Imprimir
Inicio »Opinión, Medios  »

El nuevo periodismo

| 7
"La rápida transformación de las comunicaciones ha precipitado la crisis del periodismo tradicional y amenaza la supervivencia de la prensa plana. Sin embargo, no ha llegado el momento de su entierro definitivo".

"La rápida transformación de las comunicaciones ha precipitado la crisis del periodismo tradicional y amenaza la supervivencia de la prensa plana. Sin embargo, no ha llegado el momento de su entierro definitivo".

Entrevistada poco antes de ser asesinada, Indira Gandhi respondió a una pregunta sobre el miedo que inspira la idea de la muerte. Apelando al legado de su cultura milenaria, afirmó, se empieza a morir desde el momento en que se nace. En un sentido más amplio, el concepto alude a que en la historia y en el existir personal, atravesamos procesos de ininterrumpida transición. Modelado por la publicidad, el mundo contemporáneo se nutre de la incesante multiplicación de un recetario simplón, orientado a crear la fascinación por lo novedoso.

De esa manera, en un ámbito abstracto, el nuevo periodismo tiende a identificarse con los trabajos inspirados en prácticas investigativas, sin tener en cuenta el talento de su hacedor, el medio utilizado y el destinatario del mensaje.

Medio siglo antes, el amarillismo al estilo Hearst encarnaba un nuevo periodismo. Frente al estilo conservador de una prensa caracterizada por largas disquisiciones, la brevedad de la noticia y su repercusión escandalosa entretenían a un destinatario poco instruido, víctima propiciatoria de campañas de manipulaciones demagógicas. Los historiadores han demostrado que en el proceso de la intervención de Estados Unidos en la guerra de Cuba, el sensacionalismo melodramático y la configuración de estereotipos ejercieron un papel decisivo en la conformación de una opinión pública favorable a la participación en el conflicto bélico.

La confrontación entre lo nuevo y lo viejo no se define en términos abstractos. El diseño de la prensa sufrió una evolución histórica modelada por los cambios tecnológicos que abarataron costos y auspiciaron la aparición de un destinatario múltiple, con demandas forjadas en la dialéctica entre el mensaje y el receptor.

En la actualidad, la rápida transformación de las comunicaciones ha precipitado la crisis del periodismo tradicional y amenaza la supervivencia de la prensa plana. Sin embargo, no ha llegado el momento de su entierro definitivo. Antes del responso final, subsiste una etapa de tránsito que varía según los contextos. En una población envejecida, los hábitos adquiridos a lo largo de la vida perduran más allá de los cambios de época. Hay un placer sensorial en el crujir del papel y en el olor a tinta. Aun más, cierto disfrute dimana de la lectura despaciosa y de la autonomía de un lector que no se somete al orden estricto de la secuencia de las páginas y opta por acudir primero al reclamo del deporte, de la cultura o de la información internacional. Y, sin embargo, hay transformaciones que se imponen de manera apremiante en el modo de concebir nuestra prensa.

El periódico no puede considerarse el registro arqueológico de noticias divulgadas ampliamente por otros medios. Lejos de silenciar lo acontecido, ha de volcarse hacia el análisis, la reflexión y la crítica, todo ello en un estilo ágil, directo, sugerente y convocante. En lo que respecta a la información, los titulares deben ser menos enigmáticos y metafóricos. Cierta coquetería literaria corresponde al espacio de la crónica y el artículo, portadores ambos de una marca de autor.

En este preciso momento histórico, quisiera contribuir modestamente con algunas propuestas para un debate impostergable. La elaboración de una Ley de Prensa establecerá, con regulaciones de obligatorio cumplimiento, el compromiso institucional de ofrecer a los periodistas información rápida y pertinente. Corresponderá a los encargados de cubrir el área específica, poseer oficio, entrenamiento como investigadores, corroborar la veracidad de los datos y las repercusiones de las medidas.

En la formación pre y posgraduada de los periodistas, habrá de impulsarse el desarrollo de áreas de especialización. Para los temas internacionales, se requiere una sólida preparación histórica. En el ámbito de la economía, es indispensable un dominio conceptual que permita descifrar las expresiones del neoliberalismo vigente y entender la esencia de su insalvable contradicción con nuestro proyecto social. En esta dirección, importa retomar nociones de marxismo que, en su sentido esencial, no han periclitado a pesar de la evolución  sufrida por el capitalismo desde los tiempos de Marx. Se destaca entre ellas el vínculo entre política y economía. Teniendo en cuenta los efectos del cambio climático, los temas de ecología requieren espacios de creciente especialización.

Antes que comunicólogos, palabra que lacera los oídos, los periodistas son hacedores de cultura en el sentido antropológico del término. Están, por ello, ante el centro mismo de un batallar contemporáneo que se libra mediante la construcción de imágenes y de expectativas. Para superar el simple corta y pega, tan frecuente en materiales a los que accedemos todos los días, necesitan disponer de capacidades narrativas y de vías que faciliten un análisis interdisciplinario de los fenómenos. El verdadero periodista, por tanto, ha de ser un intelectual de cuerpo entero, atento a los cambios que se producen en el mundo, profundo conocedor de su historia y con capacidad para convocar a un debate abierto a especialistas entrenados en otras disciplinas.

Es uno de los constructores del gran relato de la contemporaneidad, aunque para profundizar en el ejercicio de la crítica tendrá que apelar al conocimiento y a la experiencia de otros. Así, entre todos, podremos encontrar explicación pertinente, por ejemplo, acerca de nuestros insuficientes resultados en la zafra azucarera, acerca del papel de los intermediarios en el alza de los precios, de la conducta abusiva de los boteros, sometidos muchas veces a la explotación de su fuerza de trabajo por una especie de reciente creación: los carro-tenientes. En la realidad, las cosas no suceden porque seamos ángeles purificados enfrentados a demonios con olor a azufre, sino por obstáculos interpuestos en el adecuado fluir de la cadena puerto/transporte/economía interna.

Por experiencia propia, he reflexionado mucho en torno a la formación de los protagonistas del nuevo periodismo que tanto necesitamos. Quizá en próximas entregas, seguiré conversando sobre el tema.

(Tomado de Juventud Rebelde)

Se han publicado 7 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Enrique Martinez dijo:

    Buen aliento al cambio de mentalidad y bofetada al tradicionalismo. Hoy se trata de leer e incentivar a la lectura dinámica e inteligente, con maestría acumulada. Cuando uno se acerca a una revista como Bohemia, ya nada interesa; lo mismo pasa con la prensa plana: cuando uno se acerca a Granma, ya Cubadebate o la blogosfera o Telesur han añejado lo que en Granma se puede leer. Así va a suceder con los libros por mucho que los amemos. Se trata de cuál soporte posee mayor utilidad, mayor funcionalidad. Antes se escribía en pergaminos y desde cuándo desapareció el pergamino como soporte. Claro, como dice la Doctora "no ha llegado el momento de su entierro definitivo", para eso falta bastante todavía.
    Y pienso muy personalmente (y valga el pleonasmo), que para evitar que el periódico se considere como "el registro arqueológico de noticias divulgadas ampliamente por otros medios", no solo debe superar la barrera de papel y convirtirse en digital, amen de esas exigencias del nuevo periodismo, debe también cambiar su estructura, la composición de sus miembros y sus funciones tradicionales, más acordes con el dinamismo, la inmediatez, la incentivación y la profundidad que se quiere.

    Saludos.
    Enrique Martínez Hernández.

    • VICTOR KOZASKI dijo:

      ESPERO QUE SEA EL MISMO ENRIQUE MARTINEZ QUE YO ME COMUNICO POR EL E-MAIL

  • Pedro dijo:

    Gracias, doctora! Solo deseo suscribir 2 lemas:
    -El periódico no puede considerarse el registro arqueológico de noticias divulgadas por otros medios.
    -Antes que comunicólogos, los periodistas son hacedores de cultura.
    Ah, y ojo con las matemáticas, para que no se repitan "horrores" cotidianos.

  • Ileana dijo:

    Bravo Doctora !ǃ

  • Alexis Mario Cánovas Fabelo dijo:

    DISCREPO de Graziella Pogolotti, NO ES QUE “…importa retomar nociones de marxismo que, en su sentido esencial, no han periclitado (decaer, declinar) a pesar de la evolución sufrida por el capitalismo desde los tiempos de Marx.” ES QUE, todos los que trabajen en los medios masivos de comunicación, incluyendo la prensa, TIENEN QUE DOMINAR MUY BIEN el Marxismo-Leninismo, y las ciencias específicas de los temas que aborden para poder cumplir la función que tienen que cumplir: SER EL ANDAMIO ALREDEDOR DE LA OBRA que el pueblo cubano determinó construir, a partir del 16 de abril de 1961, y que defendió con las armas en las manos en la Lucha Contra Bandidos y en Playa Girón.
    LA INVOLUCIÓN de la Europa del Este, eso que lo deformó, demostró que el Marxismo-Leninismo es una verdadera ciencia.
    Los periodistas capitalistas están plenamente identificados con su ideología, esa orquestación seudocientífica justificadora de la explotación burguesa sobre el proletariado y los países subdesarrollados del mundo.
    Los periodistas revolucionarios, más los defensores de la FES Comunista, TIENEN que estar plenamente identificados con la Teoría Científica del Proletariado para contrarrestar la acción deformante de la Realidad Objetiva que realizan los monopolios de la desinformación imperialistas; defender lo acordado por el pensamiento colectivo del proletariado en el poder; y desarrollar la educación integral del pueblo para formarlos como el HOMBRE NUEVO que requiere la nueva sociedad que construimos.
    Jamás la forma puede ser más importante que el contenido, y el contenido es precisamente formar en el pueblo el pensamiento científico, crearles una conciencia con ciencia.

    • Anonymous dijo:

      Saludos Alexis , perdón pero discrepo un punto en tu comentario , y es en el que mencionas que el pueblo cubano decidió construir una obra , pero como bien mencionas eso fue en 1961 ya han pasado varias generaciones después de eso y algunos han cambiado la forma de pensar y ver la vida

      • elpidio dijo:

        Anonymous... es un deber aclarar algo de lo que dice Alexis, quien dice que discrepa pero realmente amplia sobre lo expuesto por la doctora. y es algo que tu manifiestas como Anonimus y señalas que lo decidido fue en 1961 y creo que en ese momento también había quienes no la apoyaron y por eso fue la B-2506, LAS BANDAS DE ASESINOS en ele Escambray, los grupúsculos C/R, la OP Mangosta, los atentados a sedes diplomáticas, la voladura del avión de Cubana.... pero debes tener claro que por suerte y gracias a la lucha de LA GRAN MAYORÍA DE nuestro pueblo siguen hoy siendo minoría, repito MINORÍAAAA y el día que sea necesario los combatimos igual porque este proceso revolucionario con virtudes y defectos tb lo arreglaremos esa gran MAYORÍA DE PUEBLO MARTIANO Y FIDELISTA. QUE NO TE QUEPA DUDAS!!

Se han publicado 7 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Graziella Pogolotti

Graziella Pogolotti

Crítica de arte, ensayista e intelectual cubana. Premio Nacional de Literatura (2005). Presidenta del Consejo Asesor del Ministro de Cultura, vicepresidenta de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, miembro de la Academia Cubana de la Lengua y presidenta de la Fundación Alejo Carpentier.

Vea también