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Senadores y representantes invierten en contratistas del Pentágono

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Lindsay Renick Mayer
Opensecrets

Más de 151 miembros del Congreso -Senado y Cámara de Representantes- invirtieron hasta 195 millones de dólares en las mayores empresas contratistas proveedoras del ministerio de Defensa, obteniendo ganancias por la ocupación militar de EEUU en Iraq y Afganistán, según un estudio del Centro para la Política Responsable (CRP, por su sigla en inglés), un organismo independiente.

Cuando en abril de 2008, el general David Petraeus, el más alto oficial del ejército de EEUU en Iraq, fue a la Colina del Capitolio para informarle al Congreso, en realidad se dirigió a unos legisladores que tenían mucho más que una preocupación política por la invasión de Iraq. Los mismos senadores y representantes que convocaron a informar al general y al embajador de EEUU en Iraq tenían millones de dólares de dinero propio invertido en corporaciones que participan del negocio de la guerra como proveedoras al departamento de Defensa (DoD, por su sigla en inglés, conocido también como el Pentágono).

En 2006, las carteras de inversiones de 151 miembros activos -más de la cuarta parte del Congreso, que tiene 100 senadores y 435 representantes- tenían entre 78,7 y 195,5 millones de dólares invertidos en corporaciones que suscriben contratos con el Pentágono por cantidades superiores a 5 millones de dólares. Las carteras de inversión incluyen participación en compañías del complejo militar-industrial que cada mes reciben miles de millones de dólares por fabricar y vender a las fuerzas armadas de EEUU casi todas las aplicaciones militares, desde aviones y armas a suministros médicos y refrescos.

Entre los legisladores que han invertido su dinero en corporaciones contratistas del DoD se encuentra John Kerry, senador demócrata por Massachusetts y candidato presidencial en 2004, hasta con 38.209.020 dólares; el representante republicano por Nueva Jersey Rodney Frelinghuysen, con 49.140.000 dólares; el representante republicano por Carolina del Norte Robin Hayes, con 37.105.000; el representante republicano por Wisconsin James Sensenbrenner Jr., con 7.612.653; el representante demócrata por California Jane Harman, con 6.260.000; el representante republicano por Michigan Fred Upton, con 8.360.000; el senador demócrata por West Virginia Jay Rockefeller, con 2.000.002; el representante republicano por Wisconsin Tom Petri, con 5.800.000; el representante republicano por Texas Kenny Ewell Marchant, con 1.163.231; y el representante republicano por Texas John Carter, hasta con 5.000.000.

Cuarenta y siete miembros del Congreso (o el 9% de los 435 miembros de la Cámara y 100 del Senado) invirtieron en 2006 en compañías que trabajan principalmente para el sector Defensa. El precio actual de las acciones promedio de estas sociedades es casi dos veces más alto que en 2004. El CRP estableció que las inversiones de los legisladores en estas empresas contratistas les rindieron utilidades personales de 15,8 a 62 millones de dólares entre 2004 y 2006, incluyendo dividendos, ganancias sobre el capital, derechos e intereses.

Las compañías que tienen inversionistas en el Congreso recibieron más de 275,6 mil millones de dólares del gobierno en 2006. El valor mínimo de las inversiones personales de los miembros del congreso en empresas contratistas de Defensa aumentó el 5% entre 2004 y 2006. Empero, debido a que los legisladores están obligados a divulgar sus activos solamente en gamas amplias muy generales, el valor de estas inversiones pudo subir tanto como el 160%, o incluso caer en un 51%.

El senador demócrata John Kerry y el representante republicano James Sensenbrenner, considerados los dos miembros más ricos del Congreso, estuvieron entre los legisladores que entre 2004 y 2006 obtuvieron mayores ganancias por sus inversiones en corporaciones contratistas del ministerio de Defensa: Sensenbrenner ganó por lo menos 3,2 millones de dólares y Kerry cosechó un mínimo de 2,6 millones.

La mayoría de los miembros de los comités del Senado de Relaciones Exteriores y de Fuerzas Armadas son inversionistas importantes en las compañías de Defensa, aunque los participantes en otros comités relacionados con Defensa también tienen inversiones semejantes. El senador Joe Lieberman -independiente por Connecticut-, presidente de los comités del Senado de Seguridad de la Patria y de Asuntos Gubernamentales, invirtió por lo menos 51.000 dólares en compañías contratistas de Defensa en 2006. El representante Howard Berman -demócrata por California-, que dirige el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara, invirtió por lo menos 30.000 dólares en compañías de Defensa.

Como las operaciones militares en Iraq y Afganistán se ampliaron y transformaron, también necesitaron bienes y servicios que se extendieron más allá de helicópteros, vehículos blindados y armas. Las corporaciones gigantes ajenas al sector de Defensa, tales como Pepsico, IBM, Microsoft y Johnson & Johnson, también recibieron contratos del Pentágono y todas constituyen inversiones bastante populares entre los miembros de ambas ramas del Congreso y el público en general.

Un portavoz de Sensenbrenner, quien apoyó la política de la administración Bush en Iraq, dijo que las acciones del representante fueron heredadas de sus abuelos y que son manejadas casi enteramente por sus consejeros de inversión. Según un portavoz del senador Kerry, quien fue particularmente crítico de la estrategia y las políticas de la administración Bush en Iraq, el legislador es beneficiario de inversiones de confianza de su familia que él no controla.

Actualización de Lindsay Renick Mayer (de "Opensecrets")

Cuando nos sentamos a escribir esta historia, teníamos en mente a algunos de los contratistas de guerra más obvios: Boeing, Lockheed Martin, General Dynamics, etc. Pero cuando terminamos, supimos que casi cada legislador invirtió en contratistas de Defensa porque el alcance de la guerra llegó a un punto en que involucró los servicios de corporaciones nada sospechosas, más bien inverosímiles, por ejemplo Pepsi y Johnson & Johnson. Significa que no sólo fue difícil que los legisladores evitaran poseer tales inversiones, también fue igualmente duro para cualquiera del público dirigir claramente una cartera diversificada de primer orden.

Sin embargo, los miembros del público no tomaban decisiones sobre la legislación de Defensa que podría afectar al valor de esas inversiones. Los legisladores por supuesto continúan haciéndolo así y continúan aferrándose a estas inversiones: en 2007, sus activos relacionados con Defensa valían entre 5,3 y 11,1 millones de dólares (resulta imposible calcular el valor exacto porque los legisladores declaran el valor de sus inversiones en gamas amplias). Los informes personales del acceso financiero de 2008 ahora también están disponibles en OpenSecrets.org [en inglés] en:http://www.opensecrets.org/pfds/search_cid.php.

Los legisladores no sólo se benefician personalmente de las corporaciones del sector Defensa, sino también políticamente. En los primeros tres meses de 2009, las compañías del sector aportaron casi 2 millones de dólares a los candidatos, a los comités de partidos y a los comités de acción política, con el 57% del total yendo a los demócratas. En el ciclo de la elección 2008, el sector entregó 23,5 millones de dólares. El representante John Murtha (demócrata por Pennsylvania), presidente del subcomité de Asignaciones de Defensa de la Cámara, recogió 2,6 millones, más dinero colectado del sector que cualquier otro legislador desde 1989. Murtha consiguió algo de leña -y mucha atención- este año por sus conexiones con la ahora difunta empresa de lobby PMA Group, investigada por el FBI por denuncias de violación de leyes de financiación de campañas. Los clientes de la empresa eran sobre todo compañías de Defensa que buscaron asignaciones del subcomité de Murtha.

Ya que el puntero de la cronología del presidente Obama para comenzar a traer de vuelta a las tropas se dirigió de Iraq, será interesante averiguar si los legisladores continuarán invirtiendo en contratistas de guerra, especialmente si disminuye su necesidad durante los años que vienen (y, por lo tanto, los lucrativos contratos con el DoD).

Hemos quedado satisfechos de que la gran prensa principal se haya interesado en sus portadas por las finanzas personales de los legisladores, además de sus variadas conexiones financieras con la industria de Defensa. La prensa frecuentemente toma datos de OpenSecrets.org y cita informes nuestros como éste, incluyendo al Wall Street Journal, Washington Post, New York Times, prominentes bloggers y muchos "perros guardianes" ("watchdogs", denominación que alude a los observatorios críticos de los medios). Es relevante que el público entienda la relación completa entre los legisladores y las compañías afectadas por sus decisiones legislativas. Sólo entonces el grueso público puede determinar si se están tomando decisiones basadas en el dinero o los méritos.

Para leer más acerca de cómo legislan el lobby, las finanzas personales y el tráfico de influencias, revisar el blog del CRP enhttp://www.opensecrets.org/news/.

Y para hacer cualquier investigación, basta con sumergirse en nuestra base de datos personal sobre acceso financiero:http://www.opensecrets.org/pfds/index.php.

Fuente: Opensecrets, 3 de abril de 2008, "Strategic Assets", por Lindsay Renick Mayer. Estudiantes investigadores: Leora Johnson y Michael Seramin. Evaluador académico: Peter Phillips Ph.D., Sonoma State University.

Fuente original:http://www.argenpress.info/2009/10/proyecto-censurado-senadores-y.html
Traducción: Ernesto Carmona (especial para ARGENPRESS.info)

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  • Luis Enrique Ramos dijo:

    No resulta extraño lo expresado por el autor.

    Ninguna persona medianamente informada ignora que el Complejo Militar Industrial, conceptualizado desde Eisenhower y potenciado por sus sucesores, es la espina dorsal del gran negocio bélico.
    Evidentemente, no es excepcional que el mismo dinero que ha surgido de la plusvalía del negocio de las armas, haya servido para hacer llegar a los curules a congresistas y senadores.

    Por otra parte, las guerras por recursos naturales (minerales y combustibles en primer orden, cierran el ciclo que permite el acceso a las materias primas imprescindibles para continuar la producción de medios ofensivos y garantizar el eficiente funcionamiento de todo el sistema.

    Saludos y gracias.

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