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Con “Pino” Solanas se va un gran hombre

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Alberto Breccia. Foto: Diario Popular.

Conocí a Alberto Breccia en 1990, durante el Primer Encuentro Iberoamericano de Historietistas, celebrado en La Habana. Me impresionó sobremanera la sencillez y pienso que hasta timidez de aquel hombre enjuto que hacía, más que cómics, una buena cantidad de cuadros que luego organizaba para contar una historia. Cada uno de sus dibujos puede figurar como piezas independientes.

Años después, estando en el Hotel Nacional, sede de los festivales de cine, vi entrar a un hombre alto, que gesticulaba, con una melena peculiar y me dijeron: es Solanas. Yo había visto, ¡cómo no! La hora de los hornos, ese documental crónica de nuestra América, aunque se centre en Argentina. Fue considerada la ópera prima de Fernando “Pino” Solanas quien en 1968 había filmado junto a Octavio Getino.

Entonces Pino ya tenía alguna experiencia en el audiovisual porque había trabajado la publicidad y realizó un corto en 1962. Pero aquel encuentro con los hornos marcaría su camino en el séptimo arte.

Con catorce documentales en su haber, su primer largometraje de ficción fue Los hijos de Fierro (1975), seguido por El exilio de Gardel (Tangos) (1985), Sur (1988), El viaje (1992), La nube (1998) y deja inconcluso Afrodita, el sabor del amor (2001).

Con Sur, una película que estremeció a La Habana vestida de Festival de Cine en 1988, ganó la Palma de Oro como director en Cannes ese mismo año. Recuerdo la presencia del director y de Susú Pecorado, su actriz protagonista, aclamados en el cine Yara y en cuanta sala se presentó el filme.

Con La Nube, resultó premiado en el Festival de Cine de Venecia, y en La Habana recibió el Gran Coral a su trayectoria en 1998, mientras en el 2007 resultó habitante distinguido en Santiago de Cuba, por la Asamblea Municipal del Poder Popular local.

Junto a esa rica historia de cineasta, Pino Solanas une un copioso dossier de actividades políticas. Fue senador, diputado, candidato a la presidencia, se exilió debido a un atentado; produjo y publicó libros, tuvo una vida intensa que el inmundo bicharraco, llamado Sarv-CoV-2 o Coronavirus, truncó en París, Francia, donde era embajador por el gobierno argentino ante la UNESCO.

¿Y qué tiene que ver Alberto Breccia con esta historia? Que sus dibujos sirvieron como cortina para la película El viaje de Solanas y motivo para que yo entrevistara al director argentino.

Sobre aquel encuentro escribí en La Jiribilla Alberto Breccia es el Picasso de la historieta, me dijo el cineasta Fernando “Pino” Solanas en un atardecer de diciembre de 1992. El director argentino había venido al Festival de Cine de La Habana a presentar su filme El viaje. Quienes han visto esa cinta disfrutaron de numerosos cuadros de Breccia realizados por él especialmente para esa película.

Solanas sentía una sana envidia por los historietistas: “Ellos pueden hacer todo lo que quieran, cualquier fantasía, en el cine existen límites”, dice. De hecho el reconocido cineasta (Tango, El exilio de Gardel, Sur…) en sus inicios fue historietista, pero su admiración por Breccia es singular: “Él logra, — me comentó entonces — una manera muy particular de hacer historietas, y lo importante es que nunca se ha estancado”.

En un reportaje de Página 12 encontré estas palabras, del cineasta que murió este siete de noviembre.

“De todos los tipos de argumentos que se filman, no hay ni uno que se corresponda con lo que está pasando: ¿quién filma el Yomagate, la droga que entra por todos lados, el Yabrán? Muy pocos arriesgan. Y yo, bien o mal, hago cine de riesgo. En El viaje pongo a Menem y a Bush jugando al tenis de rodillas. Y a la Argentina como líder de la OPA (la Organización de Países Arrodillados). Hago bajar a Gardel de un auto en París y cantar “Anclao en París”, y la gente se lo cree sin cagarse de risa. Después entra San Martín y se arma una mateada. Ahí hay riesgo. Algunas de esas escenas fueron las más celebradas en países en que no saben quién mierda es Menem. Porque, en definitiva, todo se reduce a si la escena está lograda o no. Con buenas ideas solamente, mejor nos quedamos en casa”.

(Tomado de El Caimán Barbudo)

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  • Jorge R 09 dijo:

    Excelente director de cine argentino, las películas argentinas son muy reputadas y sin embargo no sucede así en sus telenovelas.

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Paquita Armas Fonseca

Paquita Armas Fonseca

Periodista cubana especializada en temas culturales. Colabora sistemáticamente con Cubadebate y otros medios digitales como La Jiribilla, CubaSi y el Portal de la Televisión Cubana. Fue directora de El Caimán Barbudo.

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