Cubadebate

Cuánto dolor expresa la comunidad de las ciencias sociales cubana y de gran parte del mundo. Se nos ha ido un grande, físicamente, nunca en pensamiento. Sus conocimientos y sus maneras yacen, bien guardadas, dentro de todos aquellos a quienes de una forma u otro tocó Valdés Paz.

Conocí a Juan cuando ambos éramos muy jóvenes, él con 32 años y yo con 22.
El Buró Universitario de la UJC-FEU, de la UH, me dio la tarea de representarla en la movilización de estudiantes y profesores de las facultades de Tecnología, Medicina y Humanidades, en la Zafra de los 10 millones. Me informaron que al frente de la movilización iba el joven profesor Valdés Paz, y también otro compañero conocido Miguel de la Paz. En la primera reunión de los tres, les dije en broma, que en mis ocho apellidos no estaba la palabra Paz, pero que me esforzaría por mantener relaciones pacíficas.
Juanito, con su verbo vehemente y acostumbrado histrionismo y lenguaje paraverbal, puso muy claras las reglas del juego. Me dijo, cuando regreses, Palomino no te va a conocer. Castro Palomino era entonces el Primer Secretario de la ujc-feu en la UH. Era una buena manera de decirme lo mucho que me faltaba por aprender.
Así fue, en las reuniones diarias con los jefes de facultades para analizar el trabajo, Juan daba una clase de dirección inteligente y de ética.
Su arte al ejercer la crítica y su excelente buen humor, convertía lo complejo en sencillo.
Juan sabía de casi todo sobre la faz de la tierra. Lo mismo disertaba de la filosofía hegueliana, que de la siembra de cañas a chorro.
La mayéutica socrática era una técnica en los debates.
La última vez que nos encontramos, fue en una actividad en el teatro municipal de La Lisa, en le entregaron La pluma de cristal, y yo fui a solicitud de los organizadores y el permiso de otro de los merecedores de esa tradicional distinción municipal, el profesor Manuel Calviño.
Las palabras de agradecimiento de Juan Valdés Paz, tuvieron la misma esencia revolucionaria de 50 años atrás, el filo de siempre y la sabiduría estrictamente creciente de los años vívidos.
Sirva este vaciado de memoria, como homenaje póstumo a un cubano que no será jamás olvidado.

También fue fundador, miembro y profesor del DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA DE LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA

Tambien fue viceministro de la Agricultura por la decada de los 70. Lo conoci cuando yo era niño e iba con mi Padre a la loma de Menocal en Nazareno donde estaba primero el INRA y luego el MINAG. Excelente persona y jefe segun me decia mi papá que era su subordinado

Por derecho propio es parte de la tradición de pensamiento que se ha forjado en la etapa revolucionaria. Como se ha recordado en los comentarios anteriores que enaltecen su obra y trayectoria vasta, resalto la indagación crítica y propositiva y su capacidad de comunicación con la juventud. Ayer conocí de su gravedad y me invadió la esperanza de que tendría fuerzas para salir adelante. Ante la triste y dolorosa realidad doy el pésame a sus familiares y a aquellos muchos amigos y amigas que aprendieron de él y lo tendrán en sus corazones. Nos corresponde el estudio a fondo de sus ideas.

Me acabo de enterar del fallecimiento del Maestro Juan Valdés Paz y de veras lo siento. Un excelente profesional y sensible ser humano, que por donde quiera que en su vida laboral por donde quiera que pasó pasó (INRA, Facultad de Filosofía de la UH y parte del equipo de la revista Pensamiento Crítico; Centro de Estudios sobre América e Instituto de Historia, entre otros lugares), dejó un muy buen recuerdo. Yo tuve oportunidad de conocerlo allá por el 2005 cuando trabajaba en el CEA y Juan visitaba de vez en cuando el centro para llevarnos bibliografía que incorporábamos a los fondos del departamento de información y difusión del centro. Posteriormente y como parte de los reconocimientos que recibió al otorgársele el Premio Nacional de Ciencias Sociales, Cubaliteraria preparó una página web sobre Juan donde me correspondió hacer el trabajo de edición y que por razones ajenas a nuestra voluntad finalmente no se colocó en el portal, pero cuyos materiales y diseño conservo con mucho cariño. De veras, me duele mucho esta pérdida y le hago llegar mis condolencias a la familia de Juan.