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“La patria os contempla orgullosa”

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En la Plaza del Himno en Bayamo. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

Este domingo 20 de octubre se celebra en todo el país el Día de la Cultura Cubana. Se cumplen 151 años de la toma de la ciudad de Bayamo por el Ejército Libertador. En medio de aquella alegría se entonó por primera vez el “Himno de Bayamo”, denominado La Bayamesa, como expresión de su carácter revolucionario y del lugar en que nacía la rebeldía nacional. Desde entonces sus notas presidieron todos los actos del movimiento independentista.

Sería el campamento mambí, mezcla de hombres y mujeres, de blancos, negros y chinos, de cubanos e internacionalistas de América Latina, de Europa y de Norteamérica, donde en el fuego intenso de la manigua se cociera el “ajiaco cubano”. Diversas formas culturales asociadas al modo de ser, hacer y pensar desde Cuba y para Cuba fueron constituyendo los elementos culturales que hicieron inalterable la decisión de independencia. La conciencia patriótica, desde entonces fue la conciencia revolucionaria.

El destacado etnólogo y sociólogo cubano Fernando Ortiz, recurrió a la metáfora para describir el proceso de formación de la cultura cubana: “la imagen del ajiaco criollo nos simboliza bien la formación del pueblo cubano”. Una investigación más reciente de la información genética de la población de Cuba reveló el mestizaje de sus habitantes. Según el estudio un 70% proviene de europeos, un 20% desciende de los africanos, un 8% de aborígenes y cerca de un 2 % de chinos.

Esa diversidad genética y cultural nos distingue como cubanos. Sus orígenes se remontan al siglo XVIII, cuando ocurrieron varios acontecimientos socio-culturales que posibilitaron el desarrollo intelectual de la sociedad criolla, la formación de la conciencia nacional, el surgimiento de los ideales patrióticos, la realización de las primeras conspiraciones separatistas, las que influyeron años más tarde en el pensamiento independentista y en la formación de la nacionalidad cubana. Entre los más representativos se destacan las fundaciones del Seminario Conciliar de San Basilio Magno en Santiago de Cuba (1722); el Colegio de San Carlos que más tarde se fundió con el de San Ambrosio en La Habana (1773); y la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de la Habana (1728).

Es precisamente en estos dos últimos donde se formaron varios hombres, muchos de los cuales resultarían con el paso del tiempo, cubanos ilustres, próceres de la independencia. Destacan Félix Varela y Morales (1788-1853), José de la Luz y Caballero (1800-1862), Carlos Manuel de Céspedes del Castillo (1819-1874) y Rafael María de Mendive (1821-1886). En 1838 Céspedes obtuvo el título de Derecho y treinta años después en el oriente del país, echó a un lado la toga para iniciar las luchas por la independencia y erigirse en Padre de la Patria. Mendive culminó idéntica carrera en 1844 y se destacó por su patriotismo y amplia creación literaria. Fue durante varios años el maestro y protector de quien se convertiría en el más universal de los cubanos: José Martí Pérez.

Generaciones tras generaciones de cubanos crecieron y se formaron en esa escuela de patriotismo e ideas revolucionarias. El movimiento revolucionario de la década de 1950 —liderado por Fidel— fue consecuencia de un proceso originario, donde la conciencia política de los sectores sociales que participaban iba en ascenso. El pensamiento y acción de las luchas de 1868, 1895 y 1930 como máximos exponentes de la liberación nacional, se interrelacionaron con las ideas de Marx y Lenin, como teoría científica para interpretar los problemas del país y fundamento esencial de la liberación social.

Con el triunfo revolucionario en 1959 comenzó un proceso de trasformación de la sociedad cubana. La educación, servicios médicos, ciencia, cultura y deporte, estuvieron en la primera línea de atención. El panorama era bastante complejo, existían un millón de analfabetos, seiscientos mil niños sin escuela y diez mil maestros sin empleo. En todo el país había noventa y cinco hospitales y uno solo de ellos en el campo.

Paralelamente con la reforma agraria cual demoledor golpe contra el latifundismo, se fundaron instituciones culturales con acceso para todo el pueblo: Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, Casa de las Américas, Teatro Nacional de Cuba, Orquesta Sinfónica Nacional e Imprenta Nacional de Cuba. También comenzó la conversión de las fortalezas militares en escuelas y la construcción de ciudades escolares.

Desde los meses iniciales de 1961 se desarrollaba en toda la nación la campaña de alfabetización —el acontecimiento cultural más trascendente de la historia de Cuba—. Más de doscientos mil voluntarios, enseñaron a leer y escribir a setecientas siete mil personas en menos de un año. Nada pudo detener aquella fiesta del saber, ni la invasión mercenaria por Playa Girón en abril, ni el terror provocado por las bandas contrarrevolucionarias, que incluyó acciones criminales contra los adolescentes y jóvenes que instruían, y contra los analfabetos que aprendían.

En ese propio año, Fidel sostuvo fructíferos intercambios con un grupo de escritores y artistas cubanos, en la Biblioteca Nacional José Martí durante tres días de junio de 1961, donde se plantearon dudas e incertidumbres acerca de la Cuba que se deseaba construir y el papel de la creación artística y libertad de expresión en la nueva sociedad. Durante el diálogo y en el discurso de clausura, el máximo líder de la Revolución expuso sólidos argumentos que marcaron las bases de la política cultural de la nación, la cual precisaba la incorporación de todos los intelectuales y escritores en favor del nuevo proyecto revolucionario.

Expresó con claridad que la revolución socioeconómica tenía que producir inevitablemente una revolución cultural en el país. Los argumentos de Fidel estaban bien pensados, era consciente de la importancia que tuvieron estos sectores en la formación y consolidación de la nacionalidad cubana y de su función en el enfrentamiento ideológico a las campañas enemigas. Las que de inmediato se concentraron en tergiversar la profundidad y alcance de las ideas concretadas en el discurso de cierre de esas jornadas, que trascendieron con el título de Palabras a los intelectuales.

Su impulso descolonizador y tercermundista, el carácter unitario, antidogmático y de comprensión profunda de las particularidades del arte y la literatura de aquella posición de principios, ha permitido aglutinar a las distintas generaciones del movimiento artístico e intelectual. Dos meses después, se celebró el primer congreso de Escritores y Artistas, que culminó con la creación de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

Desde entonces y hasta la actualidad, la aplicación de la política cultural ha transitado por diferentes etapas —con más avances que retrocesos— a pesar de los intentos del enemigo de dividir a los creadores, de utilizarlos con fines subversivos y de los errores propios cometidos en su implementación. Es recurrente que estos temas generen polémicas y puntos de vistas divergentes en diversas publicaciones escritas, radiales, televisivas y redes sociales.

Aprovechemos el Día de la Cultura Cubana para estudiar, dialogar, reflexionar y debatir sobre el desarrollo cultural de la nación. Los invito hacerlo desde el ideario y obra revolucionaria de Fidel, que sintetiza lo más avanzado del pensamiento intelectual cubano, que integra las ideas de Martí y las doctrinas de Marx, Engels y Lenin, en la construcción de una sociedad culta, libre e inclusiva. Bebamos todos de ese manantial inagotable que es la cultura y la nación cubana, con la convicción que “La patria os contempla orgullosa”.

Fuente:

Monumento a Perucho Figueredo en Bayamo. Al fondo, en azul, su Casa Natal. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

Perucho Figueredo, autor del Himno Nacional de Cuba y uno de los inciadores de nuestras luchas por la independencia. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

(Texto tomado de la página de Facebook del autor)

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  • Juan Luis dijo:

    Alicia no ha muerto, vive y vivirá eternamente en el corazón de todos los cubanos. Pasó a una dimensión superior, para continuar brillando junto al sol y a las estrellas. Siempre estuvo y estará junto a su pueblo, porque nos legó su obra que la inmortaliza. Hasta siempre, eterna Alicia.

  • Vicente Antonio de Castro y Bermúdez dijo:

    La verdadera ciudad héroe de este país,hermosa plaza Céspedes centro de su casco histórico. Estuve para esta fecha hace 2 años en esta hermosa ciudad y pude disfrutar de un verdadero acto de patriotismo a 150 años del suceso.Este tipo de eventos son los que me hacen sentir orgulloso de ser CUBANO.

  • Ale Mejias dijo:

    El autor, oportuno como siempre, nos regala este homenaje a la cultura cubana en víspera de su día y nos enseña cuanta relación tiene desde su propia formación con la cubanía, el patriotismo y el carácter revolucionario que distingue a la gran mayoría del pueblo. Me sumo al agasajo.

  • Jose R. Oro dijo:

    Formidable el articulo del destacado intelectual cubano Abel González Santamaría, muy acorde con la tradición mambisa de Cuba, resonando cada vez mas. ¡Muchas felicitaciones por este trabajo, que ha sido recibido con aprobación y emoción por muchos lectores!

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Abel González Santamaría

Abel González Santamaría

Es abogado cubano, Doctor en Ciencias Políticas y Máster en Relaciones Internacionales. Investigador de las Relaciones Interamericanas y Seguridad Nacional.

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