Cubadebate

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Miami.-  Esta semana pasada ha sido una de grandes vuelcos en las finanzas y en la economía nacional e internacional, en el desarrollo de la campaña presidencial en este país y en el desenvolvimiento en Miami -que la realidad lo ha convertido en el desbaratamiento- de los proyectos contrarrevolucionarios relacionados a su intento de sabotear la voluntad mayoritaria de la emigración cubana de ayudar a los suyos en Cuba, y al resto del pueblo cubano, debido a los daños ocasionados por el paso de los huracanes.

Ocho años de desacertadas e insensatas políticas en favor de las grandes corporaciones por parte de la administración republicana recientemente rindieron sus frutos cuando llevaron al desplome del sector financiero de la economía, cimiento de la máquina económica del sistema capitalista.  Nunca antes en la vida de la inmensa mayoría de los que vivimos hemos sido testigos de semejante catástrofe económica. Lo que se había vendido y revendido como un sistema imperecedero, que en sus hombros llevaría a los países capitalistas desarrollados a un dorado milenio de sostenido derroche, aparentemente sucumbió ante nuestros ojos en cuestión de días.

Claro, que nada tan poderoso sucumbe en cuestión de días, semanas o meses. En sus entrañas ese monstruoso sistema tenía las razones de su destrucción. Muchos, en este país y en el resto del mundo, desde tiempo atrás, lo venían advirtiendo. Pero la Administración Bush y el resto de los que controlan el poder, muchos de los cuales en años recientes se han enriquecido desenfrenadamente, estúpidamente lo ignoraron, llevando a este país y al mundo a la presente crisis económica.

 Consigo esta catástrofe ha arrastrado las efímeras esperanzas presidenciales del Partido Republicano. Esta debacle es mortal para la candidatura del senador John McCain.  Las más recientes y confiables encuestas así lo indican. Su imprevisible decisión de suspender su campaña presidencial a sólo cuarenta días de las elecciones demuestra su desesperación y su falta de carácter como material presidenciable. Salvo, algo imposible de predecir sobre el senador Barack Obama o sobre su candidatura presidencial, todos seremos testigos de la agonía política de la candidatura presidencial y de las campañas congresionales republicanas desde ahora hasta el primer martes de noviembre, día de las elecciones generales.

Mientras tanto en Miami la enormidad de los daños ocasionados en Cuba por los dos recientes huracanes, provocó en la comunidad emigrada cubana una voluntad inmensamente mayoritaria de querer ayudar a sus familias y al resto de los damnificados en Cuba.  Como resultado de los daños ocasionados por otros huracanes en la Isla había habido siempre una voluntad de ayudar pero nunca tan profunda ni tan abierta como esta vez.

 Las organizaciones contrarrevolucionarias cubano americanas, ayudadas por la cruel política de Bloqueo de la que ellas han sido instigadoras y defensoras, y la Administración Bush, en un principio intentaron, sin éxito alguno, desvirtuar todo lo relacionado con las campañas de ayuda humanitaria al pueblo cubano.

 Difamaron al gobierno cubano mintiendo sobre su digna postura ante el cínico ofrecimiento de ayuda por parte de la Administración Bush. La fétida prensa miamense se puso en función de esa otra farsa en contra del gobierno cubano. Los diarios, noticieros y programas radiales y televisivos se pusieron a disposición de las organizaciones de la extrema derecha, contrarias a cualquier ayuda al pueblo cubano.

 De nada valió. Su campaña fue barrida por la voluntad mayoritaria de ayudar. Entonces, en un giro típico de su doblez, se sumaron oportunísticamente al impulso mayoritario de ayudar al pueblo cubano. Y ahí los vemos, utilizando lo que le queda de su poder, para aparentar dirigir en esta ciudad las campañas humanitarias a favor del pueblo cubano. Despreciable es el papel que estos desgraciados siempre desempeñan.