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Cuba: El invierno de los narcisos

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Foto: Caricatura/Facebook Ricardo Ronquillo.

Los narcisos, no precisamente esas hermosas plantas con sus flores coloridas en forma de trompeta, sino una añeja epidemia institucional cubana, más preocupada a veces por las luminiscencias públicas que por las tonalidades reales, concretas y certeras del bienestar, pierde terreno fértil en el país.

En medio de este Caribe febril enfrentan su propio invierno, en la misma medida que las dejan descolocadas las actuales políticas gubernamentales, más prestas a ventilar todo lo que entorpece el proyecto de desarrollo nacional.

Pareciera que comienza a entenderse mejor la concepción política de que si el Gobierno o las instituciones que la representan yerran, la Revolución puede rectificar, algo imposible cuando los desarreglos tratan de esconderse bajo la alfombra.

Aquí valdría la pena recordar aquella idea leninista de que las revoluciones en sí, como procesos, son sabias, inequívocas, quienes se equivocan son los revolucionarios.

Dicha voluntad actual tiene una ventaja adicional: favorecer que la gestión comunicacional gubernamental e institucional se base en el principio de la transparencia.

Esa visión de gobierno abierto, de cercanía humana y sensibilidad social, típica del diseño fundacional revolucionario, es un magnífico remedio frente a la satanización y la intriga constantes que deben afrontar quienes asumen el ejercicio de las funciones públicas en Cuba.

Para nada resulta casual que parte del regateo simbólico del momento apunte a deslegitimar el profundo sentido de representatividad del que goza el sistema institucional revolucionario, con independencia de los errores, distanciamientos o la insensibilidad y corrosividad de la burocracia contrarrevolucionaria.

Una nueva prueba de este enfoque en el ejercicio de Gobierno acabamos de tenerla en la reciente sesión del Consejo de Ministros, en la que al analizar la marcha de las reformas monetaria, cambiaria y salarial, el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, se refirió con dureza a los problemas de comunicación, la demora y la burocracia que traban los procesos, a la vez que convocó a manifestar humildad en el ejercicio de las responsabilidades, a trabajar en equipo y consultar el conocimiento de los expertos.

En definitiva, a lo que se aspira es a favorecer un ejercicio de gobierno más horizontal y participativo, que para nada rehúya favorecer la contradicción y el debate en el diseño y la concreción de las políticas, algo que es preciso aguijonear también en el empeño comunicacional y periodístico público.

La abulia, el acomodamiento o la desidia con las que a veces se asumen determinadas responsabilidades contraría la intensidad, el compromiso y el sentido de la urgencia que se exige hoy en función de estas, desde las cuales se demanda preocuparse por todo lo que afecte la Revolución, estar inquietos, molestos frente a lo mal hecho, activos y sensibles con los problemas de la población, como se señaló en el mencionado encuentro.

Es preciso enfatizar en lo anterior en la situación de crisis combinada que padece el país —azuzada por el odio y el extremismo externo—, cuando el propósito es minar la confianza en el Gobierno y sus instituciones con la siembra de recelos y desconfianza, a partir de presentarlo como un sistema elitista, que aupó a una casta privilegiada e interconectada por espurios intereses, ajena a las necesidades y demandas sociales. Precisamente por ello resulta tan grave cualquier actitud o comportamiento que alimente semejante visión.

El país tiene actualmente, incluso, una estructura de poder y organización institucional, nacida al amparo de la nueva Constitución, con un diseño mucho más balanceado, que  beneficia la definición de responsabilidades, la toma de decisiones colegiadas, el debate, los contrapesos y la acción de control.

Las normativas que sustentan esa renovada estructura dan, adicionalmente, preponderancia o peso a la rendición de cuentas y el control popular sobre los elegidos a los principales cargos de dirección, así como amplias posibilidades de revocación.

La temporada se anuncia difícil para esos narcisos institucionales que, como las plantas silvestres, andarán ahora buscando cómo volver a hacer su primavera en medio de este invierno.

(Tomado de Juventud Rebelde)

Se han publicado 14 comentarios



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  • H. Cooper dijo:

    H, Cooper dijo
    Su ariculo es interesante, pero cuano tiempo lleva el presidentte clamando porque los dirigente pongan el oido en la tierra, tengan sensibilidad y dialogen con el soberano, A raiz de la tarea ordenamieno se comeieron errores garrafaales por ministros y empresarios llevando al bolsillo del pueblo sus deficiencias.¿Cuando se van a publicar las sanciones a los que actuaron an irresponsablemente y provocaron ira, isaisfacciones y malestar en el pueblo?Las exhoraciones ya no son suficientes. Aboedamos la tarea ordenamiento necesaria e inaludible. Pero, por que se escogio el peor momeno. No fue no el oporuno nio el ideal. ¿Cuando alguien va a explicar por que no se hizo antes cuando el PIB de Cuba era favorable?. No se va a explicar nunca.

  • el estudiante dijo:

    Y quién colocó en esos puestos a estas personas que hacen todo lo posible y lo imposible por deslegitimar políticas y estrategias? Y por qué no son despedidos sumariamente e inhabilitados de ocupar responsabilidades en otros estamentos del Gobierno y el Estado? Por qué demostramos debilidad y complacencia? Por qué no los llamamos por su nombre?

  • Estebanico dijo:

    La Revolución tiene que ser más inclusiva y deadolarizar la economía.Todos no tenemos familia en el extranjero.

  • Jesus dijo:

    Ronquillo siempre claro y directo. Se necesita más transparencia en los Medios, no estar a la defensiva. Si existiera una docena de periodistas como él y Pepe en Juventud Rebelde, no tuviéramos tantos problemas. Recuerdan a Kuchilan, aquel de la Sección, Al pan, pan, y al vino, vino.

  • Benigno dijo:

    Saludos.
    Un artículo exacto y preciso; sobre la verdad, riesgos, acomodados y otras cosas, y haciendo diana tantas veces como sean necesarias sobre todos estos aspectos.
    Han existido pocos instantes en nuestra historia que demanden tanta definición en el rol de cada cubano: con el yugo para garantizar dormir en paja caliente y tener rica y ancha avena o con la estrella que ilumina y mata.

  • Luisa Mercedes Gómez dijo:

    Maravilloso artículo! Totalmente de acuerdo. Se precisa articular los mecanismos de control que garanticen el cumplimiento exacto de lo aprobado. Hay que atender las inconformidades y resolverlas no por complacencia sino por lealtad al pueblo que ha luchado y sostiene nuestra Revolución de Patria o Muerte

  • Voltus5 dijo:

    Sólo el empoderamiento de las masas puede acabar con el actuar mezquino de muchos dirigentes y funcionarios.
    Cuando el pueblo tenga realmente el poder del que tanto se ha hablado muchas cosas mejorarán

  • Carlos desde Holguin dijo:

    Son válidos los elementos expresados. Pero no creo que nuestra Constitución haya implementado esquemas de poder más balanceados. La Asamblea Nacional desoyo los seis reclamos populares principales emitidos en el proceso de consulta. Dos de ellos -eleccion directa del Presidente y elección del Gobernador en la provincia- lastraron seriamente el equilibrio y participación popular. Recuerden: vox populi, vox Dei.

  • Juan Fuentes dijo:

    Articulo muy bueno que señala los problemas. A mi entender una cuestion importante es la preparacion de los cuadros en los municipios, bodegas, etc. que se acostumbraron a ver a los clientes haciendo cola y no tomar ninguna medida para solucionar esta situacion. Con respecto a los directores de empresa otrs me parece es la cuestion, pues durente mucho tiempo tenian muchas limitaciones en su gestión y no era aplaudido el desarrollo de la empresa. Tengo el ejemplo de Labiofam una empresa con un alto desarrollo y de pronto fue sustituido su director y ya no se oye de los exitos de la misma. Igualmente fue enviado para la casa el director de la Pradera una institución con gran exito. Estos y otros ejemplos mataron en muchos casos la iniciativa de los presarios

  • Jean Pérez de Alejo Toboso dijo:

    Creo que para que halla participación política es necesario sitios de internet donde la ciudadanía pueda opinar constantemente sobre los problemas del país y plantear posibles soluciones, que las informaciones vengan acompañadas de datos específicos que tributen a una sistematización nacional de análisis estadístico. Que se debatan los programas y proyectos económicos y la legislación todo el tiempo, que se sometan a debate las leyes antes de aprobarlas y después a votación. Porqué no podemos desde un esquema bien organizado desde la base con el delegado de la circunscripción, votar directamente por todos los cargos públicos en el país, incluido el presidente de la república?. Por qué no podemos tener un sitio público donde estén todos los datos necesarios para entender la economía del país?. Creo que son temas pendientes muy importantes. El ciudadano debe empoderarse realmente más allá de la consigna de que el poder es del pueblo. Defiendo el socialismo como sistema, por supuesto que defendiendo la participación política de la población y como ha dicho nuestro presidente, la influencia real de la participación política del pueblo en la toma de desiciones.

    • Mágico dijo:

      Jean, el Socialismo no es lo que usted está pidiendo, el Socialismo es lo que usted tiene, lo que usted está mirando a su alrededor día a día. Además, Jean, empoderar al pueblo no es tener sitios públicos de Internet, ni agregarles más datos a las informaciones. Tampoco el pueblo se empodera debatiendo proyectos económicos. Eso es impracticable; ni colocando vallas en lugares públicos con datos sobre la economía. Al pueblo se le empodera haciéndolo partícipe de la economía, de la manera que él desee, como trabajador asalariado o como emprendedor. Se empodera al pueblo también cuando se le permite -libremente- organizarse, opinar, informarse, viajar y votar.

  • Papo dijo:

    ? U por qué tenemos q eesperar q lo diga el Presidente para actuar, escribir, señalar o criticar?. Es la misma situación de siempre. Lo decía Fidel, lo decía Raúl, lo dice Díaz Canel y después lo respaldados todos. ? Que hicieron los Ministros, las OSDES, las Uniones y los Institutos cuando se violaron los principios del Reordenamiento por sus subordinados y Empresas? . ? Hay que seguir esperando que el pueblo se queje? . pues no porque así no vamos a avanzar. Hay que actuar y arrancar de raíz a esos NARCISOS como en cualquier lugar del mundo cuando los empresarios son ineficientes y no cumplan con las expectativas del pueblo.

  • Tere dijo:

    La intención es muy buena. Seguramente La Cubana esta sea una de las sociedades más justas, equitativas y protectoras del bienestar social. Pero para ir a mejor, deben cambiarse las relaciones de las personas con la economía y el dinero. Hay que entender eso y si no, veamos como funcionan los privados, que no maltratan o vejan a sus empleados, si no que los estimulan y no toleran malos tratos y desatención a los clientes. Todos somos clientes y no se trata de privatizar todo, sino de hacer que cada cual, en una empresa estatal o privada, sepa que lara ganarse el sustento, tiene que sudarla y no simplemente esperar al cobro del mes, sea su aportación poca o mucha. No siempre la conciencia es el motor de todo.

  • Joel Almeyda Expósito dijo:

    Bueno, no creo que halla llegado el invierno de los narcisos a todos los lugares donde debiera llegar, en el seno del sistema empresarial cubano, allí donde se realiza el hecho económico, en esas empresas estatales socialistas donde estan las agrupaciones obreras y campesinas más grandes y mejor equipadas del país habrá que librar una gran batalla por la honestidad, la ética, la decencia, la sensibilidad y la disposición a escuchar los legítimos planteamientos de los trabajadores, también para incorporar la ciencia y hasta el sentido común para mejorar la rentabilidad tan necesaria en estos tiempos, es una urgencia que los que administran y disponen de recursos materiales en nuestro país (directores, gerentes, empresarios, o como se les quiera llamar) surjan de los colectivos, sean elegidos por los colectivos, que su gestión sea valorada por los colectivos mediante encuestas científicamente elaboradas, que los resultados de estas encuestas sean publicados con transparencia, de manera que cuando sean negativos y pongan en evidencia fenómenos de comportamientos autoritarios, burocráticos y corruptos, estos peligrosos personajes y todos sus tracatánes sean sustituidos, y si el caso lo merece, puestos a disposición de los tribunales, mientras esto no suceda y sea la tabla, no tendremos las soñadas empresas estatales socialistas, eficientes, científicamente organizadas, transparentes en su economía, donde manden los trabajadores, en resumen, en mi modesta opinión la pelea será más larga y políticamente más difícil mientras no perciba el pueblo que llegó el final para los vividores y simuladores que aún pululan en demasiados lugares.

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Ricardo Ronquillo

Ricardo Ronquillo

Presidente de la Unión de Periodistas de Cuba. Premio Juan Gualberto Gómez. Fue subdirector editoral y columnista de Juventud Rebelde.

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