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Ruta a Chernobil en los 34 años de la catástrofe (+ Fotos)

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Casi a la 01:23:45. de la madrugada del 26 de abril de 1986 el IV reactor de la Central Electronuclear Vladimir Ilich Lenin estalló y Chernobil se detuvo. Foto: Roberto Chile

En noviembre de 2019 el invierno ucraniano no era tan duro como esperábamos. Desde La Habana el calor rotuno nos perseguía por medio planeta. Sin embargo Kiev estaba gris, los árboles con hojas ralas o ninguna; a veces una fina llovizna o la niebla. Nada de nieve pero sí varios grados bajo 0. Acaso alguna escarcha nocturna. Aun en ese estado de confusión climática, Kiev conservaba la distinción de siempre.

Nuestro equipo de Resumen Latinoamericano Cuba tenía el propósito de ir a Chernobyl. Filmábamos (ahora en montaje) un documental de la tragedia en la gente, en aquellos niños y niñas que fueron a curarse a Cuba y salvaron su vida. Había que comenzar por el principio.

Después de muchos trámites exitosos, fuimos autorizados a entrar a filmar a la zona de exclusión. Gratis, en agradecimiento a la solidaridad brindada por Cuba ante la adversidad. Partimos de Kiev un viernes a las 5 am en un recorrido de unos 180 km. Éramos un equipo cubano ucraniano.

La periodista Olena Pantsiuk, oriunda de Pripiat nos acompañaba también. A lo largo del camino, a medida que nos acercábamos a la zona de exclusión, los bosques alertaban de lo que vendría. Siempre recordaba los bosques de los libros infantiles ucranianos de mi infancia y a tientas intentaba encontrar entre la maleza triste, la infancia en el Caribe. Extraño azar que me ponía delante por primera vez las imágenes lejanas pero en una postal distinta, sepia, de recuerdo perdido.

Equipo de trabajo de cubanos y ucranianos que visitó Chernobil. Foto: Roberto Chile

Casi a la 01:23:45. de la madrugada del 26 de abril de 1986 el IV reactor de la Central Electronuclear Vladimir Ilich Lenin estalló. Innumerables muertos por el impacto inmediato y posterior en Rusia, Bielorrusia y Ucrania. La nube radiactiva alcanzó a toda Europa. Miles de enfermos de cáncer y enfermedades de la piel hasta hoy. En un área de 2 mil 600 kilómetros de territorio, casi un centenar de pueblos y poblados desaparecieron, tuvieron que ser evacuados, plantados en otra parte.

A lo largo del camino, metidas en el bosque, todavía quedan algunas viviendas de piedra, monumentos, desechos de lo que alguna vez fue un lugar normal, que escaparon al entierro de las viviendas de madera y otros materiales que yacen bajo tierra. A veces bien dentro del bosque descubres campamentos improvisados. Gente que vuelve y la sacan y vuelve… una y otra vez.

Y llegas a un punto de control, el que da la bienvenida a la publicitada ruta Chernobyl Tour. Lo sabía pero es difícil de creer la venta de suvenires con alusión a la radioactividad. Seguimos de largo. Nos ponen una guía, una joven de un pueblo relativamente cercano. Ella no había nacido cuando el accidente pero relataba con encomiable precisión todos los datos aprendidos. Amable, no tenía miedo porque según ella, los que trabajaban allí se habían vuelto inmunes… ¡quién sabe a cuantas cosas! De manera profesional expresó que no se podía comer, ni poner nada en el suelo, ni tocar nada. Nos llevaría por el camino donde supuestamente la radiactividad no hacía daño. Nos pusieron dosímetros. Estábamos advertidos.

Cierra la tarde en Pripiat, Chernobil, noviembre de 2019. Foto Roberto Chile.

La ruta de un lado y otro del bosque enmarañado, con sus suspiros raros y los nuestros nos llevó hasta la misma Central. Allí estaban todos los reactores, el sarcófago que cubre desde 2016 el IV reactor, un monumento descomunal de hormigón y metal de 110 metros de alto, 150 de ancho y 256 de largo. Un edificio en pie acoge aun las salas de control de los cuatro reactores de Chernobyl. Después de cambiarnos de ropa, incluidas mascarillas, comenzó esa parte del recorrido.

Resultó impresionante que las salas de los tres reactores permanecieran intactas. Al menos así parece… Trabajan ingenieros y técnicos que regulan la radioactividad. Esos trabajos se extenderán hasta el 2060 y entre 4 y 5 mil personas laboran en la zona de manera permanente por periodos rotativos. Aun cuando todos los reactores ya están detenidos.

Recién habían abierto al público la sala de control de IV reactor después de su restauración. Causaba pena. De tecnología idéntica a las otras tres, apenas percibes metal chamuscado por el fuego y la depredación. Se siente ahogo. Es más de lo que el ser humano debería ver o saber…

Pripiat. Edificio de la ciudad, noviembre de 2019. Foto Roberto Chile.

Después, el final, Pripiat. Todavía había luz. La entrada mísera resalta la desventura. En esa época sobre las tres de la tarde el sol empieza a caer. Fue una ciudad hermosa… Un camarógrafo aficionado recogió las imágenes del día 26 de abril de 1986 en la mañana. Ya había ocurrido la explosión pero pocas personas lo sabían. La mañana de primavera transcurría normal, se ve a una madre que llevaba a su hija o hijo en un cochecito… La imagen me remitió a El acorazado Potemkin del cineasta soviético Serguéi Eisenstein. El andar de una ciudad… todo normal.

Olena, la periodista ucraniana que nos acompañaba, empezó a llorar. Traía a su hija adolescente que no conocía Pripiat, llevaba consigo el álbum fotográfico de infancia que rescató de la que fuera su casa en una visita a escondidas luego de años de haber salido de allí. Ya estaba cayendo la tarde y el frío se venía encima sin piedad.

El arca que guarda los muñecos de Peluche de los niños de Chernobil que quedaron en sus casas después de la explosión, hoy es un museo. Foto: Roberto Chile

Hay rutas abiertas entre las que fueran las calles de la ciudad: El hotel extrañamente majestuoso. Olena nos habla del boulevar. Esa fue la calle peatonal… queda en pie Cristo en la enredadera. Parece una obra de arte contemporáneo. Debajo de él, ofrendas. Cada vez más va quedando menos. Antiguos pobladores de Pripiat lideran un movimiento en contra de propuestas para demoler los edificios que aún en pie. Ellos defienden que sea la naturaleza la que se los lleve, que el hombre no siga destruyendo.

El parque infantil, el carrusel, la librería, un pájaro muerto en el suelo, las hojas secas que quedaron del otoño al pie de los árboles, la oficina del antiguo komsomol o juventud comunista de la ciudad… Recuerdo que en Cuba leíamos el periódico de la juventud comunista soviética, Komsomólskaya Pravda, en español, La verdad del komosmol…

Equipo de realización de Resumen Latinomericano Cuba en la sala de control del reactor II de la Planta electronuclear de Chernobil. Foto-Roberto-Chile

Nos cruzamos con turistas ruidosos. Nosotros fuimos perdiendo el habla, por el frío, por la tristeza. Cayó la noche. Fue un regreso lento y pesado a Kiev. Nos quedaba entrevistar a las niñas y niños de ese relato. A Dimitri, que vivía en Pripiat y cuyo padre liquidador murió un mes después del accidente nuclear.

Hoy sabemos que Chernobil arde en las llamas. Olena me escribió un triste mensaje. El fuego va y viene como la gente de allí que sigue entrando a escondidas a reencontrarse y a agarrar lo que puede. Algunos dicen que luego se venden los objetos en los mercadillos locales.

Fuimos tal vez nosotros el último equipo de prensa que entró a Chernobyl antes de los fuegos y el coronavirus de este año. El fuego sigue. Pripiat y Chernobil susurran la inocencia perdida.

Boulevar principal de Pripiat. Foto: Roberto Chile

Ruta Turística de Chernobil. Foto: Roberto Chile

Chernobyl. Hojas de otoño en el bosque. Foto Roberto Chile

Sarcófago del IV Reactor de la Central Electronuclear de Chernobil. Foto: Roberto Chile

(Tomado de Cubaperiodistas.cu)

Se han publicado 13 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Adrian dijo:

    Sugiero encarecidamente ver la serie Chernobyl, muy buena y relata paso a paso lo que ocurrió aquella madrugada del 26 de abril. Muy bien ambientada, incluso viendo la foto del equipo de prensa en la sala de control me pareció estar viendo la serie. Realmente maravillosa.

    • Rodney dijo:

      Si muy buena, algunos matices anticomunistas, pero revela tambien los errores del socialismo sovietico, la burocracia y la corrupción que llevo al colapso a la URSS.

  • yeniel cepero dijo:

    Triste historia está, yo no había nacido aún, nací en 1988, pero me imformado mucho sobre este lamentable suceso. A los interesados y que no le gusta leer mucho, le recomiendo la serie "Chernobyl" es corta y muy interesante, narra el suceso, desde la noche antes de la catástrofe. Lo único bueno de todo esto fue la conciencia creada para los nuevos proyectos

  • Bluejet dijo:

    Fue y sigue siendo una situación lamentable y que dice a todos el peligro de errores y faltas de responsabilidad en el desarrollo de la tecnología nuclear, así como una desenfrenada carrera armamentista. Pripiat es o era, una pequeña ciudad a unos 140 km de Kíev. Me duele doblemente pues estudié mi carrera en la ciudad de Kíev, así como estudios de doctorado, por lo que guardo un sentimiento especial hacia dicha ciudad, donde tengo entrañables amigos.

  • Nálvara dijo:

    Triste pero lindo trabajo periodístico.
    Me gustó leerlo

  • Cuco dijo:

    Cuando vayan a proyectar el documental promocionenlo por todos los medios, sin duda será interesante y más si Roberto Chile es parte del grupo de producción.

  • AL dijo:

    La catástrofe de Chernóbil fue el accidente nuclear más grande que ha ocurrido en la historia de la humanidad que costó la vida a miles de personas y secuelas a otro tanto, sin contar los daños producido al medio ambiente y la naturaleza del lugar.
    Muchos niños de Chernóbil fueron atendidos en Cuba con enfermedades provocadas por la exposición a las radiaciones, como parte de la solidaridad del pueblo y el gobierno cubano a todo aquel que lo ha necesitado.
    A 37 años de la catástrofede Chernóbil que sirva de llamado a todos los países que usan esta energía con fines pacíficos para un uso responsable y controlado y que decirle aquellos que la usan con fines bélicos, la tierra es nuestra casa común si la dañas todos nos perjudicamos
    NO A LAS ARMAS NUCLEARES.

    • Sergio dijo:

      La Energia Nuclear es la más limpia y segura que existe hasta nuestro días,,,, puede firmar y ponerle el cuño.

      Las ARMAS NUCLEARES?, ya esto es más complicado, ya está el grupito que las tiene, y otros que siguen "metiendo cabeza" con el fin de tenerlas, y otros que han hecho el "caso del perro", y las tienen. Ya esto es complicadisimo, infelizmente,

      Saludos,

  • Luis Angel dijo:

    Muy bueno el sitio nunca lo había visitado m agrado y einformo quede complacido

  • L.R.A dijo:

    Los cubanos en pleno perìodo especial atendiò a esos niños dañados de Chernobyl.
    Asì era Fidel, por eso aunque tengamos poco ese espìritud de cooperar que nos enseñò llegan hasta hoy, a pesar de que seguimos bloqueados y tan criticados por muchos.
    Muchos niños se salvaron y otros mejoraron gracias a Cuba, al cuidado que les diò.
    Me siento orgullosa de ser cubana, con obras como esta.

  • Tyrion dijo:

    Leyendo el relato y comparándolo con lo sucedido es como si estuviéramos allí...me encantaría vivir esa experiencia de cerca..muy interesante e impresionante en especial las fotos... bonito trabajo

  • Pinareña dijo:

    Hoy sin darme cuenta de la fecha comencé a ver el documental Chernobyl. Cuanta desesperación se siente. Y que triste que fuera hoy el día del aniversario del accidente. Aún recuerdo los niños llegando a Tarará. Que altruista el gesto de Fidel. Ojalá que aprendamos de Chernobyl para que no hayan más Pripyat.

  • Yurlen dijo:

    Felicidades a todos los periodistas que realizaron este excelente reportaje!!!! ...solo quisiera saber como acceder al documental que se ha mencionado, pues me interesaría verlo???

Se han publicado 13 comentarios



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Maribel Acosta Damas

Maribel Acosta Damas

Periodista cubana, especializada en Televisión. Es profesora de la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana y doctora en Ciencias de la Comunicación.

Roberto Chile

Roberto Chile

Cineasta y curador de arte cubano. Su ejercicio profesional como documentalista ha estado vinculado íntimamente al quehacer político y vital del Comandante en Jefe Fidel Castro.

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