Cubadebate

Todas las paredes de Caracas gritan.  En los techos de los rascacielos hablan los dueños de las corporaciones, prometiendo paraísos de Nestlé, Nivea, Coca Cola o Telcel a quienes poseen dinero para comprarlos, pero a la altura de un ser humano, escribe la gente común.

Solo a ras de tierra tiene donde expresar lo que siente y, por eso, los muros, las puertas, las entradas del metro y de los túneles, las columnas de los portales, las laderas de los cerros y los precarios timbiriches de los buhoneros, están llenos de rótulos que dicen lo que esconden o mienten los informativos. Reaccionan ante la noticia con tanta o más agilidad que ellos, porque son las imprentas más democráticas y eficientes de Venezuela.

Lo he comprobado esta mañana. Apenas me asomo a la Avenida Bolívar de esta capital afantasmada por la lluvia, me sacude un cartel escrito con letra cruda y firme: "Cuidado, Jorgito W, que en este juego de pelota, el pueblo venezolano es home club". La anónima inscripción está inspirada en la denuncia que unas pocas horas hiciera Hugo Chávez en su programa dominical Aló Presidente y que, increíblemente, apenas ha reseñado esta mañana la gran prensa del país.

Pero el urgente cartel callejero no solo informa, sino que comenta la noticia. En rápidas interpretaciones, en brevísimos apuntes de los muros caraqueños es posible enterarse de que el mandatario venezolano ha denunciado la posibilidad de un plan de asesinato en su contra fraguado desde EE.UU. y algunas de las recientes declaraciones de altos funcionarios norteamericanos, que no dejan dudas de que en la cúpula del gobierno de Estados Unidos se está barajando su sentencia de muerte.

Junto a una de las entradas del Teatro Teresa Carreño, han pegado un suelto que recuerda que, desde mediados de enero, los medios norteamericanos han interpretado un concierto sospechosamente bien afinado acerca de la supuesta relación de Venezuela con países y organizaciones "terroristas". Los periódicos no hablan de otra cosa que de la "militarización" del país suramericano para lidiar una guerra contra EE.UU., y del "oportuno" análisis de la CIA, que nombró a Venezuela como el país más preocupante de los cinco que, según Washington, se prevén en la región como "conflictivos".

"¿Por qué la CIA ha presentado ahora ante el Senado un informe donde dice semejante cosa y nos ubica como la más seria de ‘las principales amenazas que afronta EE.UU. en el 2005'? Algo terrible anda tramando yanquilandia", afirma el comunicado de autor desconocido en el muro interior del Teresa Carreño.

"Si me asesinan, culpen al Presidente George W. Bush", afirmó Hugo Chávez sin rodeos este domingo ante las cámaras de televisión: "Quieren provocar una rebelión y el pretexto para intervenir en Venezuela.  Si intentan agredir a este país, morderán el polvo de la derrota", añadió, y el eco ha quedado grabado, fielmente, en las paredes. Isidro Flores, taxista y vecino de Catia, uno de las zonas más pobres y superpobladas de la capital, me cuenta que cerca de su casa ha amanecido otro letrero aún más elocuente que el de la Avenida Bolívar. Repite un verso del Himno del Ejército venezolano: "Y si el brazo extranjero se atreve/ a infamar de este suelo el honor/ antes la muerte mil veces nos llegue/ que rendirnos al torpe invasor..."