Cubadebate

JERUSALEM FUE TOMADA POR MUSULMANES .SALADINO POR EJEMPLO, GRAN MILITAR ARABE.ELLOS NO ERAN "FIELES" AL CRISTIANISMO SINO AL ISLAM.SE LES DENOMINABA "INFIELES" POR LOS EUROPEOS Y LA IGLESIA CRISTIANA DE LA EPOCA.(INDEPENDIENTEMENTE DE LOS MOTIVOS POLITICOS Y ECONOMICOS DE LAS CRUZADAS).LEA HISTORIA..PORFA.

Magnifico artículo profesor. Esas mentiras estarán siempre en la palestra pública, serán nuestro constante reto a enfrentar mientras exista la explotación del hombre por el hombre, la injusticia. Nos toca abordar esa lucha accionando sobre sus causas al centrarnos más en el DESTINATARIO, en esos que pretenden engañar. Su artículo un llamado a la reflexión, a que la ciencia asuma su papel protagónicamente dentro del proceso educativo en búsqueda de ese pensamiento más consciente y reflexivo determinante para nuestros jóvenes.
Desde el punto de vista sociológico la conciencia es un sistema como mismo se expresa y funciona el sistema realidad, un sistema que no se refleja estáticamente como un producto, como un resultado terminado, es un proceso. Ese tipo de mentira la percibimos como el EFECTO que es, no la causa del proceso. Una batalla que debemos seguir haciendo frenando su efecto de propagación, pero de lo que se trata profesor es que accionemos más como usted lo plantea sobre sus CAUSAS, las causas vistas en ese sistema conciencia, una solución que nos inmunice definitivamente. La realidad y su espontaneidad debemos asumirla tal y como es, la clave está en preparar mejor y científicamente al hombre nuevo, cambiando los actuales conceptos del proceso educativo y de formación de esa subjetividad humana, más acorde a la socialización que proyectamos. Un proceso en ascenso donde cada escalón es una nueva capacidad activada en correspondencia con el sistema individuo, que se expresa y podemos medir por su comportamiento o conducta, una relación dialéctica entre el ente social y su mente. Es un imperativo en nuestra sociedad concentrarnos en el sistema educacional en la formación científica de una actitud nueva, una afín al socialismo, concentrándonos y potenciando más al ser humano como una “fábrica de construir e interpretar verdades”, la esencia de libertad en el socialismo. El sistema de enseñanza contemporáneo en la formación CIENTIFICA de conciencia debe partir como el proceso lógico y natural que es, abriendo la puerta por donde todo empieza en la subjetividad humana, LAS EMOCIONES, formando hábitos, costumbres, una actitud, como un “molde” para finalmente llenar, elevándonos a un nivel superior reflexivo y consciente. El sistema educacional desde las primeras edades debe estar más centrado en construir el “molde” de ese individuo, darle forma a su actitud, que tratando de llenar un contenido cuando aún no existe físicamente bien delimitado ese molde. La actitud como lo primero y parte de la conciencia, su expresión física, lo palpable donde se estructura esa subjetividad humana.
Ante el actual escenario tecnológico tan disruptivo profesor, una batalla en el campo de las emociones, debemos con mucha empatía abordar la formación de esa conciencia revolucionaria dentro del proceso educativo con las mismas herramientas y adelantos científicos con que ellos nos invaden con sus mentiras. La clave está en saber abrir primero la puerta de las emociones, la vía expedita para el proceso de formación de una consciencia revolucionaria dentro del sistema de enseñanza. La formación de la conciencia desde el punto de vista sociológico pudiéramos recrearla como un sistema formado por dos subsistemas; el primero, su subsistema más MADURO y objetivo final a lograr, la conciencia, donde la persona es consciente mediante un acto de percepción interna, de ideas y representaciones sociales de percibir la realidad como un acto responsable que minimiza consecuencias negativas en sus actos. Mientras que por el otro lado el segundo subsistema, abarca las actitudes y comportamientos sociales, nuestros hábitos, conductas y costumbres. Ese primer subsistema profesor, la conciencia en el sentido estricto de la palabra, objetivo a lograr, no se puede alcanzar categóricamente, sin antes transitar y vencer ese segundo subsistema, la actitud-las costumbres.
Esa etapa de máxima madurez en la conciencia, el primer subsistema, donde la persona conscientemente construye su sistema CONSCIENCIA, esas ideas y representaciones sociales que van desde ideas políticas, jurídicas, morales, religiosas, estéticas y filosóficas de los individuos en una sociedad determinada, bajo la forma de diversas representaciones del mundo y del papel del individuo dentro de él, corresponde al momento de la mayor madurez para lo cual un niño o un joven no estarían listo. Contiene además elementos de conocimiento que se van adquiriendo paulatinamente lo cual exige tiempo, una etapa muy prolifera e interesante para los niños y jóvenes, porque aporta elementos que tienen una función más relacionadas con la ADAPTABILIDAD, la adaptación a la realidad. Los individuos viven sus relaciones con el mundo dentro de su percepción, por esa vía, en un momento de desarrollo dado, esa percepción unida a las actitudes formadas hasta ese momento, se adecuan y se transforman en la conciencia, un paso que se expresa en cada estadio hasta llegar al momento más maduro de ese proceso. Pero el punto de partida, por donde todo empieza en la formación de la conciencia, está en el campo de las emociones. Uno de los principales campos de batalla en el proceso docente, formando desde las edades más tempranas actitudes, conductas, hábitos por los cuales ese joven arriba paulatinamente a un escalón superior de conciencia, un proceso paciente y dinámico. La actitud, resumida en esos hábitos se convierte en el vehículo para el proceso de formación de la conciencia. Es por medio de esos hábitos que reaccionamos de una determinada manera. Algo muy vinculado a las emociones, asociado a cómo funciona nuestro cerebro. Ese segundo subsistema nos acompaña desde los primeros pasos de nuestra infancia, a diferencia del primero, es ese nuestro primero y verdadero campo de batalla donde la ciencia debe centrarse en el proceso educativo. Es la clave. Entenderíamos así porque es más fácil que una persona modifique su forma de representarse el mundo, cambiando su forma de pensar, su mente en el sentido estricto de la palabra, a que cambie hábitos, costumbres, formas habituales de comportarse o vivir, porque esos hábitos profesor son el sistema de actitudes-comportamientos sociales, que desde las primeras edades se han venido sembrando en cada uno de nosotros, y que posteriormente influyen determinantemente sobre nuestra conciencia futura. Algo así como dice la voz popular, “árbol que nace torcido jamás su tronco endereza”. La actitud es lo primero. Entre estos dos tipos de subsistemas que conforman el sistema conciencia, no siempre existe una relación de identidad, es un proceso muy dinámico, esas relaciones que se establecen entre ellos pueden ir desde la identidad total o parcial hasta la contradicción. Por eso es importante centrarse en formar desde el principio aquello que mejor se puede moldear, eso que si podemos medir y evaluar físicamente, formando desde el inicio como cimientos sólidos sistemas de actitudes-comportamientos por medio del sistema de enseñanza, hábitos como una brújula para ayudar a guiar el proceso de toma consciencia de ese individuo en el futuro. Es nuestra conducta, por donde primero apreciamos futuras tendencias ideológicas, primeras señales de una posible toma de conciencia sobre una realidad dada. Las conductas o actitudes como libro abierto que nos guían o alertan sobre determinados estilos de vida, una lectura a la que estamos acostumbrados en el día a día con nuestros hijos, que nos dice mucho sobre cómo ellos piensan o abordan conscientemente una situación. Un proceso que debemos generalizar científicamente en el sistema educativo para accionar desde las causas en la formación de una conciencia revolucionaria en el hombre nuevo.