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¿Representan bien las empresas de la música en Cuba a sus artistas? (I)

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Cuando Alain* egresó del Instituto Superior de las Artes tenía su propia agrupación, que actualmente pertenece al Centro Nacional de Música Popular. A pesar de ser graduado del sistema de enseñanza artística– al igual que el resto de los instrumentistas que integraban la alineación original de la banda–, contar con un disco y varios reconocimientos, refiere que tuvo muchas trabas para formar parte del catálogo de una de las empresas de la música o agencias de representación con las que hoy cuenta Cuba.

“Toqué muchas puertas, y una de ellas me resolvió una audición que demoró más de nueve meses. Para entrar en la empresa no importa el nivel artístico o escolar que tengas porque existe un sistema paralelo de evaluación. Si eres un graduado del nivel más alto de educación musical, se supone que posees cierto dominio técnico a la hora de ejercer. Pues no. No es válido”, relata el artista.

Este no es el único caso. Aníbal Ramos –ganador del lauro de la prensa del San Remo Music Awards, profesor de Apreciación e Historia de la Música en un preuniversitario y director de Cantores Claudio Monteverdi–dice a Cubadebate que “técnicamente” pertenece a la Empresa de la Música Rafael Lay de Cienfuegos, porque, si bien uno de los supuestos obsequios del SRMA era que a los ganadores automáticamente se les iba a dar la categoría de profesional, a casi un año del festival aún espera por su aval.

“No sé si es una obstrucción intestinal del sistema burocrático de la música que cada vez más dificulta las gestiones, o si es descuido y olvido de las personas implicadas en que estas ‘promesas’ se cumplan”, añade el intérprete cienfueguero.

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Cuba cuenta con 14 empresas provinciales y una municipal (Isla de la Juventud), dos centros provinciales, dos nacionales y seis agencias de representación artística. Esta estructura agrupa a 4 081 unidades artísticas (669 subvencionadas y 3 412 no subvencionadas) integradas por 21 335 artistas y personal de apoyo, según el informe de balance del Instituto Cubano de la Música de 2022.

“Cada una de estas empresas tiene la tarea de procurar empleo a una cifra de entre 100 y 400 unidades artísticas, para lo cual en la mayoría no disponen de recursos técnicos ni logísticos”, trascendió en el Informe sobre la marcha del perfeccionamiento del sistema empresarial de la música, presentado el pasado julio por el viceministro de Cultura, Fernando León Jacomino, en el noveno periodo ordinario de sesiones de la novena legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Esta problemática se remonta a la ineficiencia de una estructura fundacional del sistema empresarial de la música, que contaba con una red de centros nacionales y provinciales para la atención integral del potencial artístico subvencionado y no subvencionado de todo el país.

“Estos centros funcionaban como unidades presupuestadas con tratamiento especial y garantizaban la rectoría metodológica y la comercialización mediante un diseño económico de financiamiento mixto, donde el gobierno aportaba el subsidio y el resto del financiamiento provenía de la comercialización”, explicó en la cita parlamentaria el vicetitular de Cultura.

En el 2012, a propuesta del Ministerio de Cultura (Mincult), los centros provinciales de la música fueron convertidos en empresas, subordinadas a los grupos empresariales de los gobiernos provinciales. “Se creó una empresa en cada provincia y se estableció la pertenencia a las mismas como única vía para la profesionalización en el sector”, dijo.

Según expuso León Jacomino, esta decisión generó un sobredimensionamiento de los catálogos y elevó progresivamente el grado de insatisfacción de los músicos con respecto a la funcionalidad de estas empresas, las cuales no fueron dotadas de los medios técnicos ni de capital de trabajo necesarios para el cumplimiento de sus funciones, ni contaron con la debida capacitación de sus recursos humanos.

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El trovador Ariel Díaz pertenece el Centro Nacional de Música Popular (CNMP) y reconoce al amparo legal como una de las ventajas fundamentales de formar parte de esta empresa. “También la jerarquización de la música, aunque desde luego, esto no siempre se cumple. De funcionar todo como debiera o según sus normativas, sería un medio eficaz para promover el trabajo, ya que la empresa también debe ocuparse de la publicidad, garantizar participación en eventos, logística, producción, etc. Es la mediadora entre el músico y los medios”.

Mauricio Figueiral, también cultor de la trova, refiere entre los beneficios de pertenecer a una empresa, en este caso al CNMP, ser respaldado por una institución gubernamental, que te da un estatus para Cuba y para el mundo de artista profesional.

“Tienes una figura jurídica de peso que intervenga a tu favor ante cualquier reclamación legal u ofertas de trabajo en ambos territorios; acceso a una jubilación cumplidos los años de trabajo; pasaporte oficial con libre visado para la mayoría de los países de Latinoamérica o de fácil acceso para las naciones que lo requieren; además de que cuentas con la posibilidad de solicitarle un presupuesto de apoyo a la empresa para realizar, por ejemplo, un concierto en algún teatro del país por el cual no vayas a tener ingreso y que va a aportarle cultura y música a la sociedad”.

En el caso de los artistas subvencionados, tienen un salario fijo que responde a un número determinado de actividades que demuestren haber ejecutado en el mes; cuentas con un salario de respaldo, seas artista subvencionado o no, ante alguna situación extraordinaria como la reciente pandemia de covid-19; y te permite acceder a la radio, la televisión y los medios de prensa oficiales para promover tu trabajo.

“En el caso de Cuba, un artista que no pertenezca a una empresa u otra organización cultural como la AHS no tiene espacio en los medios tradicionales de difusión, aunque tenga una buena propuesta”, enfatiza Figueiral.

Por esta misma línea, Gustavo*, del Centro de Música Popular, comenta que, aunque la ventaja principal de pertenecer a una empresa de la música en Cuba es que con ello adquieres, por la única vía existente, el derecho a hacer presentaciones y cobrar por ellas, detrás existe un agónico mecanismo burocrático y de papeleo que conlleva proyectar, realizar y cobrar una simple presentación.

Arnaldo Rodríguez destaca el abanico de servicios que oferta Musicuba, entre ellos estudios de grabación profesionales, centros culturales para las presentaciones y una red de comercialización digital y física de la música. “El prestigio internacional que posee la Egrem es también una ventaja al ser representado por esa institución”.

Verónica* añade que, aunque la empresa debería tener en cuenta a las agrupaciones que integran su catálogo para conformar la programación de determinado evento que organiza, no siempre sucede así.

En esta misma línea, Gustavo* señala que pertenecer a una empresa hoy día no tiene ninguna ventaja. “Si cumpliesen con su objeto social que es representar a los artistas, dígase buscarles trabajo, agilizar gestiones.... pero hablando en plata, no lo hacen”.

El músico cree que más que una agencia de representación, las empresas son un medio de fiscalización de ingresos de los artistas; el único modo que tiene el Estado de, con alguna precisión, llevar un control sobre los ingresos de las unidades artísticas. “Son un organismo parásito que cobra hasta el 30 porciento de los ingresos del artista por simplemente obstaculizar el día a día”.

Elena* asegura que se siente desamparada como músico a pesar de pertenecer a la empresa provincial de la música Miguelito Cuní, en Pinar del Río. “Tenemos que hacer un análisis profundo. Me cobran un gran porciento por conciertos—pocas veces rentables. Tengo que encargarme de pagar el transporte, los ajustes de audio de escenarios…etc. Ni siquiera nos ayudan con la impresión de afiches, poster…”.

“En el mundo la gente se busca empresas que la represente legalmente, que muevan su trabajo, que lo promocionen, que hagan o promuevan proyectos, pero no tienes que pertenecer a una para ser legal. Sin embargo, aquí en Cuba, si no eres de una empresa, no puedes trabajar en el marco de la ley”, refiere Verónica*.

Por el contrario, Mauricio Figueiral considera que la inmensa mayoría de los cantautores y músicos que llevan una carrera musical independiente en otros países, tienen dificultades para acceder a buenas oportunidades y contratos de trabajo en los cuales estén sus intereses respaldados. “Los más destacados o los más aventajados comercialmente logran firmar con las grandes empresas de la música con contratos que a veces son maravillosos y otras, lapidarios para sus carreras. Sobran los ejemplos conocidos para ambos casos”.

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“Las empresas y agencias de la música y los espectáculos demandan de una profunda revisión de sus bases estructurales y funcionales”, trascendió en el Informe sobre la marcha del perfeccionamiento del sistema empresarial de la música presentado en el noveno periodo ordinario de sesiones de la novena legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Según el documento, se requiere de una transformación integral del sistema de la música cubana que garantice tanto el perfeccionamiento de su sector empresarial, como la continuidad de la subvención de las unidades artísticas de alto valor patrimonial y profesional, que no deben someterse a mecanismos de oferta y demanda.

Antes, el 30 de junio de 2019, durante la clausura del noveno Congreso de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, el presidente cubano Miguel Díaz- Canel, dijo que resulta inaceptable que no se comprenda que todas las instituciones culturales existen por y para los creadores y su obra, no a la inversa, y que el burocratismo y la falta de profesionalidad ahogan la creación.

“Se escucha mucho la queja —sobre la cual es importante que actúen las organizaciones de artistas— de que el sistema empresarial o las llamadas industrias culturales, con relación a la creación artística, en cuanto a su producción, promoción y comercialización, se han quedado atrás”, insistió entonces el mandatario.

Asimismo, agregó que la cultura puede y debe aportar al Producto Interno Bruto del país y para eso están sus empresas. “Sobran las insatisfacciones de artistas y creadores que deben gestionarse absolutamente todo para difundir o promocionar su trabajo, mientras quienes tendrían la responsabilidad de hacerlo ejercen una suerte de parasitismo desde la inactividad. Los artistas tienen el deber de pagar sus impuestos, pero no deberían tener que abonar a las empresas si estas no han tenido nada que ver con los contratos de trabajo, con su promoción ni con su amparo jurídico”.

Es un secreto a voces que ese parasitismo favorece la corrupción — enfatizó— y enmascara el incumplimiento de la función de representación y gestión de oportunidades para el creador y su obra. “Es inútil y engañoso que el escaso dinero de que dispone el país sea reciclado entre entidades sin ningún efecto en la economía real”.

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A casi cuatro años de las palabras del presidente cubano, la mayoría de los músicos entrevistados por Cubadebate para este reportaje califican a las empresas de la música como “parásitas” y consideran que son más las desventajas que ventajas de pertenecer a estas instituciones.

“La mayoría de las veces te gestionas el trabajo tú, pagas el transporte, y lo único que hacen ellos es recoger la factura. Te rebajan un porciento que en muchas ocasiones es para cubrir los pésimos resultados en su gestión”, comenta Elena*.

Ariel Díaz asegura que la desventaja más notable es la burocracia que media en cada acción. “El entramado a veces absurdo de pasos y papeleo. Esto se convierte más en obstáculo que en agilidad. Además de la falta de recursos reales para producir a tantos proyectos”.

Verónica* enumera entre los contras que los procesos legales de reclamación a un contratante por atraso de pago a una unidad artística son muy lentos y pocos eficaces; no cuentan con una promoción eficiente y mucho menos con recursos para hacerla; la producción es muy limitada; y casi todos los procesos y trámites para hacer una presentación en el exterior pasan primero por el ICM, después por el Mincult, y si estos no lo aprueban la empresa no puede hacer nada.

“Los proyectos se van deteriorando al pasar por varias manos decisoras que están sentadas detrás de un buró y no tienen idea de la realidad. Eso frena el desarrollo de la gestión cultural”, enfatiza.

Mauricio Figueral, por su parte, considera que la principal desventaja de tener un contrato con una empresa es que pierdes la total autonomía que te brinda ser un artista independiente. “Esto significa que la figura de la empresa va a intervenir y normar según sus estatutos y sus intereses todas tus actividades comerciales”.

Además, como la única manera legal de ser contratado por entidades estatales y particulares es a través de un contrato previo con la empresa, los artistas no reciben el pago de manera directa e inmediata.

“La empresa tarda en procesarlo entre un mes y medio y dos meses; a veces hasta más tiempo por demoras de la entidad primera que emite el dinero. Ese pago llega al artista con un descuento que oscila sobre el 20% retenido por la empresa, sea ella o no quien genere el trabajo o asuma los gastos de producción. Ese descuento es posible renegociarlo e irlo bajando a tu favor en la medida en que demuestres ser un generador efectivo de trabajo y de ingresos”, explica Figueiral.

Arnaldo Rodríguez comenta que en algunos momentos las trabas burocráticas lastran una gestión rápida y efectiva de determinado proceso comercial. “Además, a veces pasa que tu trabajo artístico y profesional se tramita por un personal con falta de capacidad creativa y empresarial”.

“Existen burocratismos extremos, audiciones absurdas y pérdida de tiempo en cosas que más que propiciar el desarrollo de la música, lo estancan. Las estrategias están obsoletas”, argumenta Zoe*, única de los entrevistados que pertenece al Centro Nacional de Música de Concierto.

¿Cumplen las empresas con sus responsabilidades con el artista?

Según el trovador Ariel Díaz, una simple mirada al contrato entre el artista y la empresa bastaría para constatar que se incumplen varios puntos, entre otras razones, porque este acuerdo legal fue confeccionado hace décadas en una realidad muy diferente a la de hoy. El apartado de “Obligaciones ante la Unidad Artística” parece de ciencia ficción—valora el músico—al incumplir rotundamente los siguientes puntos:

  • Realizar gestiones de comercialización de la unidad artística que le permitan en la medida de las posibilidades garantizar una fuente de empleo estable.
  • Realizar campañas promocionales a la unidad artística, tanto para la obtención de comercialización de la misma, como para la promoción del hecho artístico concretado.
  • Realizar estudios de mercados que considere necesarios para facilitar la más adecuada utilización de la unidad artística.
  • Informar a la unidad artística regularmente de su gestión, así como suministrarle las informaciones que sean pertinentes de acuerdo a la relación que se establece o que sean útiles para valorar la conveniencia de los servicios a pactar.
  • Brindar asesoría técnica al artista para la selección de su repertorio, vestuario e imagen artística, comunicación para cuestiones relacionadas con la presentación en el extranjero cuando así sea necesario y asesoría jurídica relacionada con la contratación de sus presentaciones artísticas.
  • Garantizar las condiciones necesarias para la ejecución de las presentaciones artísticas.
  • Atender las necesidades y requerimientos técnicos y de producción de la unidad artística.

Pero, a criterio de Ariel Díaz, esto no obedece necesariamente a incompetencia o mal trabajo de la institución, sino a la falta de recursos. “Aunque recientemente se puede notar un cambio, creo que este contrato debe ser revisado y adaptado a las condiciones reales de la escena cubana”.

Por otra parte, en el apartado “Penalidades” se puede leer: “Ante el incumplimiento total o parcial de una de las obligaciones contenidas en el presente instrumento la parte infractora procederá a pagar a la perjudicada por motivo del incumplimiento contractual una suma alzada, porcentual o calculada mediante otro indicador en relación con el valor de la presentación que debió ser garantizada, adecuando la sanción al grado de cumplimiento de la obligación, sin que esta resulte desproporcionada o abusiva.

“El pago de esta sanción pecuniaria no exime a la parte incumplidora del cumplimiento de su obligación, así como no sustituye la reparación de daños e indemnización de perjuicios derivados del incumplimiento, salvo que las partes pacten lo contrario”.

No se tienen noticias de que alguna vez se haya entablado una demanda de nadie ante la institución a pesar de la larga lista de incumplimiento por parte de ésta, considera el trovador. “La verdad tampoco sería justo cuando no puede realmente garantizar su parte del contrato por razones objetivas”.

Mauricio Figueiral sostiene el criterio de que la empresa cumpla o no con las responsabilidades que debe tener con el artista, depende en gran medida del interés que el propio creador le ponga al desarrollo de su carrera.

“Una empresa maneja muchas veces un amplio catálogo de músicos de los cuales no está pendiente en detalles. Por tanto, creo que en primer lugar es al artista a quien le corresponde acercarse e involucrar a la empresa en los proyectos que está desarrollando. Ya si la entidad no busca la manera de apoyarte, así sea con una carta para abrirte las puertas institucionales que necesites, entonces ahí sí comienza un problema de incapacidad y desinterés”, agregó.

Figueiral defiende la tesis de Ariel Díaz y asegura que ha sido testigo de las precarias condiciones en la que a veces se trabaja en las empresas de la música. “Por ejemplo, he visto a las tramitadoras con tres y cuatro proyectos de viajes y pasaportes de artista bajo el brazo caminando o pidiendo botella para cumplir con su contenido de trabajo por falta de un transporte de la institución. En casos como estos hay que primero conocer el esfuerzo que se está realizando para sacar tu proyecto adelante antes de reclamar nada”.

Arnaldo Rodríguez también está consciente de que no se le puede exigir una mayor gestión comercial a una empresa que no tiene acceso a medios de transportación, a elementos técnicos y de logística para organizar un espectáculo o un evento, y que no cuenta ni siquiera con financiamiento para invertir en un proyecto de un músico o unidad artística.

“Sin embargo, hay empresas con limitados recursos y posibilidades que han logrado resultados alentadores. Eso se debe al factor humano. Pero de forma general, las empresas de la música cubana carecen de ambos factores: la falta de financiamiento y soporte material, unido a la falta de capacitación profesional y ausencia de empresarios con la sensibilidad y habilidad necesaria para ‘moverse’ en la industria musical”, agrega el director de El Talismán.

Sobre este tema, Gustavo* dice que el incumplimiento de las responsabilidades con los músicos tiene que ver con que los catálogos están sobresaturados de unidades artísticas.

Por otro lado, Zoe* comenta que su empresa cumple con subvencionar a sus artistas, dado que la música clásica, al menos en Cuba, no es para el gran público, y genera menos ingresos.

“En lo personal cuando se hace algún tipo de doble vínculo o contrato laboral con otra entidad artística o cultural, no ha habido ningún inconveniente. Ahora, en términos de trámites de viajes, tienden a ser lentos y se hacen reuniones bastantes extensas, que atrasan esas presentaciones. Demasiada burocracia”, explica la instrumentista.

Alain* expone que entre las cuestiones que más afecta el trabajo de los artistas es que los pagos sean posteriores al trabajo, sin tener en cuenta el gasto de preproducción que lleva determinada presentación. “En última instancia deberían ser en dos partes. La primera debe contemplar todo lo que es el traslado y el gasto en promoción y que, además, estén articulados determinados sistemas para poder hacer estas inversiones porque ahora todo es por cheque”.

Según Alain*, es como si la empresa ignorara toda acciones que un músico tiene que emprender para poder realizar un concierto; y da por sentado que el artista tiene dinero para asumirlo.

“Nos resuelven nada, absolutamente nada. Es una traba para el artista”, se lamenta Elena. Si bien la empresa puede pedir desde un tres porciento, al grupo de Elena siempre le cobran, mínimo el 15, bajo la justificación que no reportan mucho dinero.

“Cuando vas a hablar con las personas que están capacitadas, acuden a la posición de fuerza de que, ‘si no te cuadra, te vas de aquí’, y los creadores nos quedamos con las manos atadas”.

Continuará…

*Algunos de los entrevistados para este reportaje prefieron ocultar su identidad.

En video, música cubana y mercado, ¿buen camino?

Vea además:

Detrás del telón: ¿Existe una industria de la música en Cuba? (+ Podcast)

Se han publicado 59 comentarios



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  • Habanero dijo:

    Leo el articulo y comentarios y con todo respeto me pregunto si esas empresas son parecidas a las Agencias de Contratacion , como Acorec sa, que resultan como una traba entre el contratado, el contratador, y el fisco Onat..cuanto se agilizarian los tramites; cuanto ganaria la Onat y el presupuesto del estado, cuanto se aplastaria la burocracia, quitando muchas estructura unicas inventadas por la propia burocracia.. !!

  • Santiaguero dijo:

    El tema es complejo y no puede irse de un solo lado, me parece que en pocos países los musicos, en sentido general se dedican solo a la música, salvo los de la música de concierto y a los que les ha ido muy bien, entonces hay mucha tela por dónde cortar, se habla del tema oportunidad de trabajar, de difusión en los medios, primero cuántos espacios, instituciones de la cultura vemos subutilizadas, espacios que van de Miles de capacidades, otros de 100, 300, 600, mil capacidades, para diferentes formatos y diferentes géneros esperando por los músicos, a pero hay una verdad que se impone poder de convocatoria, muchos se acostumbraron a qué los presupuestos asumieran sus presentaciones, no se van a encontrar a los que tienen poder de convocatoria planteando que no les buscan
    trabajo y no solo estoy hablandoin de los que se dedican al Reguetón o música urbana.
    El otro de tema de muchos son los medios, los programas musicales en la radio están ahí con los brazos abiertos, que pongan ejemplo en cuál lo han rechazados, para ir a los medios hay requisitos técnicos los conocedores del tema saben de que hablo, nada en la vida es absoluto siempre hay excepciones y si las empresas no son funcionales atender la programación y la logística de la musica que es obligada que se ejecute las absorbe en gran medida, del tema se puede hacer un libro

  • Linares dijo:

    Aprovecho humildemente este debate para opinar acerca del poco o casi nulo apoyo que se le da a la música cristiana (gospel) en Cuba. Hace poco disfrutamos de un de los programas de " En Zona" dirigido por Cristian Alejandro donde todos sus invitados eran dignos representantes de este género musical. Sin embargo, en mi opinión por alguna extraña razón en las entrevistas se notaba sierta presión en los invitados para hablar claramente del tema. Se usaron demasiadas frases disfrazadas para evitar decir que simplemente la música gospel se refiere a cualquier género musical con la única diferencia que sus letras son dedicadas exclusivamente a Dios. Asi lo he notado en otras entrevistas que le han hecho a artistas reconocidos que actualmente defienden está música como Ivette Cepeda y otros que han tenido que ser "malabares" en sus respuestas para declarar simplemente..."Yo le canto a Dios. No debiera extrañarnos cuando contamos en nuestro aservo cultural con decenas de canciones que le cantan libre y abiertamente a las deidades afrocubanas y a nadie le ha molestado. Por qué tantos límites y prejuicios con la música gospel? En muchos países este género es bien conocido y hasta se comercializa. Por qué no puede ocurrir así en nuestro país? Nada les invito a las empresas e instituciones de la música en Cuba a que visiten nuestras Iglesias y vean cuánto derroche de talento musical y artístico se e manifiesta allí. Espero sus comentarios bendiciones a todos...

  • Tonadista espirituano dijo:

    Las empresas de la musica son un mecanismo diabólico y parasitario,antro de corrupción le chupan la sangre a los artistas y en su mayoría al menos las q conozco están dirigidas pir mediocres.

  • Ezequiel dijo:

    Si se convierten en Mipyme va a ser peor el remedio que la enfermedad. La corrupción tendría más campo de acción

  • Santiago dijo:

    Evidentemente hay que empezar por reducir trámites y externalización algunos servicios.

  • H dijo:

    Y así, damas y caballeros, es como se gana un Premio Nacional de Periodismo. Si cada uno de los periodistas de medios estatales se encargaran de poner los dedos en la llaga como lo ha hecho Thalía en esta y en otras ocasiones, estuviéramos muco mejor, porque la prensa debe ser del pueblo, no de las empresas.
    Felicidades Thalía, por el premio y por este trabajo.
    Felicidades también por todos los mensajes negativos que te vas a ganar de parte del Mincult y de las empresas de la música, significa que diste donde es e hiciste un buen trabajo ;)

  • mariposa dijo:

    No estoy de acuerdo con que las instituciones culturales existen por y para los artistas , yo pienso que existen para garantizar la política cultural del pueblo , como la salud no existe por y para los médicos sino para garantizar la salud del pueblo por ejemplo, de hecho cuando Fidel habló de salvar la cultura no era referido solo a la creación artística sino que la cultura es arte, tradición , idiosincrasia ,patriotismo, orgullo nacional , etc. También creo que los egresados de las instituciones artísticas no deben tener el requisito de audiciones porque son graduados de nuestro sistema educacional. Creo que el articulo solo se refiere a un lado del problema, pero sobre eso en las empresas hay mucho por donde cortar .. siempre el error está en las instituciones?, las agrupaciones artísticas hacen todo lo que les corresponden? yo pienso que deberían investigar ..lo que si creo es que la cultura está pasando por el peor momento, desde el solo mirar para beneficio propio, mantenerse al margen del momento histórico , la falta de compromiso de muchos , la banalidad de otros y si , las instituciones pasan por falta de recursos y por muchas carencias de todo tipo y se desangrar por mantener los eventos que promocionen la cultura a costos inimaginables, este articulo dice muchas cosas que comparto pero aunque dice continuará.. deja muy mal sabor porque solo habla de un solo lado de este problema

    • Velociraptor dijo:

      Correcto mariposa este tema tiene muchas caras y algunas muy duras, trabajo en una agencia musical hace 8 años y aunque algunos d los temas son de vieja data me asombra q nadie al menos de los q han comentado, tocaran el tema del reordenamiento, todas las empresas d la cultura en estos momentos trabajan a razon de 24x1 en un contexto del pais en q la mayoria de las contrataciones para eventos o promoccion ya es obligatorio hacerlas con particulares q no trabajan con ese tipo de cambio? Quien asume ese deficit pues la empresa; pero digo mas algunas empresas estatales tambien se han "ajustado" y para muestra un boton, antes llevar una orquesta a Guantanamo la tarifa de Palco no llegaba a 30 mil ahora por ese precio y un poco mas solo llegas a Pinar del Rio y asi mil ejemplos si se va a decir q se diga todo y emplazo a los periodistas a q investiguen para cuando desarrollen la 2da parte del tema, esto tiene para varias temporadas

  • Hernan fernandez dijo:

    Las empresas de cuba completa no representan a los artistas en nada 1 no buscan trabajos y hacen unos descuentos grandes .2 para q existen las empresas sien todos los lugares contratan grupos que no están contratados en empresa y tienen pésima calidad 3 tienen que preguntarle a todos los artistas de este país contratados en empresa cuanto se demora la empresa para pagarle a un artista aun estando la trasferencia o el cheque en tiempo y forma que paga el que contaba al artista en este caso la entidad y la empresa paga cuando le da la gana nunca en tiempo siempre dos meses o un mes después por eso es importante que le pregunten a todos los músicos como se sienten estando en una empresa artística donde tienen pésima gestión de trabajo o no la hacen o simplemente se arrecuestan al músico para solo quitarles el por ciento que considero y consideran todos los músicos esta muy alto

  • Maykel Iglesias dijo:

    Las empresas comercializadoras de la música y los espectáculos en Cuba, distan mucho de representar verdaderamente y como merecemos los artistas. Verdaderamente recaudan, no comercializan, puesto que el trabajo lo "luchan" los artistas.
    En la música subvencionada aún hay muchos obstáculos, falta de instrumentos, partituras, atriles, para no hablar de locales, un gran número, para no decir la mayoría de las agrupaciones no contamos con una sede para ensayos, vamos itinerantes por las instituciones a ver si "nos pueden ayudar".
    El movimiento coral cubano cuenta con los salarios más bajos de la subvención, lo cual nos hace sentir subvalorados y nuestro trabajo es muy dificultoso y las agrupaciones cubanas ostentan un alto nivel que no se corresponde con el bajo salario y por ello muchos abandonan los coros para buscar un ingreso mejor y así estamos perdiendo nuestros cantores. Las empresas deben trabajar para verdaderamente representar a los artistas algo que no se hace correctamente. Queda mucho camino por andar.

  • MANOLO dijo:

    LO MAS TRISTE DE ESTE PANORAMA DE LA MÚSICA ES QUE LAS NUEVAS MEDIDAS ECONOMICAS QUE QUIEREN APLICAR TAMPOCO VAN A DAR RESULTADO, SE OLVIDA DESARROLLAR EL GUSTO PERDIDO EN CUBA POR LA BUENA MUSICA CUBANA Y OTROS GENEROS DE BUEN ARTE, ANTE EL TSUNAMI DE SEUDO ARTE Y VULGARIDAD EN LA MÚSICA QUE EXISTE Y QUE COMO CANCER SE EXTIENDE POR TODO EL PAIS , Y QUE AL QUERERLO IMPLICAR CON GANANCIAS ECONOMICAS HACEN MUCHO DAÑO PUES HAY MENOS MUSICA EN VIVO DE LOS BUENOS PROFESIONALES EN EL PAIS Y POR TANTO SE PIERDE LA PELEA VERSUS LA SEUDO CULTURA IMPERANTE, EL ORDENAMIENTO ENTRE SUS ERRORES SE OLVIDO DE LOS ARTISTAS, AHORA NADIE QUIERE PAGARLE LOS ARTISTAS LO QUE REALMENTE VALE, SERA MEJOR PAGARLES UN BUEN SALARIO A LOS QUE QUIERAN COMERCIALICARSE COMO ERA ANTES POR UNA SERIE DE ACTIVIDADES EN EL MES Y GANARIA EL PAIS MAS Y MEJOR CULTURA EN TODO Y LA JUVENTUD PODRIA VOLVER A INTERESARLE UNA MEJOR REFERENCIA DE LO QUE ES BUEN ARTE, Y NO LA CASI MONOCULTURA ARTISTICA QUE CRECE EN ELLOS, PORQUE NO HAY CONTRAPARTIDA DÓNDE PUEDAN COMPARAR Y CONECTARSE CON SU VERDADERO ADN CUBANO, LA CULTURA ES ESCUDO Y ESPADA, HOY ESTAMOS TRISTEMENTE DEFENDIENDONOS, EN VES DE USAR MAS LA
    ESPADA, GRACIAS

  • Clemente dijo:

    El gran problema es la cantidad de unidades artísticas en los catálogos y la mayoria sin demanda, este sistema debe ser: si gustas tienes trabajo, si no búscate en otro sector. Lo otro es que hay mucha corrupción. Para trabajar en un carnaval tienes que llevar en mano mínimo el 10% del importe de la factura a los.dos funcionarios duros y decisores del carnaval: el vocepresidente del gobierno que atiende recreación y la director municipal de cultura, puedes ser el mejor.musico.del.mundo que si no cumples con esto, simplemente NO entras al carnaval. La otra condición para participar es ser amigo del presidente del gobierno provincial o del primer secretario del.PCC, por esa vía tienes asegurado el trabajo en carnavales. De esta forma asegura entrada en los carnavales de.muchas provincias Candido Fabre y el grupo Karachi, ellos van directo a los gobiernos provinciales y PCC. Así es que hay dos formas de asegurar trabajo: ser amigo del gobernador y el secretario en PCC o entrar con dinero en mano al director municipal o su testaferro el programador y el vice presidente del poder popular municipal. Lo mismo sucede en el turismo. Los jefes de animación se han hecho ricos pues todos los artistas tienen que darle dinero o a través de los artistas y directores artísticos sacan cientos de miles de pesos. Es un sistema totalmente CORRUPTO.

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Angélica Arce Montero

Angélica Arce Montero

Periodista de Cubadebate. Graduada de Periodismo en la Universidad de Pinar del Río (2014). En 2019 se habilitó como narradora-comentarista deportiva (ICRT). Máster en Entrenamiento Deportivo (2020). Colaboradora del programa televisivo Mesa Redonda.

Thalía Fuentes Puebla

Thalía Fuentes Puebla

Periodista de Cubadebate. Licenciada en Periodismo por la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana (2019). Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año (2022). Ha obtenido premios y menciones en el Concurso Nacional de Periodismo "26 de Julio". Contactos: thalyfuentes14@gmail.com. En Twitter: @ThalyFuentes

Edilberto Carmona Tamayo

Edilberto Carmona Tamayo

Subdirector de Desarrollo y Soporte a los Medios de Ideas Multimedios. Licenciado en Periodismo en 2016 por la Universidad de Holguín. Contacto: edilberto@cubadebate.cu

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