Patria y Amor
Dos madres tienen los hombres: la naturaleza y las circunstancias...
Martí con esa claridad que interpreta el mundo y al hombre en su contexto y como parte de un proceso mayor que determina sus actitudes y su vida... el mismo que decía en su poema Abdala que el amor a la patria no era el amor ridículo a la tierra ni a la yerba que pisan nuestras plantas, sino el odio invencible a quien lo oprime y el rencor eterno a quien la ataca.
"Mi madre llora... Nubia me reclama...
Hijo soy... nací nubio... ya no dudo,
Adiós! Yo marcho a defender mi patria!"
¿Acaso quienes sabemos del desvelo por un hijo podemos juzgar a Abdala aunque sintamos el dolor infinito de Espirta; acaso se puede resistir el dolor de los caminos que a veces se alejan de lo que soñamos para ellos? ¿Acaso no merecen ser a lo largo y a lo ancho lo que quieren ser?
Una madre como Mariana Grajales que asumió con entereza el dolor de los hijos que perdió en la causa independentista que ella misma les inculcó desde su pensamiento liberal.
O Virginia García, madre de Raúl Gómez García, poeta y periodista del Moncada, quien dijera en más de una ocasión: "aunque lo perdí y me ha hecho mucha falta, pienso que lo que hicieron esos muchachos fue una lección para todos"....la misma que dijo que si su hijo decidió ir a morir allí junto a Martí, allí se quedaba.
Es la luz de aurora de hombres y mujeres, sin dudas, humanísimos....capaces de hacer por todos -incluso desconocidos- aunque les vaya la vida en ello.
Y hasta la hermosa canción de Silvio: "madre, los que no estemos para cantarte esta canción; madre, recuerda que fue por tu amor.
Madre, en tu día, Madre Patria y Madre Revolución, tus muchachos barren minas en Haiphong."
Vivir nuestras vidas en su justa talla no implica desatender espacios divididos de tiempo cronometrado, sino hacer como esa generación hermosa de nuestros padres y abuelos que se sumaron juntos a lo que fue su momento y vivieron y crecieron....y aunque a veces el "hoy no llegó al futuro sangrado de ayer"...y fue "más lo que se pudo que lo que se quería", han seguido latiendo y sembrando.
Por eso emociona y se comprende a Mariela Castro Espín, cuando en su condición de diputada, agradeció la vida de su padre, Raúl, quien le enseñó que se puede amar a la Revolución sin abandonar a la familia, y que se puede amar a la familia sin abandonar la Revolución. Y luego este le pidiera que recordara también a su mamá, a Vilma.
Emocionan las palabras porque sabemos que no es fácil, porque en Cuba la familia toda tiene retos cotidianos que ponen a prueba la ternura....pero salimos invictos...
La felicitación, pues, a todo lo maternal que forma parte de nuestras vidas y a nuestras luchas con los machismos ajenos y propios, con nuestras dudas y certezas... con la unión familiar que defendemos como parte también de la vida que sigue llevando todo a la vez, porque en ningún minuto dejamos de ser madres de nuestros hijos, ni hijos de nuestras madres, ni hijos de la patria, ni planificamos el tiempo del deber y la felicidad....Y como tal seguimos arremolinando minutos y espacios para crecer todos a la par del mundo, de nuestras circunstancias y de nuestros corazones...
(Tomado de Patria y Amor)
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Maravilloso trabajo, tratándose de ti no podía ser de otra forma, felicitaciones a todas las madres cubanas.
LAS GRANDES MADRES DE NUESTRA PATRIA FORMARON LA NACION, NOS EDUCARON EN PRINCIPIOS ALTRUISTAS, ESPIRITU DE SACRIFICIO, VALENTIA, DESPRENDIMIENTO Y MUCHO AMOR.
FELICIDADES A TODAS LAS MADRES CUBANAS Y EN ESPECIAL A LAS MOENSES.
Honor a todas las madres cubanas que han perdido un hijo en cumplimiento del deber. Ellas son hijas de Mariana.
Felicidades a las madres cubanas de todos los tiempos por su valentía y su sacrificio.
Muy bonito y sencible el articulo de la joven peridista. Felicidades
Te quedó muy bonito, Daily. Sincero y emocionante. Gracias.
Ya habíamos extrañado a ésta periodista y su esposo Jimmy....hace tiempo no sabemos de ellos por la TV
Caramba Daily que bueno verte de nueo pues ya no eres muy frecuente en espacios de la TV, O al menos en los que yo te veía siempre.Tan bello artículo sólo puede salir de tu inigualable sensibilidad.Te felicito.
Si, Daily....hasta a trabajado como comentarista de temas deprotivos..., hace tiempo no la vemos en la pantalla de TV...y su esposo Jimmy Castillo. Saludos para esta pareja y su niño.
Daily gracias por este artículo, así mismo deberías tener una columna,,, a los cubanos nos falta tu letra y sensibilidad.
Felicidades
Daily, leo en ESCUADRÓN, de la Editora Política, 2017, sobre el hijo de Gladys, piloto de combate, que murió en Angola, años ochenta y si Abdala está presente no debe ser por pura coincidencia:
"...Veintitrés años después, Eduardo visitó en Camagüey a Gladys Eugenia Castañeda Pompa, otrora combatiente de la clandestinidad y que apresada por los esbirros de Batista, fue torturada sin que cejara en su decisión de lucha. Ella tuvo a bien agradecer y aprobar los recuerdos plasmados aquí, reacomodó la foto del hijo que presidía la sala y en la evocación de Barbarito, volvió a llorar por penúltima vez. Las huellas de los tiempos heroicos podrán ser leves o profundas pero sí son perpetuas. Quizás los hijos pudieran cuestionarse ese derecho con el que laceran los corazones maternos. Eterna contradicción de algunos sentimientos con los principios. Y la guerra no es olvidadiza con nadie pues siempre te marca. Al retirarse, él decidió que no visitaría a ninguna madre más. Verla llorar por aquel que estuvo junto a él cuando cayó y sin que pudiera atenuarle su llanto, no es cosa fácil. Es que no se quiere exacerbar esa pena y hay que aguantarse. Porque se ha dado cuenta que ella lo mira pero está viendo al otro. Y entonces se acomoda en la mente una doble certeza: es pobre el hombre que no tiene recuerdos. Y pobre de aquel que los tenga"
Hermoso artículo, muy sentido y real. Gracias por regalarnos cosas como estas y recordar la estirpe de las cubanas
El respeto hacia la mujer empieza por ella misma. Es preferible que la mujer enamore al hombre. La mujer decide qué hacer con su cuerpo. El hombre debe arrastrar la paciencia de estar visible y sin demostrar nada. Ganarse la confianza de la mujer brindándole seguridad, estabilidad, comprensión y un poco de carisma, personalidad.