lesiones que este deporte traumático lleva intrínseco y no ha existido nunca una lesión que la haya amilanado en los objetivos que se ha trazado junto con sus entrenadores... siempre ha sido ejemplo no en el decir, sino en el hacer..."

Aporta Cándido en la introducción: "... en abril de 1996, Driulis sufrió una seria fractura de dos vértebras cervicales, lo cual puso en duda su participación en Atlante 1996, pero la medicina cubana representada por el prestigioso profesor Rodrigo Álvarez Cambra, su tenacidad y voluntad a toda prueba, su amor al deporte y a la patria, hicieron posible que  la gran campeona volviera al tatami, para después en unión mancomunada atleta-entrenadores conquistara el preciado título olímpico".

De no ser por una deuda con el entrenamiento, por lesiones y contingencias extra deportivas (yo no lo hubiera llevado al certamen), habría ascendido al podio de la ciudad china para unir el resultado al oro, su plata y sus dos bronces en las magnas citas, las tres coronas, los dos segundos puestos y los dos terceros  en torneos mundiales, los cuatros cetros en los Juegos Panamericanos, los tres peldaños dorados y los dos plateados en las Copas del Mundo, las siete doradas en los torneos del continente y  los tres escalones cimeros y un segundo puesto en los Centroamericanos y del Caribe, amén de otros metales en certámenes de primera línea en la especialidad.

Aquí está Driulis más allá de sus preseas, desde que nace en Guantánamo el 21 de septiembre de 1973,  en las competencias escolares y juveniles, al surgir para el mundo como valor del deporte creado por Jigoro Kano y en su refulgencia dentro y fuera del arte marcial que tanto ama.