Cubadebate

Somos una pequeña isla que, temerosa de la salud de sus hijos, cerró puertas al posible contagio de una pandemia que todavía atemoriza al mundo. Pero para nadie es un secreto que la enfermedad coló su estilete en el ritmo insular, y golpea a compás de martillo, hoy más que nunca, a las familias del territorio. Una de las víctimas: la Feria Internacional del Libro, con la consiguiente cuarentena de la familia de los amantes de la literatura y de los que apuestan por el mundo otro de la fantasía y el ruedo de las buenas nuevas de la poesía.

Sin embargo, el asombro del quehacer no ha dejado de tener sitio en el pequeño espacio de la editorial El Abra y su exiguo personal creador: en tiempos de la pandemia no ha dejado plaza libre al ocio y ha puesto en la fase de arte final casi una veintena de libros que, sin ningún apuro, fueron floreciendo en una producción hecha con infinito amor y cortesía para con sus autores.

Si bien esos libros no están en la mano lectora en calidad del producto impreso que todos esperan, hoy son parte de una realidad que se abren paso en pequeñas proporciones en el nuevo mundo digital del cual queremos ser parte, o sea, genio y figura entre la prole promocional. Varios cuadernos han dados a la luz virtual, fruto del empeño y labor creadora de autores, editores, correctores, diseñadores, diagramadores y demás trabajadores de la Editorial, en espera de la concreción de un producto que apuesta por el olor convocante de la tinta fresca.

Libros como El niño de la botella verde, de Julio Cesar Sánchez; Crónicas de Oneiros, de Carmen Rosa; Walandy, de Jorge Luis Garcés; Pasatiempos, de Vivian González e Iliá Valdés y Colonia de Hormigas, del guantanamero Eldys Baratute, son títulos infantiles que hacen antesala en las páginas virtuales de esta cruzada cultural del libro en tiempos de pandemia.

La poesía, como esas palabras que todos hemos querido decir alguna vez, deja impregnado el polvo, la penumbra, el viento, el silencio, los gestos comunes, la luna, la ciudad, el mar, en poemarios como Duermo en paz porque canto, de la poeta Mireya Rodríguez, Mi modo de cantar, de Rafael Carballosa, Décimas para reír y cantar, del repentista pinareño Yosvany Díaz Martínez (preparado en formato epub) y el cancionero Isla que se escapa a otros corazones, del hasta hoy inédito trovador Yasnovi Pérez.

La narrativa también revela los enigmas de esta isla que ya no se pierde en el tiempo con obras como Náufragos, del conocido escritor Nelton Pérez; Sin dejar de ser yo, de la autoría de Reynaldo Duret Sotomayor (nuestro flamante diagramador); así como Sólo me queda una isla, de la escritora Luisa Herrara Martínez y Eslabones, del santafereño Virgilio A. Cruz Pupo. También Ediciones El Abra se complace en publicar sendas obras: La casa nueva, del dramaturgo Francisco Fonseca Leyva, y pone su empeño en testimoniar sobre un ritmo musical autóctono del territorio desde libro Mongo Rives: El Rey del sucu suco, del escritor avileño Fernando Pérez Martínez (del cual ya circulan algunos ejemplares en físico, publicados en vista de su onomástico número 92). Por otra parte, está en la caja editorial Conozca a Cuba primero, de Evelin Queipo, y el libro de cocina multipremiado Comer con identidad, de Liudys Carmona y Frank Rodríguez (en su segunda edición).

Tiene El Abra como encargo especial y, en espera de la poligrafía nacional, un libro que narra las peripecias de un médico pinero de la Brigada Henry Reeve (Yoydel Santines), que viajó al epicentro de la pandemia en Europa ─justamente a la ciudad italiana de Turín en el mes de abril del 2020─, y desde allí, en magistral simbiosis, intercambia sus experiencias con quien esto escribe, dando lugar a una suerte de testimonio novelado intitulado Hilando Puentes. Este libro que narra las peripecias de una ciudad sitiada por la pandemia de la COVID-19, cuenta con una versión en epub.

A pesar del confinamiento en nuestras casas, pusimos todo nuestro empeño con un trabajo a distancia de todo el equipo editorial, que cuenta con la labor de Jorge Luis Garcés, director de la editorial, Eduardo Sánchez Montejo (editor), Yohamna Sánchez y Ponce de León (correctora), además de la incansable programadora, Mariselis Suárez, y el ingenioso diseñador y diagramador Reynaldo Duret Sotomayor, e incondicional apoyo de la Dirección Municipal de Cultura en el territorio y el Instituto Cubano del Libro.

Al igual que el resto de las editoriales territoriales del país, disponemos de una nueva máquina RISO, que sin duda hará que en estos tiempos de incertidumbre nuestra editorial El Abra siga respirando en sintonía con el ritmo insular, pero… con los pulmones del planeta.

En video, el médico Yoydel Santines ofrece declaraciones exclusivas a Cubadebate sobre el libro Hilando puentes