VALIENTES: Una historia, de las muchas que hay para contar
Una casi nunca es consciente de que es valiente, en parte, porque en la vida no hay tiempo -o más bien oportunidad- para reflexionar sobre ello.
Además, la palabra asusta, quizás, por sus matices semánticos de heroicidad: “Soy valiente”, es algo que pocos se atreven a decir, ni siquiera para sus adentros.
Por suerte, en los últimos años el significado del término, más allá del que dicta la Real Academia de la Lengua Española, se percibe más real, y los valientes no son, solamente, los superhéroes impuestos por la industria del entretenimiento, los héroes de alguna batalla, los soldados.
Hay en el anonimato de las hazañas silenciosas, por cotidianas, no pocas valientes entre nosotros. Laurita es una de ellas.
No había que esperar este momento para reconocer sus fibras, porque ella ya había mostrado señales de pujanza. En definitiva, no cualquiera pedalea en bicicleta desde La Habana a Artemisa o alcanza la cima del pico Cristal.
Sin embargo, a los ojos de muchos, seguía pareciendo frágil (y la fragilidad no se asocia a la valentía).
El timbre de su voz, la figura menuda y su gusto por mantenerse “arreglada” aun en los lugares más recónditos, ocultaban esa otra parte que también compone su ser.
Laurita lloró tanto como puede llorar una hija a un padre, mas, su fortaleza le alcanzó para hacer frente a la tristeza del adiós definitivo, y después asumir el paso de los días sin dejar de buscar otra forma de felicidad.
Con apenas unas semanas de embarazo y a punto de casarse, su novio Alejandro Bombino Rodríguez, fue seleccionado para integrar una de las brigadas del Contingente de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, y prestar servicios en Italia, uno de los países más afectados por la pandemia.
En este periodo de ausencia las lágrimas no han sido escasas. Extrañar parece poco ante la preocupación por dos vidas: la de él, cuya posición lo expone a un elevado riesgo y, sobre todo, la del bebé que, aun en el vientre, puede sentir las angustias de mamá.
Por ellos, por si misma, con la ayuda de su madre y de sus afectos, ha encontrado la forma de combatir temores, o lo que es lo mismo, permanecer todo lo tranquila que le exige su estado.
En estos meses de la presencia de la pandemia en Cuba, son múltiples las historias de los valientes: médicos, personal de la salud, trabajadores en general, estudiantes universitarios y profesores que se encuentran en los escenarios más riesgosos.
No obstante, poco se ha hablado de esos otros valientes, los que están, no detrás, sino del lado de quienes se arriesgan para salvar vidas, los que esperan en casa y apoyan desde la distancia, aunque a veces apoyar duela.
No hubo en Alejandro, mucho menos en Laura, un ápice de duda cuando surgió la propuesta para partir; tampoco para aplazar una boda que estaba a punto de celebrarse. Ambos entendían que hay circunstancias que demandan entereza.
Dentro de unos años, el hijo de ambos conocerá esta historia y tal vez sentirá doble orgullo, el de saber a su padre médico internacionalista, y a su madre, una fotógrafa incapaz de doblegarse fácilmente, aun en las jugarretas más inesperadas del destino.
(Tomado de Radio Coco)
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Me siento muy satisfecho con la información que recibo de Cuba debate, me siento actualizado con la verdad de nuestra Patria y mundo en general. Los felicito y les doy las gracias por la labor que realizan. Éxitos.
Bueno la boda se aplazo de manera obligatoria porque las notarias no estan brindando ese servicio y ademas no se pueden hacer actividades festivas.
Y esta muchacha yo la conosco creo que estudio en la CUJAE, Mis Saludos
Mi amiga bella y grandiosa! Pareja valiente! Los quiero mucho y me enorgullece su actitud ante las adversidades! Los felicito!
Por que no hay mas historias como estas? Cuanta familia se ha quedado esperando y apoyando a sus valientes que han partido a cumplir una mision???? Necesitamos reconocer a esos que en la retaguardia apoyan la epopeya de todo un pais.
FELICIDADES¡¡¡¡¡¡