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La planificación en el socialismo: su importancia y actualidad para nuestra economía (I)

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I

Para lidiar con las complejidades que ha enfrentado históricamente la construcción del socialismo, los procesos de planificación han constituido una premisa indispensable para su desarrollo exitoso.

Recientemente se ha subrayando esa premisa, en el capítulo 3 de la “Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista”[1] donde se aborda un elemento medular para el funcionamiento de nuestro sistema social: la planificación socialista, que se define como “…la categoría rectora, definitoria del sistema de dirección, a través de la cual se diseñan los objetivos a alcanzar. Da prioridad al desarrollo estratégico, es centralizada, participativa y diferenciada por instancias.”[2]

Ya en 1964 el Che había señalado que conceptualmente “…la planificación centralizada es el modo de ser de la sociedad socialista, su categoría definitoria y el punto en que la conciencia del hombre alcanza, por fin, a sintetizar y dirigir la economía hacia su meta, la plena liberación del ser humano en el marco de la sociedad comunista.”[3]

En general, puede afirmarse que desde la primera experiencia de construcción socialista emprendida por la URSS a partir de 1917, la planificación se concibió como un elemento consustancial del socialismo en ciernes.

No obstante, si bien siempre ha existido unanimidad en cuanto a su importancia, la ejecución práctica de los procesos de planificación en la construcción del socialismo –incluyendo nuestra propia experiencia- ha adolecido de no pocas dificultades.

Sin dudas la mayor dificultad que se ha enfrentado ha sido la relación entre la planificación y el mercado, a partir –sobre todo- de la deficiente explicación sobre la existencia de las relaciones monetario-mercantiles en el socialismo.

No puede perderse de vista que la solución teórica de este tema tomo muchos años antes de que se arribara a la conclusión de que las relaciones monetario-mercantiles en el socialismo existían objetivamente a partir del aislamiento económico relativo entre los productores que –producto del bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas- no pueden expresar directamente el carácter social de su trabajo –incluso en el ámbito de la propiedad estatal- y requieren de un mercado para hacerlo.

De ahí que “En el socialismo, el rasgo distintivo, básico, del trabajo y de la producción es su carácter directamente social; lo que lo define son los vínculos directos que se crean a través de la dirección única del proceso de planificación, por ello es que las relaciones mercantiles expresan solo vínculos complementarios pero necesarios. En otras palabras, las relaciones horizontales –entre sujetos económicos aislados-, de donde surge la necesidad del intercambio de equivalentes, están subordinados a las relaciones verticales, donde impera el principio de los vínculos directos, planificados.”[4]

La esencia de estos planteamientos se recoge en el párrafo 211 de la Conceptualización que señala: “El sistema de dirección planificada de la economía tiene en cuenta la vigencia de las relaciones de mercado, regula el accionar de sus leyes y limita los espacios de su actuación, de modo que las leyes del mercado no ejercen el papel rector del Modelo.”

Sin embargo, no puede desconocerse que la dinámica de desarrollo de las relaciones mercantiles en el ámbito de la propiedad privada, tiende a su expansión natural para convertirse en relaciones capitalistas al contratar fuerza de trabajo para su funcionamiento. Es por eso que se imponen límites para su actuación, lo que se recoge en el párrafo 104 que expresa: “No se permite la concentración de la propiedad y la riqueza en personas naturales o jurídicas no estatales conforme a lo legislado, de modo consecuente con los principios de nuestro socialismo.”

Tal vez el problema de mayor importancia radique en cómo regular la existencia de relaciones monetario-mercantiles, tanto en el seno de la propiedad estatal, como en el ámbito de la propiedad no estatal.

Durante años en la experiencia de otros países socialistas y en la nuestra también, si bien se acepta el funcionamiento –dentro de límites previamente fijados- de las leyes del mercado, ante sus efectos sociales nocivos, ha predominado la tendencia a su supresión, o a su regulación administrativa. También la experiencia indica que en la mayoría de los casos, la aplicación de mecanismos de penalización no elimina las condiciones que dieron lugar a la existencia del mercado, por lo que –de persistir prácticas regulatorias de índole administrativa- lo que ocurre es que pasan a funcionar a la economía sumergida, al margen de toda regulación.

De ahí que sea muy importante entender que –si hemos aceptado el funcionamiento de segmentos de la economía bajo las reglas del mercado- lo correcto será regular su funcionamiento teniendo en cuenta esas reglas. Así por ejemplo, si se pretende regular el precio de un producto, lo más efectivo es que el Estado incida con su propio precio en la competencia y no mediante la imposición de un precio topado.

Esta forma de actuar es válida para entender –en general- como la planificación debe incidir en el mercado bajo las condiciones del socialismo: no es posible mediante regulaciones administrativas o prácticas punitivas, sino mediante mecanismos económicos. Desde luego, esto supone trabajar con reservas que permitan intervenir en el mercado en el momento que se requiera y por el tiempo necesario, para lo cual la planificación también debe prever su existencia y los costos que ello supone.[5]

(Continuará)

Notas

[1] Se trata de un proyecto sometido a discusión en estos momentos, pero ello no limitará su utilización en este trabajo.

[2] VII Congreso del PCC “Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista” Capítulo 3, párrafo 214. En lo adelante este documento se referirá abreviadamente como Conceptualización.

[3] Ernesto Che Guevara “La planificación socialista, su significado” en El gran debate sobre la economía en Cuba 1963-1964, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2004, p. 148.

[4] Ver José Acosta “Teoría y práctica de los mecanismos de dirección de la economía en Cuba” Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1982, pp. 42-43.

[5] Existen ejemplos como el de la venta de arroz por el Estado a 5 CUP la libra, que se sostiene por la inyección de una oferta suficiente para sostener el precio e igualmente ocurre con otro grupo limitado de productos.

Se han publicado 46 comentarios



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  • jorgitin dijo:

    Saludos
    ¿Donde están los planificadores en Cuba?¿ Se puede hablar de planificación sin formar planificadores? Hasta donde yo se en los planes B de los años 90, cuando yo estudiaba en la universidad en la carrera de economía se formaron Lic en Planificación económica, después la carrera desapareció y solo con los planes D hace cerca de 5 años atrás, surgió la disciplina planificación en la carrera de Economía con 4 signaturas curriculares y otras optativas...¿Alguien sabe como se planifica en Cuba hoy? ¿Quienes ocupan los cargos de especialistas en las direcciones municipales y provinciales de planificación? ¿Estarán cubiertas las plantillas?¿ Cuales herramientas novedosas se aplican en Cuba durante el proceso de planificación? ¿Se cumplen los procedimiento y las etapas establecidas?.
    Yo sugiero pensar en esto, si le puedo asegurar que he conocido personas de diferentes formaciones ocupando cargos en la dirección de planificación municipales tales como, psicólogos, agrónomos, matemáticos etc. En muchos municipios son técnicos en contabilidad y por favor nada que ver, son perfiles profesionales difererentes. Otro problema es el completamiento de las plazas en estos lugares y las condiciones de trabajo y por supuesto sus salarios.
    La planificación es una de las categorías económicas mas importante del socialismo, es el modo de ser del socialismo, como lo es el mercado en el capitalismo.
    Por favor para ubicar la planificación en su justo lugar dentro del modelo, formemos con objetividad a planificadores consciente de la importancia de tan especifica ciencia.

    El Dr José Luis Rodríguez tiene una basta experiencia y dominio de la Economía política y de la planificación...con mucho respeto yo le preguntaría.¿ Se puede planificar sin contar con profesionales formados en planificación?
    Gracias

  • Puskas dijo:

    El plan es una guía para la acción, no una camisa de fuerza, (para nosotros es esto último)
    Planificar en si no es el problema, lo crítico es darle al plan un tratamiento como si fuera algo sagrado, sublime o divino.
    Todos planificamos, sea a nivel individual o colectivo, pero nadie concede tal importancia a lo planificado al punto que de no cumplirlo deba auto propinarse unos azotes como si hubiera cometido un pecado, o penalizarse de variadas maneras…..tal como hacemos aquí.

    El mejor ejemplo (bien vigente) es la relación entre el plan y los salarios en nuestra economía. Según la Resolución 6 (antigua 17), el monto de salario a pagar por una empresa se calcula aplicando una tasa prefijada (salario entre valor agregado) al valor agregado real. Como la tasa esta prefijada (y planificada), para ganar más hay que sobre cumplir el Valor Agregado. Esto es un error pues el nivel de la tasa es arbitrario, y sobre cumplir un plan no garantiza crear un alto valor agregado para la economía.

    El artículo 14 de la Constitución de la República de Cuba sabemos que dice “…a cada cual según su trabajo”, la constitución no dice: a cada cual según su cumplimiento del plan.

    Son dos cuestiones diferentes, tenemos empresas de alto valor agregado pagando salarios bajos porque no cumplen su plan, y otras de baja productividad pagando altos salarios porque sobre cumplen sus planes. Esto es una aberración, se ha exaltado la categoría plan hasta niveles delirantes que están dañando la economía seria y silenciosamente.

    Según la teoría marxista una mercancía tiene valor porque es resultado del trabajo humano, tiene valor de uso porque satisface necesidades y posee valor de cambio porque se destina a la compraventa. Los bienes y/o servicios de alto valor agregado pueden o no tener alto valor de uso, pero si tienen gran valor de cambio, categoría desdeñada por la teoría marxista. Esto guarda una relación hasta con la pasividad para unificar las monedas, pues como se magnifica la categoría valor de uso de la mercancía y se desprecia el valor de cambio, no se le otorga la suficiente importancia a la producción de bienes y/o servicios de alto valor agregado y existen empresas que generan divisas a las cuales la tasa de cambio empresarial de 1x1 les elimina artificialmente buena parte del valor agregado.

    La paradoja radica en que a fin de cuentas, el desarrollo se traduce en un alto valor agregado per cápita, la economía basada en los valores de uso no garantiza desarrollo pues llega el momento en que no se dispone de recursos necesarios para financiar la satisfacción de necesidades. Por su parte el enfoque fundamentalista basado en la generación de valor de cambio y beneficios genera lo que tenemos hoy en la sociedad global, concentración de riqueza y miseria generalizada.

    Nuestra economía le concede más importancia a la planificación que a la generación de valor y ambos conceptos son importantes, es necesario enfocarse en la satisfacción de necesidades (es innegable la utilidad de la planificación en esta dirección), pero hay que generar los recursos para materializar esta noble acción (el mercado genera valor aunque no siempre bien distribuido). No se trata de convertirnos en unos desequilibrados e ir al otro extremo, pero ya es hora de acercarnos al centro, el plan no puede ser el centro sagrado de toda la atención.

  • Cuco dijo:

    Desde la Revolucion Bolchevique de 1917 el movimiento socialista se ha debatido, utilizando un termino clinico, en la dosis de capitalismo que admite la economia socialista, sin que se tergiversen sus propositos. Un ejemplo de ello fue la NEP que introdujo Lenin en 1921. Si se analiza la historia economica de loa antiguos paises socialistas, incluyendo la URSS, y la de los actuales como China , Vietnam y Cuba, se podra apreciar que siempre se han debatido entre una economia totalmente socializada y centralizada y una economia con una fuerte influencia del mercado. En nuestra propia historia economica podemos apreciar el debate que hubo en los 60 entre los criterios del Che y Carlos Rafael con relacion al mecanismo economico; despues vinieron los años del 60 al 70 de romanticismo economico; posterior al primer congreso del PCC se introdujo el SDPE, despues el proceso de rectificacopn de errores, etc. etc. Creo que con el actual proceso de actualizacion del modelo economico se ha encontrado algo proximo a la dosis exacta de mecanismo de mercado que admite la economia socialista.

  • jorgitin dijo:

    Cuco.
    Nadie tienen la dosis exacta, para Cuba todo funciona diferente.Mas planificación mas mercado, mas propiedad privada,menos control, igual a capitalismo.....No me opongo a la pequeña producción mercantil, ella se corresponde con el bajo desarrollo de las fuerzas productivas y la deformación estructural de la economía cubana, pero que no seamos capaces de controlar los recursos de todo el pueblo , eso si es grave...el verdadero dueño a perdido el sentimiento de dueño y ve una separación entre el estado administrador de los bienes públicos y el pueblo, el verdadero dueño constitucional. No existe el control popular, es el libre albedrío en condiciones del socialismo....Si el verdadero dueño no cuida lo que es suyo, pues no existen los mecanismos para ello, entonces el administrativo campea por su respeto y si por encima de eso tiene libertad de acción, impunidad y privilegios, estamos muy jodidos.....
    La corrupción es la piedra en el zapato de la economía cubana, el desvió de recursos, la falta de control son sus aliadas etc....En esas condiciones no se puede hacer un socialismo decente...
    volvamos a leer a Lenin, sobre la necesidad del control popular.....en definitiva el pueblo es el dueño o no....,
    Gracias.

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José Luis Rodríguez

José Luis Rodríguez

El autor es asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM). Fue Ministro de Economía de Cuba.

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