Imprimir
Inicio »Noticias, Medios  »

Ignacio Ramonet: "Hoy los periodistas están poco protegidos"

| 6

ignacio-ramonet-columna1Por Horacio Bilbao
Revista Ñ

Desde que Internet se volvió masiva, digamos, hace unos 15 años, el trabajo de los periodistas entró en una nueva dimensión. Si contar, analizar y contextualizar los hechos centrales de nuestra civilización siempre ha sido la tarea, esa tarea está cada vez más conectada, invadida, por otra impostergable, la de explorar las características de esta nueva atmósfera mediática.

Expertos en arte, política, economía, deportes o cualquier otra especialidad, dividen su tiempo y libido en analizar el medio que les cayó encima, en tratar de entenderlo para terciar en esta encrucijada que por ahora no ofrece salidas claras. Lo sabe bien el semiólogo español Ignacio Ramonet, que ha pasado por la Argentina respondiendo a una metralla de preguntas.

Llegó para hablar sobre las rebeliones en el mundo árabe y para difundir su nuevo libro, La explosión del periodismo. Internet pone en jaque a los medios tradicionales (Capital Intelectual) y ha andado a los saltos entre el mundo virtual y el físico para explicarse. Del laboratorio al terreno de juego, del pensamiento a las prácticas concretas. De la crisis europea a esta Argentina en la que todo se debate y cuestiona. Y todo, en una atmósfera de enorme confusión.

-Su libro está atravesado por un concepto clave: la inseguridad informacional. Y para explicarlo apela a factores negativos, muchos devenidos de Internet. ¿No cree que esta inseguridad informativa, a largo plazo, puede favorecer el desarrollo de una mirada crítica de las audiencias?

-Mi intención no era presentarlo ni positiva ni negativamente, sino hablar de un concepto que hasta ahora no había sido descrito, la inseguridad informativa. Hoy, cuando los ciudadanos toman contacto con la información, no están seguros de que esa información sea verdadera. No me refiero a una intencionalidad de mentir, sino a que el sistema mediático no puede garantizar en el momento que emite la información, que esa información sea verdadera. Por ejemplo, todos los días nos enteramos de que Gadafi se encuentra en tal lugar, que va a ser detenido, que al hijo de Gadafi lo dieron por detenido... ¿Quién está en el origen? No me interesa. Me interesa que la información no funciona.

-¿No importa a quiénes beneficie o perjudique?

-No es pertinente. Lo que me interesa es que el sistema tiene averías. No puede impedir que una información no verificada, que va a ser desmentida, llegue al público. El sistema que se dice "el más sofisticado de la historia de la comunicación", con más tecnología, es incapaz de dar una información elemental. Eso es lo que llamo inseguridad comunicacional. Es semejante a muchas otras inseguridades. La alimentaria; consumes carne o fruta y te estás envenenando. La inseguridad, de una dimensión estructural en nuestras sociedades modernas, también existe en la información.

-La erosión de la confianza se suma a la erosión de los soportes físicos -el libro habla de la información como fluido constante- y los medios enfrentan un escenario preocupante. Las respuestas que venimos dando son pobres, ¿habrá salida?

-Quizá nuestro error sea pretender que una información, cuando la recibimos, ya esté perfecta. Eso es una exigencia de la era industrial, que se caracteriza precisamente porque las cosas se realizan, se fabrican, exactamente como han sido previstas. En la era digital no es así. Aunque nos choque, aunque nos escandalice, la información, cuando se difunde, es una información aproximada. Tenemos que ir perfeccionándola, interviniendo con herramientas, corrigiendo de aquí y de allá. Los propios periodistas, el sistema mediático, ya no controlan la información. En cierta medida, ya no ejercen el monopolio de la información. Hay que contar cada vez más con la información de los internautas para poder construir una información más exacta.

-Es llamativo que esa pérdida de confianza en los medios no se traslade a las compañías de Internet, a Facebook, Twitter y Google, que son empresas y se están quedando con las rutas de circulación informativa. ¿Cómo ve ese nuevo esquema?

-En esta fase incipiente en la que estamos, eso aún no se ve. Muchos internautas no ven que Google es una empresa, hace sus negocios, tiene sus beneficios gigantescos. Por el momento se ve el aporte de estas redes sociales. Pero yo digo en el libro que la información, en el sentido estricto de la palabra, se ha transformado en una materia prima estratégica: una empresa de telefonía gana más dinero que una petrolera. Se hace dinero utilizando esa materia prima que es la información.

-Hay quienes ven en esa relación con Google o Facebook un mecanismo de dominación del tipo deleuzeano, foucaultiano, que es voluntario, no coercitivo...

-Yo diría que en este momento hay una colaboración objetiva entre los usuarios y las empresas. Primero los usuarios les están agradecidos por haber inventado las herramientas que antes no existían. Esa fascinación hace que no se vea la relación de poder que varios filósofos plantearon.

-Pese a las calamidades que sacuden la escena mediática, ve un horizonte de democratización de la información.
-Eventual.

-Destaca ideas como la de Nicholas Carr, que dice que Internet idiotiza. Si esto es así, difícilmente se vuelva más democrática, es contradictorio.

-Teóricamente, Internet permite una mayor democratización del conocimiento y un uso democrático de la política. Muchas informaciones indispensables ya circulan por Internet. Entonces, teóricamente, se puede avanzar hacia una democratización del saber, del conocimiento. Ahora, las dificultades son las de siempre. Carr dice que cuanto mayor es la extensión, menor es la profundidad. El no dice que idiotiza, sino que desarrolla ciertas aptitudes. Por ejemplo, ser capaz de saltar de un tema a otro muy rápidamente. Eso imposibilita prácticamente profundizar en un solo tema... Lo que se gana por un lado, se pierde por otro. Internet es a la vez una posibilidad virtual de ir hacia una democratización del conocimiento y de la información pero también es la posibilidad de ir hacia una cretinización de la sociedad informatizada.

-Y apenas pasaron 20 años...
-Sería imprudente decir, como hace mucha gente, "Internet es  ya una catástrofe".

-¿Quiénes serán los nuevos encargados de marcar agenda? ¿Wikileaks? ¿"Celebrities" que en Twitter tienen más seguidores que muchos medios? Pueden tener información de primera mano pero no van a contextualizarla...

-Por el momento es muy confuso. Internet, digamos, es el porvenir mediático. Vamos en esa dirección. Los poderes aún funcionan con los hábitos tradicionales y aún no han aparecido nuevos medios de información en línea capaces de tener esta influencia de marcar agenda. Pero ya hay indicios. Por ejemplo, quien más marca la agenda en la política interior americana no es The Washington Post ni The New York Times. Es Politico.com, un diario digital para el que escribo. Han inventado un ritmo nuevo de hacer información, se consagran a la política del Congreso y a la actividad del Congreso y por consiguiente la información tiene un funcionamiento nuevo. Y si los medios tradicionales siguen teniendo influencia ¿por qué es? The New York Times que vende 200.000 ejemplares en una tirada, digamos, de 350.000 tiene 43.000.000 de usuarios en la Web. Esa es la masa crítica del diario. Digo que ya están surgiendo medios nuevos, específicos de la era de Internet y que están marcando agenda, pero no se puede extrapolar al resto del mundo.

-¿Cuáles son los medios más afectados?

-No son los periódicos, es la CNN, que tal vez vaya a desaparecer el día menos pensado; algo inconcebible el 11 de septiembre de 2001. Los periódicos no van a desaparecer, porque la sociedad seguirá necesitando información con otro ritmo, más lenta, que es lo que permite la prensa escrita, con periodistas capaces de contextualizar, que es algo fundamental para situar la noticia en tiempo y espacio. Y, por otra parte, la capacidad de que un medio escrito tenga algo que ver con un estilo literario. Los ciudadanos siempre querrán leer historias bien contadas. Hay que recordar que el público actual está mucho mejor formado que cualquier otro público de una época anterior, y está exigiendo más... Hay razones para ser optimistas.

-Pero el escenario para los periodistas se volvió frustrante. El espacio para el reportaje se reduce y seduce más el documental o la publicación de libros. ¿Son alternativas reales?

-Los mejores periodistas de la prensa televisada se están yendo al documental, efectivamente. Por otra parte, hoy en día, existe esta gran angustia por parte de los periodistas ya que su estatuto social se ha degradado, la situación material y social a escala internacional...

-Pienso en el caso del Journal de Montreal: la redacción estuvo de paro y el periódico siguió saliendo con el aporte de los usuarios hasta que los periodistas cedieron en sus reclamos.
-Es una lección, la he seguido de cerca. Resulta que cuando los periodistas recurren a la huelga, se puede hacer el diario simplemente convocando a los internautas.

-¿Qué pasa con las asociaciones de periodistas, los sindicatos?

-No sólo eso, también las sociedades de periodistas porque en Francia en particular, muchos periódicos, como el caso de Le Monde, donde trabajé, que se crearon en contextos como la liberación de Francia y donde los periodistas tenían un poder importante en la gestión del periódico, la crisis económica de esos diarios ha llevado a la casi desaparición del rol de esas sociedades. Por consiguiente, hoy los periodistas están muy poco protegidos.

-Aquí, en la Argentina, el clima es raro: categorizaciones, eufemismos, periodistas militantes, periodistas corporativos, ¿será necesario que los periodistas definamos una posición?

-Creo que el deber principal de un periodista es producir información según criterios profesionales. Hablar de periodistas militantes es una contradicción en su término, pero existe. Y también existen empresas militantes. Eso no es bueno para los periodistas, no es bueno para la relación que tiene que tener el medio con la sociedad. La sociedad necesita del periodismo. El periodismo está para desvelar lo que no funciona en una sociedad desde muchos puntos de vista. En una sociedad democrática, este tipo de debate que ustedes tienen aquí en la Argentina, surgen. Mira, Francia con toda su experiencia democrática, con todas sus precauciones, instituciones que vigilan, deontología, tiene este debate. Hay allí un sector público que depende, en cierta medida del Estado, pero siempre se sospecha que el gobierno pueda intervenir. Por otra parte hay grupos mediáticos muy importantes que defienden sus intereses empresariales y también se sospecha que lo que publican, sobre todo hablando de Francia donde los grupos empresariales son grandes grupos que trabajan para el sector militar o el de la construcción, esté relacionado con sus intereses. Este debate no es un debate argentino, si me permiten. Ocurre en todo el mundo.

-Pero habrá singularidades...

-Estuve en Ecuador y ocurre el mismo debate, en Venezuela este debate lleva diez años. En muchos países de América latina existían lo que podemos llamar latifundios mediáticos. Hoy en día, hay gobiernos democráticamente elegidos en perfecta legalidad que están tratando de crear un mayor equilibrio entre el sector público y el sector privado. Les restan una parte del espacio a los antiguos latifundios y esto crea un debate. Hay que verlo como un debate democrático porque hoy en día los grupos mediáticos, el Gobierno, el Estado o los periodistas, tienen interés en que se clarifique esto. El mayor interés de los periodistas es salvaguardar su derecho en dar una información que no es determinada por el poder del dinero o por el poder político.

-Ha estado con Fidel Castro, con Correa, con Chávez, ¿qué transmiten con respecto a su visión de lo que debe ser la relación con los medios? Saquemos a Cuba, un caso distinto.

-Sí, allí, sencillamente no hay discusión. Y yo creo que Correa y Chávez, como tantos otros dirigentes, lo que tratan de crear es un servicio público de información. Que no sean las empresas las que tengan todo el poder mediático, que tengan menos. No por ello han conseguido reducir la intensidad de los ataques contra estos gobiernos, que son democráticos. Basta con leer la prensa dominante en Venezuela. Aunque Chávez se ha sometido a once elecciones lo tratan de usurpador. El busca crear un espacio nuevo. Yo creo que eso es sano.

Se han publicado 6 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Roberto Dante dijo:

    roberto dante
    Lanús, Argentina, 14.10.2011

    Entre tantos temas planteados por Ramonet me detengo, y tomo como punto de partida para este texto, en su concepto sobre (cito): "La inseguridad informativa".

    Recorto un par de ejemplos, en Latinoamérica, de la lucha contra los Oligopolios en los Medios de comunicación y sus proyecciones futuras.

    Hoy: En Argentina, Moreno pide juicio político para el juez Fernando Miguel Durao a cargo del caso "Papel Prensa". Cuyos dueños mayoritarios son los Diarios "Clarín" y "La Nación" , los que imponen los precios y las formas de distribución para el papel que requieren los medios de prensa impresa.

    Ayer: La Segunda Sala de lo Penal confirmó el fallo dictado por el juez Juan Paredes de Ecuador a favor de Correa en su juicio “c/ periódico El Universo sobre…”.

    Se puede afirmar que llegó “La Hora de los Pueblos” para enfrentarse a los dueños de la Historia Oficial.

    Esta línea de pensamiento me permite confirmar como equívocos (o, ¿interesados?) los dichos del especialista en Medios de Comunicación Murillo Zamora, que, además, exhibe su desmesura cuando, con liviandad, afirma: “En algunos países hay medios que, durante los procesos electorales, hacen manejos sesgados de la información para favorecer a determinado candidato y obstaculizar a sus rivales; como en Nicaragua, Argentina e incluso Costa Rica”.
    Sorprendente, nada dice sobre EE.UU; porque no se puede hablar de Latinoamérica sin incorporar los planes estratégicos del imperialismo para las Naciones que la componen. Como ignorar el pacto de silencio entre los comunicadores y la Casa Blanca cuando Eisenhower aprobó la financiación de la invasión a Cuba; o los acuerdos de la CIA con los grandes medios de expresión Latinoamericanos para inducir y sostener las Dictaduras militares de los años 60 y 70; o el silencio ante la creación de múltiples cárceles “secretas” (para supuestos terroristas) en Medio Oriente, hasta que El Pentágono tuvo que revelar su existencia gracias a Wikileaks. Creo que son demasiadas “lagunas” sobre hechos inducidos por el mismo Sujeto histórico.
    Sobre el enfrentamiento de los Presidentes Latinoamericanos Kirchner, Lula da Silva, Chávez, Morales y Correa con los grandes medios oligopólicos de comunicación, voy desarrollar como caso emblemático el juicio ganado por el Presidente de Ecuador, Rafael Correa (en autos: Rafael Correa c/ periódico El Universo sobre…) El cual me permite reflexionar sobre algunos temas afines a los avances de los movimientos populares en Latinoamérica sobre el imperio y las burguesías locales que son serviles al mismo.
    Recientemente el inglés Jeremy Browne confirmó en Ecuador su defensa por la libertad de prensa. Cuidado, podemos caer en la trampa de aceptar linealmente lo dicho, sin hacer uso de nuestro pensamiento crítico. Éste nos permitirá escuchar “los silencios” que esconden las elaboraciones gramaticales. Dice: Libertad de prensa o…libertad de ofensa o…libertad de empresa. ¿De qué libertad estará hablando el secretario Jeremy Browne? Cito: “El secretario de Estado Británico para América Latina, Jeremy Browne, defendió hoy en Ecuador el valor de una prensa “libre”. Lo dijo, y agregó que el Reino Unido “tiene una postura muy firme a favor de la libertad de “expresión”.

    Retorno a mi pregunta inicial: ¿De qué libertad estará hablando el secretario…? Y, ¿qué hace el secretario de estado del Reino Unido?
    Sólo balbucea que el caso del diario El Universo “es principalmente un asunto interno de Ecuador”; mientras interfiere en los asuntos internos de Ecuador. Jeremy Browne, como vocero del colonialista Reino Unido, acciona a favor de los Grandes Medios Oligopólicos de Comunicación.
    ¿Los pueblos?
    A pesar de la grisura y la impostura de los mensajes mediáticos, se rebelan, como en África, Oriente Próximo y nuestra Latinoamérica.
    Comparto con el Presidente Correa que el dictamen “derrumbó el mito de la prensa omnipotente “.

    Es valioso destacar el punto de apoyo creado por Correa para disparar contra los grandes medios de “desinformación” en Ecuador, no tengo dudas que el mismo debe ser reafirmado por una constante militancia que contrarreste los presentes y futuros ataques de la “derecha mercenaria latinoamericana”.
    En la Argentina , a pesar de sus diferencia, es nítido el eje conformado por Clarín- Canal 13-TN, La Nación, Ámbito Financiero y pseudos periodistas mercenarios consecuentes en el descrédito de las luchas populares y en las campañas a favor de Papel Prensa y contra la aplicación de la “Ley de Medios.”
    Ante estos hechos se justifica el construir un frente sólido contra la desinformación mediática y dejar a un costado del camino las evaluaciones del tipo: “nuevo pico del conflicto”. Es muy débil. Estamos hablando de una durísima lucha para establecer una auténtica libertad de expresión basada en las necesidades populares, jamás representadas por las denominadas “libertades liberales”.

  • ADHM dijo:

    Miradas del periodismo contemporáneo, como estas, son cada vez más necesarias para pretender un universo informacional a la altura del momento histórico que vivimos.

  • nelson dávila dijo:

    si, la educación latinoamericana va de mal en peor, una TV embrutecedora, religiones reforzadas por el imperio, permite que no haya libertad de expresión, los dueños de los medios de comunicación, están seguros de que ya nos hicieron brutos, y por eso, impunemente publican cualquier cosa, que bien que en algunos de nuestros paises haya reacción contra ese tipo de prensa, que ya debe desaparecer, pues, hace mucho daño para progresar realmente.

  • María dijo:

    Señor Ramonet,

    Usted de Redondela y yo de Teis.
    Porqué no se preocupa de los problemas que ahora nos agobian tanto? A Venezuela no le falta nada. Nada. Todo lo hacen bien. Venezuela tiene venezolanos, Cuba tiene Cubanos...
    A mi me haría muy feliz si los que nacimos, nos educamos y vivimos en Galicia y además llegamos a "ser alguien" nos preocupáramos de atender a los que necesitan de nuestra ayuda, cuando es tan! necesaria. Señor Ramonet, porqué no pasa por Galicia? Porqué? Ahora que lo necesitamos tanto? Le es más fácil en Venezuela?
    Hay un librito que a mi me gustó mucho: " LA LUCHA CONTRA EL OP0RTUNISMO" , es de Enver Hoxha.
    En fin, con todo mi afecto,

    María

  • Ligia Archila Serrano dijo:

    Los periodistas, por su trabajo, estàn desprotegidos en todas partes del mundo. A los periodistas hay que apoyarlos porque son fuente de informaciòn mundial. Principalmente los periodistas progresistas socialistas como los Cubanos.

  • MARIA EUGENIA CLAROS BRAVO-BOLIVIA dijo:

    SHOW MEDIÁTICO

    No pertenezco a ningún partido político. Soy una militante del pueblo y en ese sentido marcho y escribo.

    Con la misma actitud de siempre, he sido crítica a esa rosca tradicional que intenta forjar un proceso desestabilizador apelando a un discurso atractivo pero perverso, seductor pero engañoso. Ciertamente, esta rosca, de la mano de sus medios de comunicación que actúan en consonancia a sus intereses personales y mezquinos, intenta permanentemente desinformar y confundir al pueblo a través del show mediático.
    Lo que escribo no nace del imaginario, sino de lo más profundo del sentimiento.
    Claro que es fácil hacer análisis desde el escritorio, pero los resultados son la inconsistencia y la incoherencia que hace perder el punto central del análisis.

    A usted estimado lector, déjeme decirle que como latinoamericana estoy muy agradecida por su adhesión a este medio de información, mediante el cual intentamos interpretar de forma objetiva nuestras luchas.

    Su adhesión contribuye a fortalecer nuestras aspiraciones colectivas, encaminarnos a una verdadera refundación de un estado libre de esa plaga neoliberal, que arrasa hoy día a los pueblos del mundo, principalmente a nuestros pueblos latinoamericanos.

    Los fantasmas que se mostraron invisibles, hoy aparecen temerarios unos, y otros como dignos representantes del pueblo, en el fondo son leales adeptos a las camarillas de la ultraderecha. Según los estrategas la mejor manera de romper un grupo que está visiblemente consolidado es llevar a una persona conflictiva y de choque, para que genere anticuerpos en el grupo y de esa forma vulnerar los espacios y desestabilizar el estado de ánimo.

    Estos grupos de choque están claramente identificados en el Parlamento Nacional de Bolivia. Los últimos acontecimientos de este proceso, requieren de un análisis a profundidad apreciado desde varios ángulos. Un análisis responsable, sin especulaciones, sin arrogancia, sin mentiras, centrado únicamente en la verdad, como principio irrenunciable en esta lucha que libramos en contra de los grupos oligárquicos.

    Ser éticos es ser correcto y decir la verdad. El pueblo boliviano históricamente ha sido engañado. Se le ha mentido siempre, decir la verdad y ser transparentes debe ser el único principio de quienes militamos en las filas de un pueblo que lucha. Pero, el ser éticos y decir la verdad no debe hacernos descender en la ingenuidad. Ciertamente estamos aún, frente a un proceso muy complejo, complicado y que se torna a veces conflictivo. Estamos frente a un sector cuyas prácticas políticas son expresiones ultrarradicales típicas de la derecha fascista, derecha generadora de violencia y su único objetivo es atomizar a la sociedad boliviana.

    El sectarismo que hoy más que nunca está en el escenario, nos impide seguir creciendo. Creer que nuestras ideas son mejores que las de los otros y, por tanto, debemos imponerlas por encima de la unidad, de la prevalencia de los intereses populares, eso nos mantiene en la ceguera total. La administración de poder que intentaron imponer los criollos neoliberales no prosperó con el pueblo boliviano, por esos errores gravísimos que de manera voluntaria cometen.

    No es así que se construye poder, el poder se construye desde el seno del pueblo de eso estoy segura. Esa es la ruta. El arte de hacer política es seguir al pueblo, es una frase expresada por el Presidente Evo Morales. Sin duda es una muestra extraordinaria de madurez política. Hay que seguir al pueblo, sus voces, la ruta y concretar las decisiones emanadas del soberano.

    Venga de donde venga, un atentado contra este proceso, es una táctica de la oligarquía por mantener su dominación de clase. Los intransigentes extremistas, de cualquier índole ideológica que sea, son los ciervos al servicio de las clases dominantes.

    Y lo más trágico que se advierte en esta coyuntura es que los divisionistas siempre creen tener la verdad absoluta y no les importa perderlo todo a consecuencia de sus intereses mezquinos.
    El dogmatismo ideológico de algunos que intentan destruir este país, no entienden que este proceso no es un club para profesar la misma ideología, este proceso es del pueblo y deben estar representadas aquí todas las ideologías.
    Actualmente, la derecha mediática en Bolivia ha optado por la ruta de la desinformación y la distorsión de la verdad. La oposición paranoica que padece de un profundo complejo de inferioridad, ante la falta de mapa de navegación apela a los insultos ofensivos. Sin embargo el pueblo boliviano sabe que no se interpondrán los intereses mezquinos de este segmento de la sociedad, convertida en lacra opositora.

    María Eugenia Claros Bravo.
    Directora Periódico Visión Z
    Santa Cruz- Bolivia

Se han publicado 6 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Vea también