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Pablo, el periodista que contó cosas extraordinarias

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Pablo de la Torriente Brau. Foto: Archivo.

Cuando se habla de corresponsales de guerra cubanos en la historia hay que mencionar a Pablo de la Torriente Brau. Apenas comenzó la Guerra Civil Española en 1936, sintió desde Nueva York que su deber como periodista y amante de la libertad era estar en aquella contienda del otro lado del Atlántico. Tenía 35 años.

“Me voy a España, a ser arrastrado por el gran río de la revolución. A ver un pueblo en lucha. A conocer héroes. A oír el trueno del cañón y sentir el viento de la metralla. A contemplar incendios y fusilamientos. A estar junto al gran remolino silencioso de la muerte”, escribió el periodista.

En carta a Ramiro Valdés Daussá, el 4 de agosto de 1936, señaló: “En España también se están aclarando hoy –¡y de qué manera!– nuestros propios problemas y trazándose el curso de nuestros días futuros. Y yo quiero estar allá. Es mi deber, mi gusto, mi mejor oportunidad. No he podido ir a Nicaragua, pero, o soy un mierda, o lograré irme a España”.

Si de internacionalismo, solidaridad y corresponsalía de conflictos bélicos se trata hay que hablar, ineludiblemente, de Pablo, uno de los más de mil cubanos que lucharon en la Guerra Civil Española.

El catedrático español Jesús Cano Reyes señala que “Pablo de la Torriente es una excelente medida del impacto de la Guerra Civil Española en Cuba y un punto de partida necesario en la historia de sus corresponsales hispanoamericanos”.

Uno de los rasgos distintivos de la labor de Pablo como cronista de guerra en España fue su compromiso político con la causa que reportaba. Al respecto, el periodista Roger Ricardo Luis destaca:

“La labor como corresponsal de guerra ha de verse orgánicamente vinculada al resto de su actividad política. Él tuvo conciencia del papel de la narración periodística en tanto discurso político; el periodismo devino trinchera por excelencia debido a la sencilla razón de que fue su principal forma de comunicación como activista político, un acto que en él se daba de manera natural por su carisma, cultura autodidacta, sentido el deber, de la compresión martiana de que Patria es humanidad y de la capacidad innata para decir”.

Pablo de la Torriente Brau constituye un referente imperecedero en la historia de la corresponsalía de guerra cubana. Su libro Peleando con los milicianos da cuenta de ello. Sobre la narrativa pabliana, Roger Ricardo expone:

“Su crónica bélica está sensiblemente marcada por el estilo cinematográfico, arte que lo deslumbró y por el cual sentía profunda admiración y, sobre todo, porque solo de esta manera, como cámara viviente que capta, siente, oye, recorrió con el apremio de las veinticuatro imágenes por segundo el drama del campo de batalla”.

Pablo fue arrastrado, como él afirmó, “por el gran río de la revolución”. El periodista puertorriqueño-cubano, sensibilizado con la causa española en un contexto entre dos guerras mundiales, constituye una expresión irrefutable de lo que el Apóstol previó como política exterior de la Revolución Cubana, seguida, años más tarde, durante la guerra de liberación nacional en la Isla contra la tiranía de Fulgencio Batista.

Sobre Pablo, dijo Fidel Castro:

“En los años previos a nuestra Revolución, mil cubanos organizados por el primer Partido Comunista combatieron en España defendiendo la República. Ellos escribieron páginas imborrables de heroísmo, que la pluma de Pablo de la Torriente Brau recogió para la historia, hasta que la muerte en combate tronchó la vida del brillante periodista revolucionario”.

En carta a Raúl Roa, fechada el 18 de agosto de 1936, De la Torriente escribió:

“Y hay, como siempre en mí, la emoción del impulso que me dice que allá está mi lugar ahora. Porque mis ojos se han hecho para ver las cosas extraordinarias. Y mi maquinita para contarlas. Y eso es todo”.

Pablo murió en Majadahonda, el 19 de diciembre de 1936. Lo hizo al lado de los milicianos. Lo hizo reportando la guerra. En Cuba, 85 años después, seguimos esperando sus restos.

Foto: Cortesía de Daniel Jiménez Vaquerizo.

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  • Mrian dijo:

    Gran hombre, gran periodista. Conocí su historia porque mi escuela secundaria en Miramar llevaba su nombre. No lo podemos olvidar.

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Andy Jorge Blanco

Andy Jorge Blanco

Periodista de Cubadebate. Licenciado en Periodismo por la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana en 2020. Trabajó como redactor multimedia de Telesur (2019-2020). En twitter: @ajblancocu

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